tag:blogger.com,1999:blog-57489325390631074662024-03-18T10:48:19.829+01:00La ventana de los librosAnabel Botellahttp://www.blogger.com/profile/14885957948643762027noreply@blogger.comBlogger1686125tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-38534302191225749302020-07-10T12:04:00.002+02:002020-07-10T12:06:30.103+02:00Nueva novela: Tú, yo, la vida<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Hola a todos. Este año me presento al VII PREMIO LITERARIO
AMAZON con mi última novela: <b><a href="http://rxe.me/9C6RQW" target="_blank">TÚ, YO, LA VIDA</a></b>. Es una novela romántica, con un
toque de suspense, que sucede en un rancho de Texas.</div>
<div class="MsoNormal">
<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
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<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐ Si tenéis</span> kindle unlimited
la podéis leer gratis: <b><a href="http://rxe.me/9C6RQW" target="_blank">rxe.me/9C6RQW </a></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo mejor de todo es que se puede leer desde cualquier parte del mundo. Os animo a leerla y comentar qué os parece. <o:p></o:p></div>
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<br /></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn9cOevRKProJwh6fUUB-Um7QOF9bDb7UV2zSO_4h_j7vH4DovdPtVbiimq-b2Aj76UuCPvSrts4SyjBRWLyaSxu5rBZlRG2LE247Rxa544tHOLTIiLIcK4IM4KokcRwNgOdiAGDj2riM/s1600/Portada+final+t%25C3%25BA%252C+yo%252C+la+vida.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1044" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn9cOevRKProJwh6fUUB-Um7QOF9bDb7UV2zSO_4h_j7vH4DovdPtVbiimq-b2Aj76UuCPvSrts4SyjBRWLyaSxu5rBZlRG2LE247Rxa544tHOLTIiLIcK4IM4KokcRwNgOdiAGDj2riM/s400/Portada+final+t%25C3%25BA%252C+yo%252C+la+vida.jpg" width="260" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Sinopsis:<o:p></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A pesar de su juventud, la vida de Rhonda ha sido una
continua lucha por superar grandes obstáculos para salir adelante. Y cuando por
fin cree haber encontrado su hogar en el rancho La Herradura junto a un hombre
maravilloso, el destino vuelve a dar al traste con sus planes, obligándola a
dejar atrás el único lugar donde ha sido feliz, teniendo que empezar una nueva
vida en la ciudad de Austin, donde logra labrarse una prometedora carrera como
creativa publicitaria, aunque con poca fortuna en sus relaciones. Sin embargo,
una vez más, sus planes vuelven a verse truncados cuando un inesperado
acontecimiento la obliga a reencontrarse con su pasado, regresando al único
hogar donde fue feliz, aunque en circunstancias muy diferentes. Allí tendrá que
replantearse su vida, sus prioridades y, por primera vez en mucho tiempo, su
disposición a entregarse de nuevo al amor sin reservas. Pero además tendrá que
afrontar la salida a la luz de dolorosos secretos, la amenaza de un misterioso
acosador, y el regreso de los fantasmas más tenebrosos de su dura infancia, que
pondrán en peligro todo aquello sobre lo que está construyendo su nueva vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
¿Qué opinan los lectores de <span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">♦</span><b>T<span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;">ú</span>,
yo, la vida</b><span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">♦</span>?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span>Personajes de impacto,
relaciones preciosas e historia que engancha.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span> Renacer.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span> Magnífica novela.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span> te enamoras de Paul desde
que aparece.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span> Una bonita historia de
amor y superación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span> La historia es bellísima.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "segoe ui symbol" , sans-serif; mso-bidi-font-family: "Segoe UI Symbol";">⭐⭐⭐⭐⭐</span> La protagonista de esta
fantástica historia consigue lograr el amor.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
#premioliterarioamazon2020<o:p></o:p></div>
<br />Anabel Botellahttp://www.blogger.com/profile/14885957948643762027noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-39882177655360336802020-05-02T12:00:00.000+02:002020-05-02T12:04:44.364+02:00Estreno de la película #Confinados Coronavirus España<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="Novela" style="line-height: 200%;">
Durante estas semanas de
confinamiento, he participado, junto a un montón de actores (entre ellos mi
pareja y mi hijo), en un proyecto audiovisual ambicioso. Ni más ni menos que un
largometraje de ficción sobre la situación que nos ha tocado vivir: #Confinados
Coronavirus España. Hace unas horas se estrenó en YouTube. Yo hago un pequeño
papel, y si conocéis mi faceta de payasa Mandarina, este papel igual os
sorprende (tuvimos que repetir una de las escenas más complicadas de la
película 3 veces, una escena de 10 minutos que iba en una sola toma). Agradecer
el trabajo de todos los actores, pero en especial del director, montador y
guionista de este proyecto: Fran Jsc por confiar en mí como actriz y porque ha
hecho un trabajo de titanes. Espero que os guste y que nos echéis una mano con
la difusión y comentando en el canal.<o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/sIcjWgXjW34/0.jpg" frameborder="0" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/sIcjWgXjW34?feature=player_embedded" width="320"></iframe></div>
Anabel Botellahttp://www.blogger.com/profile/14885957948643762027noreply@blogger.com50tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-6824668247238520422020-03-17T18:35:00.000+01:002020-03-17T18:46:08.323+01:00Dime que no es un sueño<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.editorialtinturas.es/index.php/dime-que-no-es-un-sueno-de-anabel-botella/"><img border="0" data-original-height="741" data-original-width="501" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5eM1IMKGbj-sr3EZG-bIQM7JFsyWIXCyCVo2EH0PODMc-fKlFhaSDzn5JKU-uDqbzkasTYj5Rjq3gPGXL6Z5FFxzr7ecCjDhD9HDKK_pTdk-0CU2eEhSHmVphrL629evdpRYqN4wiwPY/s400/5BC8615C-B9D7-4865-97D0-D3B94295CCE0.jpeg" width="270" /></a></div>
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<br /></div>
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<b> Es curioso... Despierto de un letargo demasiado largo para que alguien me diga que lo que he vivido no es un sueño. Es algo muy real. Nunca imaginé volver aquí de nuevo. Mis manos están oxidadas, se me acelera el pulso de pensar si quiera en ponerme delante de este borrador en blanco. Pero tenía que volver, al menos por un tiempo, quizás para hacer como Biel e Isabel; darle una oportunidad a esa historia, a través de los sueños. A través de mi mundo, algo que conocías bien Mr.Sandman. Al menos por ahora, al menos por un tiempo.</b></div>
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<b><br /></b></div>
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<b> Despierta temporalmente querido amigo . Y de la mejor manera posible. Contradiciendo todos tus principios. Porque esto no es un sueño, porque esto es muy real. Veamos de qué eres capaz de nuevo.</b></div>
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<b><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<b> </b>Es duro eso de desperezarse, pero la verdad que cuando te encuentras con una historia de este calibre es como si una alarma te diera de lleno en todo el cogote. Debo reconocer que en todo este tiempo he estado muy alejado de la literatura romántica y de la literatura juvenil, incluso de conocidos literarios como es el caso de Anabel Botella. El dormir tanto tiempo hace que cuando despiertas irremediablemente las cosas cambien, y eso es lo que he encontrado en estilo de esta autora. El cambio ha sido abismal, empezando por una técnica donde la autora maneja con gran acierto el tiempo presente y pasado. A modo de capítulos nos va contando dos historias paralelas. Una historia de época ambientada en la Mallorca de época, y una historia actual cuyo argumento se centra en Valencia.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Tenemos a a dos Isabel, dos Biel y algún que otro personaje que conformará las piezas de este interesante rompecabezas. La labor de documentación en esta historia ha sido minuciosa. En cada momento el lector puede imaginar a la perfección desde las calles por donde tiene la acción la historia, como algo tan común como la manera de vestirse de sus personajes. Que bueno, si hablamos de la actualidad quizás nos pueda parecer fácil, pero cuando hablamos de historia de época... la cosa se torna algo más complicada de describir, sobre todo si no has vivido en esa época, que los que estaréis leyendo esto lo dudo bastante.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
En cuanto a los personajes debo decir que la autora los dota de un carisma que hace que estemos en un constante pulso en decidir cuál nos gusta más desde Carmen, la persona que se encarga de cuidar a nuestra Isabel de época, hasta Bernat el noble que se desposa con la joven y noble protagonista. Biel es el protagonista masculino que va entrando en la historia de manera paulatina y que se hace con el control de la historia de manera progresiva. Ya os digo, no hay nada improvisado, la autora lo tiene bastante claro.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
A parte de la documentación histórica que ya de por si es gorda, toda historia romántica e histórica tiene que tener si queremos manejar ese tiempo presente-pasado algo que no podamos explicar, y es ese nacimiento que no debía producirse, y esa luna que marca el destino de la historia y de sus personajes para siempre. Una maldición, unos sueños recurrentes y magia, mucha magia.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
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No voy a negarlo es un libro dentro de un libro. Bueno, mejor dicho un libro dentro de miles de libros y de referencias literarias. Porque nuestras dos protagonistas tocayas, y digo esto porque no quiero desvelar mucho, son mujeres fuertes. Con fuertes referentes como puedan ser autoras mujeres de la época, o aristócratas con peso, en un mundo dominado aparentemente por hombres.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
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Tenemos me atrevería a decir una historia coral con muchos personajes que tienen que unirse de alguna manera u otra y la autora lo consigue, simplemente lo consigue, y no es tarea fácil adecuar el texto según la época de la que hablamos, y ya no sólo eso, sino que dotando a la narración del ritmo oportuno en el tiempo oportuno. Para que os hagáis una idea, no explota toda la trama hasta que no sabemos que relación tienen el Biel del pasado y nuestra Isabel hasta que no estamos casi a mitad del libro. ¡¡ME PARECE SOBERBIOOOO!! Efusividad a un lado, en el tiempo que llevo leyendo a esta autora siempre le he podido sacar algún pero, aunque fuera ínfimo en este caso... no puedo. Todo está técnicamente pensado y argumentado, quizás si se puede ver como un pero, es que no desarrolle más la historia personal de Bernat o ese periodo dulce entre el Biel e Isabel de antaño.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Por si fuera poco la autora trata temas que aunque parecen de la actualidad no son mas que reflejos del pasado. Como hacer lo que se espera de uno, el ocultar tu naturaleza, o ser fiel a tus principios tengas el sexo que tengas. Pasando por tus creencias, y sí. La religión es un pilar argumental maestro en al argumento de esta historia.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Parece que me esté centrando en el pasado, pero es que es necesario para explicar el presente. Un presente donde nuestra prota, es casi lo antagónico a su tocaya, y descubriréis por qué.</div>
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<br /></div>
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Desgranar más esta historia por mi parte implicaría haceros un spoiler tras otro. Esta no es una historia cualquiera a muchos niveles, esto es algo cuidado con mucho mimo, con una técnica muy bien pensada, con unos personajes difíciles de olvidar, con un rigor histórico más que demostrado (crédme e indagado) y con alma. Cuando en el pasado os hablaba de que los libros tienen la magia que sus autores quisieran darle, estoy en lo cierto. O si no os invito a disfrutar a modo de diario esas páginas finales que nos regala Anabel y donde por fin se cierran todas las historias.</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b>HA SIDO UN LARGO SUEÑO, QUIZÁS DEMASIADO. PERO QUÉ MANERA MÁS DULCE DE DESPERTAR QUE CON ESTA HISTORIA.</b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b>¿DIME QUE NO ES UN SUEÑO?</b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<b>NO. DESDE LUEGO NO LO ES.</b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5eM1IMKGbj-sr3EZG-bIQM7JFsyWIXCyCVo2EH0PODMc-fKlFhaSDzn5JKU-uDqbzkasTYj5Rjq3gPGXL6Z5FFxzr7ecCjDhD9HDKK_pTdk-0CU2eEhSHmVphrL629evdpRYqN4wiwPY/s1600/5BC8615C-B9D7-4865-97D0-D3B94295CCE0.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><br /></a></div>
Mr. Sandmanhttp://www.blogger.com/profile/01079365973488028630noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-78771233841118337232019-09-19T20:41:00.001+02:002019-09-19T20:41:49.985+02:00Sin rastro<a href="https://salamandra.info/sites/default/files/books/images/hires/735-7_sin_dejar_rastro_website.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://salamandra.info/sites/default/files/books/images/hires/735-7_sin_dejar_rastro_website.jpg" width="249" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Casada con un poderoso hombre de negocios neoyorquino, Audra Kinney ha reunido las fuerzas suficientes para dejar atrás una vida aparentemente acomodada pero marcada por el maltrato psicológico de su marido. Con sus hijos Sean y Louise, de once y seis años, Audra ha recorrido miles de kilómetros a través de carreteras secundarias con la intención de comenzar una nueva vida en California. Y ahora, frente a los escarpados paisajes de la desértica Arizona, siente que puede volver a respirar, que han dejado atrás el pasado y el peligro. Sin embargo, poco antes de llegar al pueblecito de Silver Water, el sheriff del condado de Elder la detiene por una presunta infracción de tráfico. Y las cosas se complican cuando en el maletero aparece una bolsa con un alijo de drogas.
Audra tiene que dejar que la ayudante del sheriff se haga cargo de los niños, mientras éste la conduce a comisaría y la encierra en una celda a la espera del juicio. Pero cuando menciona a los pequeños, todo el mundo se sorprende. Según ella, el policía los ha secuestrado; según él, no había niños en el coche. Es la palabra de una fugitiva contra la de un agente con décadas de servicio y un expediente intachable, así que, a pesar de la intervención del FBI, el linchamiento mediático y social de Audra es inmediato e imparable. Hasta que Danny Lee, un detective privado con una historia personal muy parecida a la de Audra, decide entrar en acción.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Cuando
una prima mía, Sara, me vio en la piscina leyendo embobado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sin rastro</i>, de Haylen Beck, <b>me dijo que parecía el argumento de una
película de sobremesa de Antena 3, </b>de esas en las que uno no para de menear la
cabeza y de asombrarse por su trama impredecible, pero que no puede dejar de
ver. Tenía razón y, en cierto modo, era un cumplido. El texto de la faja dice
así: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">una madre desesperada, un sheriff
despiadado y dos niños desaparecidos. El pasado siempre vuelve.</i> Y este
thriller policial publicado por Salamandra dentro de su colección Black tiene
todo lo que se le pide a un thriller policial: <b>que tenga un arranque que actúe
de anzuelo, que no puedas cerrar el libro, </b>que no tengas ni idea de cómo va a terminar
la trama.</span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>La historia es la siguiente: una
mujer va en coche con sus dos hijos pequeños por una carretera comarcal. Ella acaba
de divorciarse de un exitoso y riquérrimo empresario. La policía la detiene y,
durante el registro del coche, encuentran una bolsa de marihuana que ella jura
y perjura que no es suya. Los agentes, evidentemente, no la creen y la llevan a
comisaría, la encierran en el calabozo. Poco después, cuando ella pregunta que
dónde están sus hijos, un policía le responde: ¿Qué hijos? Usted iba sola en el
coche”. Y esta respuesta –este puñado de palabras- es la que desencadena la
trama y la que engancha definitivamente al lector. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sin rastro</i> es una prueba de que el ochenta por ciento de estos
thrillers se sustenta en el planteamiento, en sugerir un paisaje lo
suficientemente interesante como para que el lector no pueda desviar la mirada.
