jueves, 30 de noviembre de 2017

Ojos y espías


Subimos a Instagram cada momento de nuestra vida, compartimos nuestros pensamientos íntimos en Facebook y vamos dejando nuestros datos personales cuando navegamos en internet. Cada vez que hacemos clic, escribimos, damos un «me gusta», aceptamos una solicitud de amistad, compramos, o incluso cuando vamos andando por la calle, ¡nos vigilan más ojos de los que podemos imaginar! Dentro y fuera de internet, las empresas, los gobiernos y las fuerzas de seguridad van recopilando información sobre nosotros. Dicen que así estamos más seguros, o que eso nos facilita la vida. Pero ¿dónde está la línea que separa la seguridad de la intimidad? ¿Y a quién le corresponde trazarla? Con diversos ejemplos de la vida real, la autora descifra en este libro el controvertido mundo de la vigilancia y explora temas tan candentes como la tecnología de reconocimiento facial, las cámaras de seguridad, el ciberacoso y el control de los alumnos en los colegios, entre otros.


NOS VIGILAN. Y no, no es el reclamo de una película de miedo ni el eslogan de una compañía de venta de alarmas. Nos vigilan con nuestro consentimiento. Es decir, dejamos que nos sigan, que conozcan nuestros secretos, que sepan dónde estamos en todo momento. Hablamos de las nuevas tecnologías, de las redes sociales y los móviles, hablamos del mundo en el que nos ha tocado vivir. Y lanzo esta pregunta: ¿Sabemos lo que estamos sacrificando por estar todo el día conectando? ¿Sabemos cómo nos vigilan? Y es justo este tema el que aborda Ojos y espías, una de las últimas publicaciones de Siruela, dentro de su colección Las tres edades, un curioso ensayo para adolescentes escrito por Tanya Lloyd Kyi e ilustrado por Belle Wurthrich, en el que hablan de ese binomio: intimidad-seguridad, y en el que se ponen encima de la mesa interesantísimos debates sobre el uso de las redes sociales, sobre la vigilancia y el control. Dejen el teléfono a un lado y lean (esta reseña).
            Está estudiado. Lo confirman los psicólogos: nos comportamos de forma diferentes cuando sabemos que nos están grabando. ¿No les ha pasado? Están ustedes tan anchos, tan espontáneos y tan despreocupado, y de repente, alguien enciende una cámara y ya no sabe cómo actuar, se sienten ridículos y forzados. Sí, les pasa a muchos. Y es uno de los muchos asuntos que se tratan en este libro: si llenamos las calles de cámaras que nos vigilan para nuestra seguridad, ¿no estaremos cambiando nuestro comportamiento, aunque sea de forma inconsciente? Piénselo: por una parte, estaremos más seguros y, por otra, más vigilados. Y eso por no hablar de que hay empresas que ya saben más de nosotros que nosotros mismos gracias a los likes que damos en nuestras redes sociales, gracias a dónde nos paramos por la calle, qué compramos o en qué webs pasamos más tiempo. Y es verdad que esto lo hacemos, pero lo que pretende Ojos y espías es que lo hagamos de forma consciente. Si vamos a renunciar a parte de nuestra privacidad, por lo menos que lo hagamos sabiendo el precio que estamos pagando, ¿no?
            Ojos y espías es abrumador, es interesantísimo y debería ser obligatorio en todos los centros educativos para que las nuevas generaciones se familiarizaran no sólo con el móvil sino con todo lo que su uso conlleva. Este libro hace un resumen bastante esclarecedor sobre la situación actual, siempre hablando de los dos extremos, la seguridad y la intimidad, siempre poniendo ejemplos y, en último caso, dejando que sea el lector el que decida. Tiene un alto valor didáctico. Además, está escrito de una forma muy sencilla, muy impactante y recurre a casos curiosos para saber hasta dónde estamos llegando con las redes sociales. En Japón, por ilustrar esta situación, se les manda un mail a los padres cada vez que los hijos entran o salen de la guardería. Y hay más: ya se fabrican caretas en 3D para gente que no quiere ser reconocida por las cámaras que hay en las calles. ¿Les parece extraño? ¡Pues es real!
            Lean Ojos y espías y asómbrense, asústense y, sobre todo, decidan. Libros como éste son imprescindibles para hablar de una forma profesional y cercana sobre el mundo en el que vivimos. Los jóvenes no sólo necesitan hacer un uso responsable de los móviles o los ordenadores sino que deben saber qué sacrifican o qué están dispuestos a sacrificar, deben conocer qué información están dando. Conozcan qué se cuece en las grandes empresas que manejan esos dispositivos que llevamos siempre a cuestas. Ha sido una lectura estimulante, un gran descubrimiento que me ha hecho más consciente y posiblemente más responsable. ¡Un gran acierto, Siruela! 

Todo es posible


Una famosa escritora vuelve al Medio Oeste americano, a la ciudad de su infancia, y desencadena una serie de historias narradas por aquellos que la conocieron: recuerdos de soledad y condescendencia, sutiles y poderosos sentimientos; y el siempre creciente abismo entre el desear y el tener.


