sábado, 30 de abril de 2016

Fidelity, Anabel Botella


¿Crees en las casualidades o prefieres pensar que es el destino? Lu y Marcos son muy distintos, aunque ambos aman la literatura. Su primer encuentro es bastante desafortunado. Y el segundo tampoco es mejor. Sin embargo, será la pasión por las letras y un programa de radio lo que les dé una tercera oportunidad. ¿Surgirá la magia entre ellos?
Hay historias maravillosas y esta es una de esas. Si tuviera que elegir una sola palabra sería magia. Y es que nos encontramos ante una novela que me ha cautivado como pocas han hecho. Los que me conocen saben que devoro los libros, que leo con bastante rapidez, pero en este caso me ha pasado todo lo contrario. Quería disfrutar página tras página, saborearla...emocionarme con los personajes, con su propia historia.

Lu es una muchacha especial, una entusiasta de la literatura con la que las lectoras nos sentiremos realmente identificadas. Conocerla es un auténtico placer, puesto que lo hacemos por medio de fragmentos que ella misma escoge de diversos libros, por las películas que le gustan o, incluso, por la música que escucha. El arte, en diversas facetas, actúa como enlace en esta historia y no podía ser de otra forma. Y Marcos, el protagonista masculino es, sencillamente, cautivador. 

La novela está ambientada en Valencia, los que allí residimos podemos reconocer todos y cada uno de los lugares que se describen, las calles por las que pasean. Eso, sumado a la forma que tiene de narrar la autora, facilita que nos imaginemos la escena que estamos leyendo, como si fuéramos unos espectadores que estuvieran observando de primera mano todo lo que estaba ocurriendo. 

Se trata de una historia en la que todo está perfectamente enlazado, ya sea las distintas citas que se utilizan al principio de cada capítulo o los fragmentos que Lu utiliza para su programa de radio. Unos encuentros algo desafortunados, capricho del destino, y la magia que, en mi opinión, desprende la literatura, son la base de esta novela. Una base estupenda. 

Tenemos dos narradores distintos, puesto que se alterna la voz de Lu y de Marcos, pero también vemos unas notas que nos hablan de otro personaje, por lo que vamos teniendo tres puntos de vista distintos. En mi opinión, no se me ocurre mejor forma de narrar esta novela, puesto que de esa forma conocemos de primera mano los pensamientos y sentimientos de los protagonistas. 

En definitiva, se trata de una historia mágica en la que el destino juega un gran papel. No puedo añadir mucho más, simplemente me ha parecido maravillosa y la recomiendo con creces. 

miércoles, 20 de abril de 2016

Conociendo a nuevos autores


Andrea Palacios es una joven músico, hija de famosos, que está acostumbrada a tenerlo todo en la vida. Aburrida y sola, vive la vida sin límites, hasta el punto que a veces ni se da cuenta ni sabe dónde poner el freno. Guapa y perfecta, también acostumbra a tener a cualquier hombre que desee. Una noche de fiesta extrema se acuesta con un compañero de la banda de música y, colocada y borracha, a la mañana siguiente apenas puede recordar. El problema es que su amigo ha sido asesinado de forma cruel y sanguinolenta y el cadáver está en su cama. El inspector Sandoval se da cuenta enseguida de cómo es Andrea, y si a eso le sumas que odia a todo aquel que consume drogas, crea una animadversión hacia la chica que la trastorna desde el primer momento, acostumbrada a que ningún hombre se le resista. Cuando las huellas de Andrea aparezcan en el arma homicida sus encantos no podrán hacer nada para salvarse de una posible condena. ¿Quién ha podido hacer algo así? ¿Quién quiere incriminarla? Una lucha por declarar su inocencia a la vez que una terrible atracción hacia un policía que apenas la mira serán el detonante de esta novela romántica, erótica y con un entramado policial que te hará mantenerte en tensión desde la primera página. ¿Logrará Andrea demostrar su inocencia? ¿Conseguirá que su policía favorito sucumbe a sus encantos? Desde el momento en el que el inspector Rubén Sandoval pronuncie las palabras “No hay hombre que no te considere hermosa”, ella sabrá que tarde o temprano caerá en sus redes pero, ¿cuándo?
Biografía
Nací el 10 de Abril de 1975. Desde pequeñita me gustó escribir. Cuando me preguntaban qué quería ser de mayor siempre decía escritora, y aunque estuve unos años queriendo ser abogada e incluso me llegué a plantear ser policía, cuando terminé el instituto me decanté por lo que siempre me había llenado más y estudié Filología Hispánica. Polifacética, durante nueve años toqué el oboe en una banda de música de falla, pero cuando la carrera empezó a exigir tuve que dejarla para poder afrontar los exámenes. De padres separados, desde pequeñita tuve que hacerme cargo de las tareas domésticas porque era la mayor de dos hermanas y mi madre trabajaba mucho. Mi padre siempre fue mi ídolo, él cantaba, tocaba la guitarra, escribía poemas... En fin, que era un bohemio que no supo ser un buen marido y padre de familia y que murió con 48 años de cáncer porque prefirió vivir la vida  como quiso en lugar de cuidarse como debiera. Le echo de menos cada día y me entristece que no haya podido conocer a sus nietos. Pero afortunadamente mi madre había conocido a mi padrastro, quien con sus dos hijos, formó una familia y siempre ha sido el mejor padre que nadie pudiera tener.

