La novela
romántica en este taller:
―¿Por qué
escribir novela romántica? Yo la escribo porque son historias que hablan de
sentimientos, que me emocionan, porque hablan de amor, del poder más fuerte que
mueve al ser humano, pero sobre todo, porque siempre acaban bien. Hay otro
factor que quizá te anime a escribir este género. Estas obras se venden muy
bien, sobre todo en formato ebook.
―¿Por qué
inscribirse en este taller de novela romántica? Es un hecho que la novela
romántica-erótica está viviendo uno de sus mejores momentos. No es que nunca se
haya dejado de leer novela romántica, porque este es un género muy demandado
por mujeres (y cada vez por más hombres), pero en las librerías podemos
advertir que ocupan bastante espacio. El lector de estas obras suele ser muy
voraz y demanda continuamente historias que le emocione. Es cierto que el
sector editorial está en crisis, como también es cierto que este es casi el
único género que se sigue vendiendo muy bien. No hay más que echar un vistazo
en las librerías cuáles son las obras que consiguen tener segundas, terceras o
cuartas ediciones. Por lo tanto, son muchas las editoriales que cada vez piden
más manuscritos de novela romántica.
―Escribir una
novela romántica no es tan diferente de escribir cualquier otra historia, la
única diferencia es el conflicto de los personajes principales y que siempre
hay un final feliz. Esta es la regla número UNO. Sí, a los lectores de novelas
románticas nos gustan estos finales. Para leer tragedias ya están los
periódicos. Muy importante, aunque el final sea feliz, tiene que ser un final
por todo lo alto, un final que el lector lo recuerde por mucho tiempo, casi
apoteósico. Esa es la diferencia fundamental de este género con otras obras.
Hay además otras
claves:
• Antes de empezar a escribir la
primera idea que se te ocurra hay que planificar y desarrollar unos elementos.
El autor necesita investigar, aunque sea mínimamente, para que la historia sea
creíble.
• Una de las claves de este género es
que los personajes principales estén bien construidos y que sean reales, que el
lector tenga empatía con ellos. No tienen que ser perfectos, es más, cuanto más
imperfectos sean más creíbles serán.
• Las primeras preguntas que me hago
antes de empezar a una novela son, entre otras: ¿Cómo son nuestros personajes
principales? ¿Qué historias arrastran? Porque está claro que todos los
personajes tienen un pasado. ¿Cómo se conocen? ¿Qué conflicto hay entre ellos?
Hay que tomarse un poco de tiempo para responder a estas preguntas e ir
anotando todo para después ir construyendo una base sólida. Hay que tener
claro, si no al inicio de la novela, pero sí cuando se lleven varios capítulos
escritos cómo va a acabar la historia. Sabemos que tendrá un final feliz, pero
tenemos que tener claro de qué manera acabarán juntos.
• Aunque el lector sepa que es una
historia con final feliz, el autor tiene que tener la habilidad para crear
conflictos entre ellos, de que no terminen juntos o se casen después de darse
el primer beso. Para llegar al final feliz, los personajes tienen que pasar por
una serie de dificultades y la obra tiene que tener giros que impacten en el
lector. Los obstáculos a salvar son importantes porque esto es lo que mantendrá
al lector enganchado.
• Lo “bueno” de la novela romántica
es que se pueden usar clichés o arquetipos, porque lo importante es cómo
cuentas la historia y cómo desarrollas a los personajes. El lector tiene que
sentir que es una obra que no ha leído antes en otras tramas. Tiene que tener
algo original para que el lector quiera saber cómo acaba la novela.
• Además de los dos personajes
principales, podemos crear un buen malo que ponga en serias dificultades a la
pareja protagonista. Un buen antagonista hará brillar mucho más a los
personajes principales (tenemos que procurar no caer en las parodias y en esos malos
de telenovela). Hay que tener claro que este personaje es secundario, por lo
que no puede tener más fuerza que los protagonistas. Si nos decidimos a crear
este personaje, será el que vaya impidiendo que la historia de amor se vaya
desarrollando. En este caso podría ser una antigua novia que vuelve antes de
que el protagonista se case, o un padre que no quiere que su hija se vea con su
novio porque es enemigo de su empresa, por poner ejemplos.
• En la novela romántica hay muchos
subgéneros (ckick lit, la histórica, paranormal, actual o erótica…). Hay otro
género que gusta mucho, que es la novela sentimental (Nicholas Spark suele
hacer este tipo de historias donde casi siempre no hay un final feliz). Yo no
las considero propiamente novelas románticas.
• En el caso de escribir una novela
histórica hay que saber situarla en el contexto (cómo hablaban, cómo se
vestían, cómo se trataban las mujeres y los hombres o cómo es la ambientación,
por poner un ejemplo). La investigación puede llegar a ser una tarea más ardua
que puede durar mucho más que la propia escritura de la novela.
• Es cierto que ahora muchas novelas
románticas suelen incluir muchas escenas de sexo, pero no es fundamental para
desarrollar la trama. Al lector le interesa mucho más una buena trama, que las
escenas de sexo no justificadas. Hay novelas muy blancas que llevan detrás una
buena historia (Orgullo y prejuicio) y otras novelas en las que hay tanto sexo
que el lector puede llegar a sentirse saturado (50 sombras de Grey).
• No está de más recordar que, aunque
estemos escribiendo una novela romántica, no hay que abusar de las escenas muy
cursis ni de los diálogos empalagosos.
Teléfonos:
670490198
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