viernes, 20 de julio de 2018

Mejor la ausencia


'Mejor la ausencia' nos presenta una familia destruida, atravesada por la violencia de su entorno. Amaia, la pequeña de cuatro hermanos, narra ese entorno brutal desde su mirada de niña y adolescente. Compartimos con ella su miedo, su perplejidad, su rabia, ante un padre que hiere, una madre que se esconde, tres hermanos que, como ella, sólo buscan salir adelante. Amaia es la joven que se enfrenta, hasta alcanzar sus propios límites, a este mundo hostil. Amaia es también la mujer que años después vuelve a su pueblo para encontrarse con un pasado irresuelto. En ese camino de ida y vuelta, en sus huidas y regresos, descubrirá, a su pesar, que nadie escapa del entorno en el que se cría, de la familia que le toca en suerte. Y que reconocerlo es la única manera de sobrevivir.

Aunque la sombra de Patria, la novela de Fernando Aramburu, es alargada –de hecho, sigue siendo, años después de su publicación, una de las novelas más vendidas–, la escritora vasca Edurne Portela arma un relato crudo, valiente, desnudo sobre los años dorados de la banda terrorista ETA desde un prisma doméstico, casi cotidiano, en su novela Mejor la ausencia, que publica Galaxia Gutenberg. Y nos metemos en una casa cualquiera y conocemos a una familia corriente para saber, a través de los ojos de una niña que no ha conocido otro entorno, cómo se gesta la violencia, cómo les afecta y cómo contribuyen (o no) a perpetuarla. Porque, y aquí está uno de los cimientos de esta historia, este terror es asunto de todos y a todos les corresponde parte de responsabilidad.
            Nos ponemos de lado de la narradora, Amaia, una niña y después adolescente, que dedica todo su esfuerzo en ponerle un poco de su infantil cordura a la situación que la rodea. Porque esa situación que la rodea no es otra que la muerte y el silencio, que la lucha sangrienta como forma de conseguir unos objetivos, del odio como forma de crecer, de la necesidad de posicionarse: estás conmigo o contra mí. Y son sus ojos inocentes, ésos que no han conocido otro paisaje social y político, los que nos acercan al terror, los que van desgranando, y además de una forma devastadora, cómo la violencia se va haciendo un hueco en el día a día de una familia, cómo desvirtúa las relaciones personales, cómo copa las conversaciones en la mesa y cómo llena de odio, de furia y de miedo –según el caso- a sus miembros. Y eso es un hogar. El hogar de la protagonista. Sí, ETA mata a unos, aterroriza a otros, convence a unos pocos y cambia, de una forma u otra, la vida de todos, lo quieran o no.
            Desde la portada –con la imagen de un peluche- hasta la prosa, todo pugna entre la inocencia y la violencia, entre la niña-testigo y los adultos-odiadores, entre la paz y la furia. Y ésa es la vida que se nos muestra, la que se manifiesta en los pequeños detalles, en el día a día. Con un estilo conciso, corto y brillante, con unos diálogos tan naturales que parece que estamos oyendo a los personajes, la autora es capaz de levantar ante nuestros ojos una realidad complejísima, es capaz de incomodarnos haciéndonos partícipes de un entorno hostil. Los que tenéis en mente la omnipresente Patria, es éste un relato menos edulcorado –y entiéndanme-, más descarnado, más duro y más gris, que confirma a Edurne Portela como una de las narradoras más firmes del panorama. Ella vuelve a abordar este delicadísimo asunto después de su lúcido ensayo El eco de los disparos.
            Mejor la ausencia es la historia de una familia cimentada en el miedo y en la violencia, porque el miedo y la violencia durante muchos años en el País Vasco no pertenecieron sólo a la calle y a las manifestaciones, a los atentados o a los despachos de los políticos, sino también a las relaciones entre padres e hijos, a las caricias de una madre, a una pesadilla. No, el terror se cuela debajo de las puertas y entra en casa pegado a los talones de los ciudadanos, y lo ennegrece todo, lo transforma todo, lo pudre todo. Y así lo narra la protagonista, una niña, que intenta entender el mundo que le ha tocado vivir. Y qué bien lo narra Edurne Portela, porque ahí está la vida de una familia y también la de una sociedad, y la de un fantasma enorme: el miedo que, muchas veces, desemboca en violencia, en destrucción, en un odio absoluto.

                                                                                                                  Daniel Blanco

3 comentarios:

  1. ¡Que bien que te haya gustado! No lo conocía, gracias por la reseña :D

    Un besito ^^

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  2. Pues no me sonaba. Y pinta muy bien. Tomo buena nota.
    Besotes!!

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  3. Creo que este libro no es para mi, lo dejo pasar.

    Saludos

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