La fórmula sigue vigente incluso hoy en día, casi quince años después de que Dan Brown pulverizara las cifras de ventas en todo el mundo con su discutida novela El código Da Vinci y atrajera a las librerías a cientos de miles de personas –muchos poco lectores– que buscaban misterio, adrenalina y polémica. Es un hecho: el thriller histórico-religioso goza de una salud envidiable. Las novelas del investigador/a perseguido por los malos que debe resolver un enigma milenario para salvar su propia vida o, mucho mejor, la de la Humanidad, tienen un público fiel que, además, se cuenta por millones. Hoy hablamos del último título que se suma a esta corriente, Los guardianes de la historia, que nos llega directamente desde Italia de la mano de Planeta y que plantea una trama a contrarreloj sobre un ritual peligrosísimo heredado de la cultura etrusca y que permitiría abrir las puertas del Infierno. Su autora, Elisabetta Cametti, sabedora de que la apuesta funciona, no cambia ni un ápice las reglas del género o quizá sí, porque la protagonista, la verdadera heroína de esta novela es una mujer. Es ella, Katherine Sinclair, la que después de ver a su jefe muerto y de ser despedida sin más explicaciones, empieza a darse cuenta de que hay un mensaje oculto y de que si interpreta bien las pistas, terminará descubriendo algo grandioso.Katherine Sinclair es la directora de 9Sense Publishing, una de las editoriales más potentes del mundo. Convocada a una reunión de urgencia por su jefe, el consejero delegado Bruce Aron, se encuentra con una escena escalofriante: Bruce se ha disparado una bala en la cabeza, y antes de morir ha dejado un lápiz de memoria con el nombre de “Fighter”, Luchadora, el apodo con que se dirigía a ella. A Katherine no le cuadra en este suicidio, y el humillante despido del que es víctima al día siguiente le deja mucho tiempo libre para investigar y seguir el rastro a inquietantes pistas que la llevarán desde Londres al lago de Bolsena. Acompañada del enigmático Jethro Blake, Katherine se verá conducida al corazón mismo de la Tierra, al centro de un oscuro ritual perteneciente a una de las civilizaciones más fascinantes que han existido: los etruscos.
En Los guardianes de la historia hay malos malísimos, buenos que
escapan por los pelos, enigmas centenarios que ponen los pelos de punta,
muertes a tutiplén, amoríos intensos y giros inesperados. Nada nuevo bajo el sol, y no lo digo como
un punto negativo sino como una elección segura para los amantes del
thriller, para los que vibraron con las novelas de Dan Brown y también lo
hicieron con El nombre de la rosa,
por ejemplo. El ritmo es vertiginoso –a pesar de sus 600 páginas–, el estilo es
fluido, aunque a veces un poco cursilón, y
los personajes cumplen su función, que es la de representar una creencia concreta
y entrar en conflicto con sus opuestos. Para dejarlo claro: es como ver una
película de Van Damme, Bruce Lee o de Jason Statham, uno no quiere que le
cambien el esquema, sólo quiere relajarse y disfrutar. Es lo que nos ofrece Los guardianes de la historia. Ni más ni menos.
Y
en sus fortalezas también residen sus debilidades. Se podría acusar a la
autora de ser previsible la mayor parte del tiempo, sí. O de descuidar el estilo
y de caer, sin darse cuenta, en el maniqueísmo. Pero se lo perdonamos porque
sabemos cuáles son las reglas del juego al que nos hemos enganchado: mucha
acción, muchas persecuciones y muchos misterios sobrenaturales. El asunto de los etruscos,
columna vertebral de toda la trama, es muy consistente, pero hay que leerlo con
(muchísimo) cuidado para entenderlo, para asimilarlo y para que lo que le da
fuerza a la novela no quede como un algo
difuso e incomprensible, porque a veces es complicado imaginar qué nos cuenta. Se
nota que la historia está muy bien documentada, y que Cametti hace un homenaje
a la arqueología y a las civilizaciones antiguas; y además, pone el foco sobre
un tema que ha acompañado al hombre desde siempre: ¿hay alguna forma de conectar el mundo de los vivos con el de los
muertos?
Los
guardines de la historia da lo que promete. No engaña, no te confunde con falsas expectativas, no te marea. Es
un thriller puro y duro, que va a mil revoluciones desde las primeras páginas,
y con conexiones históricas, religiosas y sobrenaturales. Los personajes
funcionan, la acción y las sorpresas también. ¿Y después? Después no hay más. Un ejercicio de tensión muy entretenido,
una lectura de la que uno sólo espera sudar, morderse los labios, desear que
los protagonistas se salven y se enamoren. Y eso es, a grandes rasgos, lo que pasa. Fin.
Pinta bastant bien... así que bueno, lo tendré en cuenta
ResponderEliminarun beesito
Si te gusta el género, adelante!!! Un beso.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarA mí me ha gustado bastante este libro. Como thriller, creo que funciona y entretiene.
Una reseña genial.
¡Nos leemos! :)
¡Hola!
ResponderEliminarA mí me ha gustado bastante este libro. Como thriller, creo que funciona y entretiene.
Una reseña genial.
¡Nos leemos! :)