
SINOPSIS: Roberto Cusac, ex policía reciclado a detective, alcoholizado y solitario, vive obsesionado por un caso que destrozó su carrera, su matrimonio y su alma: la desaparición de su hijo de 6 años, Jaime, al que nunca encontró. Ha repasado mil veces las pistas y siempre le llevan a ninguna parte. Cuando le encargan que busque a una chica desaparecida, sus heridas parecen reabrirse, pero un halo de esperanza y la sensación difusa de que el destino le brinda una segunda oportunidad avivan de nuevo su instinto para jugar una última partida a doble o nada…
La vida de Roberto, considerado como un buen policía, cambia de la noche a la mañana con la desaparición de su hijo Jaime. Una desaparición que no dejó ningún rastro y del que no se sabe nada a día de hoy. Roberto sospecha de un pederasta que reside en Alicante, pero no hay pruebas contra él. A partir de entonces, Roberto no levanta cabeza, es un hombre destrozado, carcomido por la culpa y se ha convertido en una sombra de lo que fue. Es alcohólico y su matrimonio está roto. A pesar de que Roberto puede parecer un personaje estereotipado en este tipo de novelas, el autor ha ido un paso más allá y ha alejado a Roberto del tópico en este tipo de novelas. Este es uno de los detalles por los que me gustan tanto las novelas de este autor.
Después de conocer la desaparición del hijo de Roberto en un
prólogo desgarrador, en la actualidad hay una nueva desaparición de una chica. Roberto
ya no es policía y la familia prefiere que este caso lo lleve un detective
privado. Podría ser el nuevo caso para él que lo haga salir de esa espiral de
autodestrucción en el que está metido. Tras muchas dudas, decide aceptar.
Un mundo peor es la tercera novela que leo de Claudio Cerdán, y
en todas ellas puedo ver un estilo que lo identifica perfectamente. Sabe
describir con todo lujo detalles los ambientes sórdidos de una ciudad tan
turística como Alicante. También conocemos a Roberto, un hombre derrotado que
no puede pasar página. El autor nos hace partícipes del miedo que siente
Roberto, de la soledad al perder un hijo y de cómo todo se desmorona cuando
pierdes uno de los pilares de tu vida.
Si bien esta novela es más intimista que las dos anteriores
obras del autor, sigue teniendo dosis de acción y de crítica social. En este
caso el autor ha creado un personaje atormentado por su pasado y ha creado una
historia descarnada. Un mundo peor no
es una historia amable. Si el autor ha pretendido incomodar al lector con ese ambiente
enrarecido y sofocante, desde luego lo ha conseguido.
En esta novela hay guiños a sus dos anteriores novelas: El país
de los ciegos y Cien años de perdón, que recomiendo sí o sí si os gusta este
género. No es necesario que te hayas leído las dos anteriores para entender
esta historia, pero sí que te alegrarás de reconocer a algunos personajes.
A pesar de ser una historia dura y nada cómoda para el lector,
el autor ha abierto al final una ventana a la esperanza. Por mi parte no puedo
más que recomendar a este autor y esta novela. Por último decir que esta novela
fue finalista al premio novela negra en la segunda edición del festival de
Valencia Negra.