Canción de hielo y fuego, Juego de tronos

Canción de hielo y fuego

Juego de tronos

Hola a tod@s.

Anabel me ha pedido que haga algunas reseñas para su blog. Soy un poco informal y vaguete, pero como acepté, aquí está la primera.

Antes que nada supongo que lo más correcto es presentarme. Soy Juanjo, un licenciado en Biología que colgó su título para dedicarse a las artes escénicas, acabando convertido en actor, payaso y mago. Mis preferencias literarias son muy variadas, pero suelo leer principalmente novela y ensayo. En cuanto a géneros, mis preferencias se orientan hacia la ciencia-ficción y el humor. En el ensayo, dedico mi atención a la divulgación científica, la filosofía y los ensayos dedicados a la antropología (social y cultural) y la política, con especial dedicación al anarquismo y su historia.

Entre mis autores preferidos la lista variaría en función del momento en que me encuentre. Hoy citaría a Mario Benedetti, Terry Pratchett, Stanislaw Lem, George R. R. Martin, Richard Dawkins, Orson Scott Card, Michel Onfray, Marvin Harris,…

Anabel me ha pedido que empiece reseñando la primera de una saga de novelas fantásticas (en todos los sentidos, no solo en su adscripción genérica): JUEGO DE TRONOS – CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO I, de George R. R. Martin.

SINOPSIS:

(tomada de la edición de círculo de lectores)

La novela río más espectacular jamás escrita.

En tierras del Sur de los Siete Reinos, la Mano del Rey ha muerto en extrañas circunstancias, y Robert Baratheon, el Usurpador, se ve rodeado de un consejo de aduladores y conspiradores entre los que se encuentra la propia reina. Receloso, el soberano acude al Norte en busca de ayuda, y Lord Eddard Stark, señor de Invernalia, dejará sus tierras para acompañarle a la corte. Pero el Sur no es lugar apropiado para el frío Stark, cuyo honor y lealtad hacia su viejo amigo no serán armas suficientes ante el ambicioso Lannister, el enigmático Varys y el retorcido Jefe de la Moneda.

Mientras, al otro lado del mar, en las ciudades libres, el rey mendigo Viserys Targaryen y su hermana Daenerys, exiliados tras la victoria del Usurpador, tratan de reunir un nuevo ejército para recuperar el Trono de Hierro. Y al tiempo que el caos se extiende por los Siete Reinos, cosas extrañas suceden al norte del Muro –una enorme mole de hielo de más de doscientos metros de altura defendida por la Guardia de la Noche-: los salvajes se están organizando y seres más antiguos que los Siete Reinos vagan por los bosques helados esperando la llegada del inminente invierno para salir a la luz. Y su poder amenaza con despertar una fuerza destructiva largos años dormida.

Cuando se juega al juego de tronos, sólo caben dos opciones: ganar o morir.

OPINIÓN:

George R. R. Martin emprende con esta novela la que probablemente esté llamada a convertirse en la saga literaria más ambiciosa e importante de nuestros días, y no solo para los amantes del género fantástico. Sin lugar a dudas ocupará para nuestra generación el lugar que ocupó J. R. R. Tolkien para generaciones anteriores.

Pero la obra de ambos autores es muy diferente. Martin crea una saga mucho más ambiciosa, con personajes tremendamente cercanos y reales que viven y sufren, con intrigas políticas enormemente complejas y con una crudeza y un salvajismo inauditos. Llama sobre todo la atención la total ausencia de maniqueísmo. No hay buenos y malos en esta compleja historia.

El mundo creado por Martin recuerda y se inspira en nuestro mundo medieval, tanto en lo geográfico como en su organización político-social, pero aderezándolo con elementos propios (las religiones de Poniente, la presencia de lo Sobrenatural) que lo enriquecen y lo hacen único.

Una de las cosas más llamativas de la novela es su elección respecto al punto de vista narrativo. El autor elabora en esta obra un auténtico manual al respecto. Cada capítulo lleva el nombre de un personaje, al cual acompañaremos a lo largo del mismo como si fuéramos Pepito Grillo, viendo lo que él ve, oyendo lo que oye y pensando con él. De esta manera sólo conocemos la parte de la acción que este personaje conoce, al resto de personajes según él los ve. Esta opción proporciona un auténtico caleidoscopio que nos permite conformar nuestra propia visión de los acontecimientos según nuestras afinidades respecto a unos u otros. Martin jamás juzga a sus personajes. A nosotros, como lectores activos, nos corresponde esta tarea.

En esta primera novela el protagonismo se reparte entre una escasa decena de personajes, aunque en posteriores entregas el “elenco” crece siguiendo a personajes a los que solo habíamos conocido desde el punto de vista de otros, lo cual conllevará no pocas sorpresas.

Otra peculiaridad que llama la atención es la crudeza con la que el autor trata a sus personajes y las pocas concesiones que nos hace a los lectores. Si la acción y la trama lo requiere, Martin no duda en privarnos de personajes con los que podíamos haber alcanzado un elevado grado de identificación.

En resumen, una obra que te atrapa pero que no hace concesiones, que exige una lectura activa. Y, desde luego, no apta para paladares delicados, pero que no te defraudará si le das una oportunidad.

El único inconveniente que se le podría poner es que es una obra inconclusa, está en construcción. Por un lado eso nos convierte en privilegiados testigos del nacimiento de un clásico contemporáneo, pero por otro nos condena a esperar ansiosos cada nueva entrega.