Me quedé embarazada con 23 años cuando todavía estaba estudiando y me casé con el padre de mi hijo, pero a los tres años me separé porque éramos totalmente incompatibles. Siempre me he considerado una persona fuerte, afronté el estar sola con mi madre y afrontaría el estarlo con mi hijo. Trabajé duro para sacarlo adelante. Hasta que a los cuatro años conocí al amor de mi vida y me enamoré de su bondad, además de que siempre me pareció guapísimo. Ahora tenemos una hija preciosa y la custodia compartida con el padre de mi hijo. Se llevan diez años y medio y se hace duro, pero con amor todo se puede y por fin puedo dedicarme a lo que realmente me gusta, que es la escritura. Mi marido trabaja duro cada día para que yo pueda cumplir mi sueño de escribir y si mi madre hizo de mí la persona de la cual él se enamoró, él ha hecho que sea la persona que hoy en día soy. Tras autopublicarme una primera novela juvenil de acción, “Esencia de spirulina”; me he decantado por el género romántico-erótico porque es el que me llena y satisface, y sobre todo porque sé que a mis lectoras les gusta lo que cuento. He escrito una trilogía llamada Quiero Bailar Contigo, dos bilogías y tres novelas romántico-eróticas. Tras años en que el continuo estrés me hiciera estar bloqueada, estoy volcada de lleno en la escritura y no pienso parar mientras que la inspiración no me vuelva a abandonar. Hace poco más de un año perdí a mi madre, mi pilar y mi mejor amiga y lo he llevado muy mal porque su ausencia duele muchísimo, pero siempre pienso en lo que ella querría, en la fuerza que siempre me transmitió y allá donde esté, quiero que se sienta orgullosa de mí, así que me esfuerzo cada día por intentar demostrar que valió la pena los sacrificios que tuvo que hacer por salir adelante conmigo y con mi hermana.


Un saludo.


Respuestas
―¿Qué podemos encontrarnos en tu novela y a qué público va dirigida?
En No me mires así encontraréis una novela con una protagonista muy peculiar, basada en un ambiente nada común, con altas dosis de intriga, algo de sexo y muchísimo romance. Además, quienes han leído mis novelas anteriores, encontraran personajes que les resultaran conocidos, como tanto les gusta a mis bailarinas.

―¿Cómo se te ocurrió la idea de la trama?
Pese a que mis novelas son todas románticas, en la mayoría de ellas me gusta que haya una doble trama con tintes de novela negra; me apetecía que la protagonista se viera en un contexto poco común y para ello hice que amaneciera una mañana en una situación  espantosa y que eso trastocara su vida, que hasta el momento le ha resultado fácil. Me pareció que amanecer con el chico con el que te has acostado asesinado sería una buena forma de darle un escarmiento por la vida sin límites a la que está acostumbrada porque ¿qué hay peor que eso?

―¿Uno o dos adjetivos que definan a tus protagonistas?                           
Andrea: alocada y generosa
Rubén: responsable e inseguro

―¿Qué crees que le falta a la literatura actual?
La verdad es que actualmente el género literario es muy completo; durante las últimas décadas se ha producido una cadena de escritores que escriben de todo, sin ningún tipo de censura y eso ha creado una diversidad de géneros que hace que los lectores puedan escoger libremente qué quieren leer y a quién.