Y lo cierto es que este planteamiento tiene todo para hacer que nos rindamos. <b>Y
a partir de ahí, la trama se desarrolla con solvencia, aguardando varios giros
de guion interesantes,</b> varias situaciones curiosas, donde lo único que importa
es saber dónde están esos niños y por qué han desaparecido. Y, a pesar de ser
una historia de ficción, el desarrollo tiene la virtud de hacernos ver (o de
hacernos creer) que los responsables –los retorcidos, los malvados- están entre
nosotros. El mal es un mal real, casi tangible. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span><i>Sin
rastro</i> sigue a rajatabla los cánones de la novela negra y sabe cuál es su
prioridad: la intriga, la dosificación del misterio, ser impredecible. Y eso es
lo que hace: lo supedita todo –los personales, el estilo, los diálogos- a
mantener al espectador en vilo, a que caiga en la tentación de leer un capítulo
más. Y nosotros, como lectores, le perdonamos las generalizaciones y que los
diálogos no estén del todo trabajados o que los personajes estén dibujados a
trazos grandes. Da igual. <b>La novela funciona y lo hace porque tiene claro su
propósito: poner nervioso al que lee</b>.</span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sin rastro</i>
puede que sea el equivalente literario a una película de Antena 3 de la
sobremesa, de ésas a la que uno sólo le pide que lo entretenga, que lo
enganche, que no le deje levantarse del sofá. Y es eso lo que cumple esta
novela, una de las últimas apuestas de la división de novela negra de
Salamandra, que tiene uno de los planteamientos más originales de los que
recuerdo. <b>Y reconozcámoslo, a veces, a los lectores nos apetece una historia
así, de las que nos dejan sin aliento,</b> de las que se leen casi sin esfuerzo. De
las que no te dejan dormir por las noches</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com91tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-66997621469496017552019-06-21T09:43:00.001+02:002019-06-21T09:43:32.468+02:00Terror<a href="https://salamandra.info/sites/default/files/books/images/hires/905-0_terror_website.jpgg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://salamandra.info/sites/default/files/books/images/hires/905-0_terror_website.jpg" width="249" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Como oficial de la Fuerza Aérea de Alemania, Lars Koch debe intervenir en una situación de emergencia: un terrorista ha secuestrado un avión de Lufthansa y pretende estrellarlo contra el Allianz Arena de Múnich, donde en ese momento setenta mil espectadores asisten a un partido de fútbol internacional entre las selecciones de Alemania e Inglaterra. Contraviniendo las órdenes de sus superiores, y consciente de la responsabilidad que deberá asumir por su terrible acto, Koch derriba el aparato para impedir la masacre en el estadio, causando la muerte de las ciento sesenta y cuatro personas que viajaban a bordo.
Así pues, el juicio al que se somete al infortunado piloto es el núcleo de la primera obra teatral del célebre abogado criminalista alemán Ferdinand von Schirach. Con una trama sencilla pero contundente, el autor de superventas como Crímenes y Culpa nos conmina a tomar partido como miembros del jurado popular que deberá dictar una sentencia de tintes dramáticos y consecuencias inquietantes.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Hay un concepto que me fascina, que me deja
horas y horas pensativo, que quizás podría definirnos como seres humanos. El
mal menor.</b> Sí, hay veces en las que uno está en una tesitura tan difícil que, elija
lo que elija, implica un daño. Imagínense, por ejemplo, que de una casa en
llamas con dos inquilinos, sólo puede salvar a uno. ¿A quién elegiría?
Imagínense, por seguir fantaseando, que está buscando trabajo porque lo van a
desahuciar y que le ofrecen el puesto de su mejor amigo. ¿Qué decidiría? En
casos así sólo queda tener el corazón frío y decantarse por lo menos
desfavorable, lo menos malo. <b>Todos rezarnos por no tener que vernos en una
situación parecida,</b> por no tener que elegir. Pero esto es justamente lo que
hace el autor Ferdinand Von Schirach, con la última novela que le publica
Salamandra, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terror</i>, y que cuenta la
historia de <b>un oficial militar que, ante la amenaza de unos terroristas que han
secuestrado un avión, decide derribar el aparato y matar a los pasajeros</b> antes
de dejar que se estrelle contra un estadio de fútbol lleno hasta la bandera. Y
ahí está el juicio moral, la decisión difícil.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Sí,
no estamos ante una novela al uso porque está escrito como una obra de teatro:
el narrador casi no aparece y la historia está cimentada sobre el diálogo,
sobre lo que dicen los personajes. Lo que hacemos nosotros como lectores es
asistir al juicio en el que se intenta dirimir la culpabilidad del
protagonista, que está acusado de matar a los pasajeros del avión, más de
ciento sesenta personas, contraviniendo la orden de sus superiores. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terror</i>, es curiosísimo el título,
asistimos a la defensa del acusado y a los argumentos que se dan a favor y en contra
de su decisión. Y, a lo largo de todas las páginas, sobrevuela el mismo debate
ético: ¿quiénes somos para decidir sobre la vida de otro? <b>¿Valen más sesenta mil
vidas que doscientas? ¿Por qué? ¿Quién lo decide? ¿Hizo mal el acusado? ¿Y si
en ese avión iba el científico que iba a descubrir la cura del cáncer? </b>Y el
lector no puede hacer otra cosa que tragar saliva y sentir cómo la cabeza se mete
en un bucle sin salida. Y en esta obra de teatro, los acusados somos nosotros,
los interlocutores están al otro lado de las páginas porque lo que nos están
preguntando directamente es: ¿y tú qué harías?</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <i>Terror</i>, que acumula ya cientos de
representaciones por escenarios de todo el mundo, confirma el buen ojo del
autor para elegir los temas y para plantear esos debates que definen al ser
humano. <b>Es brutal, una absoluta genialidad. </b>Además, el autor nos vuelve a traer
una historia bien contada, desde la sencillez y la cercanía, desde ese lugar en
el que todos somos iguales, y donde pone sobre la mesa un problema mucho más
profundo, de mucho más calado: el mal menor. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terror</i> <b>tiene pulso, tiene nervio y, sobre todo, tiene la capacidad
de provocarnos mucho miedo.</b></span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terror</i> es tener
que decidir entre matar doscientas personas o dejar que mueran miles. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terror</i> es verse en una tesitura parecida,
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Terror</i> es tener tanta responsabilidad.
<b>Es cierto lo que dicen algunos de que la literatura a veces nos sirve de ensayo
para la vida. </b>En este caso, no me cabe duda, porque el protagonista podría ser
cualquier de nosotros y la situación, cualquiera a la que nos enfrentemos en
nuestra vida. Y ahora sí, llega la gran pregunta. ¿Hubieras dejado que el avión
se estrellara contra el auditorio lleno? ¿Hubieras matado a los pasajeros del
avión? <b>Mójate, ¿qué hubieras hecho tú? Piensa en el mal menor.</b></span><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />
</div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-65895708361154732392019-06-17T09:27:00.002+02:002019-06-17T09:27:22.640+02:00Laboratorio lector<a href="https://www.anagrama-ed.es/uploads/media/portadas/0001/22/c2224dfd0104b7a1da74484ab3ddce34af432fa5.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://www.anagrama-ed.es/uploads/media/portadas/0001/22/c2224dfd0104b7a1da74484ab3ddce34af432fa5.jpeg" width="254" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Laboratorio lector presenta una visión amplia, interdisciplinaria y divertida de la lectura. Es solo un libro, pero incluye toda clase de experimentos, como en unos auténticos «juegos reunidos»: comprobar la amplitud de las fijaciones oculares, descubrir los automatismos del cerebro, tomar conciencia de las inferencias que hacemos o de la manera en que trabaja la memoria o revisar las estrategias con que exploramos un escrito para detectar su intención, su estructura o su ideología.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%; margin: 0px;">Nos dicen, por activa y por pasiva, que leer es
divertido, que nos lo tomemos como un juego. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Sin embargo, los jóvenes, en cuanto alguien intenta sacarles el tema,
ponen los ojos en blanco y suspiran, aburridos de antemano. </b>Los profesores,
incansables, intentan demostrarlo, pero se desesperan. “Misión imposible”,
dicen. Parece que sólo algunos elegidos tuvieran “el don de la lectura”, el
interés por los libros, la paciencia para pasar páginas. Nada de eso. Como una
especie de mediador, de experto que coge de las manos a las dos partes
implicadas y las lleva a un punto intermedio actúa Daniel Cassany con su último
ensayo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Laboratorio lector</i>, publicado
por la editorial Anagrama en su colección Argumentos, y donde reivindica
precisamente eso: <b>que leer es divertido, es un juego y es estimulante. </b>Y que
además, es una herramienta imprescindible para desenvolverse en este mundo
moderno. El problema estriba en que, hasta ahora, no hemos sabido transmitirlo.
¿No os lo creéis? Pues seguid leyendo porque esto no ha hecho más que empezar.</span></div>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Ya
lo revela el título: estamos en un laboratorio, un lugar donde se hacen
experimentos, se disecciona y se observa, se ensaya y se toman notas, se
investiga y se mezclan elementos, se prueban cosas nuevas y se produce el
asombro, la sorpresa o el error. Pues eso es lo que vamos a hacer, pero con la
palabra. Metamos el lenguaje en el tubo de ensayo y veamos, por ejemplo, cómo
funcionan el cerebro y los ojos en el proceso de la lectura, aprendamos a interpretar
entre líneas, a resumir y a construir significados, acostumbrémonos a ser
lectores críticos, a dialogar con los textos y adivinar las intenciones de los
autores. Y atención, porque aquí está una de las grandes aportaciones de
Cassany en este ensayo, <b>también aborda el peliagudo asunto de las fake news,
del exceso de información en internet y de la manipulación y la posverdad. </b>El
libro, de principio a fin, tiene un objetivo claro y es el de hacer accesible
la comprensión lectora. Fíjense que estamos en una sociedad en la que los jóvenes
entienden menos lo que leen, en la que tenemos un problema (y grave) porque el
mensaje no llega al receptor.</span></div>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>No
sé si conocéis a Daniel Cassany, pero dando conferencias es un auténtico <i style="mso-bidi-font-style: normal;">showman</i>. Tiene el carisma de la gente a
la que le apasiona lo que hace, tiene la seguridad del que maneja la materia de
la que habla. <b>Y eso, precisamente, se contagia a este libro, que funciona como
una guía, como una hoja de ruta para ir acercándonos a ese camaleón que es la
palabra.</b> El autor –qué lúcido– nos está haciendo un regalo porque nos está proponiendo
ejercicios, juegos y experimentos para trabajar nuestras habilidades con algo imprescindible,
que va a marcar nuestra relación con el entorno y que vamos a usar siempre: el
lenguaje.</span></div>
<div style="line-height: 200%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 200%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Leer, señores y señoras, no es
identificar las letras. Leer es entender qué dice un texto. Y eso es lo que nos
enseña <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Laboratorio lector</i>. <b>Poneos los
guantes y la bata blanca y preparaos para trabajar con la palabra. Vamos a sentir
su peso y tu textura, vamos a jugar con ella, a experimentar, a darnos cuentas
de cuál es su poder.</b> Y es justamente esto lo que provoca este libro: asombro
ante la magia del lenguaje, ante sus infinitas posibilidades. Os estoy hablando
a vosotros, a los profesores, al alumnado, a los lectores y a los que siguen
insistiendo en que leer no va con ellos: esta guía es para todos. Leedla y os
daréis cuenta de que al final resulta que sí, que leer es un juego.</span></div>
</div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-90337414258318466802019-06-14T10:27:00.000+02:002019-06-14T11:24:57.520+02:00Un pájaro quemado vivo<a href="http://www.cabaretvoltaire.es/assets/images/portada_pajaro%20quemado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://www.cabaretvoltaire.es/assets/images/portada_pajaro%20quemado.jpg" height="" width="264" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
En el curso de los años, el piso principal de las Tres Palmeras se transformó en lugar de culto y campo de batalla. Allí, Paula Pinzón Martín venera la memoria de su madre muerta, la divina Celestina Martín, y los fetiches de la tiranía. Allí, evoca la guerra civil que su padre, el brigada Abel Pinzón, ganó contra los republicanos, pero sin haber sabido sacar frutos de la Victoria. En una ceremonia cruel e irrisoria, Paula se entregará al último combate de la memoria, una lucha monstruosa donde la realidad cuenta menos que los delirios de lo imaginario.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Es
imposible que uno olvide qué estaba haciendo cuando se enteró del atentado de
las Torres Gemelas, dónde estaba cuando conoció al amor de vida</span></b><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> o cómo
le dijeron que era el seleccionado para ese trabajo que tanto quería. Y también
es imposible no recordar la sensación que tuvo cuando leyó por primera vez al autor
-injustamente desconocido- Agustín Gómez Arcos. Leí <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El cordero carnívoro</i> hace diez años y, tras cerrar el libro, estaba
taquicárdico, rojo de emoción, con la garganta seca; <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">supe entonces que la lectura era también una actividad física con poder
para hacerme sudar, para provocarme sofocos, para dejarme casi al borde del
desmayo.</b> Le siguieron después <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ana No,
El Niño Pan, La Enmilagrada…</i> y mi admiración no hacía más que crecer, que
hacerse más sólida. Desde ese momento, Agustín Gómez Arcos se convirtió en un
mito, en una leyenda, en mi tesoro. Y de él vamos a hablar hoy con la excusa de
la publicación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un pájaro quemado vivo</i>,
la última de sus obras publicadas en castellano, rescatada gracias al empeño de
la editorial Cabaret Voltaire y que he devorado en sólo un par de días.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Paula
Pinzón, la mujer de la mirada bicolor a la que todos temen y que vive apartada
de todos, atrincherada en sus recuerdos, <b>recibe un día cualquiera el telegrama
con el anuncio de la muerte de su padre, un brigada mediocre y derrochador, </b>un
hombre sin demasiadas aspiraciones en la vida, al que ella ha odiado
rabiosamente desde niña y que, tras la larga enfermedad de su madre, formó otra
familia con la puta Luciérnaga, a la que ya visitaba cada noche desde mucho
antes. Este telegrama, enviado por su hermanastra, sirve a la protagonista para
abrir la presa de la memoria y dejarse enterrar bajo sus odios y sus venganzas,
bajo la historia que ella misma se ha creído. Paula construye su identidad con
dos certezas: la adoración por su madre muerta, que era frágil, delicada y
siempre enferma; y el desprecio por su padre, culpable, cree ella, de todas sus
desgracias. La acompañan en esta historia el cura tragón, la vieja roja que
lleva una peluca rubia a la que ella esclaviza como criada y un joven-amante,
con tendencia a la masturbación y con el que ella ha conocido el vicio. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un pájaro quemado vivo</i> <b>trae de vuelta el
asfixiante universo de Gómez Arcos, el de las casas en penumbra, </b>el de los
odios enquistados y las venganzas cotidianas, el del deseo y el pecado como
castigo y como sufrimiento, el de los dolores íntimos de la España de la
posguerra, de la primera democracia, el de la gente que sufre y que sólo sabe
hacer daño a los demás para sobrevivir.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><b>Agustín
Gómez Arcos, para los que no lo sepan, es todo un referente literario en
Francia, adonde emigró durante la Dictadura</b> y donde empezó a escribir en
francés. Allí, en el país galo, ha quedado finalista del prestigioso premio
Goncourt, fue condecorado con la Orden de las Artes y las letras Francesas con
grado de cabalero y oficial y allí, fíjense, se estudia en las escuelas. Es
ahora, gracias –insisto- a la editorial Cabaret Voltaire cuando empieza a
conocerse en España, a traducirse muchos de sus títulos a su idioma materno. Quédense embobados con su
prosa, con esa dureza poética, con esa innegable virtud para zarandearnos, como
si las palabras fueran piedras que va lanzando al lector. <b>Y uno, es cierto,
sale magullado de la lectura, con la sensación de que lo han herido en alguna
parte.</b></span></div>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>Un pájaro quemado vivo </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><b>es un paisaje de negros y
blancos –ahí no caben los grises-,</b> de niñas que odian a sus padres y de
rencores que trepan por las casas como las enredaderas. Es un retrato nada
complaciente de un país cruel donde los curas quieren hartarse a comer, los
rojos sólo quieren que los dejen tranquilos y los muertos vuelven para torturar
a los vivos. Y por si el ambiente fuera poco estimulante, les hablo también de
esa prosa plástica, de ese chorreo constante de poesía, de ese estilo modelado con
sangre y furia. A veces, me entran ganas de gritar a los cuatro vientos que
leáis a Gómez Arcos, que hagáis el favor de hacerme caso. Otras veces, sólo
quiero callármelo y que sea un secreto sólo mío, un placer que sólo me
pertenece a mí. Supongo que no hay vuelta atrás: <b>Gómez Arcos es ya uno de los
grandes, sólo queda que los lectores españoles nos demos cuenta.</b> Ya saben lo
que se están perdiendo.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-5116673261281209792019-06-12T09:39:00.003+02:002019-06-12T09:39:50.752+02:00Las cartas de la Pirenaica<a href="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t5/68/9788437632568.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t5/68/9788437632568.jpg" width="279" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Radio España Independiente, la emisora del Partido Comunista de España, fue el más potente altavoz del antifranquismo entre 1941 y 1977. Durante estos años, el programa "Correo de La Pirenaica" dio lectura a las cartas que desde España o desde los países de la emigración sorteaban la censura o las dificultades de comunicación para contar sus experiencias personales y sus anhelos de libertad. Este libro analiza el contenido de las cartas que se han conservado, unas 15.500, e identifica a corresponsales y oyentes, los "ojos y oídos de La Pirenaica", entre los cuales se encuentran antiguos combatientes republicanos, exiliados, expresos, obreros, campesinos, mineros, profesores, amas de casa, escritores y estudiantes. Las cartas de La Pirenaica recogen un largo memorial de agravios, comenzando por los recuerdos dramáticos de la guerra civil y el reguero de fosas comunes, prisiones y vejaciones que dejaron los vencedores. Contienen la peripecia de los inmigrantes que abandonaron sus pueblos, la lucha por la supervivencia en los suburbios, la indignación por la insoportable carestía de la vida y la falta de acceso a una educación digna. </div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Los derrotados necesitan el consuelo, saber que
no están solos. Los derrotados buscan desahogarse, sentirse de algún modo
acompañados.</b> Los derrotados, los que tienen que callarse y
agachar la cabeza –eso si sobreviven-, los que pierden la esperanza y
también el futuro, reivindican el derecho a lamerse las heridas, a defender un
mínimo de dignidad. Y de esto vamos a hablar hoy, del honor de los que pierden,
del dolor callado de esa media España que se posicionó en el bando ‘equivocado’ durante la Guerra Civil y que se vio obligada a penar durante cuarenta años. Analizamos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las cartas de La Pirenaica</i>, un estudio publicado
por la editorial Cátedra y dirigido por Armand Balsebre y Rosario Fontova, que,
como dice el subtítulo, se presenta como una memoria viva del antifranquismo.
