El caballero desnudo

El caballero desnudo

Hola a todos. La reseña de hoy es una novela romántica de Sally MacKenzie publicada por Valery y que pertenece a una serie: Nobleza al desnudo. El cabellero desnudo sería la cuarta novela publicada.

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Sinopsis (por la editorial):

Él no podía negarse.

John Parker-Roth no cree que el matrimonio sea necesario para alcanzar la felicidad. Prefiere continuar dedicando su atención a la horticultura, pero si encontrara a una mujer que compartiera su pasión por las plantas, una mujer sensata y tranquila, puede que entonces reconsiderara esa opción. Pero seguro que esa bella mujer que acaba de caer en su regazo no es ella, porque no posee ninguna de esas dos admirables cualidades. Aunque es cierto que la señorita Margaret Peterson tiene muchas cosas a su favor. Para empezar es una verdadera señorita inglesa, que se ruboriza adquiriendo un exquisito color rosado. Y además no va completamente vestida. Su boca carnosa pide a gritos que la besen. Ojala no se moviera de esa forma. Oh, Dios mío. Imposible ignorar la repentina visión de ella en su cama, aunque eso sería lo correcto.

¿Qué? ¿De verdad le estaba pidiendo Meg que la besara? Bueno, bueno. John Parker-Roth es un verdadero caballero por encima de todo y por lo tanto no puede negarse a la petición de una dama.

Opinión:

Si estás en edad de merecer, si eres una señorita de alta sociedad y de buena familia no abandones una fiesta de la mano de un caballero, por muy vizconde que sea. Es posible que te deje el cuello lleno de babas… y de repente le salgan manos como a un pulpo… ¡Ah! Muy importante: procura que una chismosa no te pille en esta situación tan comprometida. Los rumores sobre tu honorabilidad correrán por toda la ciudad antes de que cante el gallo.

Pero como en toda novela que se precie de estas características aparecerá un caballero dispuesto a salvar a Meg, la protagonista, de las manos de un baboso.

¿Qué le diferencia de los demás caballeros a los que ha besado?

Sus besos son condenadamente buenos, sus caricias son endemoniadamente sublimes y sus labios son perfectos.

Él no podrá negarse a besarla. Los labios de Meg son demasiado maravillosos para no saborearlos.

Volvemos a encontrarnos con una novela que tiene un argumento clásico y narrado hasta la saciedad; estamos en un momento donde las convenciones sociales son importantes para que una mujer se pueda casar. Las apariencias se deben cumplir a rajatabla si no quieres quedarte para vestir santos. Sin embargo hay una nota que salva a Meg de muchas de las mujeres que la rodean. No está dispuesta a venderse a cualquier precio.

Meg no quiere que ningún caballero se siente en la obligación de casarse con ella.

¿Qué es más importante, un matrimonio por conveniencia o una vida feliz al lado de la persona que se ama?

Meg quiere abrir las puertas del amor, no ser carne fresca de mercado.

Se atreve a decir un NO cuando es preciso, aún a riesgo de quedarse sola.

Como he comentado las apariencias son muy importantes en esta sociedad rígida, siempre y cuando no te pillen, claro está. En esta novela nadie se libra de esos escarceos que han puesto a Meg en boca de todos, y por lo tanto el honor de Meg está en entredicho entre todos los caballeros casaderos.

Ante tal panorama Meg es capaz de poner tierra por medio. Pero cuando el amor tiende sus brazos es demasiado complicado dejarlo escapar.

En general es una historia que me ha gustado, con momentos previsibles, otros muy graciosos, otros con un toque picante y un final... Eso es para que lo descubráis vosotros.

¡Qué disfrutéis de vuestras lecturas!

Próxima reseña: La puerta oscura, Réquiem