viernes, 30 de octubre de 2015

El sueño y la muerte


El negociador de rehenes de la Policía de Copenhague, Niels Bentzon, está enfadado consigo mismo. Ha intentado convencer a una mujer de que no saltara desde el puente ferroviario de Dybbøl en esa noche de verano, pero no ha tenido éxito. Allí está ella ahora, en medio de las vías del tren, con la cabeza aplastada y un enigmático mensaje escrito en una mano. Niels descubrirá pronto que no se trata de una desequilibrada o una toxicómana, sino de una admiradísima primera bailarina del Ballet Real que llevaba cuarenta y ocho horas desaparecida. Pero el caso se volverá aun más resonante al revelarse que había sido ahogada y posteriormente reanimada justo antes de saltar hacia la muerte. Las investigaciones de Niels lo harán adentrarse en el mundo de las experiencias cercanas a la muerte, de la creencia en una vida más allá de esta y de la exploración de los límites extremos de la mente humana.
 ¿Quién, estando en el cine y ante una película de miedo, no se ha tapado los ojos con las manos y ha dejado una rendija para ver? ¿Quién no ha vuelto la cabeza ante una escena espeluznante en la televisión o en la carretera? Yo no me he tapado los ojos ni he vuelto la cabeza con este libro, pero sí he leído –casi por primera vez- con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, a punto de morderme el puño. La razón no es otra que la extraña afición que tienen los personajes de esta novela que, para conocer qué hay en el más allá, se provocan la muerte durante unos segundos y después son reanimados. Sí, se asfixian o se ahogan para vivir esa experiencia y contar qué han visto, qué han experimentado. Éste es el tétrico juego sobre el que se sustenta El sueño y la muerte, publicado por Ediciones B y escrito por A.J. Kazinski, pseudónimo utilizado por el escritor Jacob Weinreich y el director de cine Anders Ronnow Klarlund para escribir novela negra, en especial esta serie dedicada al inspector Niels Bentzon, que en esta ocasión tendrá que enfrentarse a los difusos límites de la vida, a las prácticas oscuras de algunos individuos y a esa pregunta tan humana de: ¿qué hay después de la muerte? O como lo digo yo: ¿Hay vida después de la vida?
            Tiene esta novela, no os lo voy a negar, una parte escalofriante, unas páginas durísimas, de una intensidad aterradora, que se ven compensadas con otra cara amable y artística, de luz y lujo: la muerte y la ópera, el sufrimiento y el arte. La historia va de un lado a otro, como un péndulo hasta que consigue hacerse con un latido propio, con un ritmo que no sólo asusta sino que va contagiando la tensión que emana del libro. Este thriller negro con tintes paranormales –o casi– toma prestadas del género varias pautas clásicas: protagonista atormentado, familia en peligro y una investigación en la que nadie parece creer, pero da un par de quiebros que son absolutamente magistrales y que culminan con un final redondo, que funciona como una bomba de relojería. Todas las piezas encajan a la perfección: sabemos por qué el malo es tan malo –cuáles son sus motivaciones- y por qué el bueno está tan atormentado. Y aquí reside, quizá una de los aciertos de la novela: los personajes son creíbles, tienen aristas y actúan con coherencia.
            Los autores son corredores de fondo porque mantienen el nivel desde las primeras páginas y hasta la última: un ritmo constante, una prosa que no flojea y que, aunque a veces se recree en las descripciones, avanza imparable. La estructura está dividida en varias escenas con distintos personajes que después confluyen y tendrán que verse las caras. Y estén atentos a los cambios de narrador, que pasa de una tercera persona a la primera. Bueno, estén atentos a esos cambios si pueden quitarse de la cabeza esa práctica macabra de quitarse la vida unos segundos, de emprender una especie de viaje astral desde la muerte, sólo por el afán de la curiosidad, por vivir una experiencia de ese calibre. Esta novela es una gran reflexión sobre la vida y sus fronteras, sobre pequeños paréntesis de muerte y sobre la necesidad de saber y de preguntarles a los fantasmas.
            El sueño y la muerte da miedo, da escalofrío y da ganas de tomar mucho aire y llenarse los pulmones de aire fresco. Esta nueva novela de Kazinski es un thriller puro, construido sobre una base muy sólida y capaz de contagiar la tensión, el malestar y la desazón. Los amantes del género disfrutarán con esta entrega original y dura, embellecida con ese ambiente operístico del lujo y la tragedia. Lean y vean actuar a una bailarina enferma, a un policía insistente y a un asesino sin escrúpulos (y con su corazoncito). Y cuando lo terminen, siéntense felices por estar vivos, por querer la vida.



2 comentarios:

  1. Por lo que cuentas no se si este libro es para mi. De momento lo dejo pasar.

    Saludos

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  2. Pues me has picado y mucho la curiosidad. Me apunto el libro.
    Besotes!!!

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