Hola a todos. Hoy os traigo la reseña de una novela romántica contada con humor. Se trata de Una deuda con Delia, de Barbara Metzger y publicada por Pandora.
(Sinopsis de la contraportada)
En el fragor de una batalla, el mayor lord Tyverne resulta herido y atrapado tras la línea enemiga. Entonces un camarada llega en su ayuda y le insiste para que escape hacia un lugar seguro. Más adelante y horrorizado al conocer la muerte de su salvador, Ty jura vivir para poder cumplir con el reto que le lanzó el joven soldado al despedirse: salvar la vida de otra persona.
Para pagar la deuda de honor, Ty ofrece su mano en matrimonio a la hermana del muerto. Ciertamente, Delia Croft está necesitada de ayuda, pero ella anhela una unión basada en el amor, no en la obligación, una unión en la que puede que el atractivo oficial ni siquiera crea…
Ty ha contraído una deuda con George Croft, ya que gracias a la temeridad de este soldado, ha salvado la vida. Gracias a las cartas que George tenía guardadas Ty se entera que su hermana Delia tiene un problema muy grande. Su prometido la ha dejado casi a los pies del altar y muy pronto habrá un bebé en casa a quien alimentar.
Pero Ty es un hombre el honor y no está dispuesto a dejar en la estacada a la hermana de aquel que le salvó la vida. Y por si esto fuera poco, Delia tiene que abandonar la casa familiar, pues como mujer no tiene derecho a heredar la hacienda de sus padres. La casa pasará a manos de un primo detestable, con una mujer tan irritable como él. Vamos, la horma de su zapato.
Sin embargo, a pesar de la situación tan comprometida que mantiene Delia, esta mujer de armas timar no está dispuesta a casarse con Ty para saldar la deuda que éste contrajo con su hermano. Por mucho dinero que tenga o por muy vizconde que sea. Todavía mantiene la esperanza de casarse por amor como lo hicieron sus padres… Aún así Delia no deja de pensar en Ty como en su futuro marido, pero Ty no es especialmente muy ducho en hablar con mujeres.
Ty se considera ante todo un soldado y no piensa renunciar a su carrera militar por nada ni por nadie… aunque no esperaba encontrarse con Delia, una mujer con las ideas muy claras, culta y para nada atemorizada por la situación que está viviendo. Y hay que tener presente que estamos hablando del siglo XIX, donde la mujer no tenía ningún derecho.
Esta es una historia de malos entendidos, de situaciones un tanto embarazosas y de unos secundarios peculiares que le dan a la novela un toque gracioso. Desde luego la autora ha mostrado unos personajes de lo más variopinto. Está la vieja niñera con la biblia bajo el brazo y siempre atemorizada por los insultos que de vez en cuando suelta Ty. También tenemos a los primos de Delia, dos buitres carroñeros que esperan ocupar muy pronto la casa familiar de los Croft, así como la tía solterona que se pasa el día con un pañuelo en la mano. Y por último, un personaje que me pareció cuanto menos entrañable, fue el padre de Ty, un viejo gruñón, que no es ni mucho menos la imagen que quiere dar.
A pesar de ser una comedia romántica y simpática, no me hubiera importado que tuviera más escenas entre Ty y Delia. Estos dos personajes están bien perfilados, como lo están todos los secundarios, que son bastantes. Tampoco hay escenas de cama, pero no por ello he dejado de disfrutar de esta historia, que a veces me recordaban a las comedias románticas de los años 40 en Hollywood, un género por el que siento especial debilidad.

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