Casarse o no casarse. O más bien, enamorarse o no enamorarse, ésa es la cuestión que plantea la novela y que contagia al lector cuando conoce al protagonista, Fritz Kobus, un rico burgués treintañero que está convencido de que una de las claves esenciales para una vida longeva, feliz y serena es permanecer soltero. Y así lo hace él: se agarra a la soledad con todas sus fuerzas, oponiéndose a todos y a todos, dedicando únicamente su vida a hacer cuentas, recibir rentas, visitar sus tierras y pasar las tardes en la cervecería del pueblo... hasta que ocurre algo que lo hace cambiar de opinión. El amigo Fritz, una novela recuperada ahora por La Fundación Troa y escrita a cuatro manos por los franceses Émile Erckmann y Alexandre Chatrian, bebe de muchos de los tópicos de la literatura del XIX y nos ofrece una historia apacible y sin sobresaltos, a grandes rasgos predecible, pero muy amable, como una tarde soleada en el campo.La acción de esta novela transcurre durante los meses de la primavera de 1847 en una localidad rural de Alsacia-Lorena. El protagonista es un adinerado propietario de treinta y seis años que permanece soltero por voluntad propia. Durante largo tiempo ha rechazado, una tras otra, las numerosas propuestas matrimoniales que le ha presentado el rabino local, viejo amigo de su difunto padre, que considera su deber encaminarle hacia la formación de una familia. El relato narra el proceso por el cual, de forma inesperada, su obstinada oposición se quiebra súbitamente a causa de un enamoramiento que sorprende a todos sus amigos. La obra, publicada en 1864, es una de las últimas escritas de modo conjunto Émile Erckmann (1822-1899)y Alexandre Chatrian (1826-1890) dos novelistas franceses que se conocieron en 1847 y firmaron en colaboración una numerosa producción teatral y narrativa interrumpida bruscamente en 1866 por desacuerdos en el cobro de derechos de autor.
¿Los que eligen
la soltería son egoístas, comodones y caprichosos? ¿Los separa esta decisión del verdadero sentido de la vida?
¿Una existencia sin amor (romántico) es menos valiosa? Bueno, pues me estoy
poniendo igual de profundo que el narrador de esta historia, que huye del
matrimonio como de la peste, como de la obesidad, y que decide permanecer solo
como garantía de felicidad. Y lo peor es que está convencido de su decisión. No
se inmuta: ni siquiera la presión social lo hace bajarse del burro… hasta que
ocurre lo inevitable. Y lo inevitable es que se enamora y se dinamitan todos
sus esquemas. Es una novela sencilla en
el fondo y alambicada en la forma: no hay que olvidar que estamos en pleno
siglo XIX y la escritura responde a los cánones de la época, el gusto por los
detalles, las muchas descripciones de los paisajes exteriores y las
tribulaciones del alma, el ritmo pausado, los monólogos interiores…
Aunque estemos hablando del
enamoramiento, hay un trasfondo religioso en la novela, disimulado, pero está. Y ojo, no lo digo como algo negativo. Es
una espiritualidad que no molesta, pero que subyace en toda la novela: esa
concepción del amor como forma más elevada de vivir y de experimentar la
creencia en Dios. Es, por lo tanto, una historia que mira más hacia dentro que
hacia fuera, en la que campos y sentimientos forman parte del mismo paisaje y
en la que se debate sobre las decisiones y las tradiciones. El estilo, como
apuntaba antes, tiende a lo preciosista.
El amigo Fritz es un curioso personaje y una curiosa
novela. De tintes bucólicos y con excesivo gusto por la descripción de
paisajes verdes, maravillosos –algo absolutamente normal en la literatura de la
época-, nos narra la transformación de un hombre atrincherado en la soltería
hasta su rendición ante la enamorada. Esta novela no deja de ser dulce un
alegato a favor del amor, del matrimonio y de la vida en pareja. Y nos enseña
que hasta el más reacio puede caer en las redes de la pasión. Es una novela
calmada, en la que lo importante no es la acción –no ocurre casi nada-, sino la
forma en la que los acontecimientos se van sucediendo y cómo se produce el
enamoramiento en el protagonista, que al principio llega a decir algo así como:
en el momento en el que tu felicidad
depende de una mujer, más te valdría irte a galeras… Y desaparecer.
Pues a lo mejor, en algunos
momentos, hasta tiene razón.
PS: Tiene unas normas de
edición peculiares, como la aceptación de las líneas viudas o algunas con un
par de palabras al principio de la página.
No termina de convencerme en esta ocasión.
ResponderEliminarBesotes!!!