«Hacemos turismo cultural, visitamos iglesias y catedrales, nos arrobamos ante la belleza de los frescos románicos, de los lienzos renacentistas, de los retablos barrocos, de las imágenes de bulto talladas en sillerías, canecillos y retablos, de las prodigiosas arquitecturas que conforman el edificio, pero no entendemos lo que representan.» ¿Qué diferencia una iglesia de una catedral? ¿Por qué se representa el Espíritu Santo mediante una paloma? ¿Por qué al evangelista san Juan se le muestra unas veces imberbe y otras con barba? ¿Cómo distinguimos a san Judas Tadeo de Judas Iscariote? ¿Hubo una santa tutelar de las prostitutas? ¿Qué determina el grado de santidad de una reliquia? Con la inmensa capacidad divulgativa y el refinadísimo sentido del humor que lo caracterizan, Juan Eslava Galán nos guía por el arte religioso español más importante y nos enseña a interpretarlo y a disfrutarlo.
Es
entendible que el Estado –cualquier Estado– se encamine hacia la aconfesionalidad,
es decir, que no reconozca como oficial ninguna religión, pero ¿está provocando esta tendencia una preocupante incultura general?
Dicho de otro modo, y aquí cito a los expertos en Historia del Arte: ¿darle la
espalda al cristianismo está favoreciendo un peligroso desconocimiento de los
símbolos que conforman nuestra sociedad? A ver, por ejemplo, ¿sabemos por qué mató Caín a Abel? ¿Por qué San Gil es el patrón de los terrores
nocturnos y María de la Cabeza la de las mujeres sospechosas de adulterio? ¿Por
qué la pila bautismal se coloca a la entrada de la entrada? ¿Le sangraban
realmente las manos al Papa Pío? Para darle respuestas a estas preguntas
escribe el prolífico escritor Juan Eslava Galán La madre del cordero, de la editorial Planeta, que se presenta como
una guía completísima e imprescindible para entender una parte importante de la
civilización cristiana occidental. “Una iglesia es un libro mudo que cuenta
historias, una especie de tebeo, de cómic, porque la mayor parte de los
feligreses eran analfabetos”, dice el autor. Pues sí: hay que ser lo
suficientemente listo como para saber que detrás de la religión hay un universo
riquísimo de símbolos, conceptos y ritos, sin los cuáles no se puede entender
la historia del arte ni la evolución de las creencias, ni –fíjense- la
construcción de nuestro imaginario colectivo. Pues vamos a ello.
No es una novela. A medio camino
entre un libro de arte y una recopilación de
chascarrillos-cotilleos-curiosidades, el autor nos hace una visita guiada por
los sucesos, los protagonistas y los ritos más importantes del Cristianismo
para enseñarnos qué hay detrás de lo que vemos, de lo que nos parece que ha
estado ahí siempre. La madre del Cordero
nos cuenta la historia desde esa perspectiva irónica y afilada a la que Eslava
Galán nos tiene acostumbrados. ¿Puede herir el particular humor de Eslava
Galán? Yo diría que no, porque esa cuota de humor (y de sarcasmo) es inherente
a su forma de contar las cosas y, además, le da al texto –de una profundidad
considerable- una ligereza que se agradece. Este libro es como una caja de
herramientas para que nosotros podamos ver el mundo que nos rodea desde otra
mirada, sin duda más interesante, más erudita. Fíjense, tengo la sensación de que Eslava
Galán, para evitarnos el aburrimiento, nos va ofreciendo continuamente historietas
curiosísimas, datos desconocidos, conexiones extraordinarias. Este libro es
como visitar una iglesia, pero no sólo la nave central y el altar, sino también los
pasadizos secretos, las habitaciones cerradas.
Planeta ha hecho un gran trabajo con
esta recopilación: cientos de fotos a color hacen del ejercicio de la lectura
una auténtica gozada porque el lector va relacionando los conceptos y las imágenes. Es definitiva, una edición exquisita. El
resultado es, sin duda, interesante, coherente y sólido. Su
prosa, en apariencia sencilla, pero dotada de una estudiada precisión, fluye.
El autor sabe filtrar la información y dar los datos justos, los que saben que
se quedarán en la memoria del lector. Es un zarandeo continuo a nuestro
conocimiento: ¿Por qué, cuando se nos ha perdido algo, decimos ‘Cucufato, los cojones te ato’? ¿Por
qué le rezamos a Santa Bárbara cuando hay truenos? ¿Por qué la antigua diosa de
las cloacas era también la de las relaciones sexuales dentro del matrimonio?
Escucharlo a él es como escuchar a ese abuelo que sabe de todo.
La madre del cordero es un libro valiente y
necesario, sin duda, porque la religión es más que un conjunto de creencias
íntimas sino que es también un discurso que ha conformado la Historia de la Humanidad.
Nosotros, todos nosotros, somos hijos de este relato y estamos conociendo el
mundo a través de esas historias que se han quedado en el imaginario colectivo.
Juan Eslava Galán hace una especie de árbol genealógico para que sepamos
quiénes son Noé, Moisés o María Magdalena, qué significa el diluvio y por qué
Dios habla de un cordero o de los peces. Además, sabe que la mejor manera de
enseñar es entreteniendo. Y en eso, es un genio. Felicidades, a ese tándem:
Planeta-Eslava Galán.
Este libro no es para mi, lo dejo pasar.
ResponderEliminarSaludos
No es para mí tampoco, pero gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!