La Pirenaica, para los que no lo sepan, fue la Radio Independiente de España,
la emisora del Partido Comunista y voz de los silenciados durante más de
treinta años. Fue el testimonio detallado del genocidio.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>El
22 de julio de 1941 emitió por primera vez la Pirenaica, la radio del Partido
Comunista de España que estaba dirigida por La Pasionaria y que se convierte
enseguida en refugio de los derrotados, de los rojos, de los perseguidos. No es necesario recordar que estaba prohibida en nuestro país y que había que escucharla a escondidas. <b>Los
autores recopilan y estudian hasta 15.000 cartas que los oyentes mandaron durante más de
treinta años a la emisora y que dibujan otra España,</b> la que no se conocía, la que parecía no
existir, pero en la que encontramos testimonios absolutamente desgarradores: se
habla de los paseíllos en los que los soldados del bando vencedor se llevaban a
los rojos y los fusilaban en las tapias de los cementerios, se habla del
hambre, de la cárcel y de las pulgas, se habla de los excesos de los señoritos,
de la represión y las huidas, del estigma de ser rojo. Este ensayo está lleno de muerte –de maridos,
hijos, hermanos con un tiro en la cabeza-, de hambre y de silencio, está cuajado
de sufrimiento, de miedo. Es un documento bestial, sobrecogedor y, a la vez, necesario. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Es
impresionante el trabajo de estos dos investigadores, que han conseguido poner
orden en 15.000 cartas que son 15.000 historias de gente que sufre y que se
jugó la vida para mandarlas a La Pirenaica. Está escrito con
pulcritud y sensibilidad, con una misión clara: enseñar una realidad sucia porque en estas
cartas no están sólo las quejas y el sufrimiento sino también la solidaridad, la comprensión,
el apoyo de los iguales porque <b>¿quién va a entender mejor un sufrimiento que
otro que está pasando por lo mismo?</b> Era también un servicio público porque, por
ejemplo, usaban la radio para delatar a los chivatos, para alertar de lo que
pasaba en algunos pueblos. Los derrotados fueron valientes, conservaron la última pizca de dignidad para compartir su dolor públicamente, para darse ánimos, para decirles a
otros derrotados que tenían que aguantar.</span></div>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>Las cartas de La Pirenaica </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;">es Historia de España, pero
de esa España vencida y abatida, constantemente perseguida, que pasó hambre,
que soñó con huir y que lloró a sus muertos en silencio. Todo en silencio. En este
régimen de opresión, los comunistas, los rojos, los derrotados encontraron en
la emisora comunista, también llamada Radio Verdad, un lugar de encuentro y de
alivio, un lugar en el que alzar la voz, una práctica de riesgo, pero también una necesidad.
<b>Y leer este libro es como abrir el balcón en pleno invierno: la carne siempre
de gallina, el pecho tiritando. </b>El alma, colgando de un hilo. Porque es la
historia de miles de españoles muertos de miedo ante La Bestia. Y uno, ante
estas páginas, siente también el miedo. Siente que La Bestia lo está mirando
desde algún lugar.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-79079779491625715072019-06-11T19:30:00.001+02:002019-06-11T19:33:25.661+02:00Darwin viene a la ciudad<a href="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t5/52/9788417141752.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t5/52/9788417141752.jpg" width="254" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Las ciudades constituyen un ecosistema nuevo, diferente y acelerado. En ellas conviven multitud de especies, que deben buscar nuevas estrategias de supervivencia para adaptarse a un entorno siempre cambiante.
Hay lagartos con patas adaptadas al asfalto. Las cotorras invaden los parques de París, mientras que los escarabajos australianos se sienten atraídos sexualmente por las botellas de cerveza. Más cerca, tenemos peces acostumbrados a la contaminación de los ríos, mariposas que cambian de color según la polución del ambiente y flores que diversifican la forma de sus semillas.
La evolución ya no es cosa de entornos apartados, ni se produce a lo largo de los siglos: se está produciendo aquí y ahora, en los entornos urbanos, prácticamente ante nuestros ojos.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Acérquense, no se pierdan este espectáculo.
Háganme caso, nunca han visto nada igual. La
Naturaleza es inagotable en su capacidad de sorprendernos, de hacer algo
parecido a la magia. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Lo que les voy a
contar va a cambiar –y para siempre- la forma en la que ustedes van a ver su
entorno, su calle y su ciudad. </b>Van a dejar de observar los paisajes con sus
ojos de humanos. Todos hemos escuchado hablar de la evolución de las especies,
de la selección natural, de todas esas transformaciones que tardan siglos en
apreciarse en los seres vivos. Pues les adelanto que quizás no hagan falta
siglos para verlas, que quizás vamos a ser testigos directos de esta
revolución. Y el responsable no es otro que Menno Schilthuizen, importantísimo biólogo
e investigador, autor del libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Darwin
viene a la ciudad. Evolución de las especies urbanas</i>, un ensayo publicado
por la exquisita editorial Turner Noema que nos muestra –nos lo pone frente a
las narices- cómo las ciudades están obligando a muchísimas especies a evolucionar
para sobrevivir. Sí, así, como lo oyen. Muchas especies están experimentando
cambios para adaptarse a las ciudades, para convivir con los humanos, para acostumbrarse al asfalto, al ruido, a los coches. ¿No se lo creen? Sigan leyendo. </span><br />
<span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El
futuro a corto y medio plazo, supongo que ya lo intuyen, será de las megaurbes,
donde se concentrarán hasta diez millones de habitantes. Estos espacios, donde
hay más polución e incluso hasta doce grados más que en los campos
circundantes, no sólo estarán poblados por seres humanos sino también por
animales. ¿Nunca lo han pensado? ¿Cómo influyen las ciudades (y todo lo que
conllevan) en la evolución de las especies? Por lo pronto, quédense con algunos
ejemplos:<b> pájaros que usan colillas de cigarros para hacer sus nidos, </b>aves que,
para comunicarse con sus iguales, han desarrollado un canto más agudo en medio
del ruido del tráfico, perros de una determinada zona que ya miran a los dos
lados antes de cruzar la carretera, plantas silvestres más variadas en las
zonas con inquilinos más pudientes, escarabajos que copulan con botellas de
cerveza porque las consideran irresistibles e incluso <b>pájaros que han aprendido
a esperar en los semáforos a que los coches paren para ponerle bajo las ruedas
nueces y que así se las abran. </b>No me digan que no se quedan con los ojos
redondos, mudos de asombro. Y esto, señores, es sólo un adelanto de lo que las
ciudades están provocando en el mundo animal y vegetal, una muestra de cómo no
somos la única especie de va a colonizar las grandes urbes. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><b>No
hace falta recurrir a la ciencia-ficción</b> cuando tenemos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Darwin viene a la ciudad</i>, un ensayo rigurosísimo pero accesible
sobre un tema en el que pensamos muy poco: cómo los animales también se están
adaptando a las ciudades. A nosotros, en varias generaciones, se nos desarrollará
el pulgar para poder manejar mejor la pantalla del móvil y los lagartos tendrán
las patas más fuertes o los pájaros los picos más largos para adaptarse al
nuevo entorno. <b>El cambio ya está en marcha y es imparable. </b>Este libro es una
clase magistral, una catarata de conocimiento. Y es que, no en vano, estamos en
manos de uno de los mejores en este campo, el autor, que tiene la virtud de
hacer este tema interesante, cercano, estimulante, incluso para lo que no somos
expertos en la materia. </span></div>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"> Darwin
viene a la ciudad</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"> para
enseñarnos a mirar nuestro entorno con otros ojos, para que nos fascinemos con lo que
hace el afán de supervivencia de los animales, su empeño por sobrevivir. Este ensayo
está tan bien planteado que <b>se lee como un cuento o como un libro fantástico, </b>uno
pasa las páginas con absoluta devoción porque nos habla de lo que pasa aquí y
ahora, en nuestras ciudades. Y sepan algo, que los animales urbanos son más
listos y están más abiertos a los cambios que los de su especie que viven en el
campo. Léanlo, maravíllense y sientan esas ganas de salir a la calle y de mirar
el cielo, los árboles, el suelo, porque la magia está ahí fuera, aunque Menno
Schilthuizen nos haya mostrado un poco en este libro. Imprescindible</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-50971285335181118022019-05-29T09:23:00.001+02:002019-05-29T09:23:28.446+02:00Donde me encuentro<a href="https://static.megustaleer.com/images/libros_200_x/EH406699.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://static.megustaleer.com/images/libros_200_x/EH406699.jpg" width="262" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Una mujer camina por una ciudad contemplando su soledad y la de quienes la rodean. A medida que se desarrolla su día a día -de una librería a la consulta de su terapeuta o a un restaurante- se sorprende con la súplica silenciosa de una lápida en la carretera, el diálogo accidentado de un padre con su hija, el recuerdo del encuentro con la inesperada amante de su antigua pareja o la silueta de un puente al anochecer. Cuando se cruza con el novio de su amiga por la calle, las posibilidades agridulces de un amor inexplorado la llevan a interrogarse acerca de su aislamiento y libertad, y cómo ha repercutido en sus relaciones afectivas. Donde me encuentro sigue a esta mujer a través de las cuatro estaciones, dejando que cada una desvele un poco más sobre quién es mientras ella averigua qué es lo que realmente quiere.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La soledad florece en muchos lugares. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La soledad tiene muchas caras y muchos
días. La soledad, en algunas vidas, es algo sólido, duro, como una piedra o un
animal muerto,</b> como una costra sobre la piel. La soledad es eso a lo que no
queremos mirar ni ponerle nombre, es eso que nadie reconoce, aunque está ahí,
dentro y fuera de casa, en el bar de la esquina y en la parada de autobús. Pero
no soy yo sino Jhumpa Lahiri la que nos va a hablar de soledades y silencios en
ésta, su última novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde me
encuentro</i>, publicada por la editorial Lumen y escrita por primera vez, como
ya hiciera otros escritores como Vladimir Nabokov, Joseph Conrad, Samuel
Beckett, Milan Kundera u Oscar Wilde, en una lengua que no es la suya, el
italiano. <span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde me encuentro</i> es el paseo que nosotros, los lectores, hacemos
por un barrio de la mano de la narradora, una mujer que reflexiona sobre su
vida, sobre el paso del tiempo y las expectativas, sobre lo que no puede
compartir.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Confieso
antes de seguir escribiendo que Jhumpa Lahiri <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">es de mis autoras predilectas, de ésas que uno lee con los ojos
cerrados –entiendan la metáfora-. </b>La admiro y la sigo desde que publicó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tierra desacostumbrada</i>, un potentísimo
libro de cuentos al que vuelvo cuando necesito reconciliarme con la literatura.
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde me encuentro</i> funciona a modo de
relatos pequeños –cada capítulo es un lugar, una avalancha de recuerdos- y el
planteamiento es tremendamente sencillo: una mujer que camina, que visita los
lugares que componen su día a día, por ejemplo, el bar, la librería, la casa de
su amiga, y a los que ella se siente unida por cualquier motivo. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Los espacios físicos son la excusa para
irnos enseñando otros espacios, los emocionales,</b> en los que nos encontramos
a una mujer soltera, sin demasiada confianza en la vida, y que arrastra una
relación complicada con la madre. Y ahí se encuentra uno de los temas más
fascinantes de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde me encuentro</i>: la
relación madre e hija, a las que une un afecto desdibujado, un amor frío, un
silencio feroz. Estamos, pues, ante una mujer sola, sin anclaje en su entorno
ni tampoco en su familia.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <b>Lean a Jhumpa Lahiri sólo por el placer de
leer, de dejar que la musicalidad entre en sus oídos</b> y les coloque al borde
del ensimismamiento. Es una prosa sencilla y cuidada, potentísima en la
claridad, en esa maravillosa virtud de llamar a las cosas por su nombre. Y no
hay grandes alardes en el estilo sino una –creo yo- manifiesta intención por contar
la soledad como algo íntimo, cotidiano, como quien toma un café a toda prisa en
un bar de mala muerte porque aquí, en esta novela, la soledad no se mitifica,
no es algo dramático ni gigante, es un líquido que va empapando el día a día.
