miércoles, 23 de agosto de 2017

Después del amor


Carmen viajaba en un tren desde Barcelona cuando un cruce de miradas cambió su vida para siempre. Era 1933, y Federico Escofet y Carmen Trilla —él, capitán del ejército; ella, una esposa atrapada en un matrimonio infeliz— tejieron una historia de amor que ni las habladurías, ni la guerra civil, ni el exilio lograrían deshacer, pero que dejó en los tres hijos de Carmen la huella del desarraigo. Basada en hechos reales, Sonsoles Ónega novela la historia de una mujer valiente que reconstruyó su identidad en una España donde a las mujeres no se les permitía amar y desamar.

Las grandes historias de amor requieren valentía, constancia y, sobre todo, lucha. Y más aún si la situación política en la que se desarrollan son convulsas, y las normas morales de la sociedad, un enemigo a batir. Las grandes historias de amor, ésas que parecen circunscritas al cine y a la literatura, se cuelan a veces en la vida real. Y entonces, los que rodean a los enamorados se quedan atónitos, con la boca abierta, se echan las manos a la cabeza y resoplan porque piensan que tanta locura en el amor va a acabar mal. Fatal. Como el rosario de la aurora. Algo así es lo que ocurre en Después del amor, el último premio de novela Fernando Lara, obra de la periodista televisiva Sonsoles Ónega y publicado –cómo no- por Planeta, en la que narra la historia de un amor prohibido (y oculto) entre dos personas casadas de la alta sociedad barcelonesa que, tras conocerse por casualidad en un tren, descubren qué vacías son sus vidas, qué grises. España se prepara sin saberlo para la Guerra Civil y ellos se hacen una pregunta: ¿hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar para vivir nuestro amor? ¿Cuál es el sacrificio? ¿Cuál es el riesgo? Y sobre todo, ¿cuál el premio?
            No hay nada más estimulante para los enamorados que superar obstáculos, grandes, pequeños, espinosos. Eso los hace más valientes, los reafirma en el amor. Los convierte casi en héroe. Y es precisamente eso lo que encontramos en Después del amor, una historia al uso de una mujer casada, pero infeliz –Carmen Trilla-, que se encuentra con un hombre casado y también infeliz, que además es capitán del ejército –Federico Escofet-. La chispa surge y ellos no pueden hacer otra cosa que rendirse. Al principio, por eso de las normas sociales y de los miedos íntimos, se resisten, pero el amor se abre paso, como un río en tierra seca, y llega a buen puerto. No estoy haciendo spoilers, porque la evolución se sabe desde antes casi de empezar. Y en esa decisión de amarse hay mucho daño colateral: los hijos, las familias, los cotilleos. Pero no se equivoquen, Después del amor es mucho más que amor. Tenemos también el retrato certero de la alta sociedad barcelonesa –muy bien cuidados los detalles, los ambientes, las maneras-, y esa tensión social-laboral-política que se va cociendo en las calles y que va encendiendo los ánimos. Era la época de la República, en la que los nacionalistas catalanes querían proclamar una república Catalana dentro de una Federación de Repúblicas Ibéricas.
            Sonsoles Ónega, como apuntábamos antes, se basa en una historia real –no en vano, ha tenido acceso a los documentos privados de la familia, a las cartas y al testimonio de sus hijas– para levantar una novela de amor con todos los ingredientes, para hacerla grandiosa, estimulante: una sociedad pacata y muy dada al chismorreo, una situación política inestable y dos personas que lo único que quieren es ser felices juntas. La autora forma esta historia con un estilo llano, sencillo, como si quisiera ser democrática con el estilo, con grandes usos del diálogo y subrayando las escenas más importantes, las locuras más literarias. Amar es eso, no necesitar excusas para hacer locuras. Los personajes están definidos de forma escueta, pero certera, y los malos –porque también los hay, no se vayan a creer- pues hacen lo que hacen los malos: fastidiarse cuando los demás son felices. Después del amor podría enmarcarse también dentro del género costumbrista o histórico. Por cierto, qué bien documentado está, como una casa sobre pilares sólidos.
            Después del amor da lo que promete: es una de esas historias que a todos nos gustaría contar (o vivir). Porque sí, porque siempre ha habido valientes en nombre del amor, porque siempre ha habido iluminados que han tenido claras sus prioridades: amar, amar sobre todas las cosas. Después del amor es eso, nada más y nada menos. Y Sonsoles Ónega sabe asistir, como una notaria privilegiada, a esta historia de pasión, de sacrificios y también de dolor. Y después nos lo narra con fascinación: “¡Esto es lo que me contaron! Así se aman los valientes”. Esta novela tiene casi seiscientas páginas. Y por cierto, ¿qué hay después del amor? Pues recordar lo vivido, contarlo, dejar que te salga la sonrisa. 

3 comentarios:

  1. Hola!

    Esta novela me ha sorprendido y me ha gustado; creo que transmite todos esos sentimientos y emociones que sintió Carmen aunque en algunas de sus decisiones no estoy de acuerdo para nada con su comportamiento.
    Un beso

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    1. Completamente de acuerdo. Es que hay que verse en esa situación, ¿verdad?

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  2. Qué bonito lo has contado y cómo coincidimos en impresiones porque es difícil hablar y chismorrear desde fuera cuando el amor no ha tocado a tú puerta; y cuando toca y lo pone todo patas arriba, qué difícil es tomar una decisión.
    Besos

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