Claudia es una
adolescente de trece años que vive con su madre, con la que no se lleva
especialmente bien. Le encanta ir en bicicleta, a la que llama Merlina. Es
algo reservada y no le gusta encontrarse a otros ciclistas que circulan en
dirección contraria. Sin embargo, un día
se encuentra con un chico que persigue el viento, un chico que hará que su
corazón bombee más deprisa de lo normal. Anselmo ama también ir en
bicicleta.
Por otra parte, a la
clase de Claudia ha llegado una nueva alumna, Emma, que enseguida se hace amiga
de Lucia. No obstante, Emma está
empeñada en que Claudia forme parte de este reducido círculo de amigas.
Claudia es una chica
poco típica dentro de la literatura juvenil. En un principio puede resultar
algo borde, aunque poco a poco vamos conociendo por qué es dura. No le
importa enfrentarse a los chicos de su barrio, aunque esté en clara desventaja.
También vemos los problemas que tiene
con su madre, la incomunicación que existe entre ambas y lo madura que
resulta Claudia con respecto a su madre.
A parte de Claudia,
están Lucia y Emma, dos chicas totalmente distintas. Emma es fantasiosa, viene de una buena familia y parece no tener
problemas con el dinero. Se deja entrever que sus padres siempre están viajando
y que está al cuidado de una Nani. Lucia,
en cambio, pertenece a una familia de fruteros. Su padre utiliza diminutivos
para llamarla.
También está Anselmo, el
chico de la bicicleta que se topó con Claudia en un día de viento. Anselmo
trabaja con su padre en un taller donde se reparan bicicletas. Es adoptado,
un detalle que parece tener su importancia hacia el final de la historia.
Esta es una novela donde hay muy pocos
personajes, no los llegamos a conocer del todo, salvo a Claudia, que es la
protagonista. Quizás este es la única pega que le podría poner a esta historia,
porque aunque sea una novela muy juvenil, la
autora podría haber profundizado un poco más en el carácter de los demás
personajes.
La acción transcurre en Roma, una ciudad que la autora parece
conocer muy bien. Además de la imagen que podemos tener de ella, la autora nos “pasea”
por esos otros lugares que el turista más clásico no conoce.
El ritmo es ágil y también ayuda que
los capítulos sean cortos. La edición es muy atractiva y tiene detalles en
todas sus páginas.
Claudia es una novela juvenil recomendada para lectores de
entre 11 a 13 años. Esto se nota en la pluma de la autora, que pone especial interés en algunas escenas
que pueden resultar más duras. Las hace ligeras y mima el lenguaje que utiliza.
También llama la atención el estilo de la autora, que durante parte de la trama
tiene toques poéticos.
En definitiva, Claudia
es una novela dulce que hará las delicias de los más jóvenes.
Con la colaboración de Montena
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