En Kobane Calling acompañamos a Zerocalcare en sus viajes por Turquía, Irak y Siria hasta el corazón del Kurdistán, atravesando zonas de intenso conflicto bélico. El reconocible estilo del autor italiano y su mirada personal se posan en el cerco a la ciudad de Kobane y la lucha del pueblo kurdo contra el Estado Islámico, alejándose de la crónica impasible de los informativos para situar cada viñeta en el paisaje natural y humano de la franja de Rojava. Aquí se nos muestra la lucha de los kurdos por la libertad sexual, social y religiosa, además de por la propia existencia, en un relato que rehúye el titular trillado. Al convivir durante semanas con la población civil y las guerrillas, Zerocalcare se adentra en el día a día de una de las revoluciones más importantes que se están llevando a cabo en el núcleo del islamismo radical... y, quizá, en el mundo entero.
Lo escuchamos casi a diario en las noticias:
los jóvenes que, tras radicalizarse, pretenden huir a zonas de conflicto de
Oriente para unirse a los grupos terroristas y son detenidos ante decenas
de cámaras de televisión, pero nada (o poco) oímos sobre los valientes que viajan
para conocer las guerras de primera mano, para convivir con las víctimas y contárnoslo,
para ser testigos ante la Historia de una realidad que a veces preferimos
ignorar. Zerocalcare, el peculiar dibujante italiano, deja constancia de varias
de estas travesías en Kobane Calling,
publicado por Reservoir Books, dos espeluznantes viajes, uno de ellos hasta la franja
del Rojava, la zona kurda del norte de Siria. No voy a andarme por las ramas
porque el asunto no lo merece: estamos ante uno de los cómics del año. ¿Y por
qué? Lamentablemente, por su actualidad. Y después, por su lucidez y por su
contundencia, por su capacidad de mostrar (y explicar) una situación
complicadísima, por su ironía, su sarcasmo y su autocrítica. Y por la gran
virtud de llevarnos de la mano hasta la crueldad, hasta los escenarios en
ruina, hasta los niños que casi no se inmutan con el ruido de las bombas.
Para
los que no conocen la trayectoria de Zerocalcare hay algo que llama la atención
desde las primeras viñetas, que provoca enseguida una sonrisa de medio lado. Y
no es sólo que él se convierta en personaje sino su actitud ante la realidad
que lo rodea; es arrojado y temerario, arrogante y lanzado, no tiene pudor y
tiene claro cuál es su objetivo: conocer de primera mano la franja de Rojava. Sabe que sus vivencias, su experiencia y su visión son el fruto de la sociedad
Occidental y por eso, hace un ejercicio de ironía y de escepticismo para poder
contarlo todo con la menor contaminación posible. Al final, todo acaba
convertido en una novela gráfica sobre las guerras, pero también sobre cómo se
cuenta una guerra. Y aquí está uno de los grandes aciertos creativos de Zerocalcare:
involucrar al lector tanto en el proceso que acaba convertido en uno de los
valientes que se mete en una zona conflictiva. Eso sí, le quita todo
romanticismo porque lo esencia es sobrevivir, luchar. Seguir.
Kobane calling es un puñetazo en la
frente para ustedes, para mí, habitantes del mundo en paz: conocemos gracias a las
imágenes de Zerocalcare la resistencia kurda al DAESH, el doble juego de
Turquía o la experiencia de autogobierno de algunos pueblos en unas condiciones
terribles –bajo las bombas, sin comida, siempre al acecho-. Recopila dos
visitas, en 2014 y 2015, a Kurdistán y nos enseña cosas como el miedo a la hora
de pasar la frontera, el encuentro con las mujeres guerrilleras, las claves para
sobrevivir en este escenario hostil, la distancia entre los que tienen el poder
y los que sufren las consecuencias. Insisto, de nuevo, en el logro del autor en
saber contarnos en un cómic –además en blanco y negro- una situación
delicadísima, con sus sombras y sus pliegues. El autor lo hace con sensatez,
con equilibrio y con un juicio sano. Al final, el lector acaba también
acostumbrado a las muertes y a las bombas, al dolor y a la justicia, a la sensación
de no entender por qué algunas guerras no se acaban nunca y cuáles son los
intereses ocultos. Un jarro de agua fría de realidad.
Leer Kobane calling
es también una forma de activismo. Sí,
estar informado, conocer qué está pasando, interesarse e implicarse es un paso
–sí, pequeño-, pero uno al fin y al cabo. Acompañemos a este grupo hasta las
entrañas de la guerra, oigamos las bombas y cerremos los ojos ante los muertos.
Zerocalcare se confirma como uno de los dibujantes (y narradores) más
completos, más convincentes y más originales del panorama intelectual y lo
demuestra con esta historia bien armada, bien dibujada y bien contada. Gracias
por enseñarnos esto y por hacerlo con tanto tacto. Y sí, vivan los valientes
No suelo leer cómics, pero por temática, éste me atrae mucho. Por tratar, por denunciar una situación tan actual, por atreverse a contarlo.
ResponderEliminarBesotes!!!