Sangre Azul
Vampire Academy
Hola a todos. Hoy os traigo la reseña de la segunda parte de Vampire Academy: Sangre Azul, de la estupenda Richelle Mead y publicada por Alfaguara.
Un nuevo ataque de los Strigoi a los miembros de una familia real Moroi pone a la academia St. Vladimir en alerta. Las navidades están a punto de llegar y hay algunas familias que tienen miedo de no estar lo suficientemente protegidas. Se descubre así mismo que los Strigoi son ayudados por humanos, por lo que ya no necesitan que llegue la noche para cazar a los Moroi. Se decide entonces poner a salvo a los alumnos de la academia en una carísima y exclusiva estación de esquí.
Entretanto Rose sigue suspirando por Dimitri, pero su tutor se niega una y otra vez a reconocer sus sentimientos. Tiene un férreo control sobre sus emociones, sobre sí mismo cuando se trata de hablar con Rose. Sin embargo no le pasa lo mismo con otras mujeres, sobre todo con Tasha, una Moroi de armas tomar que está dispuesta a traspasar las barreras de la amistad que le unen a Dimitri.
Pero Dimitri no es el único chico que hay en la vida de Rose. Entran en acción con fuerza Mason, un chico que podría hacerle olvidar a Dimitri si no fuera porque su tutor es demasiado guapo como para olvidarse de él. También conoce a Adrian, un miembro de una familia real Moroi, descarado, y que tiene ciertas cosas en común con Lissa.
Y si la vida de Rose no era ya lo suficientemente complicada aparece en la Academia la persona que no desea ver: Janine Hathaway, su madre.
Si la primera novela me gustó, considero que ésta está mejor que su antecesora. Conocemos a casi los personajes, sabemos qué les mueve y quiénes son, y a los que no conocemos la autora enseguida nos pone en situación. En Sangre Azul la protagonista absoluta es Rose, pues la relación que tiene con Lissa no es tan fluida como antes. Lissa y Christian viven en el mágico mundo del amor.
Rose es de esos personajes a los que se les perdona los errores que pudiera tener, ya que esto la hace mucha más real y cercana. Pero no sólo Rose brilla con fuerza en esta novela, sino que también lo hacen toda la galería de personajes que la autora hilvana en esta historia, con unos diálogos brillantes e ingeniosos.
Es que si por algo se caracteriza Richelle Mead es por los diálogos y sus personajes bien perfilados. Le gusta hacerles sufrir y hacer que nos mantengamos en tensión, pues en esta historia Rose tendrá el corazón dividido entre el chico que está dispuesto a dar todo por ella (Mason), y el chico que mantiene a raya sus emociones (Dimitri). Y aquí, más de una desearía alguna escena tórrida entre Dimitri y Rose, incluida yo.
Otra de las cosas que me ha gustado es la seguridad que muestra Rose ante todo el mundo salvo con su madre. Puedes comprender los sentimientos de ella, pero también entiendes que Janine ha llegado a ser quien por dejar muchas cosas en el camino, porque en el mundo de los vampiros hay ciertas normas, mucho elitismo, y no siempre son justas para los Dhampir.
También veremos a los personajes tomar ciertas decisiones que afectarán a la vida de Rose. Pero esto es algo que vemos en nuestra vida cotidiana, que nos pasa a nosotros mismos, pues por mucho que queramos mantener todo bajo nuestro control hay algunas cuestiones que se nos escapan. La vida es así; por mucho que intentemos volver a dar un paso atrás para resolver un problema el tiempo no da marcha atrás.
Y qué decir del final. Me emocioné, a pesar de haber leído un spoiler como la copa de un pino en una reseña. Así que si queréis saber qué le ocurre a Rose sólo tenéis que abrir las puertas de la academia St. Vladimir para descubrirlo. No seré yo quien suelte prenda (sólo diré que espero la tercera parte con muuuuuchas ganas).
Con la colaboración de Alfaguara
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