Como encontrarse un céntimo en un bolsillo del pantalón, algo posible.</span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Donde me encuentro</i>
es ese momento de reflexión en el que uno –usted, yo- hace balance del momento
presente, de qué ha conseguido, de quién lo acompaña. Son las reflexiones con
las que uno cose su existencia, con las que uno le da sentido a lo que es. Y
aparece la soledad, claro que aparece, como un estado interior, como un
silencio hondo, como una sensación, la de no esperar nada del destino. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">“Parece que ya no tengo vida”, dice la
narradora en una escena. </b>Y esto es la novela, el de una mujer que deambula
por su propia vida, por su propio barrio, deteniéndose en los lugares que
alguna vez significaron algo, extrañándose ante los otros, preguntándose una y
otra vez dónde se encuentra</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-13053048404701641992019-05-23T08:20:00.002+02:002019-05-23T08:50:40.101+02:00En el jardín del ogro<a href="http://www.cabaretvoltaire.es/assets/images/portada_en%20el%20jardin%20del%20ogro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://www.cabaretvoltaire.es/assets/images/portada_en%20el%20jardin%20del%20ogro.jpg" height="" width="264" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Adèle parece tener una vida perfecta. Trabaja como periodista, vive en un bonito apartamento en Montmartre con su marido Richard, médico especialista, y con su hijo de tres años, Lucien. Sin embargo, bajo esta apariencia de cotidianidad, Adèle esconde un inmenso secreto, la necesidad insaciable de coleccionar conquistas. En el jardín del ogro es la historia de un cuerpo esclavo de sus pulsiones, una novela feroz y visceral sobre la adicción sexual y sus implacables consecuencias.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">El deseo es, quizás, la parte más primitiva del
ser humano. <b>Nos deja a merced de los instintos, nos hace perder la cabeza, nos
vuelve animales. </b>El deseo, ustedes lo sabrán, es un calor que nace del pecho y
se sube a la garganta y a las mejillas, y casi no nos deja respirar. Nos quedamos
boqueando, como un pez fuera del agua. También es un hormigueo que baja hasta
las piernas y nos coloca al borde del desmayo, con los ojos entrecerrados, nos
obliga a apoyarnos en la pared o en una mesa. El deseo nos mantiene vivos, nos
recuerda que no tenemos el control. Y de eso, precisamente, hablamos en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En el jardín del ogro</i>, la novela recién
traducida de la autora francesa de ascendencia marroquí Leila Slimani, que nos
trae la exquisita editorial Cabaret Voltaire –qué buen trabajo hacen- y que nos
pone frente a una mujer con una vida en apariencia perfecta que
necesita-busca-sufre encuentros sexuales esporádicos, una mujer que es capaz de
sacrificarlo todo –su matrimonio, su maternidad, su trabajo- por el placer. <b>O
quizás hay algo más bajo esa adicción al placer.</b></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><b>Leila
Slimani ya nos dejó a todos boquiabiertos</b> con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canción dulce</i>, premio Goncourt 2016, el escalofriante relato de una
canguro que termina con los niños que cuida y que funciona, de principio a fin,
como un retrato demoledor de la sociedad capitalista, de la familia, los
afectos y la soledad en la era moderna, de las caóticas prioridades de la clase
burguesa. Llega ahora a España su novela anterior, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En el jardín del ogro</i>, que aborda, sin complejos y sin pudor, la
rendición al sexo de una mujer de mediana edad, guapa, exitosa, pija, con
dinero. Está casada con un hombre atento, tiene un hijo encantador, trabaja en
un puesto de responsabilidad. Sobre el papel, su vida está satisfecha, debería
estarlo. En la realidad, necesita seducir, necesita consumar, necesita sumar nuevas
conquistas, cuando más sucias, más depravadas, cuanto más morbosas, mejor. Y es
aquí donde la novela queda convertida en paseo por el laberinto de las pasiones
bajas, en una radiografía de una mujer dominada por los impulsos sexuales. No
sé dónde leí una vez –o si lo leí en algún sitio- que no hay sensación comparable
a la de sentirse deseado, a la de ser observado con ojos de lujuria. Y esta
certeza puede parecer, grosso modo, el esqueleto de la historia, pero es sólo
el barniz. <b>Detrás de la búsqueda obsesiva del sexo hay mucho más y mucho más
terrible: la infelicidad consciente, la pérdida absoluta de control, la
necesidad de tener algo, de conseguir a alguien, de sentir el poder. </b>Y también
están el sexo y el dolor, la bajada a los infiernos, la incursión diaria al
jardín del ogro. Y como telón de fondo, fíjense, nos coloca en un debate mucho
más antiguo (y a la vez, mucho más moderno): ¿rechazamos el comportamiento de
Adéle, la protagonista, sólo porque es mujer? ¿Sentiríamos la misma compasión,
el mismo asombro, ante un hombre con esa misma adicción?</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><b>Los
que me conocen ya lo saben:</b> me rindo a una buena prosa, a la musicalidad de las
palabras, a estética de la literatura. Leila Slimani hace gala de un estilo muy
peculiar: es conciso, es directo, alguno dirán que casi frío, pero cuidado al
milímetro, pulido hasta la última coma. Su forma de escribir es tan potente que
no necesita alargarse en exceso ni darle demasiadas vueltas a nada. A veces, la
sencillez es el camino más eficaz para contar historia, para que los lectores
empaticemos con los tormentos de sus personajes. Slimani lo hace con maestría:
sus propuestas se quedan largo tiempo en la memoria y en las conversaciones,
con la sensación de seguir ligeramente aturdido. Supongo que ha quedado claro
que estamos ante una de mis autores contemporáneas favoritas. Por su
originalidad, por su elegancia. Por su valentía.</span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>Leila Slimani nos abre las puertas del jardín del ogro, nos deja una
invitación para que entremos, para que veamos en todo su esplendor la terrible
flor de los deseos. <b>Podría ser una flor carnívora o una venenosa, de ésas tan
bellas que a uno no le importa si lo deja medio muerto.</b> Y ya les aseguro yo,
que acabo de salir de ahí y que aún estoy conmovido, que es una experiencia
terriblemente bella, un paseo estimulante por las pasiones humanas, un vistazo
al infierno. Y en la pasión está el desenfreno, la esclavitud y, sobre todo, el
placer. <b>El sexo como salvación y perdición, como bálsamo y herida. Y sobre todo,
como lugar en el mundo.</b></span><b> </b></div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-9181198725457142642019-02-18T22:51:00.004+01:002019-02-18T22:51:45.420+01:00La hora violeta<a href="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t0/32/9788439727132.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t0/32/9788439727132.jpg" width="234" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Una de las frases que más oye un padre tras la muerte de su hijo es «No tengo palabras». Todo el mundo se queda sin palabras de consuelo en un momento en que los lugares comunes suenan a insulto. Pero Sergio del Molino sí tenía palabras. De hecho, solo tenía palabras, las que forman esta historia de amor titulada La hora violeta. Este libro narra un año de la vida de su hijo Pablo, desde que fue diagnosticado de un raro y grave tipo de leucemia hasta su muerte. La hora violeta no es solo una apasionada carta de amor de un padre a su hijo, sino también la historia de una búsqueda: la de un término para referirse a los «padres huérfanos». Hay tan pocas palabras de consuelo disponibles que el idioma se ha olvidado incluso de reservar un sustantivo para quienes ven morir a sus hijos. Del Molino expresa sin medias tintas la frustración y la angustia de un padre sin incidir en descripciones sensacionalistas del sufrimiento de su hijo. </div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">La hora violeta es la hora que no avanza, ese
momento en el que el minutero parece que no salta hacia adelante. La hora que se repite una y
otra vez. ¿Y por qué? Por el sufrimiento, por el dolor que causa, porque el ser
humano es incapaz de seguir, de despegarse de ella. Sí, vamos a hablar
de una de las experiencias más terribles –posiblemente la que más- a la que se
enfrentan unos padres, a la pérdida de un hijo. Hablemos de <i>La hora violeta</i>, en
la que el autor Sergio del Molino –lo conocerán porque firmó el imprescindible
ensayo <i>La España vacía</i>-, nos cuenta de la mano de Literatura Random House la
corta vida de Pablo, su hijo, desde que fue diagnosticado con leucemia hasta que
muerte, con dos años. Y sí, están el dolor y la desesperación, pero también el
amor y la entrega; conviven en estas páginas lo peor y lo mejor de ser padres,
la dulzura y el llanto, la capacidad infinita de amar. Y, como consecuencia, de
sufrir.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span><b>Deja
claro el autor en numerosas entrevistas que no cree en la literatura
terapéutica, que este libro en ningún modo es una novela de superación</b> sino
simplemente, y esto lo digo yo, la batalla entre un escritor y su tragedia. Él,
Sergio del Molino, usa las únicas armas que conoce, la de las palabras, y la
tragedia lo supera, lo abruma, lo obliga casi a rendirse. <i>La hora violeta</i> es,
grosso modo, la experiencia de un padre que pierde a un hijo. En estas páginas,
no más de doscientas, están los pasillos largos, los médicos serios y los niños
calvos. Están las noches en vela, las preguntas de por qué a mí, la necesidad
de buscar luz, en algún sitio, en alguna morada. En todo este recorrido triste,
el autor-narrador se para a tomar aire, a reflexionar sobre lo que significa
ser padre, sobre lo que implica la pérdida. Es cierto que el tema tiene algo
que nos llega a todos de inmediato: el sufrimiento de un niño, <b>pero Del Molino
no se pasea por lugares comunes –al menos, no más de los precisos-, no se
centra en el melodrama ni tampoco se enfanga en el dolor; </b>es decir, no camina
en círculos. Y es lo que le aplaudo: su lucidez, su serenidad, la verdad que
late bajo las páginas. Es realmente conmovedor escucharlo hablar con ese amor de su hijo.
Yo, os lo reconozco, necesitaba un poco de silencio cada treinta páginas. Es
tal la intensidad, es tanto el dolor que rezuman estas páginas que necesitaba
sacar la cabeza por la ventana, cerrar los ojos y sentir la vida.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Capítulos
cortos, frases concisas, palabras elegidas. Confesiones políticamente
incorrectas, recuerdos quizás adulterados por la pena y el cansancio, las
ansias de vivir, de volver al día previo al sufrimiento. Y así se narra la
tragedia. O más bien, el que la narra es el autor-padre, el hombre sufriente,
el ser humano que entiende que su papel es sólo despedirse. <b>No hay grandes
estridencias ni artificiosidad, todo está contado en voz baja –que es el tono
de la derrota-</b> todo está al servicio de Pablo, de su hijo. Qué generoso el
narrador, qué temple para recordar con tanta dulzura. Porque leucemia y niño no
debería ir en la misma frase. Y tampoco en la misma vida, como dice la escritora Lorrie Moore en uno de sus cuentos de Pájaros de América.</span></div>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"> La hora
violeta</span></i><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"> <b>le
encomienda a la literatura la difícil tarea de ponerle palabras al dolor de
unos padres, de convertirlo en algo tangible, para poder enseñarlo, para poder saber
qué apariencia tiene. </b>Sergio del Molino, narrador experimentado y analista
lúcido, firma esta historia autobiográfica con una decisión clara, la de la
ternura a toda costa, y con una capacidad innegable para conmover, para
dejarnos plantados –de empatía, de pena–. <b>Y uno, al final, sólo puede preguntarse
cómo el dolor de unos padres puede ser contado de una forma tan bella, con
tanta delicadeza. </b>Quizás ésta sea la meta del arte, la de hacer soportable lo
insoportable.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-31567865827702402842019-02-17T20:11:00.000+01:002019-02-17T20:11:36.961+01:00Las cartas de Elena Francis<a href="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t0/82/9788437638782.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t0/82/9788437638782.jpg" width="274" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Elena Francis, un personaje de ficción, se convirtió en la consejera sentimental de las españolas a través de un consultorio de radio. Aunque fue concebido como motor publicitario de una empresa de productos de belleza, la influencia del programa trascendió hasta convertirse en un fenómeno de masas del brazo de la ideología nacionalcatólica. El presente estudio analiza un conjunto de cartas, datado entre 1951 y 1970, que establecen el escenario sentimental, laboral y familiar en el que se movían las mujeres de la clase trabajadora. Las cartas, que en su mayoría no se radiaron, constituyeron una vía de comunicación paralela al programa de radio y se contestaron particularmente, puesto que su contenido excedía la inocente consulta de belleza para describir graves casos de marginación, malos tratos y frustración personal. Este fondo documental confirma la supeditación de la mujer durante la dictadura a un sistema patriarcal que le vetaba la posibilidad de equipararse al varón en el ámbito educativo y social. </div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Esto,
señores y señoras, es Historia de España, así, en mayúsculas.</span></b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> Es la
experiencia callada de cientos, miles de mujeres durante la Dictadura, de
nuestras abuelas y nuestras bisabuelas, es el reflejo de un país oscuro que estaba
convencido de que ellas –o como las llamaban algunos: el bello sexo– debían perseguir pocas metas en la vida: la de hacer un hogar feliz, la de criar hijos felices, la
de tener al marido feliz. Y la de no quejarse demasiado. En este paisaje, una
voz femenina se alzó para dar consejos, para guiar y consolar. Y ella no es
otra que la señorita Francis, a muchos os sonará el nombre porque estuvo más de
tres décadas en antena. Hoy reseñamos uno de los libros con los que más he
disfrutado, más estimulantes y más interesantes de los últimos años: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las cartas de Elena Francis. Una educación
sentimental bajo el franquismo</i>, un estudio firmado por Armand Balsebre y
Rosario Fontova que trae la editorial Cátedra y que pretende ser una fotografía
exacta de la sociedad de la época a través de las cartas que las entregadísimas
oyentes enviaban a la ficticia señorita Francis y donde le consultaban sobre
belleza, sobre relaciones, infidelidades y noviazgos, y hasta sobre problemillas de economía
familiar. Ya les digo que estamos ante un documento impagable.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <b>27 de noviembre de 1950. </b>Se emite por
primera vez un programa radiofónico que dará a conocer a la consejera más
escuchada y más admirada de la España de la posguerra: Elena Francis. Ella hará historia, sus consejos serán seguidos por miles de mujeres. Aunque el
programa fue, en principio, concebido como un trampolín publicitario para
ciertas marcas de bellezas, se convierte rápidamente en un espacio de
conversación en el que una consejera-amiga-sabia atiende miles de consultas de las
mujeres de la época, a las que se les habían recortado las libertades
conseguidas en la República. El germen de todo esto –de la investigación, de
que tengamos documentación tan valiosa sobre los desvelos femeninos de la
Dictadura- fue la casualidad: <b>en una masía casi abandonada de Cornellá
(Barcelona) se encuentran decenas de sacas con más de un millón de cartas
dirigidas a una misma mujer: Elena Francis. </b>Muchas se quemaron, otras, las más reveladoras,
se guardaron y han servido para cimentar este estudio que sale ahora publicado
en una edición cuidadísima de más de 500 páginas. Elena Francis era la maestra
de esta escuela de educación moral, en la que se hablaba, sobre todo, de
hombres, del hogar y de los niños. Es curiosa la personalidad de esta mujer, entre mojigata y comprensiva, entre dulce y contundente,
entre tajante y protectora. Sus consejos son de los más variopintos. Y para muestra, un botón: “Hágase
la sorda, la muda y la ciega, es lo mejor”. “Los hombres son como niños grandes
a los que nada les gusta más que conquistar”. “La desgracia de una mujer es
siempre otra mujer”, dice en referencia a las que se lían con hombres casados. “Usted
tiene el temperamento amargado y tiene el don de querer amargar a los demás.
<b>Nadie le abrió la cabeza de un sillazo porque tiene la suerte de estar rodeada
de personas educadas y bondadosas”.</b> “La mujer tiene el deber de estar bella”.