En el pecado va la penitencia. El ser humano siempre tiende a rodearse de otros, a intentar comunicarse, a trabajarse su pertenencia a la comunidad, pero esto a veces lo único que hace es subrayar sus soledades, dejarlo con una desagradable sensación de ser un incomprendido, una rara avis. Este afán por relacionarse implica también un riesgo: el de mostrar las debilidades o, algo mucho peor, el de conocer las debilidades del otro. Queremos estar con los demás, pero los demás a menudo nos resultan insoportables. Y sobre esta potente contradicción se levanta Todo es posible, una de las últimas apuestas de Duomo Nefelibata que confirma a Elizabeth Strout, su autora, como una de las voces narrativas más valientes y más asombrosas del panorama actual gracias a esta historia coral sobre un puñado de habitantes del Medio Oeste americano que se relacionan entre ellos casi como animales, sabiendo sólo pueden ser depredadores o presas.
            Todo es posible. O no. Porque en esta historia lo único posible es sentirse superior al otro, protegerse del dolor y no frustrarse demasiado, notar un latigazo de felicidad que desaparece poco después. Conocemos, por ejemplo, a un hombre que cree haber sentido a Dios en el incendio que destrozó su casa, a una mujer de la que los demás se ríen por su gordura y que vive enamorada de un vecino, a una pareja que le deja una habitación a una fotógrafa mediocre y se dedican a espiarla, a una escritora famosa que se reencuentra con su familia casi veinte años después y a la dueña de un hostal que no perdona sentirse traicionada por sus clientes. Y todo en una atmósfera claustrofóbica y también sugerente; los personajes se relacionan en una curiosa tela de araña hasta que dejan claro que son inadaptados, que nadie, por mucho que los quiera, los entiende. Ni siquiera la familia es un refugio, ni siquiera en el hogar están a salvo. Y así, este catálogo de protagonistas acaban convertidos en símbolos poderosos de la complejidad del ser humano, de su incapacidad para entender al otro, para quererlo por lo que es.
            Elizabeth Strout, que ganó el Pulitzer por su grandiosa novela Olive Kitteridge, vuelve a dar una lección magistral de estilo. Su mirada –¡Oh, Dios mío! – es alucinante, es única, como si la autora fuera una exploradora que encuentra detalles que nadie más ve. Su prosa cuidadísima se revela como un envoltorio precioso, como un aura cegadora que rodea la historia. Dotada con un talento especial para los diálogos, deja que sus personajes se relacionen a través de la palabra hablada en escenas que parecen pequeñas obras de teatro. Ella sabe dar la información justa, sabe presentar a sus protagonistas en una frase, sabe cómo ir manejando el ritmo para ir acompasándose al de ese desasosiego que impregna la novela. E insisto: hace falta que confluyan muchos aciertos para construir una novela como ésta. 
            Todo es posible es un auténtico despliegue de virtuosismo literario. Su autora no sólo es capaz de crear personajes sólidos o historias sugerentes sino que las cuenta con una mirada peculiar, con un estilo único. Hay pocas veces que sucede esto: que uno quiera ser parte de un libro, que uno quiera convertirse en algún personaje de la historia para formar parte de su belleza. Porque sí, porque la incomprensión, porque esa torre de babel en la que vivimos –y donde cada uno parecemos hablar un idioma diferente- es caótica y a veces desesperante, pero hay una forma preciosa de contarlo: la de Elizabeth Strout. Esta novela va, sin dudarlo, a la lista de las mejores de este año.

PS: Hay unos guiños interesantes a la anterior novela de la autora, también publicada por Duomo Ediciones, Me llamo Lucy Barton. 

La paz de tus ojos, Julia Ortega


SINOPSIS: Cuando Mónica se reencuentra un día cualquiera con su Amor de juventud, el peor secreto de su pasado amenaza con salir a la luz. Al mismo tiempo descubre que, lejos de haberlo olvidado, ese hombre ha estado siempre presente en su cabeza y en su corazón. Y ahora ha llegado el momento de reconquistarlo.
La relación que Nuria mantiene con Rubén va de mal en peor; lo que los unió al principio ya no les completa, y la llama del primer día apenas son cenizas de un fuego que desfallece hasta extinguirse. Cuando su amiga le propone un plan para una noche de verano, Nuria no puede imaginar que su vida va a dar un giro de ciento ochenta grados y nada volverá a ser igual cuando unos ojos verdes sean a la vez su perdición y su redención.
Después de mucho tiempo y una sucesión de trabajos de quita y pon, la vocación artística de Adrián empieza a dar frutos, y su nombre y su cara cada vez llegan a más gente. Pero para él ya sólo existe la mujer que conoció la noche de su debut en el Teatro Real.
Estos personajes van a encontrarse en las calles de Madrid para tejer un tapiz donde el Amor se escribe con mayúsculas. Y el Perdón también.
Esta es la primera novela que leo de esta autora y no creo que sea la última. La autora la puso unos días gratis en Amazon y decidí darle una oportunidad. Cuenta con una trama que está narrada desde varios puntos de vista. No solo podríamos catalogarla como una historia de amor, también podríamos decir que narra cómo se entiende el concepto de la amistad.

Nuria y Mónica son amigas desde el instituto. Ambas son diferentes entre sí; mientras la primera es alegre, confiada y generosa, la segunda es interesada, egoísta y manipuladora. Mónica está acostumbrada a tener todo cuanto desea. Un día se encuentra con el que cree que ha sido el amor de su vida y que no ha podido olvidar: Adrián, un actor que empieza a tener éxito en su vida profesional. Este la invita a ver su último espectáculo, pero la cita que ella creía perfecta se tuerce. Adrián solo tiene ojos para Nuria. A partir de aquí, Mónica pone todo su empeño para separar a la pareja y para que Adrián regrese con ella. Está dispuesta a cualquier cosa sin importarle el precio a pagar. Cuando Nuria conoce a Adrián, aún mantiene una relación con Rubén, y aunque ella no quiere dar el paso, sabe que está abocada al fracaso. De hecho, en la cama no funcionan y Nuria busca consuelo en brazos de su amigo Richie.

Esta es una historia de amor a primera vista. Soy de las que cree que existe el instant love y la autora lo ha sabido plasmar de una manera real. La química entre Nuria y Adrián se palpa desde el segundo cero.

Nuria, la protagonista de esta novela, es una mujer que se entrega en general. No solo mantiene una relación estupenda con Lola, la mujer que es como una segunda madre para ella y que no tiene pelos en la lengua, también la tiene con su mejor amigo, con Richie. Por otra parte, Adrián, es un hombre seguro de sí mismo y leal a sus sentimientos. Un protagonista tierno y que tiene las ideas claras. Me gusta encontrarme de vez en cuando a este tipo de hombres en las tramas. Es más. lo agradezco.

En cuanto a los secundarios, tengo que hablar de Mónica, una mujer fría que solo se quiere a sí misma. A lo largo de la novela vamos advirtiendo lo mala persona que es. A mí me ha parecido despreciable, y quizá ese sea este el motivo por el que me ha gustado como la autora ha creado el personaje. En el lado opuesto a Mónica, tenemos a Lola, una mujer sin pelos en la lengua que protege a Nuria como si fuera su hija. Lola ha vivido con intensidad y así se lo hace saber a Nuria, que no debe cerrarse a la vida y no ser una inconformista. También tenemos a Richie, que en un principio se puede pensar que es un viva la virgen, pero es personaje que me ha ganado conforme avanzaba la trama. Por último, me gustaría hablar de Zara, una adolescente que parece enfadada con la vida, pero que en el fondo desea ser valorada.

