A las puertas de la casa de Miguel de Cervantes ha aparecido el cadáver del hidalgo Gaspar de Ezpeleta, al que han apuñalado. Una vecina beata acusa al escritor y a sus alegres hermanas, las Cervantas, de estar implicados en el asunto y acaban encarcelados. La duquesa de Arjona, gran admiradora de Cervantes, requiere los servicios de la joven Dorotea de Osuna para que acuda a Valladolid e investigue el caso, conocedora de sus habilidades en este campo. A través de la investigación detectivesca de Dorotea para defender la inocencia del autor de El Quijote asistimos a un retablo de la España del Siglo de Oro: un país agotado por las guerras, anegado de clases ociosas e improductivas, nobles y clérigos, lleno de prejuicios, con una legión de mendigos, tullidos veteranos de las guerra, pícaros, busconas y criadillos. Una auténtica corte de los milagros en la que la mujer se rebela y lucha denodadamente por escapar del papel secundario al que la sociedad la relega.
El último Premio Primavera, el de este año 2015, podría resumirse en la siguiente ecuación: Novela negra + Novela histórica + Feminismo + intrigas palaciegas (o cortesanas) + homenaje cervantino + travestismo x castellano antiguo = Misterioso asesinato en casa de Cervantes. Esta historia, escrita por el prolífico Juan Eslava Galán y que publica Espasa, nos lleva hasta Valladolid en los primeros años del siglo XVII, cuando se trasladó hasta allí la corte, para plantearnos una trama detectivesca de corte clásico y enseñarnos, como el que no quiere la cosa, cómo se vivía, cómo eran las ciudades y las relaciones humanas, qué se comía, dónde se bebía y por qué se mataba. Y lo del travestismo, tan popular en la época porque había profesiones vetadas a las mujeres –¿recordáis, por ejemplo, Shakespeare in love?–, se materializa cuando la protagonista, doña Dorotea de Osuna, tiene que disfrazarse de hombre para conseguir información que le permita demostrar la inocencia de Cervantes, encarcelado junto a sus hermanas, por la muerte de un caballero. Y porque lo primero es lo primero, necesito hablaros del estilo, de la decisión del autor de que la prosa sea un elemento más de la ambientación porque Misterioso asesinato en casa de Cervantes está escrito en castellano antiguo. O al menos, en un castellano antiguo adaptado a la actualidad, en el que encontramos expresiones del tipo «en llegando al Casco viejo», «andar entre libros me place sobremanera» o «Me holgaría oírlo…». Y aclaro que esta (arriesgada) elección no pesa ni estorba, pero sí exige un esfuerzo mayor a la hora de acercarse a la historia. Y aclarado este punto, hablamos de una trama que sigue el patrón tradicional de Asesinato-investigación-resolución, y que funciona a la perfección, como un engranaje. La/el protagonista sirve de eslabón que va trenzando todos los personajes y todas las situaciones hasta llevarnos al descubrimiento de una trama para inculpar a Cervantes. ¡No es un spoiler!
Juan Eslava Galán parece un pozo sin fondo de conocimiento. De él son unos títulos fantásticos sobre la historia reciente de España -El sexo de nuestros padres, Los años del miedo...-. Su sabiduría parece inagotable y la vuelve a demostrar aquí. Conocemos que, para evitar el pillaje de los criados, algunas bandejas tenían candado o cómo eran las cárceles o que ya, en la época, se comían los torreznos y se bebía vino sin bautizar –no mezclado con agua–. Si, por lo que sea, os fascina el Siglo de Oro disfrutaréis el doble de esta historia porque la narración está llena de detalles que se levantan en nuestra memoria como una imagen, como un fogonazo. Es impresionante el poder de evocación de la literatura de este jiennense. Y hablamos también del feminismo, que aunque lo veamos algo relativamente moderno, lleva vigentes muchos siglos. Ya en la época, se hablaba, por ejemplo, de la conveniencia o no de que las mujeres supieran escribir, y algunos se echaban las manos a la cabeza, porque no imaginaban locura mayor.
Misterioso asesinato en casa de Cervantes no es lo mejor de Eslava Galán. Presenta aquí una historia entretenida y de ritmo pausado y constante –sin grandes picos de intriga- que satisface las necesidades básicas de los amantes de la literatura detectivesca. Su gran valor reside en la ambientación, en esa capacidad casi mágica para acercarnos una época, para darnos datos sin atiborrarnos, para enseñarnos sin que nos demos cuenta. Y además, nos hace sentir que vivimos en el siglo XVII y que conocemos a Cervantes, aunque su aparición sea casi testimonial. La novela se lee plácidamente y uno no puede más que sorprenderse de los tejemanejes (reales) de la alta sociedad para mantenerse en el poder. Eso tampoco ha cambiado. Pues nada, en llegando al final de la reseña, me placería sobremanera que la hubieran disfrutado. Me holgaría leer vuestros comentarios.
No pinta mal sin ser un libro impresionante
ResponderEliminarigual me animo
un beesote
he escuchado buenas cosas de este libro, y muchos coinciden con lo que dices de que la ambientacion es lo mejor.
ResponderEliminarA mí me gustó mucho. No el mejor de Galán pero muy entretenido y el balance es muy positivo. Un beso!
ResponderEliminar