Sí, a cualquier lector de este nuevo siglo se le abre la boca de asombro pero
éstas, señores y señoras, eran las consignas de una época, las directrices
habituales para las mujeres honestas.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Ya
les digo, el libro es una auténtica maravilla porque es capaz de retratar desde
lo cotidiano las inquietudes y los sufrimientos de estas mujeres que escuchaban el
programa de radio en la cocina, en la sala de costura o en las fábricas. El
libro está concienzudamente documentado –además, aporta fotos de
gran calidad- y tiene una prosa sencilla y fluida. Lo importante son las
cartas, las oyentes, sus problemas. Hasta la cancelación del programa, en 1984 –treinta
y cuatro años más tarde- no se supo que Elena Francis nunca existió y que eran
otros los que atendían, por escrito, las consultas de las mujeres.
En algunas cartas, los contestadores –no todas las consultas se leían en
antena, pero todas se contestaban como una forma de fidelizar a la audiencia–
<b>anotaban un asterisco: era la señal de que tocaba un tema delicado, como un
intento de suicidio o una violación, </b>aunque nunca se decían con estas palabras,
sino “hizo lo que quiso de mí”, “me hago la dormida y mi hermano…”. Estas
cartas eran, atendiendo a la moral de la época, censuradas. Capítulo aparte merecen los originales pseudónimos con los que las mujeres firmaban sus
cartas y que tenían el propósito de procurar el anonimato a la remitente: La fea, Desgraciada sin remedio, Doña Manchas, Una que ha sido
descubierta… </span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las cartas de Elena
Francis</i> es parecido a hurgar en los cajones de nuestras bisabuelas o a ojeras sus diarios o en el joyero de sus secretos. <b>Realmente, esta
investigación habla de las mujeres durante la Dictadura, pero también de un
país, de sus hombres y de sus corsés morales.</b> Las conclusiones son curiosas –entiéndanme
el uso la palabra- y aterradoras al mismo tiempo. <b>El humor lo pone el paso del
tiempo; el terror, la conciencia de lo que tuvieron que sufrir esas mujeres.</b> Lo
que está claro es que Elena Francis fue una madre para todas ellas, una
hermana, una amiga; muchas veces, la única que podía consolar a las mujeres
atribuladas. Señores y señores, esto es Historia de España, nuestra Historia.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-82347396700912098492019-02-10T20:48:00.002+01:002019-02-10T20:49:36.999+01:00Fealdad. Una historia cultural<a href="https://imagessl5.casadellibro.com/a/l/t0/45/9788417141745.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl5.casadellibro.com/a/l/t0/45/9788417141745.jpg" width="255" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Páginas interminables se han escrito sobre la belleza, pero poca cosa hay por ahí sobre lo feo. Es decir, lo que a nosotros nos parece feo. Tenemos un gusto y es muy nuestro, incluso estamos orgullosos de él, pero ¿de dónde viene? He aquí una posible respuesta, un mapa de la fealdad a través de las épocas, las culturas y los continentes, y de cómo ha ido cambiando en la imaginación pública. De las bestias de la Antigüedad clásica a las gárgolas medievales, del monstruo de Mary Shelley a las exposiciones nazis del arte degenerado. El arte, la música e incluso los objetos de consumo masivo, como las muñecas feas de la década de 1980, esto y más está recogido en este libro bellamente ilustrado con ejemplos notorios de fealdad.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>La fealdad es la nueva belleza. Lo feo, lo
raro, lo imperfecto está de moda,</b> nos llama la atención, quizás por curiosidad,
por provocación o porque los cánones estéticos van cambiando con el paso del
tiempo. No hay más que fijarse, por ejemplo, en esa tendencia japonesa tan
original del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">kintsugi</i>, que es la de
resaltar las heridas, las cicatrices y las roturas de un objeto con oro o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">el wabi-sabi</i>, una tendencia también
japonesa que defiende el gusto por lo marchito, por lo que se considera “fuera
de lugar”, por lo rechazado. Pongámonos guapos o feos porque vamos a hablar de
modelos estéticos alternativos con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fealdad,
Una historia cultural</i>, un potente ensayo escrito por Gretchen H. Henderson y que
trae a España la editorial Turner dentro de su colección Turner Noema –qué
publicaciones más exquisitas- para hacernos un curiosísimo recorrido por la
evolución de la fealdad, por los significados que ha ido adquiriendo en las diferentes
civilizaciones y por los ejemplos más potentes de la exaltación de lo no-bello
y nombro, por ejemplo, la exposición de arte degenerado que organizaron los nazis para
mostrar un anti-ejemplo. Y aquí también caben más figuras: el surrealismo,
mucha producción pictórica de Goya, el hombre elefante…</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <i>La fealdad está en los ojos del que mira</i>,
dice en la contraportada del ensayo. Sí, porque es también el receptor el que
coloca las etiquetas y el que decide desafiar los cánones, provocar o,
simplemente, cuestionar las normas. <b>Y porque somos nosotros, desde nuestra construcción y desde la sociedad en la que estamos,
los que decidimos qué es feo y por qué lo es. </b>Es cierto que la autora firma un
ensayo lúcido, coherente sobre el tema de la fealdad para hablarnos de lo monstruoso, de lo que da miedo y también
de lo humano. La belleza ha estado siempre vinculada a la perfección, a lo
mitificado; y la fealdad se acerca más a esa
necesidad milenaria del ser humano de nombrar lo que no entendía, lo que le daba miedo. Este
libro es, sin lugar a dudas, un recorrido fascinante porque la autora sabe
enganchar, sabe llevar la teoría a la historia, sabe ejemplificar lo que
cuenta. Y tenemos, por ejemplo, los monstruos que decoran algunas iglesias, el
expresionismo alemán, el nacimiento del jazz o Frankestein, y encontramos
historias como la de la Primera Guerra Mundial, cuando empiezan a
crearse máscaras para tapar las terribles deformidades de la cara de los soldados, o el
trastorno de la fealdad imaginaria. No es un ensayo que se va por las nubes, es
un estudio riguroso, pero accesible, serio, pero con un aire cotidiano que lo
hace cercano.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><b>Sí,
puede parecer incómodo hablar de fealdad y de feos, </b>pero Henderson nos ayuda a
tener una nueva perspectiva estética del arte, de la vida, de nosotros mismos.
Lo feo siempre se ha relacionado con mostrar y con advertir, con <span style="margin: 0px;"> </span>lo que es temido. <b>Y es lo que hace la autora
con este ensayo, mostrarnos y advertirnos, ponernos delante de situaciones y
obligarnos a reflexionar,</b> a posicionarnos y a advertirnos de que nuestra
decisión es también fruto de lo que somos, de nuestra formación, de la época y
el lugar en el que hemos nacido. Y es lo maravilloso de este ensayo: la
capacidad de conversar con el lector a un nivel muy profundo y que se consigue
gracias a la prosa, libre, directa, sin mayores florituras.</span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i>Fealdad. Una historia cultural </i>nos lleva hasta el meollo del asunto y nos hace plantearnos cómo redactamos nuestras leyes de lo
feo. Y sí, este libro es un libro bello, interesante,
absolutamente estimulante. <b>Lo feo forma parte de nosotros, de lo que somos y de
lo que nos rodea,</b> lo que nos hace humanos porque en todas las sociedades siempre hemos intentado nombrar
lo incómodo, lo anómalo, lo que daba miedo. Y quédense con esto: una época sin
fealdad sería una época sin progreso. A partir de esta lectura, nadie,
absolutamente nadie, despreciará con tanta ligereza lo feo.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-538365958608642492019-02-08T09:53:00.002+01:002019-02-08T09:53:27.402+01:00Yo voy, tú vas, él va<a href="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t0/68/9788433980168.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t0/68/9788433980168.jpg" width="255" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
A Richard, profesor universitario alemán con una exitosa carrera profesional a sus espaldas, le ha llegado el momento de la jubilación. Desde el escritorio de su casa, mientras contempla el lago tras la ventana, se pregunta cómo llenar todo el tiempo libre del que dispondrá. Se entera entonces de la existencia de un campamento de refugiados en Berlín y decide echar una mano.
Allí escuchará historias desgarradoras y esperanzadas de jóvenes llegados desde países lejanos, que vienen huyendo de la guerra y la miseria. Pero la comunicación no siempre es fácil, y en más de una ocasión se producen malentendidos o directamente choques culturales, mientras las autoridades se limitan a aplicar la ley con fría determinación.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Hay libros que son espejos, que ayudan a
entender quién somos, dónde estamos, a qué nos enfrentamos como sociedad. </b>La
literatura, a veces, mira la realidad que la rodea y adquiere la
responsabilidad de obligar a posicionarnos, <span style="margin: 0px;"> </span>de que nos revolvamos incómodos en nuestras
sillas. Y es verdad que si hay un tema polémico y urgente en el siglo XXI es,
sin duda, el de la migración, el de los cientos de miles de personas que dejan
su patria, que se mueven e incluso arriesgan sus vidas en busca de un futuro
mejor. Éste es el tema que cimenta <i>Yo voy, tú vas, él va,</i> de la premiadísima
autora alemana Jenny Espenbeck, publicado por Anagrama, y que narra la historia
de un profesor de universidad jubilado que empieza a colaborar, casi por
casualidad, en un centro de acogida de refugiados. Y ahí, a través de las
historias personales, de los dramas individuales, está el silencio, el
desarraigo, el absoluto fracaso de la Humanidad.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <i>Nadie ama a los inmigrantes</i>, leemos en
una de las páginas, de boca de uno de los afectados. <b>No hay medias tintas, no
hay rodeos ni paños calientes a la hora de abordar este asunto,</b> a la hora de
escribir sobre él, y ésa parece una de las prioridades de la autora: desnudar
el problema, no banalizarlo ni infantilizarlo, hacer visible a los invisibles. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No tenemos voz</i>, dice otro inmigrante,
porque el viaje no acaba cuando llegan a Europa. El viaje se recrudece cuando
intentan sobrevivir dignamente, pero ojo, no es un asunto exclusivo de los que
han dejado África; el protagonista, un burgués ocioso y bien posicionado, encuentra
en este tema un motivo por el que despertar, un recuerdo de su propia vida: él
es alemán, del Este, y también se siente sin arraigo, con un futuro incierto,
rodeado de vacío. <b>Es una novela de aprendizaje, para los que vienen, para los
que estamos, </b>porque es un problema global, es un escenario nuevo donde todos
estamos llamados a colaborar. El asunto, señores y señoras, es complejísimo,
pero la autora lo aborda con tal madurez, con tanto compromiso que es imposible
no verse sacudido, no quedarse con los deberes de la reflexión.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Jenny
Espenbeck escribe sin prisas, tomándose su tiempo, recreándose en la palabra y
en el pensamiento, dejando que los personajes se pierdan, se encuentran y,
sobre todo, se pregunten quiénes son y cuál es su responsabilidad en el mundo
en el que viven. <b>Una prosa, insisto, con tendencia al preciosismo, con gusto
por el detalle, por la calma</b> que, a veces, puede parecer que no avanza, pero lo
hace, lentamente.</span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Yo voy, tú vas, él
va</i> –fíjense en el verbo elegido: ir, moverse- <b>es un vis a vis con la
inmigración;</b> es una historia que nos acerca, a través de la literatura, a los
dramas personales de los refugiados que, huyendo de sus países africanos,
buscan el calor en una tierra desconocida. Y somos capaces de sentir la
soledad, la ausencia de raíces y de afectos, el sonido extraño de una lengua
desconocida. El desamparo. Y es ahí cuando este libro se hace duro, se vuelve
doloroso: somos también la forma en la que tratamos a los desfavorecidos, a los
que están debajo de nosotros, somos también cómo recibimos a los invitamos. Eso
nos define. Este libro, que ha recibido el aplauso unánime de la crítica, es
sin duda una de las novelas más impactantes, más necesarias, más lúcidas de los
últimos años. <b>Porque hay novelas que tienen el enorme poder de abrir las
mentes, de hacernos mejores personas. Bienvenidas sean</b>.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-18600817452059208572019-02-07T14:16:00.001+01:002019-02-07T14:16:37.004+01:00No leer<a href="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t0/12/9788433964212.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl2.casadellibro.com/a/l/t0/12/9788433964212.jpg" width="255" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
La inconfundible voz de Alejandro Zambra se oye con fuerza y delicadeza en las páginas de este libro que, alentados por la paradoja del título, podemos comprender como un originalísimo elogio de la lectura.
Inventario de filias, fobias y caprichos, delicioso álbum de citas, proyectos frustrados y declaraciones de amor –a las fotocopias, a la penumbra, a la palabra borrador, a la poesía chilena y a los orilleros del boom latinoamericano–, No leer es un libro apasionado, extraño, divertido y melancólico, de quien es uno de los escritores latinoamericanos más talentosos y reconocidos de los tiempos recientes.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Imaginen una muñeca rusa, de ésas que se abren
y se repiten infinitamente. Imaginen una semilla en la que está latente un
árbol con cientos de ramas. <b>O imaginen unos fuegos artificiales: una estela de
luz que se levanta en la noche hasta lo alto y, una vez ahí, explota en miles
de estrellas. </b>Algo así pasa con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No leer</i>,
de Alejandro Zambra, un ensayo recién publicado por Anagrama donde el autor,
sin pelos en la lengua, <b>defiende la lectura libre y el vicio literario, repasa su
biografía lectora –sus primeros amores y sus primeras decepciones– </b>y, sobre todo, despliega ante
nuestros ojos un estimulante catálogo de autores, títulos y referencias, de
anécdotas, curiosidades y secretos. Es éste un libro que contiene muchos libros,
en sus páginas están los ecos de otras páginas. Es un libro-semilla. Un
libro-muñeca rusa. Es una recopilación de artículos publicados en diferentes
medios en la última década donde nos muestra miles de caminos, nos señala
cientos de puertas y se arrodilla, una y otra vez, ante el poder de la literatura.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>Basándose
en esa norma tan efectiva de la psicología inversa –no leer–, Alejandro Zambra
invita precisamente a lo contrario: a leer, a leer por placer. Y de aquí sale el
brillo que ilumina todo el ensayo: <b>el gusto por la lectura. El disfrute. El hedonismo.
El acto solitario y ególatra que es entregarse al deleite. La búsqueda del
estímulo estético. La belleza de la palabra. </b>Yo os lo confieso: me sorprende
que alguien enseñe su biblioteca, que confiese sus libros-tesoro, porque para
mí es tan íntimo como enseñar en cajón de la ropa interior. Él no tiene pudor
ni tampoco vergüenza. Habla de los libros como hablan los apasionados: con
vehemencia, con intensidad y apasionamiento y, por qué, con cierta pedantería <b>porque hablar de los libros que ha leído es hablar de él, es construirse una identidad</b>. Tiene reflexiones
interesantísimas como cuando dice que, en la literatura como en la vida, hay que
matar al padre, es decir, hay que superar esos libros que nos apadrinaron en
nuestra juventud. Leer <i>No leer </i>es también escribir, apuntar, querer recordar
porque está lleno de referencias, de títulos y autores. Miren qué frase, que yo creo que resume el sentimiento de cualquier lector: Es a
veces un alivio poder expresarse a través de otro. </span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">No leer</i> es una recopilación de artículos
del autor con un denominador común: su biografía a través de los libros. Él no
habla de su nacimiento, de su mayoría de edad o de su primer amor: él habla de
su primer vicio lector, de su primera decepción lectora o de su amor platónico
literario. Y es curioso conocer a alguien por lo que lee y por lo que decide no
leer. Con una prosa cercana, aferrado a un estilo que recuerda a la barra de
un bar o a la confesión de alguien al que se le ha soltado la
lengua, el autor se siente cómodo en ser provocador, en su acidez a la hora de criticar
a ciertos autores, como a Sandor Marái, o de confesar sus manías, sus vergüenzas. Y los que aman los libros sentirán cerca a Zambra, lo verán como uno de los suyos (o uno de los nuestros) ¿Qué
pensarían de una persona que pasa más tiempo eligiendo sus lecturas para un
viaje que haciendo la maleta? Pues levantaríamos la mano porque muchos hacemos lo mismo: un libro para el hotel, otro para el avión, otro por
si alguno de los anteriores no me gusta. Zambra es un obseso de los libros.
