Los cuentos siempre estarán de moda. Si al principio se transmitían de forma oral, de padres a hijos o de abuelos a nietos, en cuanto conocimos la escritura, dejamos constancia de ese saber popular en barro, papiros, papel, pellejos... Porque a fin de cuentas en muchos de nuestros cuentos hay mucha sabiduría, y es quizás esta una de las razones por las que volvemos a ellos de vez en cuando. No importa la edad que tengamos, están ahí, están para enseñarnos algo.SINOPSIS: No sabemos qué pasa tras el punto final de los cuentos de hadas. ¿Qué hay más allá del «fueron felices y comieron perdices»? Pues en el caso de Blancanieves hay un matrimonio con altibajos que conoceremos a través de su correspondencia con el enanito sabio. Sabremos que pensó que se precipitó al aceptar la petición de matrimonio del príncipe, que en el palacio la obligaban a estudiar y a comportarse según el protocolo, que siente celos de una sirvienta, que se queda embarazada. Pero también que los enanitos se sienten muy solos sin ella y que conocerán a unas enanitas que vivieron algo parecido a ellos, pero con un príncipe. Todo con mucho humor e ironía.
No conozco a nadie que no haya soñado en algún momento de su
vida con ser el o la protagonista de uno de los cuentos que escuchábamos en
nuestra niñez, y más tarde leíamos por nuestra cuenta. ¿Por qué negarlo? A mí
me habría gustado ser Cenicienta,
Caperucita o Blancanieves, como
la del cuento que os traigo hoy.
El autor va un paso más allá del cuento que todos conocemos y
se imagina cómo sería la vida de Blancanieves una vez que llega a palacio y se
casa con el príncipe azul. Lo hace desde una visión moderna. Por mi parte no tengo
más que alabar esta opción y esta manera más igualitaria, y por qué no decirlo,
más feminista de tratar a todos los personajes del clásico cuento que todos
hemos escuchado en infinidad de ocasiones.
Una vez que se casa Blancanieves, hay una correspondencia entre
ella y Sabio, donde se cuentan cómo les va la vida después de un tiempo sin
saber los unos de la otra. Lo bueno de esta comunicación epistolar no es sólo
lo que se cuentan o cómo se lo cuentan (la ironía de la que hace gala el autor
es de elogiar), lo mejor desde mi punto de vista es que ambos se vuelven más
sabios de lo que eran cuando empezaron a cartearse. Tanto Blancanieves como
Sabio, que son quienes se cartean, aprenden a afrontar las dificultades con las
que se van encontrando. Pero no sólo ocurre con ellos dos, también se vuelven más
juiciosos el príncipe y los otros seis enanitos.
¿Por qué leer este libro? Porque leeremos una historia muy bien
contada, desde la ironía, con ese sabor que tenían los cuentos clásicos, pero
sobre todo porque te hará reír, algo que yo agradezco en mis lecturas. Lo
recomiendo para adultos y para niños o para aquellos a quienes los cuentos le
sigan emocionando como a mí. Será que nunca he dejado de lado a mi niña interior.
Los cuentos clásicos deberían estar en todas las estanterías de las casas.
Típico libro de mi infancia
ResponderEliminarson chulos
un besote
Yo sigo disfrutando de ellos, la verdad, siempre que estén bien contados, como es el caso.
EliminarBesos :*