Me ha gustado también que la autora haga guiños de novelas de otras autoras, novelas que le han gustado mucho. 

Resumiendo, La paz de tus ojos, es una novela que nos habla sobre los sentimientos, no solo en el amor, también en la amistad. Está escrita con humor, algo que agradezco. Si os gustan este tipo de historias, os la recomiendo.

martes, 21 de noviembre de 2017

Amore se escribe con licor de limón, Olivia Ardey


SINOPSIS: Daniela accede a viajar hasta Italia para asistir al entierro de su abuela, una mujer agria y resentida que cortó toda relación con su padre el día que este decidió casarse con una extranjera. La intención de Daniela es regresar cuanto antes, pero la lectura del testamento lo cambia todo.
En Nápoles sufre el rechazo de su familia. La única hermana de su padre la desprecia y Rocco, el yerno de esta, no piensa perder el control de la empresa heladera de los Barone. Pero Daniela no se achanta ante tanta inquina y decide luchar por lo que es suyo.
Rocco Santoro acumula mucha amargura desde el accidente en el que murió su mujer. Daniela, por su parte, acaba de salir de un noviazgo desastroso y lo último que le conviene es fijarse en ese rival de boca sexy y mirada hostil.
Viejas afrentas familiares y el peso de la culpa incitan una lucha de voluntades en una romántica ciudad donde es difícil frenar al corazón.
No es la primera novela que leo de esta autora porque siempre me ha gustado cómo escribe. De Amore se escribe con licor de limón me llamó la atención la portada que tiene y la sinopsis, así que decidí darle una oportunidad.

Daniela se prepara para ir al funeral de su abuela paterna, una mujer de la que apenas sabe nada y con la que no ha mantenido apenas contacto. Daniela ha vivido toda la vida en Valencia, mientras que la familia de paterna vive en Nápoles. Una vez que llega, no será bien recibida por la familia, salvo por su primo Lucca. Rocco, el abogado, tampoco hace esfuerzos para que se sienta cómoda, pero entre ellos surge una chispa. En la lectura del testamento, Daniela recibe la noticia de que la abuela le ha dejado una gran cantidad de dinero y de acciones de la fábrica que tiene la familia Barone. Ante este panorama decide quedarse una temporada en Nápoles.

Por una parte, Daniela está tratando de superar su ruptura con Alejandro, un mindundi que la ha hecho creer lo poca mujer que era. Si ella trata de pasar página, también lo hace Rocco, que trata de superar la muerte de su esposa en un accidente de coche. A partir de que Daniela decide quedarse en Nápoles, empieza una historia de amor entre ambos, un viaje hacia un futuro dudoso. Ambos se encuentran justamente sin que se hayan estado buscando, pero cuando más se necesitaban. Las inseguridades de ambos, sobre todo de Daniela, están patentes en muchas escenas. En esta ocasión, me pareció que la relación entre ellos es un poco forzada. Me ha faltado un poco más de la chispa que había observado en los primeros encuentros entre ellos.

A esta pareja principal hay que añadir dos más, una con más protagonismo que la otra. Luca e Irene: ella es la fisioterapeuta que hace la rehabilitación que necesita él. En el mismo accidente de coche que perdió la vida la mujer de Rocco, él también sufrió lesiones graves. Irene es amiga de Daniela desde que se conocieron en el intercambio de Erasmus. Tengo que comentar, que las escenas de esta pareja, aunque pocas, me gustaron más que la de los protagonistas. Por otra parte tenemos a los padres de Lucca, un matrimonio que vive separado, pero que no dejó nunca de quererse.

Siempre comento que si por algo me gusta esta autora es por los pequeños detalles que aporta en cada una de sus novelas o sucesos del lugar donde suele situar la acción. Esto la hace cercana al lector. Me ha gustado que describiera las calles de Nápoles y que de vez en cuando comentara algunas anécdotas. Eso le aporta riqueza al texto.

Como he comentado más arriba, me gusta esta autora, pero también es cierto que disfruto mucho más con las novelas que sitúa en otra época que en las que contemporáneas. Echo de menos novelas de otra época. Ahí se desenvuelve muy bien. Esta historia no me ha sorprendido tanto porque he notado que ha repetido alguna fórmula que le he leído en otras novelas.

Resumiendo, Amore se escribe con licor de limón es una novela entretenida, sencilla, sin complicaciones, con unos personajes que te harán sonreír en muchas situaciones. 

martes, 14 de noviembre de 2017

Convocatoria de relatos fantásticos


Desde Khabox Editorial me llega esta convocatoria de relatos fantásticos. Si tenéis algo en el cajón o queréis darle forma a esa idea que tenéis en la cabeza, este es un buen momento.

Sueños eternos


Bases de la convocatoria

1. Se aceptará solo un relato por autor.

2. El relato tiene que ser inédito y no haber sido publicado en ninguna plataforma, papel o digital (ya sea de pago o gratuita). Deberá estar escrito en español, ser originales y no tener sus derechos comprometidos con terceros.

3. La temática será la fantasía en cualquiera de sus subgéneros (Alta y baja fantasía, oscura, histórica, Urbana (paranormal), heroica, Scifi fantástica).

4. La extensión deberá ser de entre 7000 y 12000 palabras. 

5. El formato: todo el relato deberá estar de la siguiente manera. Todo el documento debera estar con el tipo de fuente Garamond o Times new roman. El titulo arriba, centrado tamaño 14, negrita, y el relato en si en tamaño 12 y espaciado y medio.

6. El fichero solo debe contener en su interior el relato. Ni nombre del autor ni número de página ni nada. Solo el título y el relato.

7. El envío se efectuará a través del formulario que hay en esta misma página.

8. En el fichero adjunto deberá incluirse un único archivo de texto (solo en formatos DOC, DOCX, ODT o RTF), cualquier otro formato será anulado automáticamente.

9. El fichero deberá nombrarse como el título del relato. Ejemplo TITULO DEL LIBRO.DOC

10. El formulario nos servirá para tener control del relato con el autor del mismo, así los jueces no tendrán acceso a la identidad del autor y será ciego en ese aspecto.

11. El plazo de recepción para esta convocatoria empezará el 15 de noviembre de 2017 a las 00:01 horas y concluye el 31 de diciembre de 2017 a las 23:59 horas (GMT +1).