Alabado sea.</span></div>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><b>Pues
sí, no lean por obligación, no lean cualquier cosa, no lean sin verse
arrebatados por la poderosa energía de la palabra escrita. </b>No lean por leer, no
lean con desgana ni por aparentar. Alejandro Zambra lo tiene claro: no lean lo
que no quieran. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No leer</i> es una
provocación y un homenaje, es una declaración de amor y una confesión entre
amigos, es una charla caótica y estimulante sobre los libros y las palabras,
sobre los autores y sus aciertos, sobre los fracasos y los olvidos. Lo mejor
del ensayo es, sin duda, la lucidez del autor, sus reflexiones y su virtud para
inspirar, para dejar intuir. Si algo queda claro después de leer a Zambra es
que la literatura es maravillosa. <b>Porque la literatura es la vida. Y no leer es
lo mismo que no vivir. Así que decidan ustedes mismos…</b></span></div>
<b> </b><br />
<b></b><br /></div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-74779901316354739862019-02-07T09:30:00.001+01:002019-02-07T09:30:06.593+01:00Feliz final<a href="https://imagessl1.casadellibro.com/a/l/t0/01/9788432234101.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl1.casadellibro.com/a/l/t0/01/9788432234101.jpg" width="234" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Esta novela reconstruye un gran amor empezando por su final, la historia de una pareja que, como tantas, se enamoró, vivió una ilusión, tuvo hijos y peleó contra todo ―contra ellos mismos y contra los elementos: la incertidumbre, la precariedad, los celos―, luchó para no rendirse, y cayó varias veces. Todo amor es un relato en disputa, y los protagonistas de éste cruzan sus voces, confrontan sus recuerdos, discrepan en las causas, intentan acercarse. Feliz final es una autopsia implacable de sus deseos, expectativas y errores, donde afloran rencores sedimentados, mentiras y desencuentros, pero también muchos momentos felices. Isaac Rosa aborda en esta novela un tema universal, el amor, desde los muchos condicionantes que hoy lo dificultan: la precariedad y la incertidumbre, la insatisfacción vital, las interferencias del deseo, el imaginario del amor en la ficción… Porque es posible que el amor, tal y como nos lo contaron, sea un lujo que no siempre podemos permitirnos.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 13.33px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Regla
número 1 para los enamorados:</b> toda historia de amor contiene una posible
historia de desamor. Regla número 2: La pasión, la alegría y la entrega con las
que se ama son proporcionales al dolor, a la desesperación, a la decepción con
las que se soporta la ruptura. Regla número 3. Cuando alguien se atreve a amar,
se arriesga también a desamar y a sufrir una serie de contrariedades que sólo
afectan-lastiman a los enamorados: desenamorarse, ser infiel, ser cornudo, perder la
ilusión, abandonar o ser abandonado, mentir o ser engañado, traicionar o ser
traicionado. <b>Sí, amar tiene una oscura (terrible, grotesca, sórdida, pedregosa)
cara B </b>y es ésa la experiencia que retrata Isaac Rosa en su nueva novela,
curiosamente titulada <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Feliz final</i>, de
la editorial Seix Barral, en la que (de)construye la historia de una pareja, desde
su ruptura a su enamoramiento, desde atrás hacia delante, desde que está todo
perdido hasta ese momento en el que se rompió todo, en el que la relación
comenzó a pudrirse, a descomponerse, a oxidarse. <b>¿Qué día se hizo evidente que
no había salvación? ¿Tras qué error la separación era irreversible? </b></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 13.33px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Tiene <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Feliz final</i> <b>un aire a confesión, a cierto voyerismo: </b>alternando las
voces de ella y él van enfrentándose, armando sus monólogos, con los reproches como única munición. Las
dos caras de la tragedia. Las dos versiones de una guerra. Los dos culpables de una despedida. Antonio y Ángela, una pareja normal a ojos de todos
los demás, decide separarse. O más bien, lo decide él y ella tiene que aceptar.
Y a partir de ahí, se construye la historia o, mejor dicho, se escarba la
historia, porque es un trabajo de arqueología, de ver qué salió mal, de entender en qué
momento quedó sepultado el amor bajo la rutina, la pereza y la desgana. La
novedad de <i>Feliz final</i> es, sobre todo, ese interés por entender las rupturas de una pareja que ha llegado a los cuarenta, en la que sus miembros se debaten entre lo que tienen y lo que podrían tener, entre lo malo conocido y lo bueno por conocer. Y tiene reflexiones
interesantísimas sobre el dinero y el amor, sobre las redes sociales y el amor –seducir,
llega a decir el protagonista, es la gran plaga del siglo XXI-, sobre el amor y
la guerra, sobre el amor y la desconfianza. Es una historia particular, en la que también aparecen el reparto de las hijas, de las cuentas y de los amigos, y en la que se
mete el dedo en la llaga con poca delicadeza, pero con mucha lucidez.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px 0px 13.33px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Isaac Rosa, que ya ha demostrado de
sobra su solvencia narrativa con algunas novelas brutales como <i>La habitación
oscura</i> o la brillante <i>El país del miedo</i>, las dos en Seix Barral,<b> tiene un
especial don para el detalle y las pequeñeces, para mostrar lo global a través
de las menudencias. </b>Y además, en una panorama literario que busca cada vez más la
acción y la intriga, el autor se embarca en el fluir de conciencia, en el
monólogo interior, en la confesión exhaustiva. Y engancha. Era éste un proyecto complicado:
hablar del dolor, de la ruptura y del desamor sin caer en los lugares comunes,
sin agarrarse al romanticismo exacerbado o a la pena infinita, sin aburrir al que escucha las desgracias ajenas, pero no hay de qué preocuparse. Isaac Rosa lo consigue: sale indemne, indiscutiblemente victorioso.</span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Feliz final</i>
<b>habla de lo que no queremos hablar: </b>cuando una pareja, la nuestra, se rompe y
no terminamos de aceptarlo, y nos enredamos en reproches, en guerrear, en analizar qué
hubiera pasado si… si hubiera sido sincero, si hubiera dicho que me encontraba
mal, si no hubiera traicionado. Sí, el amor tiene una parte que no nos gusta
mirar, de la que no nos gusta que nos cuenten y eso es lo que nos encontramos aquí: dolor en grandes cantidades, la decepción del amor. La última novela de Isaac Rosa, que ya va por la segunda edición, habla de algo
más grande que el drama de unos enamorados: de la condición humana, de cómo nos
transformamos cuando estamos en pareja y cómo volvemos a mutar cuando nos desenamoramos.
Y aquí está siempre la pregunta constante, la que late bajo la novela y que planea sobre sus
letras: <b>¿cómo dos personas que han sido amantes pueden convertirse en enemigos? Aquí está el misterio. Bienvenidos a este paisaje: el de la absoluta devastación</b>.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-61222696289618766392018-11-13T13:44:00.000+01:002018-11-13T13:48:14.583+01:00El dolor de los demás<a href="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t0/76/9788433998576.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t0/76/9788433998576.jpg" width="253" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
En la Nochebuena de 1995, el mejor amigo de Miguel Ángel Hernández asesinó a su hermana y se quitó la vida saltando por un barranco. Ocurrió en un pequeño caserío de la huerta de Murcia. Nadie supo nunca el porqué. La investigación se cerró y el crimen quedó para siempre en el olvido. Veinte años después, cuando las heridas parecen haber dejado de sangrar y el duelo se ha consumado, el escritor decide regresar a la huerta y, metiéndose en la piel de un detective, intenta reconstruir aquella noche trágica que marcó el fin de su adolescencia. Pero viajar en el tiempo es siempre alterar el pasado, y la investigación despertará unos fantasmas que creía haber dejado atrás: la infancia marcada por la Iglesia, el pecado y la culpa; la presencia constante de la enfermedad y la muerte; el universo opresivo y cerrado del que un día consiguió salir. Y con ellos emergerá también la experiencia de una nostalgia contradictoria: la memoria de una felicidad velada, el reencuentro con un origen injustamente sepultado.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Tener la historia es el primer paso para
cualquier escritor, para cualquier periodista. Es un momento epifánico cuando,
como una aparición, se presenta ante el pobre creador la inspiración. <b>¡Ahí está!
¡Aleluya! El argumento, la respuesta, la luz. </b>Uno, muchas veces, tira de vivencias
de otros o se agarra a la imaginación, sin ser consciente de que su próxima
novela está delante de sus ojos y de que ha formado parte de su vida desde
siempre. Algo así es lo que le ocurrió a Miguel Ángel Hernández, que ahora publica
con Anagrama <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El dolor de los demás</i>,
una reconstrucción de un suceso de hace más de veinte años, <b>cuando su mejor
amigo se tira por un barranco después de matar violentamente a su hermana. </b>Fue
la noche de Navidad cuando el autor, vecino del asesino y casi testigo de los
hechos, era un joven tímido, religioso y desubicado en la huerta murciana. Y de
repente, detrás de estos recuerdos y muchos años después, <b>brotan todos los
impulsos del escritor: la necesidad de contar, de buscar respuestas, </b>de
entender los motivos y de observar el dolor de los demás.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>El
autor se suma a la tendencia de la autoficción y de la metaliteratura –tan de moda,
tan recurrente– y por una razón muy sencilla porque <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El dolor de los demás</i> no es sólo una historia con cierto regusto
detectivesco –el narrador se lleva toda la obra intentando acceder a los
detalles de la investigación, a los resultados de las autopsias, a las
declaraciones de sus paisanos– <b>sino una reconstrucción de un hecho trágico para
hablar de la identidad del autor (¿quién era él de joven?), del peso del ayer en
el hoy y de sus orígenes, para ofrecer un auténtico ejercicio de escritura.</b> Porque esta obra no
es más que un libro sobre el proceso de escribir sobre un hecho tan
cercano, sobre esa magia que es la de transformar un acontecimiento en palabras.
Y el lector, mientras espera el resultado –que no es otro que conocer los
porqués de ese asesinato, entender qué relación había entre los hermanos para
que acabaran así– va entrando sin darse cuenta en el relato de Hernández, en
sus pasos como investigador y periodista, en esa historia en la que parece que habla
de los demás, pero habla de sí mismo, de su memoria y de profesión de escritor. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Sorprende y se agradece que un hecho tan espeluznante –todo lo que eso trajo consigo<span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">–</span> esté
narrado con un tono tan sobrio, tan meditado. No hay lugar para el morbo ni
para el amarillismo. La película va por otro sitio, porque no es una novela
sobre ese asesinato sino sobre cómo uno asimila un hecho así en su propio entorno. Y
ahí está –y eso lo hace muy bien Hernández<span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">–</span> <b>la palabra, con su poder creador y
transformador, con su poder, por qué no, sanador. </b>Porque a veces, sólo
poniéndole palabras a las vivencias uno consigue reconciliarse con ellas.</span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El dolor de los
demás</i> no es un producto común, no es una historia al uso. No es un thriller, no es una novela negra,
no es un manual para escribir sobre uno mismo, y a la vez es todo eso. <b>Hernández
nos lleva por los caminos espinosos de la creación, de la muerte y la memoria.
