TODO LO QUE PODRÍAMOS HABER SIDO TÚ Y YO SI NO FUÉRAMOS TÚ Y YO

TODO LO QUE PODRÍAMOS HABER SIDO TÚ Y YO SI NO FUÉRAMOS TÚ Y YO

Hola a todos. Hoy os traigo, no una, si no dos reseñas de una novela inusual, pero muy agradable de leer. Se trata de TODO LO QUE PODRÍAMOS HABER SIDO TÚ Y YO SI NO FUÉRAMOS TÚ Y YO, de Albert Espinosa y está publicada por Grijalbo. Desde aquí doy las gracias a Bloguzz y a Grijalbo por haberme enviado la novela. Una de las reseñas la firma Juanjo Grau y la otra reseña la firma Violeta Jiménez.

SINOPSIS

Marcos acaba de perder a su madre, una reconocida bailarina que le ha enseñado todo en la vida, y decide que su mundo ya no puede ser igual sin ella. Justo en el momento en que va a dar un giro a su vida, una llamada de teléfono cambia radicalmente los acontecimientos.

“¿Y si con sólo mirarte pudiera desvelar tus secretos más profundos?”
“¿Y si con sólo mirarte pudiera sentir con tu corazón?”
“¿Y si en sólo un instante fuera posible saber exactamente quiénes somos el uno para el otro?”

COMENTARIOS

Reconozco que cuando Anabel recibió esta novela, no le presté mucha atención. Pero pasados unos días, gracias a una entrevista de promoción en un programa de radio, reparé en que el autor era Albert Espinosa, un tipo muy interesante, actor, director y guionista, al cual conocía por su colaboración en otro programa de radio.

Me encantaba escucharle. Tenía un punto de vista sobre las cosas muy particular, muy interesante. Conocía, además, algo de su trabajo como guionista y realizador de cine y TV.

Además, saber del autor y oírle presentar su obra, despejó mis iniciales dudas respecto a la novela. La primera impresión que tuve es que se trataba de una novela romántica. No tengo nada en contra de la novela romántica, entiéndaseme, pero personalmente es un género que no me atrae demasiado, me da muchísima pereza.

Pero no. Para nada. Esta novela es otra cosa. A mí personalmente me ha recordado a muchas cosas sin parecerse necesariamente a ninguna en concreto.

En el fondo la acción es mínima. No pasan muchas cosas. Si la novela atrapa, y lo hace, es por la manera de narrar del autor (se trata de un relato en primera persona), dosificando la información muy hábilmente, pasando con mucha fluidez del presente al pasado (los recuerdos del protagonista junto a su madre) y deteniéndose continuamente en pequeñas reflexiones sobre cuestiones y detalles que muchos pasamos por alto u obviamos en nuestra cotidianeidad, pero que enriquecen sobremanera el relato. En el fondo el autor te hace sentir como si fueras un privilegiado confidente del protagonista, partícipe de secretos muy íntimos y trascendentes.

La novela empieza pareciéndose un poco a “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, una especie de presente ligeramente distópico, dominado por una droga (a modo del “soma”) que elimina la necesidad de dormir. Pero pronto irrumpe la ciencia-ficción (un poco del tipo “Expediente X”) para acabar siendo un relato más bien fantástico-metafísico-cósmico, pero sin perder esa uniformidad de tono íntimo, confidencial y cotidiano con el que te atrapa al principio.

A mí, personalmente, esta parte final es la que menos me ha gustado. Acaba transformando el relato en algo que me ha recordado vagamente a esa literatura new-age y buenrollista (estilo Paulo Coelho o Richard Bach) que me repele enormemente.

Pero en mi balance personal, la forma de la narración, la personalidad del autor y su protagonista y el desarrollo de los dos primeros tercios de la novela inclinan la balanza hacia la valoración positiva.

Además es una novela muy fácil de leer. Y el escalofrío que te recorre la espalda al leer la última frase, cuando todo, especialmente el llamativo título, adquiere pleno sentido, es algo que no todos los autores logran y que supongo que en el fondo buscan o anhelan. Y, sobre todo, es algo que yo, como lector, no siempre experimento. Y se agradece (Juanjo Grau).

Jo, cada vez se hace más complicado esto de hacer una reseña de un libro sin contar nada de la trama. Hay cosas sorprendentes escondidas en los libros, y no me gusta desvelarlas para no dejar a otros lectores sin esa satisfacción. Pero este libro, es algo sorprendente en sí mismo, así que se me hace complicado comentar, sin desvelar. Pero se hará un intento.

Lo primero que suelo hacer, es localizar el género al que pertenece. Es una manía, no es nada importante para un lector si pertenece a un género u otro; además, hay algunos que podrían clasificarse en casi todos los géneros, pero… es una manía tonta que tengo. Aquí me encuentro con el primer dilema. ¿Dónde lo clasifico? Es narrativa, pero… se acerca más a la ciencia ficción. Así que tras muchos esfuerzos neuronales, decidí considerarlo como CI-FI, aunque es muy suave, apenas nos damos cuenta salvo por un par de cosas que llaman la atención del lector. El primer dato que te hace pensar en ciencia ficción es la época en la que está narrada. Estamos en un tiempo futuro, puesto que Marcos, en algún momento, nos comenta que su abuelo fue testigo del ataque de las torres gemelas con 22 años. Y luego está el avance de la ciencia en varias cuestiones muy interesantes.

El libro está narrado en primera persona, por el protagonista principal, Marcos. Este personaje nos va contando todos sus pensamientos, sus vivencias, sus conclusiones, sus pasiones, sus miedos… Una especie de diario que nos hace participe en todo momento de su punto de vista.

Existen personajes secundarios pero están como apartados de la trama; los necesitamos para la historia, pero no llega a desarrollar ninguno de ellos. Quizás me aventuraría en decir que, para mí, los personajes principales son tres: La vida, la muerte y el sexo. Y los personajes del libro solo son usados para que transmitan los pensamientos del autor, llegando así mejor al lector.Es como si estuviéramos leyendo un estudio profundo sobre estas tres “presencias” en la vida de cada uno de nosotros, gracias a las conversaciones de Marcos y su madre en la juventud de este. Conversaciones con las que personalmente, me he sentido identificada en ciertos momentos.

Es una narración desordenada, caótica, puesto que seguimos los pensamientos de Marcos, y estos varían según le vayan llegando los estímulos externos. Si un objeto le recuerda algo, si una música le lleva a algún otro lugar… la temática varía según lo hace el pensamiento del protagonista. Así viajamos por el mundo, ya que él y su madre, viajaron de un lado a otro, de un teatro a otro; así somos testigos del don que posee; de la indecisión ante la gran elección que tiene que hacer….

Está escrita de manera amena y sencilla, llega directo al lector. Se lee fácilmente, durando poco en nuestras manos. En mi caso, me lo leí en una tarde. Es un libro diferente, de los que hacen pensar, de los que sorprenden. (Violeta Jiménez).

Próxima reseña: Tres corazones, dos cabezas y un verdugo