miércoles, 11 de octubre de 2017

La isla


Es el año 2037, y en la pequeña isla de Isola siete personas han sido seleccionadas para participar en un juego mental patrocinado por el estado para reclutar al candidato ideal para un puesto en el servicio de inteligencia de la totalitaria Unión de la Amistad. Uno de estos candidatos es Anna Francis, una burócrata adicta al trabajo con una hija de nueve años a la que rara vez ve y con un secreto a sus espaldas que la atormenta. En verdad, Anna no es estrictamente una candidata al puesto: de hecho, ella es la prueba en sí misma. Su misión es escenificar su propia muerte y, luego, desde su escondite entre los muros de la casa, observar cómo reaccionan los otros seis candidatos al descubrir que hay un asesino entre ellos y evaluar quién de ellos responde a lo esperado. ¿Quién tomará el control y liderará la situación? ¿Quién se desmoronará por el miedo y la tensión acumulada? Pero de pronto llega la tormenta, los liderazgos se disuelven, y es entonces cuando empieza el verdadero juego

Es cierto que las entrevistas de trabajo ya no son lo que eran. Atrás quedaron los tiempos en los que los jefazos sólo se leían el currículum y hacían par de preguntas sobre los objetivos y las inquietudes, bah, chorradas. Ahora valoran la resistencia de los candidatos al estrés, sus capacidades para reaccionar ante circunstancias desconocidas o para solucionar conflictos y también su disposición a pisar al otro para conseguir el puesto. Y tenemos un buen ejemplo de esto en la novela La isla, una de las últimas apuestas de Roca editorial, escrita por Asa Avdic, en la que cuenta la historia de una multinacional que le pide a una jovencita que acuda a una casa aislada, en una isla, donde se reunirán varios profesionales que optan a un buen trabajo para una prueba secreta: ella deberá fingir su propia muerte para ver cómo reaccionan los demás, para valorarlos y decidir cuál es el mejor preparado para el puesto. Y como se pueden imaginar ustedes, nada sale como debería. Nada es como le habían contado. Aparecen la intriga, el misterio y también la muerte. Y todo esto, en el año 2037.
            No se engañen. La isla es acción, adrenalina pura, un juego de espejos. Estamos ante un thriller que recicla los elementos narrativos más eficaces del género para darles un barniz nuevo: una casa aislada donde no funciona el teléfono, asesinatos sin un sospechoso claro, el peligro a la vuelta de la esquina, varias personas -todas mienten, todas ocultan algo- obligadas a entenderse, y un final medianamente sorprendente en el que hay que hablar del poder, del dinero y de los traumas del pasado. Éste es el cóctel que encontramos en la novela, un cóctel explosivo. La isla se levanta sobre esos cimientos y cuenta una historia que parece mostrarnos algo nuevo con un patrón antiguo, visto miles de veces. A pesar de todo, la novela se lee estupendamente, contagia la acción, y explota de una forma muy eficaz el misterio.
            La autora Asa Avdic pone toda su concentración en el argumento y en los personajes, en que no perdamos de vista el paisaje global en el que se desarrolla la acción, en confundirnos. Dota la historia de cierto carisma y se decanta por un estilo sobrio y directo, con gusto. Y no se sale de la senda que marca este tipo de thrillers, una fórmula que lleva funcionando mucho tiempo y en la que se fijan la mayoría de los bestsellers. El ritmo no para, el lector no recibe ninguna tregua: le da dejando pistas, algunas erróneas, para que estén tan perdidos como los propios candidatos. Y aquí radica una de sus debilidades: quizás no le hubiera ido mal un poco más de calma, más tiempo para conocer a los personajes, para que sus páginas respiren. Hace la autora una apuesta importante y es que va cambiando el narrador y también el tiempo, lo que obliga a ser un poco avispado para armar el puzle. 
            La isla es una novela que te encierra, te quita cualquier posibilidad de escapatoria y te deja a merced de la lectura. La autora es fiel a los elementos más tradicionales del género, pero lo reviste de cierta novedad: la entrevista de trabajo, el pasado turbio de la protagonista y la confusión cuando cada personaje demuestra su verdadera cara. Es, sin duda, una lectura entretenida y claustrofóbica, un viaje intenso al misterio, a eso tan de moda de sálvese quien pueda. Y ya saben, si le dicen que vayan a hacer una entrevista de trabajo a una isla, piénsenlo detenidamente. O mejor: digan que no.

3 comentarios:

  1. No suelo acercarme a este tipo de historias, pero en esta ocasión me has picado la curiosidad. Podría animarme.
    Besotes!!!

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  2. Aunque no tiene mala pinta, por ahora lo voy a dejar pasar que me llaman otros libros mas que este.

    Saludos

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  3. Hola! No suelo leer este género pero me ha llamado la atención así que pueda que lo lea en un futuro.
    Saludos

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