viernes, 10 de octubre de 2014

Hyde


Un grupo de estudiantes ha sido seleccionado para formar parte de un experimento: el proyecto Hyde. Deberán convivir en un gran caserón apartado del mundo durante una semana sometidos a una terapia subliminal aparentemente inofensiva. Pero cuando se produce el primer asesinato, todo se dispara bajo un ritmo frenético de persecución y sospecha.
Ya no hay nadie en quien confiar. Cualquiera dentro de los muros de la casa puede ser el asesino, camuflado dentro del grupo, dentro del anonimato. Cualquiera... incluso uno mismo. 


Algo hace especiales a estos chicos: algo que desconocen pero que vincula sus vidas, algo que tendrán que descubrir a tiempo si quieren salvarse…

Me molesta tener expectativas. Me pasa con los libros, con las películas y también con las personas. Me dejo contagiar de cierta euforia colectiva y, después, cuando lo experimento en mis carnes, me llevo el batacazo porque casi nunca me parece demasiado o suficiente. Es por eso que no he querido leer ninguna reseña del libro que traigo hoy, Hyde (Alfaguara, 2014). Sólo Daniel, el administrador del blog La sabiduría de los libros, me soltó un día, sin esperármelo, que estaba genial. Shit! No quiero saber nada. Que David Lozano, su autor, es una de las mejores voces de la narrativa juvenil de nuestro país es indudable. Que escribir terror es complicadísimo, también. Así que la balanza parece, de antemano, equilibrada: el escritor zaragozano tiene a su favor la destreza con la pluma, y en contra la dificultad del género. 

El arranque de la novela no puede ser más efectista: un puñado de adolescentes acceden a encerrarse en una casa aislada de todo –no hay teléfonos ni internet- durante siete (laaaaargos) días, un experimento que huele a chamusquina y una tensión que empieza a palparse desde las primeras páginas. Y ya no hay vuelta atrás, estás metido en la historia hasta el corvejón –una frase muy de mi abuela y que a mí me encanta-. David Lozano no da tregua porque a partir de ahí, todo va rodado, todo fluye, como caer por una pendiente encerada. Las muertes se suceden –el narrador no se corta y nos enseña la sangre, las heridas y las cabezas cortadas- y empezamos a conocer a los personajes, sus características y sus extravagancias, las razones que tendrían para matar a los demás, y todo esto mientras fuera, en el exterior, dos policías investigan el asesinato de un publicista de éxito. Muerte dentro y muerte fuera de la casa: el lector está sin escapatoria. ¡Que no se me olvide deciros que la ambientación es magistral! Me he descubierto un par de veces con la mandíbula apretada y los dedos encogidos dentro de los zapatos. 

Ya os contesto yo a algunas preguntas: ¿Vas a pasar miedo? Sí, sí, sí. ¿Se intuye quién es el asesino? Pues, a ratos, pero tampoco estorba demasiado. La acción es tan trepidante, tan vertiginosa, que sólo quieres saber cómo terminará el experimento. ¿Puedes dejar de leer? Absolutamente no. A mí me duró dos días, aunque también es cierto que yo soy muy bruto. Los personajes están dibujados a trazos gordos y los conocemos por encima: es normal. Tenemos al deportista, a la pija, al salido, al marginado, a la hippy, al repetidor, a la presumida, al rarito. A mí no me hubieran importado cien páginas más para convivir más tiempo con ellos. De la historia de amor entre dos de los protagonistas ni hablo porque me parece algo anecdótico –quizás prescindible- y no quiero que nos alejemos de lo importante de Hyde, que es el terror, el puntito gore, el misterio

Yo, resumiendo, me quedo dos cosas: con la ambientación, que es fantástica, y con el estilo ágil y certero del autor, sin grandes florituras y que se adapta muy bien a la trama. David Lozano nos propone además una fantástica reflexión sobre la violencia adolescente y sobre el poder de los medios de comunicación. Y además, nos deja un mensaje claro: si los personajes hubieran sido lectores, no les hubiera pasado eso. Ea, pues ya lo sabéis. Si no queréis pasarlo mal, como los protagonistas de Hyde, todos a leer. Y si es este libro, pues mejor. 

 PS: El ritmo es TAN veloz que terminé de leerla cansadísimo, como si hubiera corrido la maratón de Nueva York. 

PS: David, ¿no has pensado alguna presentación o un club de lectura en un caserón parecido, así, del estilo de Hyde?


11 comentarios:

  1. Muy buena reseña Daniel :) A mi también me gustó mucho Hyde, y aunque muchos digan que no da miedo, cuando lo leía por la noche yo lo pasaba y ¡mucho!
    Un abrazo ^^

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  2. Estupenda reseña, Daniel. Veo que coincidimos prácticamente en todo.
    ¡Un abrazo!

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  3. Lo tengo pendiente y no quiero tardar mucho en leerlo.

    Saludos

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  4. No lo conocía, pero pinta fenomenal.
    Gracias por la reseña.

    Un abrazo ;)

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  5. Hola! Me llama bastante la atención este libro aunque por ahora no creo que lo lea ya que me interesa bajar mi lista de pendientes ;) Gracias por la reseña, besos!

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  6. Pues no es de mi estilo, aunque creo que has conseguido llamar mi atención :)
    un besito

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  7. Se nota que has disfrutado con este libro, aunque no termina de llamarme.
    Besotes

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  8. No lo conocía, y a pesar de la buena reseña no creo que me anime en esta ocasión a leerlo.
    Besos:)

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