</b>Y no, los verdaderos protagonistas de esta historia no son el asesino y su
hermana asesinada sino el propio autor, que en el proceso de escritura de esta
tragedia se enfrenta a sus propios fantasmas y a sus propias pesadillas, a
intentar entender cómo ese dolor ha ido fosilizando en él, cómo lo ha
transformado. <b>Porque quizás uno nunca llega a entender el sufrimiento de los
demás, sólo el propio, el que sigue dentro. Y eso ya es bastante</b>.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-65776230171882098972018-11-12T21:15:00.002+01:002018-11-12T21:15:24.905+01:00Denuncia inmediata<a href="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t0/76/9788433980076.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl6.casadellibro.com/a/l/t0/76/9788433980076.jpg" width="254" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Un joven viaja por el mundo en busca de iluminación; una estudiante de origen indio seduce a un profesor buscando una salida desesperada a la situación de su familia; un poeta fracasado acaba dejándose arrastrar por la tentación del dinero; un sexólogo tiene un perturbador encuentro sexual en una selva remota; un matrimonio que empezó por conveniencia acaba en desastre; un músico que toca el clavicordio se enfrenta a la dificultad de combinar su arte con su condición de esposo y padre y termina perseguido por unos cobradores de morosos; uuna mujer visita a una vieja amiga a la que le están haciendo pruebas para saber si padece alzhéimer y le regala un libro que ambas adoraban en su juventud... Jeffrey Eugenides, que ha demostrado su capacidad para ahondar en la complejidad de las relaciones humanas, continúa su exploración en esta envolvente colección de cuentos. Nos encontramos aquí una vez más con hombres y mujeres que se enfrentan a sus miedos, toman decisiones drásticas y se adentran en territorios desconocidos. </div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Me
dejó en un extraño estado de hipnosis con</span></b><span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las vírgenes suicidas</i>. Después, me noqueó con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Middlesex</i>, una novela a la que miro con cierto recelo porque me
removió tanto que no podía creer que un libro, un simple libro, tuviera el
poder de aturdirme de esta forma. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Y
ahora, Jeffrey Eugenides vuelve a hacerlo.</b> Preparaos todos, apriétense los
cinturones porque Anagrama publica en castellano <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Denuncia Inmediata</i>, una exquisita recopilación de relatos
protagonizados por enamorados, soñadores y trabajadores, todos fracasados,
todos incapaces de gestionar su frustración. Y lo avanzo desde ya: este autor
ha firmado la que es mi mejor lectura del año. No tengo dudas. Ahora os explico
por qué.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"> <i>Denuncia inmediata</i> <b>habla de ti y de mí, habla
del vecino y del que te mira por encima del hombro en la cola del banco. </b>Estos
relatos se nutren de la clase media para hablarnos de esas frustraciones que
todos despreciamos, que no podemos creer que tengan algún tipo de lirismo. El
autor lo hace. Y ahí tenemos dos ancianas amigas que siguen viviendo de los
recuerdos, un hombre en una selva perdida que cree entrever el sentido del
universo, una mujer que quiere quedarse embarazada a toda costa (insisto: a
toda costa), un hombre que sobrestima su talento y pone en peligro el bienestar
de su familia, una denuncia falsa de violación para librarse de un matrimonio
concertado, y así, una pasarela de personajes que nos provocan algo intermedio
entre la compasión y la repugnancia. <b>Y hay dos columnas sobre las que se
levanta este edificio literario, curioso, cuajado de detalles, y son el dinero
y el sexo.</b> Sí, esas dos metas parecen democratizarnos a todos, parecen ser el
origen de casi todas las frustraciones del hombre.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Si
hay algo que nos deja claro el autor con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Denuncia
inmediata</i> es <b>que trabaja el cuento con la misma precisión que las novelas. </b>Sus
relatos son como semillas que, si se dejaran florecer, podrían convertirse en
novelas, en rocambolescas historias. Eugenides pule al milímetro la prosa,
trabaja los diálogos con el oído y no se achanta al tratar grandes temas de la
humanidad en historias de no más de veinte páginas. El universo, la vejez, la
soledad y la maldad. La hipocresía, la excitación sexual, el amor condicional. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Denuncia inmediata</i> es, en cierto modo, una
especie de homenaje a él y a su literatura porque los relatos ocupan un periodo
de treinta años, desde 1988 hasta 2017, aunque no están ordenados de forma
cronológica. Comprobamos que hay una constante en su obra: conocer la penumbra
del ser humano, sus dobleces y sus laberintos. Y mis títulos favoritos, a ver
si coincidimos, son <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jeringa de cocina</i>
y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Denuncia inmediata</i>.</span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Denuncia inmediata</i>
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">se parece más a vivir que a leer. ¿Por
qué?</b> Por la insólita habilidad del autor para usar la palabra como un arma,
para rebelarse, para defenderse, para atacar. Sí, el lector de esta
recopilación de cuentos se expone a no salir indemne porque en esas historias
está lo que no queremos ver, lo que no queremos ser, lo que no queremos que nos
recuerden. Bastante frustración hay ya en el día a día como para que nos lo
planten en la cara. Y entre estas páginas hay un mundo y un descubrimiento, y
Jeffrey Eugenides es, sin lugar a dudas, un visionario, un genio, como cuando
Galileo descubrió que la Tierra era redonda. Aquí, en estos cuentos, conocemos cuál
es la verdadera forma del ser humano.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-68333842839673576702018-11-01T20:17:00.005+01:002018-11-01T20:17:48.958+01:00Hotel Graybar<a href="https://imagessl5.casadellibro.com/a/l/t0/45/9788432233845.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl5.casadellibro.com/a/l/t0/45/9788432233845.jpg" width="232" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
En este debut, Curtis Dawkins, condenado a cadena perpetua por el asesinato de un hombre, retrata la vida de la prisión y sus habitantes. A través de diferentes relatos y narradores, Dawkins revela las idiosincrasias, el tedio y la desesperación de sus compañeros de celda y la lucha de éstos por mantener vivas sus almas a pesar de su situación. También se describen los entresijos de la cárcel: cómo funciona el sistema de trueque, basado en los tatuajes; los juegos de cartas o el tráfico de cigarrillos.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Él es la última sensación en la literatura
norteamericana.</b> Los críticos se han rendido de forma casi unánime a su trabajo,
sus lectores se cuentan ya por miles y su primer libro de relatos va camino de
convertirse en un auténtico fenómeno editorial que traspasa fronteras. ¿Quién
es él? <b>Curtis Dawkins cumple condena en una cárcel de Estados Unidos por matar
a un hombre durante un atraco, </b>posiblemente mientras estaba bajo los efectos de
las drogas. No saldrá nunca de ahí porque la pena que le impuso el juez fue cadena
perpetua. Encerrado toda la vida. Sin posibilidad de reducción de condena. Tiene
50 años y lleva preso casi quince. Él dice arrepentirse, confiesa que no pasa
ni un solo día sin lamentarse por lo que ocurrió. Está casado, tiene tres hijos
y cuenta que su única ilusión es escribir, <b>que siente que ha recuperado algo
desde que habla de lo que le rodea. </b>Y de esto vamos a hablar precisamente
ahora, de su primer libro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hotel Graybar</i>,
que trae a España la editorial Seix Barral y que no es más que una colección de
catorce cuentos, todos con el mismo escenario, el carcelario, donde ofrece,
desde una mirada lúcida y original, pequeños retazos de la vida entre rejas. La
muerte, el deseo, la amistad. La desazón, la oscuridad y la esperanza. ¿Qué
pasa en la cárcel, cómo son los días, a qué se agarra un preso? Dawkins nos lo
cuenta.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Hotel Graybar</i> <b>es el nombre con el que se
refieren a la prisión los que se avergüenzan de haber estado allí para hacerle
creer a su entorno que están de viaje</b>, que andan fuera de la ciudad durante una
temporada. Y como ocurre en un hotel, la cárcel es también un micro universo
donde confluye gente de distinto pelaje, donde pasan cosas que no suelen pasar
fuera, donde uno entra sabiendo que la vida real es lo que pasa a las afueras,
que eso es sólo un paréntesis. Y no hay lugar a dudas de que el gran logro de
este libro de relatos es el escenario en el que se desarrollan sus historias.
<b>Os lo digo en serio, Dawkins tiene la enorme habilidad de saber crear esos
espacios claustrofóbicos, esa atmósfera densa y pestilente, esa poca luz que ilumina
las celdas, esa sensación de poca intimidad. </b>Y en este contexto se producen las
relaciones entre los presos, se establece la ley del más fuerte. Contados por
un narrador que bien podría ser el mismo, nos habla desde dentro de los
intentos de suicidios, de las mentiras y las largas charlas en la oscuridad, de
los afectos espontáneos, de las llamadas al exterior, de las cenas en el
comedor. Tiene cierto espíritu intimista, cierto gusto reflexivo por entender
qué les importa a los que acaban entre rejas. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> <b> </b></span><b>Tiene
Curtis Dawkins, sin duda, una voz peculiar.</b> Me refiero no sólo a que sabe
contar sin morbo y sin caer en los tópicos sobre las cárceles, sino que exhibe
una manera novedosa de narrar. Su mundo es diferente y la forma en la que une
las palabras, también. El narrador se para en detalles en los que cualquiera
pasaría de largo, reproduce escenas en apariencia banales, da los datos justos,
los precisos para levantar imágenes. Aun así, es un guía perfecto: caminamos
por él por los pasillos y las celdas, y somos capaces de entender su mundo, su
necesidad de observarlo todo para sobrevivir, su negativa a sacrificar el
humor. Tiene en su forma de contar un toque de ironía, de seguir sintiéndose un
pez fuera del agua.</span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>En esta época en la que el relato está tan denostado, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hotel Graybar</i> nos trae un soplo de aire
fresco, irónicamente desde dentro de la cárcel. Sus relatos son duros y tiernos,
contundentes y esperanzados, lúcidos y aterradores. Sus escenas, basadas en
hechos y personajes reales, según él, aglutinan la esencia humana, pone sobre
la mesa los debates antiguos del ser humano. Y bueno, encima con este libro
colea el debate moral de si las obras deben ser juzgadas por los actos de sus
creadores. ¿Se puede decir que son buenos los relatos de un asesino? Pues
posiblemente, sí. <b>Bienvenidos todos al Hotel Graybar. Disfruten de la estancia</b>.</span><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />
</div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-46383103555331574662018-10-30T07:52:00.000+01:002018-10-30T07:53:05.789+01:00Una televisión con dos cadenas<a href="https://imagessl9.casadellibro.com/a/l/t0/09/9788437638409.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl9.casadellibro.com/a/l/t0/09/9788437638409.jpg" width="325" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Este libro no tiene antecedentes en la bibliografía española, por lo que ha de convertirse, sin duda alguna, en un referente obligado para cualquier lector interesado en la historia de la televisión. Hasta este momento no se había abordado de modo sistemático y completo la investigación de la programación y de los programas televisivos en España. Los espectadores que visionaban aquella televisión que empezó a emitir en 1956 y que, recordemos, era la única para toda España, fueron construyendo su imaginario con las imágenes que presentaba su receptor de los avatares de aquellos años. Todo ello pertenece ya a su memoria y su biografía. Las aportaciones que componen este volumen responden a un trabajo de investigación sistemático y riguroso. Con él se rompe también el mito de la falta de fuentes para construir la historia del origen y primer desarrollo de la televisión. </div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Todos, alguna vez, hemos escuchado a nuestros
mayores decir eso de: “en mi época sólo había dos cadenas, la primera y la
segunda”.</b> Sí, señores y señoras, hubo un tiempo –casi 35 años– en el que la
elección sobre qué programa ver había que hacerla entre dos posibilidades. No teníamos
más. Tampoco hace falta irse muy lejos ni tener cien años para acordarse. Yo, por
ejemplo, tengo una ligera idea y podría nombrar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Falcon Crest</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dinastía</i>, a
Jesús Hermida y a los Payasos de la Tele, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un,
dos tres</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la Bola de Cristal</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Verano Azul</i>. <b>Hablo hoy de un libro para nostálgicos,
para curiosos y teleadictos, un libro que nos va a contar la Historia reciente de
nuestro país, pero a través de la televisión.</b> Es un repaso sociológico a nuestras
costumbres y a nuestros gustos, un paseo por nuestra memoria emocional y
audiovisual. Me refiero a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una televisión
con dos cadenas</i>, publicado por la editorial Cátedra y coordinado por el catedrático en Comunicación Julio
Montero Díaz: un exhaustivo estudio –pionero, detallado– sobre la programación en
nuestro país. Bienvenidos a esta biografía sobre la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">caja tonta</i>. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Recordemos
que las televisiones privadas, Antena 3 y Telecinco, empezaron a emitir en el
año 1990. Antes, todo estaba en manos de las dos cadenas generalistas: 34 años
de monopolio absoluto. Este estudio, que suma más de 800 páginas, se divide en
tres bloques, que son a la vez tres épocas distintas, tres escenarios políticos
diferentes: el Franquismo, la Transición y el Gobierno Socialista. <b>Todo arranca
en 1956, cuando sólo los más afortunados tenían televisión. </b>En todo este
recorrido, están el NoDo y la censura, <i>Historias para no dormir</i>, <i>Perry Mason</i>,
<i>Bonanza</i>, Chicho Ibáñez Serrador, <i>Reina por un día</i>, <i>Un millón para el mejor</i>, <i>los Chiripitifláuticos</i>, <i>Un globo, dos globos, tres globos</i>, <i>Antoñita la
Fantástica</i>, <i>Embrujada</i>, <i>Reina por un día</i>. Y más. Mucho más. Ay, el mítico
<i>Estudio 1</i> y las obras de teatro en directo. Es para mí la televisión del Franquismo la parte más interesante de la investigación porque la televisión <b>no tenía como principal objetivo las audiencias sino educar a la
población. </b>Vender las virtudes del Régimen. Moralizar. Hacer ciudadanos decentes y dóciles. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Ojo:
no es un libro únicamente para investigadores o para profesores. ¡Claro que no!
Es un estudio para cualquiera que le interese cómo era la televisión y cómo
éramos los españoles, <b>es un libro sobre nosotros como país, sobre nuestros gustos
televisivos. </b>Se acerca, por la forma en la que está concebido, al estilo
académico, pero es contundente, conciso y está trufado de datos, números, fotos y tablas
de datos. Una televisión con dos cadenas conmueve y remueve porque apela
también a nuestra memoria emocional. Analiza qué recuerda el público, por qué lo
hace y cuál fue la repercusión de determinados programas en nuestro país. </span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><b>Y durante la lectura, no he podido dejar de sonreír, de
recordar, de comentar mis hallazgos con mis abuelos, con los amigos de mis
abuelos. </b>Qué delicia de estudio, qué bien que alguien desempolve nuestros recuerdos, los de toda una comunidad.
<i>Una televisión con dos cadenas </i>es imprescindible por su novedad –es la primera
vez que tenemos un estudio tan exhaustivo sobre la historia de la televisión-,
por su accesibilidad y su cercanía porque es otra forma de mirar la segunda
mitad del siglo XX. Y a mí la memoria me interesa siempre. En este libro está
lo que fuimos –televisivamente hablando- porque fue el germen de lo que somos.
No puedo acabar de otra forma sino felicitando a todos los que han participado
y, por supuesto, a Cátedra- ¡Qué gran trabajo!</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-24791320882939899712018-10-29T21:00:00.003+01:002018-10-29T21:00:50.033+01:00Causas naturales<a href="https://imagessl7.casadellibro.com/a/l/t0/77/9788417141677.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl7.casadellibro.com/a/l/t0/77/9788417141677.jpg" width="254" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
¿Para qué sirve cuidarse si nuestros cuerpos no son de fiar?
Ehrenreich desmonta todas las manías que guían nuestros intentos por vivir una vida más larga y saludable, desde la importancia de las revisiones médicas preventivas hasta los conceptos de bienestar y mindfulness, desde las dietas de moda hasta la cultura del fitness. Las células tienen la costumbre de envejecer o volverse cancerígenas, demostrando una y otra vez que nuestros cuerpos tienden a tomar sus propias decisiones, y no siempre las toman a nuestro favor.Nos estamos matando para vivir más tiempo, pero no mejor. Con el cáustico sentido del humor que la caracteriza, Ehrenreich nos ofrece una alternativa: vivir bien, incluso con alegría, aceptando nuestra propia mortalidad.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Parece algo innato al ser humano: la incansable
búsqueda de la inmortalidad. El hombre (o mujer) moderno busca robarle años a
la muerte con nuevos trucos: la buena alimentación, el deporte regular, los
pensamientos alegres. <b>O lo que es lo mismo: comiendo poco, machacándose mucho y
sonriendo siempre. Y así, nos vamos sintiendo un poco más eternos. </b>Toda esta
tendencia tiene una parte muy retorcida (y no lo digo yo): si alguien muere con
menos de setenta años, los demás piensan que él se lo ha podido buscar, que
seguramente haya sido culpa suya porque no siguió las normas para garantizarse
una vida más larga. El tabaco, el alcohol, la mala comida o el estrés. Y
fíjense, ésta es una de las premisas sobre las que se construye <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Causas naturales, cómo nos matamos por vivir más</i>, un ensayo de la estimulante y siempre polémica Barbara
Ehrenreich, que llega publicado por la exquisita editorial Turner y que viene a
plantarnos ante nuestras narices esta obsesión por ganarle la batalla al
tiempo. Sus reflexiones no tienen desperdicio.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>Algunos
recordarán a la autora por su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sonríe
o muere</i>, en el que le ponía los puntos sobre las íes al pensamiento
positivo, a esa alegría forzada y diaria que todos teníamos que sentir y que
exhibir para tener una vida plena. Sí, Ehrenreich se desmarcó de esa tendencia global
porque <b>se había cansado de pertenecer a una sociedad en la que había que estar
alegre a todas horas, en la que la tristeza parecía una decisión personal, el
síntoma de un fracasado, de alguien que no iba a llegar a nada.</b> Ahora vuelve
para zarandear con las dos manos el panorama médico. Esta mujer, que dejó de
hacerse chequeos rutinarios como forma de rebelión ante la industria
farmacéutica y el capitalismo médico, intenta poner un poco de cordura en esta
obsesión contemporánea por la juventud, la salud, el cuerpo. A la autora le
sorprende que cuando alguien pobre muere joven los demás siempre preguntan: “¿Bebía?
