lunes, 26 de febrero de 2018

Haz que ocurra, Tamara Marín



SINOPSIS: Lucía es una profesora de treinta años. Siempre ha sido extrovertida y ha tenido un fuerte carácter, por eso se dice a ella misma que, si ha sido capaz de superar encontrarse a su marido, en su propia cama, con otra, ese tal Lucas no podrá con ella. ¿Pero cómo se van a hacer pasar por pareja si no se tragan?¿Quién ganará la apuesta?¿Qué sucede con Sergio? Y, lo que es más importante, ¿será Lucía capaz de dejarse llevar y hacer que ocurra?


Este es uno de los libros que leímos para El café literario de Valencia. Y, la verdad, ha sido una grata sorpresa. No sabía muy bien qué esperarme de la lectura, puesto que no conocía a la autora y no había leído nada de ella hasta ese momento. Intentaba no crearme ningún tipo de expectativa, ni siquiera indagué en las reseñas que mis compañeras habían hecho sobre esta novela. Más que nada, porque podía crearme una idea errónea y, luego, llevarme un chasco. Por ese motivo, comencé la lectura completamente en blanco. 

Lo que más me ha llamado la atención es que está escrita en presente. Narratológicamente es complicado utilizar este recurso, puesto que nos encontramos muy limitados a la hora de contar una historia. No podemos dejar entrever nada que ocurrirá en un futuro, ni siquiera remotamente. La autora lo utiliza de manera satisfactoria en la mayor parte del libro, aunque sí que es cierto que en algún momento esta forma de narrar me ha chirriado un poco. 

Desde la primera página, conocemos a Lucía, la protagonista, y vemos con ella como su mundo se desmorona de golpe. No podemos evitar sentirnos identificadas, aunque no hayamos pasado por algo parecido. Es la magia de la primera persona. Nos entran ganas de meternos en el libro para intentar que reaccione o para poner el grito en el cielo ante algunos personajes o algunas situaciones. Espabila, muchacha. Eso es lo que he estado repitiendo una y otra vez mientras leía. 

Sin embargo, Lucía no es la única narradora de esta historia. Nos encontramos también con Lucas, que pondrá voz a varios capítulos, dejándonos conocer, de esa forma, todo lo que ocurre. La autora no nos limita a ver la novela a través de los ojos de la protagonista, sino que utiliza a Lucas para hacernos ver cosas que Lucía no puede o no quiere ver. 

En lo referente al estilo de Tamara, es sencillo y cotidiano. Los personajes son los que hablan, y lo hacen como nosotros habitualmente. No hay nada enrevesado. Se trata, simplemente, de una lectura amena, perfecta para permitirnos desconectar de nuestra rutina por un rato. Su lectura es ágil, por lo que nos durará un suspiro. 

Si tuviera que ponerle una pega, sería los secundarios. O, concretamente, uno de los secundarios. La hermana de Lucía me ha gustado mucho (ojalá la hubiera conocido un poco más), pero no he aguantado a Sergio. Me ponía muy nerviosa, histérica. Y me entraban ganas de gritarle a Lucía cuatro cosas sobre él. Los antagonistas me suelen gustar, son la sal de todas las historias, pero el carácter de este me lo ha puesto muy difícil. NO LO AGUANTO. Así, con mayúsculas. Imagino que ese era el propósito de la autora al crearlo, pero me ha parecido un pedante y no me ha gustado nada el giro que da su trama. Más que nada, porque lo quería ver hundido y humillado. A veces soy así de tajante.





martes, 20 de febrero de 2018

El Capitán Zheimer, Nacho Golfe

¿Qué estarías dispuesto a hacer por tus abuelos?
Descubre esta aventura a través del tiempo. Esta loca pandillas de amigos lucha con dinosaurios, gladiadores y sobre todo, contra el Alzhéimer. Diversión, amistad, imaginación y familia. La historia de un nuevo superhéroe.
La historia de un nieto y su abuelo. La historia del Capitán Zheimer.