―¿Cómo te ves dentro de unos años?
Dentro de unos años no, en breve me gustaría estar publicando con una editorial importante, que mis novelas estuvieran en todas las librerías, que se me conociera por mi trabajo y que pudiera vivir de ello.



Si queréis aparecer en esta sección seguid estos pasos:
Necesito una imagen de la portada, y en formato word una sinopsis de la novela y una biografía del autor. También podéis contestar a unas simples preguntas para que sepamos algo más de vosotros:

―¿Qué podemos encontrarnos en tu novela y a qué público va dirigida?
―¿Cómo se te ocurrió la idea de la trama?
―¿Uno o dos adjetivos que definan a tus protagonistas?
―¿Qué crees que le falta a la literatura actual?
―¿Cómo te ves dentro de unos años?

Cuando tengáis todo el material, me lo podéis enviar a laventanadeloslibros1@gmail.com (Os recomiendo que reviséis las faltas porque sólo copio y pego lo que me enviáis).

Por favor, no me enviéis enlaces con vuestro material porque esto dificulta mi trabajo ni tampoco me sirven novelas que están a medio terminar en un blog. Una cuestión importante, tienes que ser seguidor del blog.

martes, 12 de abril de 2016

La isla del padre


Cuando era pequeño, su padre recorría los mares del mundo durante largos meses. Un día apareció en la puerta de la casa de Bilbao. El niño no lo conocía. «¿Quién es ese hombre?», preguntó. A mitad de camino entre la memoria y la fantasía, este libro surge a la muerte de Leonardo Marías, cuando su hijo Fernando se deja llevar por la escritura como alternativa al duelo y se adentra sin miedo en cada rincón de sí mismo y de su relación con el inalcanzable personaje que es el padre marino a los ojos del niño, del adolescente, del joven que fue y del hombre que es hoy. Padre e hijo embarcan rumbo al paisaje de la infancia y sus carencias, a la temprana fascinación por la literatura y el cine; un itinerario poblado por piratas y maleantes, por miedos y leyendas, por la presencia de un héroe misterioso que se convierte en referencia vital. En la libertad con que va desgranando ese viaje, Fernando Marías encuentra el punto de equilibrio entre la nostalgia y la realización, entre el miedo y la certidumbre.
 Un padre es, por definición, un referente, un protector y un cómplice, pero también puede ser un extraño, un intruso e incluso un enemigo. Sí, señores, el amor se pierde a veces en laberintos incomprensibles. ¿Cómo es un padre que no provoca –o no sabe provocar– el afecto en su hijo? ¿Cómo es un padre lejano que te saluda desde otro lado del abismo, que no sabe de qué hablarte, y al que no le sale un abrazo espontáneo? Fernando Marías se confiesa (y de qué manera) en La isla del padre, Premio Biblioteca Breve 2015 que convoca la editorial Seix Barral, y hace un generoso ejercicio de memoria para imaginarse de niño, junto a ese hombre, ante el que, después de llegar de unos meses en el mar, dijo: “¿Quién es? Mamá, no quiero que esté aquí”. Y esta frase, pronunciada con apenas dos años, es el origen de todo, la semilla de ese Miedo Mutuo que condicionará para siempre la relación de un padre y un hijo, y que acabará convertido en uno de los grandes protagonistas de la historia. ¿No les parece aterrador? ¿No han notado un pinchazo en el estómago?
            Se atreve Fernando Marías con ese género tan curioso de la autoficción, de las creaciones (literarias) del yo, y de la necesidad de definirse ante uno mismo y ante los lectores a través de la escritura. Y para eso, toma como justificación a su padre, o más bien la muerte de su padre, don Leonardo, en una mañana gris; y así, le pone palabras a su Historia, a la de ambos, y no se cansa de intentar entender esa manera de quererse tan extraña que se han profesado durante toda su vida: el cariño callado, el cariño frío. Salen, de forma desordenada –porque es así como salen los recuerdos-, estampas de la infancia, de la adolescencia y de la madurez; momentos, en apariencia banales, que se han fosilizado en la memoria; sensaciones que pertenecen sólo al narrador-protagonista. El autor sabe conectar de inmediato con ese lector-curioso que todos tenemos dentro, al que hace partícipe de los afectos domésticos, de las conversaciones íntimas y de los muchos silencios; y lo escribe todo desde la naturalidad, como si sólo necesitara descargarse o terminar el libro para terminar el duelo. Su estilo, como nos tiene acostumbrado, es directo y sencillo, pulido.
            En esta novela cabe de todo: desde referencias cinematográficas –qué grande es el amor del señor Marías por el cine- hasta las fantasías de un niño que está convencido que su padre es un espía secreto. Y están también el Madrid de los años 70, los largos viajes en tren y la contundente casa de Bilbao, que se presenta como un espacio simbólico que representa una época que se cierra con la muerte del padre. Es también una historia metaliteraria en la que todos nosotros somos partícipes de la escritura de este libro, y sobre todo, es un duelo compartido, y quizás aliviado por el poder de la literatura y los lectores.
            Es La isla del padre una hermosa conversación con el Fernando Marías huérfano, con el hombre que se recuerda de niño y que tiene la necesidad de buscar su propia identidad a través de la relación con su progenitor. Es una historia sobre las ausencias, las reales y las cotidianas. Es esta novela, además, un acto de generosidad por la delicadeza con la que el autor comparte (y construye) sus vivencias, y por eso tiene el peso de las cosas que se escriben desde la verdad, esa luz de las emociones que aún palpitan. Y al cerrar el libro, uno confirma que en la vida sólo importan la muerte y los amores. Ah, y también la literatura, que salva, que cura, y que ayuda a que las heridas dejen de sangrar. Tenemos aquí al Fernando Marías más íntimo, más honesto. Más crudo.