12. El jurado seleccionará los 7 relatos más meritorios basándose en criterios literarios y de originalidad. El fallo del concurso se comunicará antes del 15 de febrero de 2018 a través de la web de Khabox editorial y en redes sociales. También nos pondremos en contacto directamente con los ganadores mediante correo electrónico. La convocatoria podría declararse desierta si el jurado lo estimara conveniente.

13. Publicación – Los siete relatos seleccionados serán incluidos en la antología “Sueños etéreos”, junto con los de los otros autores ya seleccionados. La antología será publicada durante el abril de 2018 y se distribuirá en formato digital y en papel a través de Khabox y Amazon. Las condiciones de publicación (remuneración, licencia de uso, etc.) serán acordadas directamente con los seleccionados.
14. El relato ha de estar en español, pero no hay limitación por país de procedencia.

15. Se dará acuse de recibo únicamente a los envíos que cumplan las bases.

16. Los participantes recibirán sus ingresos proporcionales según regalías de la editorial.

17. El ganador, además, tendrá opción a publicar un libro con cualquier sello de Khabox Editorial.

La editorial se reserva la posibilidad de ofrecer a cualquier participante que considere interesante, en caso de no ganar la convocatoria, de ser publicado el relato con su sello Candies Fantasy.


Dudas AQUí

lunes, 13 de noviembre de 2017

Animales domésticos, Teresa Viejo


SINOPSIS: Todas las historias de amor son peligrosas...
«Me llamo Abigail y mi vida ha estallado en mil pedazos. Este es el relato de cómo los he ido recogiendo en busca de saber quién soy. Y quiénes han sido las personas que han estado a mi lado.
He descubierto de mí cosas que no sabía. Algunas muy oscuras. He caído en la tentación repetidas veces. He sentido rencor y he urdido una venganza sin que me preocupasen las consecuencias. No me importa que me juzguéis, yo misma lo he hecho. Pero sé que cuando leáis esta historia a pesar de todo me entenderéis. Al fin y al cabo estoy hablando de amor. Y es normal pensar que el amor no tiene límites.
La vida nos pone encrucijadas para que demostremos de qué madera estamos hechos. Como aquella caja de galletas de la infancia que esperaba en lo alto del armario. "No la cojas", advertía mi madre, sin embargo me faltaba tiempo para ir a por ella cuando desaparecía. Me pregunto cómo reaccionas tú cuando te prohíben algo. ¿Qué harías ante la caja de galletas?».
Esta no es la historia de una infidelidad, donde víctima y victimario alternan sus papeles poniéndose a prueba hasta el final, sino una descarnada y actual reflexión sobre las relaciones de pareja y el morbo como catalizador de la atracción sexual.
Abigail es una mujer que parece tener éxito en la vida, pero por un azar del destino descubre que su marido le es infiel. A partir de ese instante, emprende una carrera a contrarreloj para hallar las respuestas de por qué su maravilloso matrimonio no es tan idílico como ella piensa. Y lo hace mientras su marido, por cuestiones de negocios, está fuera durante un mes .

Animales domésticos es una historia de infidelidades contada de una manera que me ha parecido curiosa. También nos muestra el lado oscuro de una mujer despechada, que no duda en llegar hasta el final para descubrir qué secretos esconde su marido. En bastantes momentos de la trama vemos cómo pierde el control y planea vengarse de las mujeres con las que su marido ha tenido una relación.

Durante el mes que Fernando pasa fuera de España, Abigail baja en algún momento a los infiernos. No solo destapa la caja de Pandora de su marido, también destapa su propia caja porque se enfrenta también consigo misma.

Desde el inicio de la novela, advertimos que Abigail es una mujer de carácter y es el único sustento de la familia. Cree ser una mujer liberada, sin embargo todos los esquemas que ha ido construyendo a lo largo de su vida se le desmoronan. Aunque no quiera creérselo, Abigail está perdida y no sabe muy bien qué pasará cuando vea de nuevo a su marido. En muchas partes de la trama me costaba empatizar con ella, porque enfocaba la venganza hacia las mujeres con las que Fernando se había acostado. En este caso, ellas también me parecían víctimas de las infidelidades de un hombre egoísta como pocos. No sé cómo habría afrontado este problema de haberme visto yo en la misma situación de Abigail. Aun así, esta es una novela que te hace reflexionar en qué momento se encuentra uno como mujer. Pero desde la distancia que me da el conocer la historia desde fuera, no sé si merece tanto esfuerzo una venganza que no la lleva a perderse como persona.

Abigail se siente humillada como mujer, como madre y esposa, y no mide las consecuencias de los actos que emprende. No duda en entrar en un mundo totalmente desconocido para ella de relaciones turbias y locales de intercambio de parejas. En ese camino que parece llevarla a la autodestrucción, se encuentra a sí misma.

La vida de Abigail está llena de mujeres que de alguna manera marcan el camino que toma en un momento dado de la trama. Me quedo con dos de ellas, la abuela, una mujer que desafió las normas cuando era joven y Mariana, la mujer que cuida de Lucas, el hijo de Abigail y Fernando.

Desde luego, hay amores que son más peligrosos que otros, este que nos narra Teresa Viejo es bastante arriesgado. Si os gustan las novelas que habla de hasta donde somos capaces de llegar para salvar una relación, esta es una buena historia.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

El futuro tiene tu nombre, Brenna Watson


SINOPSIS: ¿Y si tu marido fuese tu peor enemigo? ¿Y si ni siquiera su muerte te librara de él?
Cuando el barón Hamilton fallece de forma inesperada, su viuda, la joven Marian Fillmore, cree que por fin se verá libre de un esposo abusivo y maltratador. Sin embargo, las condiciones que establece en su testamento la obligan a permanecer atada a un lugar al que odia y a su cuñada, tan cruel y déspota como su hermano.
La llegada del hijo del barón, procedente de América, será la única luz de esperanza en el porvenir de Marian. Solo él será capaz de cambiar su destino y el de las personas a las que ama, aunque el precio a pagar será demasiado alto.

El futuro tiene tu nombre es la primera novela de Brenna Watson, no sé si la primera que ha escrito, pero sí la primera que ha publicado. Reconozco que leo muy poca Regencia, y cuando descubro una siempre suelo sorprenderme porque me bastante como para no leer más.