¿Fumaba?”. <b>Dice que lo que hacen es culpabilizarlo, responsabilizarlo de no
haber conseguido que su vida fuera más larga.</b></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: Times New Roman;"> </span>El
mensaje que subyace en el texto durante todo el ensayo es que muchos de
nosotros nos hemos olvidado de vivir mientras nos obsesionamos con alargar
nuestras vidas. <b>Hay gente, recuerda Enhenreich, que se priva de muchas cosas
satisfactorias sólo por asegurarse más tiempo de existencia. </b>La autora, que confiesa,
por ejemplo, que come pan con mantequilla cada mañana, lo cuenta todo con un
halo de ironía, pero sin olvidar la parte científica, los datos. Las
evidencias. Su estilo es serio y claro, contundente, como sus propuestas. Y
sobre todo, lo expone todo con una lucidez indiscutible. En un mundo tan
cambiante como el nuestro, dice ella, el ser humano necesita sentir el control sobre
algo y ha elegido su propio cuerpo, por eso se obsesiona por él. Y todo esto
viene porque no asumimos nuestra mortalidad, no hablamos de lo único seguro de
la vida: la muerte.</span></div>
<span style="font-family: "Garamond","serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><b>Si hay algo que le agradeceré siempre a cualquier interlocutor</b>
(ya sea un escritor, un panadero o un pasajero de cualquier autobús) es que sea
estimulante, que me saque de mi zona de confort y que me proponga nuevos retos,
nuevos debates intelectuales. Barbara Enhenreich lo hace con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Causas naturales</i>, un ensayo valiente y
novedoso, un bofetón a nuestra obsesiva preocupación por vivir más, aunque no
sea mejor. Y no se calla nada: aquí están sus opiniones sobre el yoga, el reiki
o el mindfulness, sobre las cremas antiarrugas o sobre los gimnasios, porque,
como lanza la autora, ¿esto es sólo una ideología o hemos caído en una trampa
del capitalismo y somos víctimas de un negocio globalizado, el de intentar
mantenernos siempre jóvenes y sanos? Lean, piensen y después tomen sus propias
decisiones.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-60025382170138614232018-10-23T13:00:00.004+02:002018-10-26T10:53:48.095+02:00Filek<a href="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t0/78/9788432233678.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t0/78/9788432233678.jpg" width="233" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
La famélica España de 1939 estuvo a punto de convertirse en la principal potencia exportadora de petróleo. Eso al menos es lo que Franco creía entonces y lo que pronto la prensa del régimen se encargaría de pregonar a los cuatro vientos. Un químico austriaco llamado Albert von Filek, inventor de un combustible sintético que mezclaba extractos vegetales con agua del río Jarama, había puesto su fórmula secreta al servicio del engrandecimiento de la nueva España después de rechazar generosísimas ofertas de las grandes compañías petroleras.
Protegido y adulado por el régimen, Filek gozó de la estima de sus más altas personalidades hasta que un simple análisis químico desveló el engaño y provocó su ingreso en prisión.
</div>
</blockquote>
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;">Imaginaos la historia: un austriaco
con ínfulas de visionario dice que es capaz de convertir el agua en gasolina. <b>Sí,
así de fácil. ¿Cómo? Añadiéndole unas hierbas. Lo que a todos nos pudiera
parecer una sopa o un puré convenció a Franco</b> y a sus colaboradores, que le dieron
un puñado de millones de pesetas, expropiaron un solar enorme para que levantara
ahí su fábrica y lo publicitaron en todos los medios de comunicación de la
época. <b>El dictador se frotaba las manos porque pensaba que había encontrado la gallina
de los huevos de oro, un nuevo combustible. </b>Ese extraño líquido que,
evidentemente, nunca funcionó se bautizó como Filek, igual que el apellido de
su inventor. Y así se llama la última creación de Ignacio Martínez de Pisón,
una novela publicada por Seix Barral en la que narra la llegada de este
impostor a España, sus tretas para llamar la atención de la cúpula del poder y
su posterior caída en desgracia. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><i>Filek</i>
no es ficción o, al menos, no como la entendemos nosotros. Me refiero a que lo
que se narra forma parte de la Historia de nuestro país –hicieron falta tres
años de investigación para armar este libro- y además, <b>el autor se encarga de
escribirlo como un reportaje periodístico (largo), trufado de datos, nombres y
documentos, como una especie de experimento metaliterario donde va compartiendo
con los lectores no sólo sus descubrimientos sino también su fascinación por
este hombre que consiguió engañar a todo un país </b>con una historia que no tenía
ni pies ni cabeza. Martínez de Pisón se ciñe a la información que tiene y
cuando conjetura o imagina, lo deja claro. Y además, no imagina diálogo ni
introduce digresiones imaginarias. El susodicho se llamaba Albert von Filek. Detrás,
como imaginaréis, del protagonista había un seductor, un embaucador, un estafador
profesional que había dejado un reguero de damnificados, incluidas un montón de
noches de hotel sin pagar y hasta a una mujer casi en el altar. Él no tenía vergüenza
ni remordimientos. Era un buscavidas, un pícaro, un hombre predestinado siempre
al engaño. Además, fíjense, todas las mentiras se desarrollan en una época
especialmente complicada donde señalarse, en uno y otro bando, podría
significar la vida o la muerte.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Ignacio
Martínez Pisón apuesta en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Filek</i> por
la naturalidad. Se nota en el estilo y en el tono de la narración, que da la
sensación de ser una confesión donde se limitan al mínimo las florituras
narrativas. Todo es claro, directo, conciso. Todo es serio. <b>La historia, es curioso,
empieza casi como una comedia de enredos con uno de esos personajes que sólo
sabe meterse en líos </b>y termina convertida casi en una tragedia cuando lo
encarcelan en una de esas prisiones republicanas durante la Guerra Civil.
Sobrevive, primero, por el caos burocrático y después porque Franco tampoco
quería airear que había sido engañado. </span></div>
<span style="color: black; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span><i>Filek</i> se lee con agrado, con curiosidad y hasta con
cierta sorpresa. En esta novela de no ficción –ojo a este género al que muchos
se están sumando- confluyen dos grandes aciertos: un protagonista que es un
estafador de medio pelo, pero al que le suerte parecía acompañar, y un narrador
solvente –solventísimo- que sabe subrayar lo mejor, que contagia el entusiasmo
por este personaje. <b>Sí, esta es la Historia del hombre que engañó a Franco,
</b>porque las pequeñas anécdotas también retratan una época.</span><b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike></div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-24858103262612879602018-10-17T12:27:00.000+02:002018-10-17T12:27:49.123+02:00La gente en los árboles<a href="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t0/88/9788426405388.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl8.casadellibro.com/a/l/t0/88/9788426405388.jpg" width="260" /></a>
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<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Todo comienza a mediados de los años cincuenta cuando Norton Perina, un joven médico, se une a una expedición a la Micronesia en busca de una tribu perdida, sin saber que la jungla atrapa y te cambia, porque ahí, donde nadie nos ve, podemos por fin mirarnos en nuestro peor espejo.
En 1995 ese mismo hombre ingresa en prisión después de haber sido acusado de abuso sexual por uno de sus cincuenta hijos adoptivos. Los lazos con su familia se rompen, sus amistades desaparecen y la comunidad científica le da la espalda. Desesperado, abandonado por la sociedad, Norton escribe sus memorias desde la soledad de su celda para probar su inocencia y tratar de recuperar aquella parte de sí mismo que se quedó prendida en la isla salvaje.
La gente en los árboles nos convierte en confidentes de una mente brillante y nos atrapa en un festín de palabras que pueden ser verdad o mentira.
</div>
</blockquote>
<br />
<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>La conoceréis porque dejó un batallón de
lectores destrozados, abrazados a su primera novela, </b>con un hipido en el pecho
y la convicción de que aquello, justamente aquello, era la experiencia de la
lectura, algo arrebatador, casi mágico. <b>¡Ése era el poder de la palabra! </b>Ahora
hablo por mí cuando digo que pocas veces había sentido esa desazón, esa zozobra
en el ánimo tras leer las últimas líneas de un libro. ¡Qué emoción tan
maravillosa! Me refiero a Tan poca vida, publicado por Lumen y convertido en
una radiografía dolorosísima de las relaciones humanas, de los miedos y las
trincheras, del amor. Ése es ya un título de referencia, uno de los pocos que
volveré a leer tarde o temprano. Su autora, Hanya Yanagihara, se ha convertido
ya en un nombre respetado de las letras modernas y vuelve a ser Lumen la que recupera
su primera novela, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La gente en los árboles</i>,
para hablarnos de un premio Nobel, un científico reputado y admirado, que
repasa desde la cárcel su vida después de haber sido acusado de abuso sexual
por parte de uno de sus hijos adoptados.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>La
historia –o lo que puedo adelantar de ella– es la siguiente: Norton Perina es
un científico lúcido y valiente, ganador del Nobel, que descubre en uno de sus
muchos viajes a unas islas perdidas de la Micronesia una especie de la garantía
para la inmortalidad. <b>Él descubre que las tribus de la zona basan su
alimentación en una tortuga autóctona que, al parecer, alarga la vida </b>y que
llega a convertirse en un símbolo, casi en un ser mitológico. Él no sólo vuelve
a Occidente con su descubrimiento bajo el brazo y la admiración de la comunidad
científica sino con varios (muchos) hijos que ha ido adoptando en estas tribus
para procurarles una educación, un futuro nuevo. La historia nos la relata, con
todo lujo de detalles, el propio protagonista, por lo que vamos a conocer su
versión. <b>Tendremos que ponernos en las manos de un narrador poco fiable y
confiar en él, a pesar de que podemos intuir que es un gran manipulador.</b> La novela, y os lo advierto desde ya, tiene algunos pasajes que
no son fáciles o cómodos (los que la habéis leído me entenderéis), porque
obliga al lector a salirse de su zona de confort.</span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>Ya
apuntaba maneras la autora. Su estilo vuelve a ser preciso y preciosista, casi
envolvente, como una tela de araña en la que las palabras y su musicalidad
tienen un peso importantísimo. La trama avanza lenta pero segura, recreándose
en los ambientes y en los detalles, alargándole la mano al autor. Tiene un no
sé qué en la forma de narrar que atrapa y desconcierta, que emboba e inquieta.
<b>Quizás ése sea el logro de Yanagihara. </b>Sorprende también su temeridad a la hora
de abordar ciertos temas de mucho calado: la inmortalidad, el prestigio, el
sexo, la dominación y la conquista, y todo sin juzgarlo, sin destilar moralina.
La novela tiene un ramalazo antropológico fascinante porque nos obliga a mirar
a los ojos a otros humanos con otros rituales y otras creencias. Nos obliga a
despojarnos de prejuicios. </span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>La gente en los árboles y los lectores también en los
árboles o donde el narrador nos lleve. <b>Es fácil dejarse arrastrar por la pluma
de Yanagihara, algo así como andar con los ojos cerrados pero dándole la mano a
alguien en quien confías. </b>Esta novela tiene algunos de los logros narrativos que
yo más aplaudo: es una historia estimulante, una prosa cuidada y contundente y
una trama que nos hace posicionarnos frente a los temas más controvertidos de
la vida. <b>La gente en los árboles y los lectores, con libros así, en las nubes</b>.</span> </div>
La ventana de los libroshttp://www.blogger.com/profile/07642082473808319532noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5748932539063107466.post-48974686943662928692018-10-14T20:33:00.001+02:002018-10-16T08:57:20.850+02:00Infiltrada<a href="https://imagessl7.casadellibro.com/a/l/t0/17/9788498388817.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="" src="https://imagessl7.casadellibro.com/a/l/t0/17/9788498388817.jpg" width="263" /></a>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<div>
Han pasado casi dos décadas desde que Soo-min desapareció en una playa de Corea del Sur. El informe oficial afirma que murió ahogada junto a su novio, pero Jenna, su hermana gemela, siempre se ha negado a admitir esa versión de los hechos.
En todos estos años, el errático e impenetrable régimen de Kim Jong-il ha intensificado su política de intimidación al vecino del sur, y por extensión a todo Occidente, mientras se confirman los indicios de que su programa nuclear avanza a un ritmo peligrosamente rápido.
Debido a sus conocimientos de geopolítica, a su dominio del idioma y a los rasgos físicos heredados de su madre coreana, Jenna es escogida para unirse a los grupos de expertos en asuntos norcoreanos reclutados por el gobierno estadounidense con el propósito de hacer frente a la amenaza.
Servir a su país y al mismo tiempo indagar en la verdadera historia de la desaparición de su hermana es una oportunidad que Jenna no puede dejar escapar. Convertida en una agente encubierta e infiltrada en Corea del Norte, está dispuesta a poner en riesgo su vida para recuperar a Soo-min y así cauterizar las heridas que le impiden llevar una existencia plena.
</div>
</blockquote>
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<br />
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><b>Era cuestión de tiempo que alguien escribiera
esta novela. Un thriller. Una historia de suspense, de acción. Casi una
distopía. </b>Un mundo raro y a la vez posible. Una sociedad inimaginable y a la vez cercana. Lo nuevo, lo
carismático, lo sorprende no está en ninguna de las decisiones propiamente narrativas sino
en el escenario elegido: Corea del Norte. Sí, la mismísima Corea del Norte. Con
semejante paisaje, uno ya se predispone a un nivel altísimo de desasosiego, de
inquietud. Lo que cuenta es ficción, pero está pasando. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infiltrada</i> es una de las últimas
apuestas de la editorial Salamandra, del autor D.B. John, y en la que se
narra la historia de una joven surcoreana –lista, valiente y traumatizada- a la
que proponen infiltrarse en Corea del Norte para investigar ciertas políticas del gobierno. Y de paso, intentará
descubrir por qué su hermana desapareció misteriosamente en una playa veinte
años antes, cuando era adolescente. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span><b>No
hay nada que dé más miedo que lo real, que lo posible.</b> Es por eso que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infiltrada</i> se lee con avidez, con una
angustia constante metida en el pecho porque el lector tiene la sensación de
estar colándose de puntillas en un sitio prohibido. Y así es. Nunca antes habíamos tenido tanta información sobre Corea del Norte. Uno, a medida que
avanza la historia, conoce la opresión, el hambre y el miedo de los habitantes
del país, y sobre todo, descubre lo que no se puede contar. Conocemos a la
señora Moon, que retrata a las capas más bajas, ésas que mueren de hambre, que
están continuamente vigiladas y expuestas a cientos de castigos. Tenemos a los
militares, los que sirven a la familia del dictador –no voy a decir su nombre
por si hay espías también por aquí<span style="background-color: transparent; color: black; display: inline; float: none; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 16px; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; line-height: 24px; text-align: justify; text-decoration: none; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">–</span>, y sobre todo, tenemos bases secretas,
operaciones especiales, los delitos que pasan de generación en generación y hasta campos de trabajo forzados. <b>Es, sin duda, el
gran acierto del autor, </b>la elección de Corea del Norte y su tratamiento, como
si fuera un personaje más, como si realmente tuviéramos ante nuestras narices
el enemigo. El autor cuenta que todo está basado en su “espantosa” experiencia
en ese país. </span></div>
<div style="line-height: 150%; margin: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 150%; margin: 0px;"><span style="font-family: "times new roman";"> </span>La
sombra de Corea del Norte es alargada. Aunque el estilo y los personajes siguen
los parámetros del género, lo que le da a esta novela un elemento novedoso y
absolutamente revelador es el escenario. Aun así, y como adelantaba antes, los
personajes están bien trazados, son creíbles y tienen motivaciones coherentes,
<b>el estilo está cuidado –quizás muy por encima de los libros del género- </b>y está
muy bien estructurada: los capítulos son sólidos y terminan siempre en alto. Se
nota a leguas que no es obra de un principiante. Además, el suspense está dosificado
con criterio y la ambientación se sostiene. <span style="margin: 0px;"> </span></span></div>
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12pt; line-height: 115%; margin: 0px;"><span style="margin: 0px;"> </span>El equipo de Salamandra ha dado en el clavo a la hora de
promocionar la novela: en efecto, es una apuesta original y, además, tiene un
plus de angustia porque sabemos (con cuentagotas) que situaciones parecidas
están ocurriendo al otro lado del mundo. ¡Están ocurriendo! <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Infiltrada</i> se lee con ansia, como una
buena novela de suspense, y también con la curiosidad del que se enfrenta a un ensayo sobre
cómo se vive en Corea del Norte. Sí, respiren hondo. <b>Esta novela es como
dejarte encerrado en una sala sin ventanas. Falta el aire. No hay luz y de nada
sirve gritar. Prepárense para sentir la claustrofobia. </b>No hacen falta
fantasmas, zombies o asesinos en serie para temblar de miedo. El terror está, a
veces, más cerca de lo que nos creemos. ¡Bienvenidos a Corea del Norte</span> </div>
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