Cuando la portada es un obstáculo

Cantos de súcubo

Hola a todos. Hoy traigo una nueva entrega de Cuando la portada es un obstáculo. En este caso voy a hablar de Cantos de súcubo, de la gran Richelle Mead y está publicada por Nabla Ediciones

¿Por qué la portada de un libro es tan importante para vender una novela? ¿Tiene que aportar algo sobre la trama? En este caso la portada tampoco me atraía especialmente. Y es que una vez que comienzas a leer la novela ves que la imagen que había en la portada de Georgina, la protagonista de esta saga, no es del todo acertada.

Para empezar Georgina es una mujer muy sexi, cosa que con la portada no me quedaba muy claro. Puedo decir que esa Georgina de la portada no le hace justicia a la que la autora nos regala en esta genial novela. A veces tengo la sensación de si algunos ilustradores se han leído la novela, y en el caso de haberlo hecho, si han leído la misma historia que yo.

Para todos aquellos que conozcáis a Richelle Mead de Vampire Academy, en esta ocasión tampoco os defraudará. En Cantos de súcubo tenemos una gran protagonista y dos chicos que se la disputan. Georgina es un súcubo que se alimenta del deseo sexual de los hombres hasta dejarlos sin energía, aunque tiene su propio código a la hora de elegir a sus víctimas.

Georgina es adicta a los best-seller de Seth Mortensen, pero una vez que lo conoce parece ser que no es el hombre mordaz que se deja ver en sus novelas. Su conversación se reduce poco más que a monosílabos, y en las distancias cortas no es capaz de mantener la chispa de los personajes que lo han hecho tan famoso.

Por otra parte tenemos a Roman, el chico atractivo, sexi, perturbador y tan adictivo como los Moca que tanto le gustan a Georgina. Y caer en los brazos de Roman supone cruzar unos límites que no está dispuesta a asumir… pero es tan difícil no dejarse llevar por la pasión.

Y es que con dos chicos como protagonistas la autora no podía dejar escapar unas buenas escenas de cama. Todavía me acuerdo del color de mis mejillas cuando la leía. Como dije en su día en la reseña, esta historia es magenta. Las novelas rosas se quedan cortas para Richelle Mead. Esta autora apuesta mucho por la pasión y por unas escenas de las que corta el hipo.

También nos encontramos con unos diálogos brillantes, un ritmo bien llevado y unos personajes muy bien definidos. Georgina, además, es ese tipo de mujer que me gusta. Inteligente, con el comentario perfecto para cada ocasión. No espera a que alguien la venga a salvar, y aunque se sabe que es sexi, no es la típica mujer florero de muchas novelas.

En fin, sólo espero que esta portada no os eche para atrás una lectura adictiva. Richelle Mead siempre te sorprenderá.

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