Esta es una novela que parte de una idea que me ha parecido original. La protagonista es víctima de maltrato, no solo por parte de un marido que la desprecia, sino también lo es por parte de la hermana de su marido. Incluso cuando el marido muere, una cláusula en el testamento la obliga a estar atada a la cuñada. Sin embargo, el hijo del barón, Derek, parece diferente. La impresión que Derek se ha llevado de Marian es muy buena, y lo mismo ocurre de ella hacia él.

La autora comienza esta novela sin contemplaciones, mostrando a la protagonista que es víctima de maltrato, no solo físico sino también psicológico. Nos muestra que en las clases pudientes también existía este problema y que una “buena educación” no hace mejores personas.

Marian es una mujer que no ha podido decidir nunca nada, no es dueña ni de sí misma. Su padre la “vendió” al mejor postor, un barón que la humilla día tras día. Lo mismo le pasa con la cuñada, una mujer amargada que paga su frustración con Marian. Todo parece cambiar cuando Derek conoce la situación que su padre ha dejado a la mujer con la que ha compartido lecho marital. Los problemas no terminan cuando Derek decide actuar, Marian también tiene que lidiar con los convencionalismos de la clase social a la que pertenece, unas normas muy rígidas, y como siempre será la mujer la que saldrá perdiendo.

La historia de amor entre Marian y Derek se va cociendo a fuego lento, aunque la atracción entre ellos se palpa desde que se conocen. Mientras que Marian tiene claro sus sentimientos, Derek no quiere saber nada de compromisos porque le aterra parecerse a su padre, pues también sufrió su desprecio desde que era pequeño.

De los personajes secundarios, me quedo con los dos niños de esta historia. Tengo debilidad por los más pequeños. Creo que el papel de ellos es importante porque Derek se sentirá como en familia, un sentimiento que perdió al morir su madre.

Sí que es cierto que el tema del maltrato lo toca por encima, pero es un detalle que no me molesta porque en estas novelas lo que me gusta saborear es la historia romántica.

El futuro tiene tu nombre es una historia entretenida y ágil. La autora ha sabido combinar un tema tan peliagudo como el maltrato con una trama que en momentos resultaba dulce. Si os gusta este tipo de novela, echadle un vistazo.

  

martes, 7 de noviembre de 2017

Toda una vida


A principios del siglo XX, llega a una pequeña aldea perdida en los Alpes el pequeño Andreas Egger, tras ser abandonado por su madre con apenas cuatro años. El niño crece sometido a la férrea disciplina de su tío, y su horizonte se agota en la cadena de enormes montañas que rodean el valle. Así, entre esas cimas de nieves perpetuas y esas paredes rocosas de fiereza salvaje que en su juventud laceraron su corazón con gélida impiedad, la vida de Andreas discurre entre la rudeza del entorno y una forzosa adaptación a los cambios que impone el progreso. Y aunque la construcción del teleférico y la irrupción del turismo de masas, con el consiguiente aluvión de excursionistas y esquiadores, desfiguran el microcosmos mudando las costumbres ancestrales, al final de sus días el octogenario Andreas permanece fiel a su naturaleza, contemplando una puesta de sol o bebiendo leche recién ordeñada con el mismo arrobo con que cincuenta años antes observaba embobado a la única mujer que le fue dado amar.


Estaréis conmigo en que estamos perdiendo la costumbre de mirar y admirar la Naturaleza. Sí, el campo, los ríos y los árboles están aquí, forman parte de lo que nos rodea, pero nos hemos quedado sin tiempo para prestarles atención. Y todos decimos en algún momento de estrés: ¡Cuánto necesitaría perderme en mitad de un bosque y olvidarme de todo! Y de repente, irrumpe en las librerías, como una planta rara y exótica, un libro que ahonda precisamente en eso, en la relación del hombre con la Naturaleza: un cara a cara sin artilugios y sin artificialidades, una conversación preciosa y profunda entre el ser humano y su entorno, sobre el pulso que se echan continuamente. Se miran a los ojos, se retan, se comprenden y, al final, se respetan. Hablamos de Toda una vida, una de las últimas apuestas de la editorial Salamandra, escrita por Robert Seethaler y en la que se nos narra la historia de un hombre solitario, Andreas Egger, que no termina de entenderse con sus semejantes, pero que está íntimamente conectado a su entorno: al frío invierno, a la letal nieve, al viento y a las rocas. A la cara más cruel de lo que le rodea.
            Hay algo descorazonador en la vida de este protagonista. Es quizás esa indefensión del ser humano frente a algo más poderoso y más antiguo que él: la Naturaleza. Conocemos a un niño huérfano que termina viviendo con un tío que lo pone a trabajar y que lo deja cojo de una paliza. Que crece trabajando en el establo, pero que aprende a leer hasta que huye y se independiza. Que se casa después con una mujer que se queda embarazada y… y bueno, no quiero contar más, pero termina enrolándose en una compañía que construye un teleférico y pasa ocho años prisionero en Rusia. Y todo ello con dos constantes en la narración: el frío polar y la soledad enorme. Y el ser humano, debatiéndose entre una y otra, sobreviviendo como puede, avanzando a pesar de los pesares, en esta fábula que acaba convertida en una reflexión sobre la supervivencia, sobre el camino de la vida, sobre esa soledad perfecta, íntima. Porque si algo cuenta este libro es el viaje iniciático de un hombre que no pasará a la Historia, de alguien que camina por la nieve y sólo deja sus huellas, y por poco tiempo.
            Toda una vida es tan relajante como contemplar un paisaje atardecido. Tiene esa belleza callada de los colores, esa capacidad de dejarnos sin palabras de las cosas que son más grandes que nosotros. Robert Seethaler cuenta sin prisas y describe sin despistarse. Todo en su prosa es exacto y conciso, todo se debe a la Naturaleza y a la verdad. El ritmo, aunque tranquilo, fluye, avanza, se desliza. Y el personaje, y ése es uno de los grandes aciertos de la novela, comulga con su entorno, llegan a entenderse de una forma muy profunda con la Tierra. Las descripciones exteriores e interiores, la conexión entre lo visible y lo invisible, entre lo que pasa dentro y lo que pasa fuera dota la historia de una especial sensibilidad, de algo –un no sé qué- primitivo. Y todo, con un punto de partida maravilloso: la inocencia del personaje, su resignación ante todo, esa decisión noble de no enfurecerse ante los traspiés, sino aceptarlos.
            Toda una vida se ancla en lo importante de la vida, se arrodilla ante la Naturaleza, único Dios para el protagonista, y defiende la pequeñez del ser humano. Ahí tenemos lo bello y lo sublime, y también lo cruel. Y ambas conviven en el paisaje, igual que conviven en el alma del hombre. Así, tenemos una fábula preciosa sobre nosotros y nuestras soledades, sobre nuestro paso por el mundo y, cómo no, sobre nuestra rendición ante la Naturaleza. Ya lo decía al principio de esta reseña, esta historia es una planta exótica, una rara avis, un paisaje peculiar. Un libro extrañamente bello. 