Conocí al autor el primer fin de semana de febrero, en el Salón del autor 360º que se celebró en el casino de Valencia. Tuve la suerte de moderar la mesa de literatura juvenil e infantil en la que él participaba. Ya entonces me llamó la atención este libro porque pretendía acercar la enfermedad del Alzheimer a niños y jóvenes, aunque de una manera divertida y lúdica. También cuenta con unas ilustraciones muy llamativas, a modo de cómic,  que hacen atractivo este libro.

Lo curioso es que el superhéroe de esta historia es un abuelo que padece la enfermedad del Alzheimer. Nico, su nieto, junto a sus tres mejores amigos, tratará de que no se pierdan todas esas historias que el señor Nicolás sabe. Y es que el Capitán Zheimer tiene muchas cosas que decir aún. En sus momentos de lucidez, como profesor de historia que fue, todavía recuerda algunos hechos que contaba en sus clases a sus alumnos.

Gracias a una máquina muy particular inventada por Aris, los cuatro amigos y el Capitán Zheimer logran viajar al pasado. En un principio tenían la intención de ir hasta los tiempos de Gutenberg, el inventor de la imprenta, pero algo falla y viajan hasta el Imperio romano, en concreto durante el gobierno de Julio César. Nico, Aris, Remache, Spider y el señor Nicolás, convertido ya en Capitán Zheimer, tienen que luchar contra gladiadores. Pero esta será la primera de las aventuras que vivirá esta pandilla tan peculiar.

El capitán Zheimer es una obra que no solo va dirigida para chavales de entre 10 a 12 años, también es una lectura para mayores. El autor no pretende esconder la enfermedad, tampoco pretende engañar a los lectores con que esta enfermedad se puede curar. Su intención es otra, es la de dar a conocer cómo la vive una familia y cómo les afecta cuando la persona que lo padece no recuerda ni quién es su hijo. Esto es lo más llamativo de la novela.

Desde luego, esta novela ha sido todo un descubrimiento. Hablar de esta enfermedad sin caer en el dramatismo es un acierto. El autor toca este tema con ternura y con delicadeza. Por mi parte, la recomiendo como lectura en colegios. 

martes, 13 de febrero de 2018

V Concurso de Relatos Marbella Activa

QUINTO CONCURSO DE RELATOS MA_V4

La Asociación Marbella Activa junto a Fundación Fuerte y la tienda DOLIVA convocan el V Concurso de Relatos Marbella Activa, una iniciativa que nació para fomentar la cultura y la literatura y que con la presente edición cumple su quinto aniversario, esperando, como en la anterior, una alta participación.

Se abre de nuevo esta convocatoria para cualquier persona residente en la U.E., aunque los textos deban estar redactados en español. El plazo de admisión de las obras será a partir del día 20 de diciembre de 2017 hasta el 31 de marzo de 2018.

La temática del concurso vuelve a ser “La Marbella de cada día”. El principal patrocinador es la Fundación Fuerte aportando el primer y tercer premio: un primer premio en metálico, que asciende a 1.000 euros, y un tercero, una estancia de dos noches para dos personas en fin de semana en cualquiera de los establecimientos de la cadena Fuerte Hoteles: HFC CL, HFG y HFER. Para el segundo premiovalorado en 400 euros  repite como patrocinador la firma local, D.Oliva, que consolida su mecenazgo con Marbella Activa. 

Como motivo del quinto aniversario de nuestro concurso de relatos, se editará un libro con la selección de los mejores relatos de las últimas cuatro ediciones más los finalistas de esta V edición, además de publicar nuestro ya habitual libro con la selección de los mejores relatos finalistas de la quinta: en este caso “Los Relatos del 18″.

La composición del jurado está formada por profesionales de reconocido prestigio como la historiadora y escritora, Ana María Mata, Alejandro Pedregosa, poeta y novelista y Francisco Javier Moreno, Doctor en Historia del Arte, bajo la coordinación de Jose Manuel Beltrán. Serán los encargados de analizar la calidad literaria de los textos, la creatividad, la alineación del relato con la temática del concurso que versará sobre la la Marbella de cada día.