domingo, 10 de abril de 2016

Corazones de acero, María José Tirado


SINOPSIS: Julia Romero es enfermera del equipo de urgencias del 061 de Sevilla. Su vida transcurre entre el trabajo y su relación secreta con Rubén, el mejor amigo de su hermano y médico de su equipo, relación que este no parece dispuesto a formalizar.
Austin Parker, miembro del equipo alfa del Team Six de los Seals, acaba de regresar de Afganistán. Su vida y la de Julia se cruzan tras ser apuñalado en la calle. Se trata de un hombre joven, corpulento, con una poblada barba rubia y unos espectaculares ojos azules. Un hombre cuyo torso y alma están marcados por profundas cicatrices.
Desde ese encuentro, Julia no podrá dejar de pensar en el americano. Pero Austin se prohibirá a sí mismo sentir algo por la joven enfermera. Está a punto de enfrentarse a la misión más importante de su vida y, por nada del mundo, quiere ponerla a ella en peligro.
Los DiHe son la más peligrosa organización criminal de toda Europa. Son salvajes, despiadados, se financian con la prostitución y el tráfico de seres humanos, y Julia está a punto de caer en sus redes, sin imaginar las consecuencias… 

Corazones de acero es la una de las dos novelas que quedó finalista en el II premio Titania. Sin embargo, a pesar de ser una obra romántica, tiene un gran componente de thriller que la autora sabe conjugar muy bien. Tengo que dar la enhorabuena tanto al jurado del premio como a la escritora por haber sido tan valientes por narrar una historia tan real y dura a la vez.

Ya desde la primera página te sumerges en una historia que para nada hace sospechar lo que la autora ha plasmado en ella. Julia es una enfermera que vive con su mejor amiga, Berta. Entre ellas se nota que hay mucha complicidad, muchos secretos compartidos, pero sobre todo se apoyan la una en la otra. Berta es el contrapunto divertido en esta historia que tiene momentos tan intensos.

Julia es un personaje muy bien construido, y para mí, desde luego, es la protagonista ideal. Es una mujer generosa, apasionada y muy fuerte, que trata de adaptarse a las circunstancias que le tocan vivir. También es honesta, y antepone sus necesidades a las de los demás. En ciertos momentos sabe mantener la calma y la cabeza fría cuando el panorama que se le presenta es de lo más negro.

Por otro lado tenemos a Austin, un SIL que está acostumbrado a vivir momentos críticos y situaciones difíciles. Su familia son sus compañeros de equipo, que son las únicas personas en las que confía. Vive por y para su trabajo y en sus planes no entra la palabra amor, y ni mucho menos enamorarse. Su corazón está cerrado a esta posibilidad, aunque claro, no cuenta con encontrarse con Julia, una sevillana que trastocará su vida de pies a cabeza.

