Nos volvemos a leer en septiembre
SINOPSIS: Súper Humor antológico de la serie que creó Francisco Ibáñez en 1958.
Los protagonistas son Pancracio, su mujer, sus dos hijos y el perro de la familia, Atila, que da el contrapunto al protagonista con comentarios ácidos sobre su amo y siempre en su contra.A partir de la primera página publicada en la revista Pulgarcito, se reproducen páginas de la primera época aparecidas en diferentes cabeceras de la Editorial Bruguera, para seguir con una antología de los mejores momentos de la serie.Como en anteriores álbumes dedicados a otros personajes de Ibáñez, el autor realiza, especialmente para esta edición, una nueva portada.
Francisco Ibáñez es, sin ninguna duda, el autor de tebeos más importante, conocido y prolífico de la historia del cómic en nuestro país. Él mismo se ha definido a sí mismo como un obrero del tablero de dibujo, alguien que no ha hecho otra cosa en su vida más que dibujar. Pero seguro que para gran parte del gran público, muchas de sus creaciones permanecen desconocidas. No es el caso de Mortadelo y Filemón, auténticos iconos de la cultura popular. También son muy conocidos, aunque menos populares, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio o Rompetechos. Pero me atrevería a decir que la obra que hoy nos ocupa solo la recordarán los lectores de una cierta edad que fueran, como yo, voraces lectores de tebeos en su niñez.
El volumen publicado ahora por Ediciones B
viene a cubrir ese vacío, con una recopilación de historietas de estos
personajes, ordenadas cronológicamente, lo que, entre otras cosas, permite
apreciar la evolución como dibujante y humorista de Ibáñez.
La Familia Trapisonda nace en 1958 a la
estela de la familia más popular de la editorial Bruguera, la Familia
Cebolleta, creada varios años antes por Manuel Vázquez. Se centra en las
desventuras de una familia de clase media-baja urbana y su mascota. El gran
protagonista es Pancracio, un hombre de mediana edad, bombero en sus inicios,
transformado en oficinista más adelante. Es el típico representante de la
mentalidad pequeñoburguesa de la sociedad de la época. Su mal carácter, su
egoísmo y su estrechez de miras serán los principales catalizadores de las
situaciones cómicas, los enredos y malentendidos que terminarán, casi siempre,
con el pobre Pancracio perseguido, golpeado o humillado de alguna manera.
El resto de la familia lo componen Leonor, su
mujer en las primeras historietas, transformada por obra de la censura en su
hermana más adelante, y los niños, hijo y sobrino al principio, sobrinos los
dos más adelante, uno de ellos caracterizado como empollón o sabihondo, pelón,
con gafas y birrete.
El último miembro de esta familia es la
mascota, el perro Atila. Sin duda este personaje es el gran acierto cómico y el
que aporta ese toque diferente respecto a otras historietas. Su odio visceral
por Pancracio y las puyitas que le lanza, cargadas con grandes dosis de malsana
ironía (siempre de pensamiento, no es un animal parlante) permiten al autor
colar su visión y lanzar la crítica hacia la mentalidad social que representa
el protagonista.
La serie es muy representativa del tipo de
humor de la época y permite apreciar cómo fue evolucionando el estilo cómico de
Francisco Ibáñez, así como la calidad de su dibujo. Ya encontramos elementos
que luego llevaría al extremo en Mortadelo, como la transformación física de
los personajes, aquí con intenciones más simbólicas o metafóricas.
La censura, por lo visto, no veía con buenos
ojos que las historietas dirigidas a los más pequeños pudieran minar la
autoridad de la institución familiar, ridiculizándola con fines cómicos, lo que
obligó a cambiar el parentesco de los personajes sin que nunca se explicara.
Simplemente, al principio eran marido y mujer con sus hijos, luego dos hermanos
que vivían con los sobrinos. Una curiosidad más de cómo funcionaba aquella
triste y gris sociedad.
Quizá sea justo reconocer que no es la más
brillante creación de su autor. Su humor no ha envejecido especialmente bien y
tiene un tono algo rancio en algunas ocasiones, pero es de agradecer que
Ediciones B la haya rescatado del olvido y la acerque al público de hoy.
Pd: Esta reseña la ha hecho Juanjo Grau, gran amante de los cómics.
hola, encantado de poder visitar su blog, veo un gran potencial para trabajar en el mundo de los blogs. Su atención a los detalles de los detalles de diseño y el contenido de su escrito. No puedo decir nada, me sorprendió que
ResponderEliminarPenyakit Umum yang menyerang Anak, Bayi
En concreto este número no lo he leído, Juanjo, pero soy muy fan de los "SuperHumor" y tengo varios guardados. Son mi pequeño gran tesoro.
ResponderEliminarbsos!