lunes, 6 de noviembre de 2017

Entrevista a Elena Montagud

1— ¿Quién es Elena Montagud?
Elena Montagud es una chica de 30 años que trabaja como profesora de español para extranjeros en Valencia y que también intenta escribir todo lo que puede con el poco tiempo libre que le queda. Me encanta la música y el cine, y también seguir series. Adoro los animales y tengo un perrete al que quiero con locura. Como ves, una persona muy normal.

2— En la presentación que hiciste en Valencia comentaste que sacaste esta historia de un relato. ¿Cómo consigues sacar de un relato una trilogía y que todo esté bien hilado? Por mi parte pienso que no le sobran páginas.
En realidad, el relato se me hizo muy corto y desde el principio sabía que había más, que necesitaba explorar en la historia de esos personajes. Aun así, no lo hice hasta que mi editora me lo propuso y la verdad es que se lo agradezco porque a día de hoy es la historia con la que más he sentido. Creo que he conseguido hacer tres libros porque son los personajes a los que mejor he conocido y porque tocaba temas que requerían de una gran profundización.

3— ¿De dónde surge esta historia de Bullying? ¿Qué hay detrás de todo el trabajo de investigación?
Surge desde el máximo respeto que siento hacia este tema y también la preocupación como docente. Muchas veces he visto cómo se metían con chicos y chicas muy jóvenes y siempre me ha dolido muchísimo. Así que detrás se encuentra el deseo de intentar hacer recapacitar o hacer ver que debemos movilizarnos para que poco a poco vaya desapareciendo un problema social que ha estado ahí siempre, aunque ahora esté a flor de piel. Pero no, el bullying ha existido siempre, siempre ha habido acosadores y acosados y todo ello yo creo que viene de un problema en la educación y de la falta de empatía.

4—¿Qué escritores son tus referentes?
Me encantan Julio Cortázar, Stephen King, el poeta Luis Rosales, Gillian Flynn… en realidad leo de todo.

 5— ¿Cómo definirías a tus personajes?
Mi editora me dijo que lo que caracteriza a todos ellos es que tienen una gran carga psicológica, es decir, que son imperfectos y muy humanos como los propios lectores. Y es lo que más me gusta. Alguna vez he intentado hacer a algún personaje más sencillo y no me sale. Pero es que yo disfruto con esas personalidades que tienen conflictos interiores.

6— ¿Qué destacarías en Blanca?
Aunque haya que leer todo el libro para ver su evolución, sin duda me quedo con su fortaleza. Le costó encontrarse, pero lo hizo, y aprendió muchísimo.

7— ¿Qué destacarías en Adrián?
Es un personaje que guarda un amor inmenso. Hacia su madre, hacia Blanca… que son las dos mujeres de su vida. Al igual que a Blanca, le cuesta un poquito y comete bastantes errores… ¿pero no se trata la vida de aprender a base de caídas?

8— Aunque son personajes secundarios, creo que tienen peso en la novela, ¿qué destacarías de Begoña y de Javi?
Ambos me encantan. Begoña es una de esas personas excepcionales que dotan de color a tu vida. Es optimista, dicharachera y siempre tiene una palabra de ánimo. Además, también es muy fuerte.
Javi es un chico bastante alocado que a lo largo de la novela también va evolucionando. Pero sin duda, lo que me parece importante en él, es el amor que siente hacia su hermana Blanca y hacia sus padres. La familia para él es un pilar básico.

8— ¿En qué proyectos estáis metidos ahora?
Hace meses, desde que terminé la trilogía Corazón, que no dispongo de demasiado tiempo para escribir. Intento hacerlo cuando puedo… Voy poquito a poco porque después de muchas horas trabajando dando clase la cabeza la tengo un poco atolondrada, jeje… Pero vamos, voy sin pausa pero sin prisa. Es una historia complicada que requiere de su trabajo de investigación y también de creación de personajes y de trama y subtramas. Hay mucho amor, por supuesto. Amor de muchos tipos… Hacia aquellos que no son tus padres de sangre, pero te han cuidado siempre. Amor de amigos, amor por aquello que te apasiona, amor de ese que te hace temblar las piernas… También hay una parte triste, como en la trilogía Corazón, y personajes con mucha carga y dolor a sus espaldas.  La tengo muy clavada ahí dentro y, al igual que con Blanca y Adrián, los personajes me tienen enganchada… ¡Ojalá pueda ver la luz!

9— ¿Alguna manía a la hora de escribir?
Cuando voy en el tren o escribo en lugares públicos no me importa el ruido. En cambio, en casa necesito completo silencio… Es un poco contradictorio. Nunca puedo escribir por la noche, no sé si porque ya estoy demasiado cansada o qué. Y siempre lo hago con el youtube o el Spotify abierto para escuchar música mientras escribo.

10— La música es un tema muy importante en estas novelas. ¿Qué papel juega?Es una parte esencial porque con la música puedes encontrarte. Además, en esta historia todavía más porque Adrián desde su adolescencia punk e incluso antes, quiere ser un músico y al final lo consigue. Entonces era lógico y esperable que hubiera muchísima música entre sus páginas. Por otra parte, como he dicho antes, para mí la música es esencial y la necesito en mi vida. Por ello, para mis personajes también lo es. Al fin y al cabo, en tu día a día escuchas canciones. A veces en la radio mientras conduces, o cuando vas en el tren, o en la calle y pasa un coche…

 11— Qué motivos darías a los lectores para que se adentren en esta historia con un mensaje tan esperanzador.
Pues te dejo las palabras de una bloguera porque prefiero que sean los lectores los que hablen de ella: “Esta historia guarda sentimientos de personas que han sufrido bullying, familias reales con problemas reales, personas que luchan por superar etapas., obstáculos que te va poniendo la vida, reconoces al amor verdadero…” (El fieltro de Roma).

