martes, 25 de agosto de 2015

Los vivientes


Shy comienza un trabajo de verano para ganar algo de dinero en un crucero de lujo. Todo parece perfecto pero entonces, el mayor terremoto de la historia sacude el mar y la vida de Shy cambia para siempre. Sin embargo, esto es sólo el principio. Veinticuatro horas más tarde, Shy queda perdido en alta mar, envuelto en una asfixiante lucha por la supervivencia, y a merced de la oscura amenaza que se halla oculta tras ese terrible desastre.
 ¡Estamos de vuelta! Se acabaron las vacaciones (o casi), y volvemos a la carga: más libros, más reseñas, más sorpresas. El nuevo curso literario-juvenil 2015-2016 arranca fuerte con esta novela que tiene todos los ingredientes para arrastrar a una legión de seguidores: catástrofes naturales -¡YES!-, intrigas, aventuras, y malos sin escrúpulos. Y además, está narrada con un ritmo endiablado que no da opción a aburrirse. Los vivientes, de Matt de la Peña y publicado por Océano Gran Travesía, recurre a eso tan fascinante de un futuro incierto para ambientar una historia que arranca en un crucero de lujo y que termina en medio del mar –literal- después de un terremoto que ha arrasado casi toda Norteamérica. Sí, grosso modo, el argumento os puede recordar a la serie española El barco, la de Mario Casas, porque tiene muchas similitudes y un punto de partida demasiado cercano, pero la historia de Matt de la Peña se sostiene por sí sola gracias a una telaraña de misterios bien dosificada y a una estructura cinematográfica basada en escenas cortas y en diálogos ágiles.
            Shy, mitad mexicano, mitad estadounidense –fijaos en esta apuesta por la diversidad racial- trabaja en un crucero de lujo para sacarse un dinerillo. En una de estas travesías presencia un suicidio: el de un hombre que le confía unas extrañas palabras antes de saltar por la borda. Y esto lo desencadena todo, un importante arco argumental que tiene que ver con conspiraciones, la muerte , la traición y más. A partir de aquí, no hay tregua: no sólo asistimos al mayor terremoto que se recuerda –y que ha sembrado el caos en Estados Unidos- sino que acompañamos a una personajes que, de la noche a la mañana, deben familiarizarse con la lucha desesperada por sobrevivir. Los personajes, aunque no son redondos, parecen a ratos estereotipados y llevan con solvencia la historia. Y el estilo… Ay, el estilo… 
            Y es aquí donde arrugo el ceño, tuerzo la boca y niego con la cabeza porque me parece una traducción muy irregular -¿tomada quizá directamente de algún país latinoamericano?-, con expresiones extrañísimas y errores curiosos: ¿queréis conocer algunos? La lista es generosa: “Metió la mano a la caja”. “Aunque que se fuera a el sauna”, “Él se giraba las tarjetas”, “Dedos manicurados”, “La resaca era demasiada”… Y faltas de ortografía como algunos si condicionales son tilde o "de arriba a abajo" –es de arriba abajo-. Por cierto, ¿qué joven cuando se cabrea dice “Maldición”?: Maldición, no sobreviviremos. En fin, que tampoco quiero hacer mucha sangre de esto, pero este estilo tan descuidado me ha ido sacando constantemente de la historia y de los misterios. Una auténtica pena. Ah, y para los bienhablados, les alerto: hay innumerables ‘mierdas’ y ‘carajos’. Quizá es normal: los personajes tienen que soltar la rabia de alguna forma ante tanto desastre.
            En definitiva, Los vivientes, una de las apuestas de Océano para este otoño, tiene pulso. Es una novela viva, emocionante. La historia de ese crucero, ese terremoto y ese mundo nuevo interesa tanto que uno sólo quiere terminar la novela y saciar su curiosidad. ¿Os gustan, como a mí, las historias de catástrofes naturales? Pónganse los chalecos salvavidas y quédense a merced de los acontecimientos. Y sufran, sufran mucho. A la segunda entrega de esta saga, Los perseguidos, le pido más catástrofes, más supervivencia y más evolución en los personajes. Ea, por pedir que no quede.
Los vivientes sale a la venta el 23 de septiembre.

PS: El protagonista, Shy, está obsesionado con el sexo o las mujeres, o con las dos cosas. Dice, al principio, que su pasatiempo favorito es mirar chicas guapas, y hace referencia continuamente a que fulanita está buena o no. ¿Cosas de un chaval de 18 años, no?


8 comentarios:

  1. Buenas:
    Estoy leyendo este libro ahora y estoy totalmente de acuerdo en todo. A mí me atraen mucho las tramas de catástrofes y todo el tema del crucero me gustaba para leerlo ahora en verano. Llevo la mitad más o menos, y estoy bastante enganchada, aunque coincido contigo en lo del estilo. Es algo común en los libros de esta editorial, así que tampoco voy a seguir repitiéndome, pero la verdad es que hace que la lectura pierda.
    Un abrazo

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    1. Estaré pendiente a tus impresiones... Sí, lo del estilo me molesta TANTOOOOO... Un abrazo fuerte.

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  2. Yo lo tengo pendiente y no creo que tarde mucho en cogerlo porque me llama un montón y es que como tú soy muy fan de las historias de catástrofes naturales (no sé si has leído la trilogía de Aislados de Megan Crewe que publicó Roca pero está genial, es sobre una pandemia y la verdad que impresiona mucho porque es algo que puede llegar a pasar hoy en día). Lo único que me echa un poco para atrás es lo que comentas del estilo, ya he leído otros libros de la editorial y comprendo perfectamente a lo que te refieres, espero que al menos en este caso esté mejor que Ángeles Caídos porque esa traducción sí que consiguió sacarme totalmente de la historia y de mis casillas xDD

    Un beso, Daniel ♥

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    1. Otro beso muy fuerte. Y sí, es una pena que el estilo desluzca las historias buenas.

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  3. No es mi estilo.. de momento lo descarto
    graaacias por la reseña ;)
    un besito

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  4. No tiene mala pinta, pero no me apetece ahora mismo empezar más sagas...
    Besote!!!

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