
Un libro que nos lleva de viaje por todo el mundo siguiendo las peripecias de quince alimentos, habituales hoy en nuestra dieta, pero, desconocidos la mayoría en las cocinas europeas hace apenas 300 años. Estos alimentos contribuyeron a mejorar nuestra dieta y la población creció y creció. Hoy, muchos de ellos están en peligro por el cambio climático. Una forma amena y desprejuiciada de ayudarnos a comprender por qué y cuánto nos ha costado comer lo que comemos y lo que debemos hacer si queremos conservarlo.
No es
nada nuevo que las cosas cotidianas pierden la magia con el paso del tiempo. Sí,
cuando algo se hace por costumbre, no se le da valor, no parece emocionante.
Como si no se disfrutara. A eso se le llama rutina. Piensen por ejemplo en un trozo de pan, en un puñado
de arroz, en una taza de café, en un pimiento verde o en unas
patatas fritas. Ninguna de esas comidas parece en principio estimulante,
¿verdad? Sí, son tan habituales que no nos provocan casi nada. Pues la
editorial A fin de cuentos –qué buen nombre- quiere acabar con esta apatía (gastronómica) con
una solución (literaria): la publicación de Aventuras
y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo, una divertidísima
guía escrita por Teresa Benéitez e ilustrada por Flavia Zorrilla en la que se
hace un recorrido por los principales productos que cruzaron el Atlántico tras
el descubrimiento de América o, como se dice ahora, del encuentro entre los dos
mundos, a finales del siglo XV. ¿Y qué nos encontraremos en estas páginas? Pues, la llegada de
la patata, el pimiento o el maíz, y la exportación del arroz, el azúcar o las
especias, es decir, la Historia de los Alimentos Más Populares de Nuestra
Cocina. Pasen y vean.
No
es un libro para niños. O mejor, no es un libro sólo para niños, aunque pueda
parecerlo por la edición, muy cuidada, en pasta dura. Es algo más: es una guía curiosísima sobre esos
alimentos que, tras la aparición del nuevo continente, navegaron de una orilla
a otra y salvaron a la humanidad en épocas de guerra, sequías o peste. Fíjaos, somos
lo que somos gracias a estos alimentos que jugaron un papel fundamental en
el desarrollo de la civilización. ¿Sabíais, por ejemplo, que el azúcar era un medicamento indicado para
el mal de amores o que se usaba mucho como especia para las carnes? ¿Sabíais
que la pimienta llegó a valer más que el oro o que la patata no se usó para
consumo humano hasta el siglo XVIII? ¿Sabíais que el chocolate, al principio,
se tomaba con chile o que antes se bebía más vino que agua para evitar las
enfermedades que producía si no era potable? Como éstas hay decenas, cientos de
anécdotas, fechas, datos e incluso recetas de estos alimentos que cambiaron el
mundo.
Confieso
que hacía tiempo que un libro infantil no me causaba tanto entretenimiento,
tanta fascinación. Y es que las autoras no sólo han sabido captar la esencia de
cada uno de los productos sino que lo cuentan de una forma tan didáctica que parece un cuento. Sí, cada alimento tiene un cuento sobre su propia historia, ¡y eso es lo maravilloso! Sé que les va a gustar a los hijos y a los padres porque les da a los alimentos
una dimensión diferente, casi mágica, con secretos, intrigas y guiños. Además, los
dibujos -qué coloridos, qué cercanos- están muy acordes con el espíritu del libro. Atención a los lectores porque además, se intercalan contundentes explicaciones sobre las consecuencias que está teniendo el cambio
climático sobre la agricultura.
Los alimentos tienen historia
y –oh, sorpresa- es divertida e interesantísima, sobre todo si nos la cuentan
Teresa Benéitez y Flavia Zorrilla en este curioso libro, Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo. Léanlo,
o mejor, devórenlo, saboréenlo, digiéranlo y créanme cuando les digo que, a partir de ahora, verán de
forma diferente un tomate, un puñado de trigo o una hoja de vainilla. ¿Quién dijo
que lo rutinario no podía ser mágico? Ah, y desde aquí le mandamos todo nuestro cariño a esta nueva editorial, surgida en Bilbao, A fin de cuentos.
Hola !!!! No había escuchado hablar sobre este libro pero como tengo muchas lecturas pendientes y poco tiempo para leer pasa de el, gracias por la reseña. Besos
ResponderEliminar¡Que libro más curioso! Me lo apunto.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la reseña.