Tras el fallo del jurado, que se hará público en la página web de Marbella Activa, la entrega final de premios a los ganadores y finalistas está prevista que se realice a finales de mayo de 2018.
Aquí os dejamos las bases de participación del V concurso:


viernes, 9 de febrero de 2018

El día en que se perdió el amor, Javier Castillo


SINOPSIS: «A veces el amor te pone en el camino equivocado para que sepas cuánto duele.»
A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI en Nueva York. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué esconde una nota amarillenta con el nombre de una mujer que horas después aparece decapitada en un descampado. La investigación lo sumirá de lleno en una trama en la que el destino, el amor y la venganza se entrelazan en una truculenta historia que guarda conexión con la desaparición de una chica varios años antes y cuyo paradero nunca pudo descubrir.
Un año después de los sucesos ocurridos en Boston, Jacob y Amanda intentan comenzar una nueva vida juntos en Nueva York, pero la aparición de una enorme espiral pintada en la pared del salón de su casa dilapidará para siempre sus planes de futuro.
Es difícil hacer una reseña de una novela con la que tienes sentimientos encontrados. Por una parte me ha gustado el ritmo ágil que tiene la historia, salvo las partes que se corresponden a Carla, que creo que ralentizaba la trama. Tiene la intriga suficiente como para que te mantenga pegada a sus hojas. Pero, por otra, me ha parecido que había momentos en los que al autor le ha faltado algo más de documentación y eso me ha sacado alguna vez fuera de la trama.

El día en que se perdió el amor empieza un año después de la primera parte. Una joven camina desnuda por las calles de Nueva York y llega hasta las instalaciones de las oficinas del FBI. Es el inspector Browring quien se hace cargo del caso. La mujer da pistas de un asesinato que está a punto de cometerse, además de que tiene información del primer caso no resuelto del inspector. Por otra parte, Jacob vive con Amanda y han intentado dejar el pasado atrás. También conoceremos a una joven, Carla, que vive en un monasterio alejada del mundanal ruido. Y por último, Steven, el padre de Amanda, trata de salvar a su hija de las garra de la muerte.

Como he comentado, tengo sentimientos encontrados con esta novela. Es cierto que tiene un principio potente, que engancha y crea expectativas, aunque a medida que avanza la trama no se cumplen del todo. Si El día que se perdió la cordura me pareció algo diferente en cuanto a trama y me sorprendió, aun dejando algún cabo suelto, esta me ha parecido más de lo mismo. La forma en que se desarrollan los capítulos, es de la misma manera que en el primer libro. A su favor tengo que decir que sigue utilizando capítulos cortos y va alternando personajes.

Hay cosas que no me he terminado de creer. Quizá en este aspecto la tele tenga algo de culpa por todas las series que hemos visto de este tema. No es que yo sea una entendida, pero algunas situaciones me parecían increíbles. Para empezar me ha costado creer que el FBI se hiciera cargo de una mujer que va desnuda por la calle. O el tema médico, que también me ha chirriado. No me ha quedado claro por qué Amanda necesitaba la sangre de su padre, cuando no tenía un tipo de sangre fuera de lo común. Es cierto que está al borde de la muerte, pero no es excusa para que necesite precisamente la de su padre. Si era una excusa para sacarlo de la cárcel, es un deus ex machina en toda regla. 

Siguiendo con el tema médico de Amanda, no he entendido cómo desaparece de un hospital sin que nadie sepa de ella. Acaba de recibir una puñalada que casi le cuesta la vida, y cuando vuelve a aparecer, solo siente una ligera molestia. Me ha parecido cuando menos increíble esta evolución como paciente.  No es el único tema médico que me ha chirriado. Cuando Jacob va al psiquiátrico para hablar con la madre de Amanda y con un médico, es una paciente la que se ofrece a resolver sus dudas. Ambos se mueven por el hospital con mucha libertad para este tipo de centros.

