El festín de la muerte

Hola a todos. Hoy os traigo la novela ganadora del último premio Gran Angular que celebra todos los años la editorial SM. Se trata de El festín de la muerte, de Jesús Díez de la Palma.

Da igual de dónde seas o a qué te dediques.

Da igual que estés en Polonia, Alemania o en Rusia; que seas un niño o un adulto, una promesa del fútbol o un soldado reclutado a la fuerza.

Ni las balas ni las bombas hacen distinciones y, quien dispara, a veces también es una víctima.

Esta es la historia de esas personas anónimas que, en la Europa de 1939, fueron arrastradas al festín de la muerte.

En el festín de la muerte solo hay una protagonista clara: la guerra. Todos los personajes bailan alrededor de ella, de la guerra que surgió a mitad del siglo pasado y que asoló gran parte de Europa, y que los únicos que perdieron fueron aquellos que murieron.

El festín de la muerte es una novela donde hay diversos personajes en diversos puntos de Europa, un recurso que el autor utiliza para situar varios puntos de vista de la acción. Es así como conocemos la voz de los dos hermanos que van de París a Normandía a casa de sus tíos, o conocemos también a una familia alemana que trata de sobrevivir como puede en el Berlín nazi, o el español que se va a Rusia como voluntario, una vez que acabó la guerra civil, para poder sacar a su padre de la cárcel, o el soldado alemán que solo desea estar con su mujer y su hijo, al que apenas conoce, o vemos al chico que medra en la SS hasta convertirse en un oficial y que utiliza su influencia para obtener beneficio propio.

Lo que más me gustó de la novela es que el autor no se posiciona con ninguna de las historias personales que se cuenta, sino que es el lector el que saca sus propias conclusiones. El narrador es esa voz que observa desde arriba lo que ocurre en las distintas partes de Europa donde se desarrolla la guerra.

Sin embargo, a pesar de todo el horror del que se habla en la novela, hay momentos para observar que en las distintas historias que vamos conociendo, los personajes tienen tiempo para amar, para jugar, para reírse. Y es que en medio de la barbarie los protagonistas han aprendido a convivir con las bombas, a sobrellevar el miedo de no ver un próximo día a bromear cuando las circunstancias lo permiten.

Es cierto que hay escenas que son fuertes, pero no así escabrosas. Al autor no le interesa detenerse en la violencia que se genera cuando el hombre ha perdido la razón. Una guerra ya es demasiado horrible como para ahondar más en la crueldad.

Me gustaría comentar la edición tan cuidada que tiene la novela. Todos los capítulos terminan con una fotografía que habla, en cierta medida, de lo que el autor narra. Así mismo, quisiera que no pasara por alto la prosa del autor, a veces de tan sencilla es impactante, y otras veces se detiene en elaborar párrafos que emocionan.

Solo decir que El festín de la muerte es una novela que recomiendo encarecidamente. Es maravilloso cómo el autor ha llevado esta historia desde varios puntos de vista sin aleccionar al lector.

Con la colaboración de SM