Hola a todos. Hoy os traigo la reseña de una novela de la que apenas había oído hablar hasta que el autor se puso en contacto conmigo para presentármela. En ese momento no tenía muchas lecturas pendientes y acepté encantada leerme esta historia contada como si fuera un rompecabezas. Se trata de Noviembre (I Premio de literatura fantástica ciudad de Maracena), publicada por Almuzara y cuyo autor es Antonio Calzado.

Andrés, un joven estudiante madrileño, vive con su padre viudo, antiguo músico de rock en los años ochenta, al que los excesos de una vida disipada retiraron de los escenarios. Enamorado secretamente de Eva, su compañera de clase, Andrés es un lector compulsivo, que acostumbra a robar un ejemplar al mismo tiempo que adquiere otro... hasta que un día un misterioso ejemplar se cruza inopinadamente en su camino. El mismo ejemplar que un poderoso editor ansía conseguir a cualquier precio, con fines que sólo él conoce.
La trama es un thriller, donde hay una búsqueda de una secta satánica de dos jóvenes ―Andrés y Eva―, pero esa búsqueda que en un principio podría ser una aventura más o menso divertida se convertirá en una pesadilla. Para llegar a este punto, Andrés se ha obsesionado con un libro que no le deja dormir.
A partir de aquí, la búsqueda de Andrés pretende ser también un encuentro consigo mismo, saber realmente quién es y si sería capaz de hacer cualquier cosa por ver cumplido su sueño. Andrés perdió a su madre, alguien muy importante en su vida, su padre no sale de casa desde los atentados del 11 M y no quiere perder a la única mujer por la que ha sentido algo.
Desde luego, el camino estará lleno de dificultades, pues se presentan las dos caras de una misma moneda. “El bien” y “el mal” lucharán sin ningún tipo de escrúpulos por conseguir sus objetivos, y para ello utilizarán a Andrés. La trama se convierte en una historia con tintes paranormales, donde Noviembre es uno de los tantos seudónimos que adopta “el mal”. Al igual que Noviembre adopta un nombre, “el bien” también hace lo propio y elige una carta del tarot. Y como digo, ambos son muy parecidos a la hora de utilizar a Andrés, pero a la vez muy diferentes.
Había leído una reseña antes de empezar a leer esta novela y no sabía muy bien qué iba a encontrarme. Lo que sí que me llamó la atención es la manera de narrar del autor, así como la composición de personajes. Lo que sí que es cierto es que el principio me resultó un poco confuso. Presenta a los personajes, pero no de manera lineal, si no que la acción va saltando de un lugar a otro, y yo al menos, no me situé hasta pasadas las primeras cincuenta páginas.
Una de las cosas que no me ha convencido de la trama son algunas de las explicaciones un poco extensas de Enrique (padre de Andrés) con su hijo, por poner un ejemplo. Creo que le falta agilidad y ralentiza un poco la novela. Sin embargo, me gustó mucho la solución que encuentra el autor para el final de la historia. También me gustó que rescatara algunos grupos de rock de los años 80, muchos de ellos ni los conocía, pero otros me hicieron sonreír porque he bailado algunas de esas canciones.
En fin, creo que es una buena historia, aunque en ciertos momentos el ritmo decae y la trama se hace un poco densa.

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