Cuando Norton comienza a dar clase en un instituto de Los Ángeles no puede imaginar que meses después míster Señor Brown, el amable y culto profesor de Ciencias Ambientales y de Español, le pegará dos tiros. Auburn, el director del Americas High School, Christa, la profesora de Física, y Karen, la de Historia, se verán también involucrados en una fiebre asesina que nadie comprende, pero cuyas raíces llevaban tiempo horadando los viejos ladrillos del instituto. Metáfora indisimulada y al mismo tiempo un fresco casi pictórico de los Estados Unidos de principios del siglo XXI, Míster Señor Brown es una novela que cuestiona los prejuicios y sobrentendidos del lector, retándole a cada paso.
Míster
Señor Brown es
moderna, retadora y se sustenta en la idea de literatura como sorpresa, como fogonazo
para el lector, por eso no se cansa de zarandearnos. Lo que a
simple vista parece un thiller se convierte, con el paso de las páginas, en
algo más, en una reflexión intimista sobre la violencia y sus impulsos, sobre
el racismo la venganza y la soledad. Y lo consigue porque esta novela,
publicada por Plataforma Editorial, hace un exhaustivo
retrato de los cimientos de la sociedad americana que, en el fondo, es el
espejo de cualquier comunidad (in)civilizada. Lo que salta a primera vista
es que su autor, Francisco J. Tapiador, es un lector experimentado, y no sólo
por sus numerosos guiños a títulos reconocidos, como Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, y de otros
libros que no puedo nombrar, sino a la musicalidad de las palabras y al poder del silencio.
Míster Señor Brown arranca con la llegada
del narrador a una universidad americana, símbolo de los valores del país, y ya en el primer
párrafo nos cuenta que le van a dar dos tiros y quién va a ser, algo así como
empezar por el final. Gracias a esta fórmula (muy efectiva), la novela se
convierte en una carrera por entender qué lleva a ese desenlace, qué motiva esa
violencia: y todo se va cociendo a fuego lento, las envidias, las rencillas,
las ganas de venganza. Y es en esto en lo que el narrador parece hacer
hincapié: hay una sociedad que alienta a que la gente se tome la justicia por
su mano, a las personas que, ante una situación incómoda, deciden solventarla
por los medios que considere más oportunos. Y en ese micro-universo que nos
presenta Tapiador cabe de todo: la mentira, la competencia, la necesidad de
admiración.
Decía
al inicio que es una novela moderna y no sólo por su ambientación sino también
por un estilo corto, sencillo, directo, sin demasiadas digresiones; y organizado
en capítulos cortos, en escenas que recuerdan al montaje cinematográfico. El
narrador sabe del valor de los silencios y va dejando que la historia avance
llena de huecos. ¿Para qué? Para sorprendernos, para dejarnos con la boca
abierta, para ir reescribiendo la novela a raíz de que descubramos diferentes
datos. Presten especial atención a la elección de los protagonistas: son
profesores universitarios y en ellos están muchas de las flaquezas del ser
humano.
Míster
Señor Brown es un thriller con aspiraciones de ser algo más
que un thriller. Ahí dentro, en la novela, están las pulsaciones humanas, un
contundente discurso sobre la violencia y un retrato de la sociedad americana
que podría ser cualquier sociedad. Tapiador tiene, además, el acierto de
colocar todo este entramado de envidias y venganzas en una universidad, la que
se supone que debe ser la cuna de la educación.
No conocía este libro y me ha llamado mucho la atención. Muy buena reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!