Han pasado casi dos décadas desde que Soo-min desapareció en una playa de Corea del Sur. El informe oficial afirma que murió ahogada junto a su novio, pero Jenna, su hermana gemela, siempre se ha negado a admitir esa versión de los hechos. En todos estos años, el errático e impenetrable régimen de Kim Jong-il ha intensificado su política de intimidación al vecino del sur, y por extensión a todo Occidente, mientras se confirman los indicios de que su programa nuclear avanza a un ritmo peligrosamente rápido. Debido a sus conocimientos de geopolítica, a su dominio del idioma y a los rasgos físicos heredados de su madre coreana, Jenna es escogida para unirse a los grupos de expertos en asuntos norcoreanos reclutados por el gobierno estadounidense con el propósito de hacer frente a la amenaza. Servir a su país y al mismo tiempo indagar en la verdadera historia de la desaparición de su hermana es una oportunidad que Jenna no puede dejar escapar. Convertida en una agente encubierta e infiltrada en Corea del Norte, está dispuesta a poner en riesgo su vida para recuperar a Soo-min y así cauterizar las heridas que le impiden llevar una existencia plena.
Era cuestión de tiempo que alguien escribiera
esta novela. Un thriller. Una historia de suspense, de acción. Casi una
distopía. Un mundo raro y a la vez posible. Una sociedad inimaginable y a la vez cercana. Lo nuevo, lo
carismático, lo sorprende no está en ninguna de las decisiones propiamente narrativas sino
en el escenario elegido: Corea del Norte. Sí, la mismísima Corea del Norte. Con
semejante paisaje, uno ya se predispone a un nivel altísimo de desasosiego, de
inquietud. Lo que cuenta es ficción, pero está pasando. Infiltrada es una de las últimas
apuestas de la editorial Salamandra, del autor D.B. John, y en la que se
narra la historia de una joven surcoreana –lista, valiente y traumatizada- a la
que proponen infiltrarse en Corea del Norte para investigar ciertas políticas del gobierno. Y de paso, intentará
descubrir por qué su hermana desapareció misteriosamente en una playa veinte
años antes, cuando era adolescente.
No
hay nada que dé más miedo que lo real, que lo posible. Es por eso que Infiltrada se lee con avidez, con una
angustia constante metida en el pecho porque el lector tiene la sensación de
estar colándose de puntillas en un sitio prohibido. Y así es. Nunca antes habíamos tenido tanta información sobre Corea del Norte. Uno, a medida que
avanza la historia, conoce la opresión, el hambre y el miedo de los habitantes
del país, y sobre todo, descubre lo que no se puede contar. Conocemos a la
señora Moon, que retrata a las capas más bajas, ésas que mueren de hambre, que
están continuamente vigiladas y expuestas a cientos de castigos. Tenemos a los
militares, los que sirven a la familia del dictador –no voy a decir su nombre
por si hay espías también por aquí–, y sobre todo, tenemos bases secretas,
operaciones especiales, los delitos que pasan de generación en generación y hasta campos de trabajo forzados. Es, sin duda, el
gran acierto del autor, la elección de Corea del Norte y su tratamiento, como
si fuera un personaje más, como si realmente tuviéramos ante nuestras narices
el enemigo. El autor cuenta que todo está basado en su “espantosa” experiencia
en ese país.
La
sombra de Corea del Norte es alargada. Aunque el estilo y los personajes siguen
los parámetros del género, lo que le da a esta novela un elemento novedoso y
absolutamente revelador es el escenario. Aun así, y como adelantaba antes, los
personajes están bien trazados, son creíbles y tienen motivaciones coherentes,
el estilo está cuidado –quizás muy por encima de los libros del género- y está
muy bien estructurada: los capítulos son sólidos y terminan siempre en alto. Se
nota a leguas que no es obra de un principiante. Además, el suspense está dosificado
con criterio y la ambientación se sostiene.
El equipo de Salamandra ha dado en el clavo a la hora de
promocionar la novela: en efecto, es una apuesta original y, además, tiene un
plus de angustia porque sabemos (con cuentagotas) que situaciones parecidas
están ocurriendo al otro lado del mundo. ¡Están ocurriendo! Infiltrada se lee con ansia, como una
buena novela de suspense, y también con la curiosidad del que se enfrenta a un ensayo sobre
cómo se vive en Corea del Norte. Sí, respiren hondo. Esta novela es como
dejarte encerrado en una sala sin ventanas. Falta el aire. No hay luz y de nada
sirve gritar. Prepárense para sentir la claustrofobia. No hacen falta
fantasmas, zombies o asesinos en serie para temblar de miedo. El terror está, a
veces, más cerca de lo que nos creemos. ¡Bienvenidos a Corea del Norte
Pues no conocía la novela. Y me has dejado con muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!