No es que sea una mala novela, es más, podría decir que es entretenida, además de que resuelve algunos cabos sueltos de la primera parte, cosa que se agradece, pero siento que esta segunda historia tiene momentos en los que he sentido que había mucha paja y como si se hubiera escrito con prisas para sacar el producto a la calle. Tiene una buena campaña de marqueting detrás, ya que la primera novela gustó bastante. Puede que esta novela no me haya terminado de convencer a mí, pero estoy segura de que serán muchos los lectores que agradezcan una lectura como esta.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Si solo fuera un cuento de hadas, Victoria Vílchez



SINOPSIS: Alice no ha tenido demasiada suerte en el amor. En realidad, sus experiencias hasta ahora han sido desastrosas. Sin embargo, eso está a punto de cambiar con la aparición en su vida de Jay Forevermore, el hombre atractivo pero de carácter bastante hosco que se presenta ante ella como… ¡su hada madrina! Y es que parece que en el país de Nunca Jamás creen que Alice necesita ayuda urgente para encontrar a su alma gemela. Alice se verá empujada a un montón de citas con distintos hombres y, mientras Jay realiza la labor para la que ha sido enviado, ambos van a descubrir que resulta imposible elegir de quién te enamoras y que a veces la única magia necesaria es la del amor.   Y tú, ¿estás dispuesto a creer en cuentos de hadas?

Dicen que no hay que empezar la casa por el tejado, así que comienzo la reseña por lo primero que llama la atención de este libro: su preciosa portada. Es cierto que hay un dicho popular que dice que no hay que juzgar un libro por esto, pero la verdad es que me parece una imagen preciosa, que atrae al lector potencial y que tiene un significado especial cuando terminas de leer la historia. Los que me conocen saben que adoro los cuentos de hadas, por lo que sentía la imperiosa necesidad de sumergirme entre las páginas de la novela de Victoria y descubrir sus entresijos.

La premisa desde la que partimos, esa vuelca de tuerca que transforma al hada madrina que todos conocemos en un hombre, me pareció algo muy llamativo. Algo que incita a leerlo, aunque tan solo sea para saciar la curiosidad y descubrir cómo lo ha planteado la autora. Arropados por la pluma de Vílchez, nos dejamos seducir por la historia de Alice. Descubrimos, o mejor dicho, redescubrimos, cuentos infantiles que nos han acompañado desde pequeños, pues la autora los tiene muy presente, los introduce en la novela y nos saca más de una sonrisa al pensar que, quizás, no eran como han llegado a nosotros. Sin cambiar la esencia de cuentos clásicos como Cenicienta, Alicia en el País de las Maravillas o Peter Pan, descubrimos pequeños guiños que amenizan la novela y que nos dejan con ganas de saber más (desde aquí hago un llamamiento. Yo quiero saber más de Cenicienta, por favor. Y puestos a pedir, también de alguno de los personajes secundarios). 

En cuanto a los aspectos narrativos, la autora tiene una forma de escribir que enamora. Es sencilla, pulida. Perfecta para leer en una tarde de lluvia, con un café en la mano y bajo una manta. Su forma de escribir hace que la lectura sea ligera. Está narrada en primera persona, alternando la voz entre los protagonistas. Esto hace que nosotros, como lectores, conectemos de inmediato con ellos, haciendo nuestros sus propios sentimientos. Y es que, en definitiva, se trata de una novela en la que los sentimientos están a flor de piel desde el principio. Partimos de la premisa de que Alice tiene que encontrar al amor de su vida. Y que, para ello y como reza la sinopsis, necesita ayuda. Es ahí cuando aparece Jay, abriéndole los ojos a un mundo mágico. ¿No os parece encantadora la idea de que el amor tenga algún tipo de relación con la magia? A mí, sí. 

Si tuviera que ponerle alguna pega, sería que me hubiera gustado que la última parte, las últimas páginas hubieran sido ampliadas un poco más, puesto que me hubiera gustado leer un poco más sobre la situación por la que pasan tanto Alice como Jay, sobre todo este último. 