Como he comentado en el inicio, esta es una obra en la que se mezcla, desde mi punto de vista con mucho atino, el romance con el thriller. Porque en Corazones de acero se habla, por desgracia, de un tema peliagudo como es la prostitución infantil. La autora ha preferido sugerir ciertas escenas a mostrarlas, cosa que como lectora agradezco.

A pesar de contener escenas muy subidas de tono, también tiene momentos divertidos, sobre todo con Berta, así como otros de una extrema crudeza que hará que el vello se te ponga de punta.

Esta novela no sería la misma sin todo el elenco de personajes secundarios. Berta y Hugo, el hermano de Julia, se merecerían una novela aparte. Pero si hay un personaje que te roba el corazón es Candela, una niña con cara de ángel que vivirá situaciones muy duras.

Resumiendo, Corazones de acero es una novela apasionada, con mucha tensión, pero sobre todo adictiva. Tiene momentos muy duros que se compensan con otros tiernos y algunos divertidos. En definitiva, una obra que hará que se te encoja el estómago y que hará que tengas el corazón en un puño, pero sobre todo es diferente. Sin duda la recomiendo.


sábado, 9 de abril de 2016

La mujer de mi vida


«Hoy he visto a la mujer de mi vida. Estaba sentada en mi café favorito. Por desgracia, no estaba sola. Un tipo condenadamente atractivo estaba a su lado y cogía su mano. Pero, de repente, ocurrió algo. La mujer de mi vida se levantó para ir al baño y a la vuelta me guiñó un ojo y me dio su tarjeta». ¿Qué ocurriría si de pronto nos encontráramos con el amor de nuestra vida? Un jueves de abril completamente normal se convierte en el día más importante de la vida de Antoine, un joven librero parisino que descubrirá que los milagros no solo existen, sino que a todos nos pueden pasar en cualquier momento.
A veces el tiempo juega en nuestra contra y, a pesar de querer sentarnos y disfrutar de unas horas de lectura, no podemos hacerlo. Es por esa razón por la que decidí leer uno de los libros que tenía en mi lista de pendientes desde hacía demasiado, una historia corta, ágil, una que podía leer en poco tiempo. Una historia que como he comprobado, es el fruto de una idea sencilla, pero llevada de una forma excepcional.

Nicolas Barreau sabe utilizar todos los conocimientos que aprendió en su carrera y dota a la nova de un ritmo ágil y dinámico como muy poco pueden hacerlo. Escribir en presente siempre es complicado, pero lo cierto es que este escritor lo hace de maravilla.  Como he dicho antes, la trama es sencilla, pero es un placer leer a Antoine, el protagonista. Sí, todo el libro está escrito en primera persona, por lo que conocemos los pensamientos y los sentimientos del librero de primera mano. 

En cierta forma me recuerda a la corriente literaria del realismo. Hace unos años, cuando todavía cursaba secundaria, un profesor nos dijo que una de las características era que el narrador se perdía en sus propios pensamientos, saltando de uno a otro a imitación de la realidad. Esas palabras se me quedaron grabadas y las recuerdo de vez en cuando, todavía con más frecuencia cuando estaba leyendo este libro. Sí, somos partícipes de su desasosiego. 

Lo que más me ha gustado es que, con los pocos personajes que aparecen, y llevando Antoine todo el peso de la hsitoria, el libro es uno de los más originales que he leído. Una pequeña historia que nos emociona, que nos roba una sonrisa y nos invita a soñar con la posibilidad de que los tópicos de las novelas que leemos lleguen a formar parte de nuestra vida. Casi se podría decir que, en ese aspecto, Antoine es una especie de Quijote o, mejor dicho, una Bovary que se deja llevar, quizás, por el amor que impregna las novelas que ha leído.

Otra de las características que nos podemos encontrar es que Barreau hace muchísimas alusiones a libros, a películas e, incluso, a música. Pero no solo a los clásicos, no, también a la literatura que ha marcado toda una generación: Harry Potter. Ese guiño en especial me ha encantado, aunque hay otros que también me han hecho sonreír. 

En definitiva, se trata de una novela corta, sencilla, pero que te deja una tranquilidad después de leerlo...Una obra maravillosa que no dudaría en recomendar.