Desde aquí te doy las gracias por responder a mis preguntas. Te deseo mucha suerte con tus próximos proyectos.


¡Muchísimas gracias a ti por esta entrevista maravillosa!


jueves, 2 de noviembre de 2017

Confesiones de un amigo imaginario


¿Quién dice que los amigos imaginarios no existen? Jacques y Fleur Papier no solo son hermanos gemelos; también son los mejores amigos del mundo. Lo comparten todo: literas, baños, helados, secretos, ronquidos. Están tan unidos que una vez llegaron a compartir –preparaos- un chicle. Tan unidos que Fleur sabe lo que piensa Jacques incluso antes que él. Por eso, cuando Jacques se entera de que Fleur le ha ocultado un secreto gigante, un secreto monumental, el secreto más alucinante del mundo, no se lo puede creer: ¡Fleur tiene un amigo imaginario! Imaginaos cómo se quedará cuando Jacques empiece a atar cabos y descubra que ese amigo imaginario es... él mismo. Un momento… ¿qué? ¿Que Jacques es imaginario?¿Intangible? ¿Invisible?


Los amigos invisibles son también criaturitas del Señor, hombre, por favor. Ya está bien de ignorarlos, de abandonarlos o de dejarlos en la estacada a la mínima de cambio. ¡Merecen un respeto! Si hubiera un sindicato de amigos invisibles, les pedirían a los niños un compromiso firme, un poco de atención a los padres y un homenaje por parte de la sociedad. A ellos les debemos algunos de los momentos más fascinantes de nuestra infancia. Y a este mundo nos lleva Michelle Cuevas con la novela Confesiones de un amigo imaginario, publicada por Puck, y en la que nos cuenta la historia de Jacques, un niño que descubre por casualidad que no es el hermano gemelo de Fleur sino su amigo invisible. ¿Cómo? A partir de ese momento, encaja todo: por qué los padres no le hablan, los profesores no le piden los deberes o el conductor del autobús no le pide el billete. Y este jarro de agua fría desencadena un rosario de aventuras que lo llevará a reflexionar sobre la identidad, sobre el cariño que todos necesitamos y sobre la pertenencia a la comunidad
            Ya sé que hemos escuchado muchas veces historias de amigos invisibles, de ese duelo que se produce cuando los niños dejan de creer en ellos, pero esta novela es diferente porque habla desde la conciencia del propio ser imaginario: ¿cómo se ve el mundo a través de sus ojos? ¿Cómo se gestiona el abandono? ¿Qué futuro le espera? Y sobre todo, ¿quién soy y cuál es mi misión? Jacques inicia así un viaje iniciático que tiene como final su propia identidad, la búsqueda de un sitio propio en un mundo que lo ignora. La propuesta, no me digan lo contrario, es muy original, es tremendamente estimulante. Y empieza así un cúmulo de aventuras –algo parecido a tomarse tres bebidas energéticas- que llevará a al protagonista a cambiar su apariencia (a merced de las peticiones de los niños) o a rellenar un curioso cuestionario en las Oficinas de Reasignación de nuevos humanos.
            Confesiones de un amigo imaginario es un canto con la boca abierta a la imaginación, pero a la imaginación sin límites y sin los corsés de lo lógico, lo normal o lo aceptado; es como una fiesta llena de color sobre el maravilloso mundo de los niños, sobre lo visible y lo invisible, sobre aquello que sólo vive en la imaginación. Michelle Cuevas, además, sabe contarlo desde la dulzura y, sobre todo, desde el humor. Su prosa tiene chispa, tiene pulso porque es capaz de llegar a los niños, pero de interesar también a los adultos. Se nota que se siente cómoda en un estilo conciso, pero preciosista, con una voz muy peculiar, que es capaz de alternar lo banal y lo profundo, lo divertido y lo importante.  
            Confesiones de un amigo imaginario nos conecta con la inocencia y con la infancia, nos devuelve el disfraz de niños, nos lleva de la mano hasta ese mundo donde todo era posible. Es literatura para los pequeños, sí, pero también para los adultos que quieran seguir alimentando ese asombro ante lo invisible, ante lo ilusorio. Y qué bien escrito está, qué tierno todo. Denle una oportunidad, no digan que son demasiado mayores para creer en los amigos imaginarios porque nunca saben cuándo van a volver a necesitarlos. 

El sol de las contradicciones


Mar Zheirman, una joven escultora y galerista menorquina, recibe una inesperada llamada del módulo de Custodia penitenciaria del hospital donde su expareja, Álvaro Berni, está en coma tras una agresión en la cárcel. Hacía tiempo que no sabía nada de él, después de que desapareciese diez años antes, dejando una lavadora puesta y un disco de Tom Waits. El pasado de Mar vuelve a aflorar poco complaciente. Son recuerdos de una convivencia imposible, de noches de alcohol y drogas, del dolor causado por el abandono y de los años de incertidumbre dedicada al cuidado de Mateo, el hijo de Álvaro, un niño distante y extraño, al que se vio obligada a criar asumiendo una maternidad impuesta y no deseada." El sol de las contradicciones" recrea con sumo detalle y fidelidad el mundo del arte, los ambientes nocturnos del Madrid y la Barcelona de los años noventa.