¿Os apetece dejaros llevar por la magia? ¿Buscáis una novela ligera con la que pasar un buen rato? Pues entonces, sin duda, Si solo fuera un cuento de hadas es más que una buena opción.





jueves, 1 de febrero de 2018

Amor se escribe con H y otras maneras de decirte que te quiero, Andrea Longarela


SINOPSIS: Eva sueña con conocer a un caballero que la venga a buscar en un corcel blanco y la bese siempre con los ojos cerrados, como ha visto infinidad de veces en las películas. El problema es que la realidad nunca es como la ficción, y tiene que conformarse con sexo una vez por semana y deshojar margaritas. Pero no solo de Eva va esta novela. También están Carla, su hermana, que ni siquiera se atreve a mirarse en el espejo, y mucho menos a reconocer que siente algo por un mejor amigo; Gina, que busca llenar sus vacíos bajo un cuerpo… o dos, y María, que desearía ir a un concierto de rock y liarse con el batería, pero no se atreve… Si crees que el amor tiene muchas caras, que existen muchas maneras de manifestarlo, de disfrutarlo y de vivirlo, esta historia es para ti.
Mis últimas lecturas no tenían nada que ver con la romántica, así que pillé esta novela con ganas, y el resultado ha podido ser más que satisfactorio. Ha sido como el soplo de aire fresco que necesitaba en estos momentos, además de que me ha hecho reflexionar sobre el amor. También tengo que decir que en algunos aspectos me ha recordado al estilo de Elisabet Benavent (Beta Coqueta) y su saga Valeria. Esto no es necesariamente malo, porque tanto aquellas novelas como esta me han gustado mucho por su frescura. Así que yo estoy encantada con estas historias.

Aunque es una novela muy coral, casi siempre es Eva la que lleva la voz cantante en esta historia, salvo por algunos capítulos que los cuenta Hache. Eva es una romántica empedernida, de las que dan con los ojos cerrados y de las que sueñan con un príncipe. Eva es impredecible, verborrágica, tierna, a veces bruta, malhablada y alocada. No tiene filtros a la hora de hablar. Este es quizá uno de sus mayores encantos. Siempre está dispuesta a regalar una sonrisa. Mantiene una relación con Borja, el director de la residencia de ancianos en la que trabaja. Sin embargo, esta es una relación que tiene los días contados. Desde el mismo momento en que aparece Hache en la vida de Eva ya nada será igual para ellos.

Sin embargo, esta historia no solo habla de Eva, lo hace también de Carla, la hermana pequeña de Eva, que lleva enamorada de Enrico desde niña, que a su vez es el hermano de Gina, una mujer sin prejuicios en el tema del sexo. También está María, la mejor amiga de Carla, que estudia medicina y vive por y para sus estudios.

Si por algo me ha gustado esta novela es por la frescura que desprenden todos los diálogos. Me quito el sombrero por las réplicas mordaces y atrevidas tanto de Eva como de Hache. Eva porque no se muerde la lengua y Hache porque es un borde que paga una mala racha con ella. Sin embargo, entre ellos funciona esta relación un poco atípica, además de que hay química desde el primer encuentro.

Por otro lado, tenemos a las tres amigas de Eva, tres chicas que buscan su lugar. Las cuatro amigas son diferentes entre sí, pero se complementan muy bien, porque lo que le falta a una es lo que tiene otra. Las cuatro vivirán un particular camino hacia la madurez, un camino que no siempre será de rosas. La evolución de las cuatro es francamente maravillosa. Por no hablar de Hache, que poco a poco se va despojando de las capas de cebolla que tiene encima hasta terminar siendo un personaje al que adoras.

Esta es de esas novelas con las que sufres, ríes y te emocionas. Al menos esto es lo que me ha pasado a mí. Ha llegado en un momento en que necesitaba leer una obra que me hiciera estremecer. Si os gustan este tipo de historias románticas, que no empalagosas, esta os enamorará. Por mi parte no será la última novela de esta autora. Ha llegado para quedarse como autora que me emociona.