Lo que dijo Harriet (1960) relata la historia de dos amigas que se reencuentran durante unas vacaciones de verano en una localidad playera. Ambas esconden una relación enfermiza. La narradora, una chica solitaria e introvertida se deja llevar por la corrosiva influencia de la bella Harriet. Entre las dos diseñan un plan para seducir al Zar, un hombre mayor, infelizmente casado, y tan fascinante como repulsivo, sin ser conscientes de las catastróficas consecuencias que puede causar su degenerado juego de niñas. Un cóctel molotov sobre la inocencia y la maldad, y un clásico que resulta hoy tan subversivo como cuando se escribió.
No me extraña
que los editores de la época se negaran a publicar Lo que dijo Harriet alegando que era «muy
morbosa, y demasiado provocativa». Incluso hoy, cincuenta años después de ser
escrita, sigue siendo igual de desconcertante, tremendamente incómoda. O seré
yo, que soy un poco mojigato: hay cosas que cuesta leer, hay una literatura –no
erótica– que provoca rubor y sequedad de boca. Tuvo que pasar más de una década,
hasta 1972, para que una editorial se atreviera a apostar por esta historia, terrible,
y basada en hechos reales (para más
inri). Ahora es la exquisita Impedimenta la que recupera esta novela, la
primera de Beryl Bainbridge, que aborda, de una forma magistral, las
consecuencias del deseo, la falsa inocencia y los años tan resbaladizos de la
adolescencia. Bella y desagradable a
partes iguales, Lo que dijo Harriet es
una de las obras más valientes que recuerdo, la demostración de que se puede
provocar sin enseñar, sin ser explícito: ea,
ahí queda, aviso a navegantes.
Las
protagonistas de esta novela, dos jovencitas de trece y catorce años, se
reencuentran en verano, en un pueblo de costa, y ahí deciden experimentar con su inocencia: llevan al límite su
poder de seducción y moldean a su antojo las convenciones sociales. Caiga quien
caiga. A costa de lo que sea. Harriet es la cabeza pensante, ella manda, ella
cavila; y la otra, la obediente narradora, dice a todo que sí porque sólo
quiere complacerla. Las une una amistad
enfermiza y torcida: el lector sabe desde el principio que no acabarán
bien. Os digo –y no os estropeo nada, porque ya lo adelanta en la sinopsis de
la contraportada–, que estos dos personajes están inspirados en dos niñas que
mataron a la madre de una de ellas porque no las dejó pasar una temporada
juntas*. Esta historia, Lo que dijo Harriet,
va por otros derroteros, porque el objetivo es el Zar, un hombre cincuentón y
bobo al que intentan engatusar. Me han leído el pensamiento: es imposible no
acordarse de Lolita, de Nabokov, esa
gran obra maestra sobre las fronteras del deseo. Estas dos historias
contemporáneas –ambas se escribieron con cinco años de diferencia– hablan sin
tapujos de la maldad que se esconde en la inocencia, de las obsesiones incontrolables y de esas personas bendecidas con el talento
de la manipulación. Y aunque tienen protagonistas con los que resulta
difícil empatizar, no importa: la lectura se vuelve adictiva, va empapando al
lector como una llovizna caliente. Fíjense, los críticos de la época dijeron
que los personajes principales de Lo que
dijo Harriet eran «repulsivos».
Beryl
Bainbridge, considerada por The Times como una
de los 50 escritores más influyentes desde 1945, se recrea en una prosa
aguda y afilada, un latigazo en cada frase. Su estilo está a la altura de esta
historia sutil y también demoledora, que además acaba por todo lo alto. El
final es perfecto, tan efectista como una bofetada. Trabaja Beryl muy bien con
los silencios. En esta novela lo dicho tiene tanto peso como lo que se calla, y
esta parte muda es la que nos desestabiliza,
la que nos aterra.
Tengan
presente Lo que dijo Harriet. Y tengan presente también Lo que dice Daniel, que no es otra
cosa que esta reseña. La novela que os traigo hoy merece la pena, por ahondar en
las aguas turbias de la adolescencia, por su retrato de las manifestaciones del
deseo y de las (fatales) consecuencias de la manipulación. Disfruten de esta
historia adelantada a su época, absolutamente perturbadora y que se queda con
el lector hasta mucho después de haberla leído. Si les apetece algo perverso y
también dulce, algo capaz de
arrinconarles, ésta es su novela. ¡Qué bien está envejeciendo Lo que dijo Harriet!
*Una de las autoras del crimen en el que está
basada Lo que dijo Harriet es ahora
una reputada escritora que vende millones de ejemplares. ¿Queréis saber quién
es? Anne Perry, creadora de exitosas sagas de misterio y asesinatos.
No me llama mucho la verdad, además si tengo que ser sincera: las niñas de la portada me dan miedo, me parecen las típicas chungas de peli de terror, con voz aguda que te hacen gritar en plan: WTF!! x)
ResponderEliminarno sé, no le veo el qué..
un beesito
Neus, son para darte miedo... No sabes lo que son capaces de hacer. Un beso fuerte.
EliminarLo voy a dejar pasar porque no me termina de convencer.
ResponderEliminarSaludos
¡Buenas noches! Es un libro muy peculiar...
EliminarBien anotado me llevo este libro, que no lo conocía y tiene una pinta tremenda. ¿Sabes si Peter Jackson se basó en este libro para su peli Criaturas celestiales? Porque esta peli se basa en este mismo caso.
ResponderEliminarBesotes!!!
Bingo! Efectivamente... Está basada en este caso. Un beso fuerte. Buenas noches.
EliminarAy, ay, había visto el libro (Impedimenta <33) y no sabía mucho más de él. Y ahora, después de leer Lo que dijo Daniel (xD), tengo que comprarlo y leerlo ya. Por dios, que buena pinta... Me lo apunto ahora mismo y espero saciar esa curiosidad pronto (aunque desembolse los 20 pico euros que valen las ediciones de Impedimenta xD (que por otro lado, son tan preciosas que vale la pena jaja).
ResponderEliminar¡Un beso!