Y de repente, un día, al salir de casa, te engulle el pasado y nada vuelve a ser igual. Aquello que creíste lejano y ajeno, regresa a ti y te obliga a recomponer tu vida, tus sentimientos, tus planes de futuro. Un verdadero desastre, un tsunami emocional. Nadie está preparado para enfrentarse a lo que creía superado. El pasado siempre vuelve. Algo así es lo que nos recuerda Eva Losada Casanova en El sol de las contradicciones, una novela publicada por Alianza Editorial y merecedora del último premio Unicaja Fernando Quiñones, donde narra la historia de una escultora de mediana edad que recibe una llamada de la prisión donde cumple condena su ex pareja, de la que no tiene noticias desde hace una década, cuando desapareció sin decir nada, dejándole un hijo (de él) y un montón de dudas. Le informan de que está en coma tras haber recibido una paliza. Y es en ese momento cuando se abren de par en par las puertas de su pasado, cuando nada vuelve a ser lo mismo.
            Esta llamada que recibe Mar, la protagonista, es la excusa perfecta para mirar atrás y analizar su pasado. La noticia de la agresión de su ex pareja le sirve para revivir todo el dolor y para enfrentarse a un presente que, de repente, deja de tener sentido. En esta historia, donde lo único que se persigue es la esperanza de redimirse, de volver a encontrar la paz, se ahonda en los conceptos de amor y desamor, de abandono y felicidad, de la identidad y el rencor, de cuánto ayer hay en el hoy. Y Eva Losada Casanova lo envuelve todo en un escenario estimulante, el de los años 90, y lo centra en el mundo del arte, donde todo es creación, todo rezuma pasión. “El arte es rabia, es serenidad, melancolía o violencia”. Como todo en esta historia desasosegante.
            La autora mantiene el pulso de la historia a través de una narración equilibrada y de un estilo sobrio y concreto, casi contenido, bien trabajado. La prosa facilita la lectura, le deja todo el protagonismo a la devastación que sufren los que se enamoran y pierden, los que se ven obligados a recomponer su vida una y otra vez, a empezar desde cero. La trama avanza a buen ritmo, es ágil. Y es cierto que El sol de las contradicciones tiene una pátina de pesimismo, de cansancio, que le viene muy bien al desarrollo de la protagonista. La historia se va moviendo entre el presente y el pasado, porque el hoy es siempre un cúmulo de las decisiones del ayer.
            El sol de contradicciones nos enseña que el pasado siempre llama dos veces, que vuelve cada vez que le apetece para desestabilizarnos, y nos recuerda que es imposible empezar de cero. Bienvenidos a esta nostálgica historia sobre la soledad femenina, sobre el vacío del abandono, sobre ese momento en el que lo único que queremos es un poco de comprensión. Esta novela tiene las emociones a flor de piel y avanza con un objetivo claro: el de redimir a la protagonista. Esta búsqueda de la serenidad sirve también para retratar a una generación, la de los ochenta y los noventa, vapuleada por los excesos, muy extremista, muy pasional. Quizás demasiado. Porque todo, absolutamente todo, tiene un coste. 

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Escarlatina, la cocinera cadáver


Si tu cumpleaños coincide con el Día de los Muertos, prepárate para una sorpresa mortal. Eso es lo que le ocurre a Román Casas, que sueñacon ser un prestigioso chef y pide un curso de cocina por su décimo aniversario. En su lugar recibe un ataúd negro con las instrucciones para activar a Escarlatina, una cocinera del siglo XIX y su inseparable Lady Horreur, una escalofriante araña con acento francés. Los tres nuevos amigos y el gato Dodot viajan abordo del mortibús hasta el inframundo, donde los muertos viven (bueno, es un decir) bajo el imperio de Amanito, un siniestro tirano. Así arranca una odisea de muerte donde no faltan ingredientes de aventura, misterio y mucho humor.


Hoy es el día perfecto para hablar de miedos y de sustos. Este terror dulce que nos trae Halloween empapa también la literatura. Los niños salen a la calle convertidos en vampiros, zombies y monstruos, se habla de brujas, de muertos y de fantasmas, y nos llenamos la boca y los oídos de historias oscuras. Es el miedo que gusta, con el que disfrutamos, que nos eriza la piel. Hoy reseñamos Escarlatina, la cocinera cadáver, de la editorial Anaya, escrito por Ledicia Costas e ilustrado por Víctor Rivas, y que narra la historia de una cocinera que llega del Inframundo con una misión especial. Sí, la muerte y la cocina pueden ser buenas aliadas, y de hecho, casan de maravilla en esta receta literaria. Este libro fue galardonado con el premio Nacional de Literatura Juvenil en 2015, también con el premio merlín de Literatura Infantil, con el Neira Vilas y muchos otros. Está recomendado a partir de 11 años.
            Román quiere ser chef, no hay nada que le apasione más que cocinar, así que por su cumpleaños –que es justo el Día de los Difuntos- recibe un ataúd con las instrucciones para activar a Escarlatina, una cocinera del siglo XIX con unos gustos muy peculiares, y a su araña parlanchina. Juntos, viajarán al Inframundo para liberar a sus habitantes de un tirano sin piedad. Sí, en esta aventura caben la acción, el misterio y hasta la cocina. Y sobre todo, cabe una forma muy sensata y muy lúcida de abordar la muerte. Se habla de los familiares que ya no están, se deja intuir el duelo y se dota de naturalidad esto tan difícil de los difuntos. No se preocupen, que no me he puesto serio: me refiero a que, detrás de todo ese bullicio de aventuras, de humor negro y de intriga, hay un tema profundo que casi nunca se aborda en la literatura para los más pequeños, y que aquí se hace con una enorme delicadeza.
            Ledicia Costas sabe cómo escribir para los niños (y los adolescentes). Su estilo es fresco y natural, a veces un poco irreverente, perfecto para conectar con el público al que va dirigido. Sabe buscar la chispa no sólo con la prosa sino también con la historia y con la ambientación. Hay escenas divertidísimas con el menú del Inframundo o en la relación entre el vivo Román y la muerta Escarlatina. Además, cada capítulo se acompaña de una receta para que los lectores puedan cocinar y acompañar la lectura con el paladar. Es una lectura muy amena. Una mención especial merecen los dibujos de Víctor Rivas: son realmente estimulantes, y de una calidad incuestionable. (En serio, háganme caso: las ilustraciones tienen algo mágico). El conjunto es redondo. Texto e ilustración se complementan muy bien.
            Escarlatina, la cocinera cadáver sacia a los lectores más jóvenes en el gusto por las historias de miedo, de terror, por los zombies y su mundo. Hay que tener mucha mano para abordar la muerte como lo hace Ledicia Costas, con una sensibilidad especial, y con el humor (un poco irreverente) como arma principal. El conjunto es una historia divertidísima sobre muertos vivientes que cocinan, sobre platos que no seríamos capaces de comernos, sobre personajes disparatados, locos, esperpénticos. Porque se eso se trata: de hablar de cosas importantes y de potenciar la imaginación, de reírnos a carcajadas.