La famélica España de 1939 estuvo a punto de convertirse en la principal potencia exportadora de petróleo. Eso al menos es lo que Franco creía entonces y lo que pronto la prensa del régimen se encargaría de pregonar a los cuatro vientos. Un químico austriaco llamado Albert von Filek, inventor de un combustible sintético que mezclaba extractos vegetales con agua del río Jarama, había puesto su fórmula secreta al servicio del engrandecimiento de la nueva España después de rechazar generosísimas ofertas de las grandes compañías petroleras. Protegido y adulado por el régimen, Filek gozó de la estima de sus más altas personalidades hasta que un simple análisis químico desveló el engaño y provocó su ingreso en prisión.
Imaginaos la historia: un austriaco
con ínfulas de visionario dice que es capaz de convertir el agua en gasolina. Sí,
así de fácil. ¿Cómo? Añadiéndole unas hierbas. Lo que a todos nos pudiera
parecer una sopa o un puré convenció a Franco y a sus colaboradores, que le dieron
un puñado de millones de pesetas, expropiaron un solar enorme para que levantara
ahí su fábrica y lo publicitaron en todos los medios de comunicación de la
época. El dictador se frotaba las manos porque pensaba que había encontrado la gallina
de los huevos de oro, un nuevo combustible. Ese extraño líquido que,
evidentemente, nunca funcionó se bautizó como Filek, igual que el apellido de
su inventor. Y así se llama la última creación de Ignacio Martínez de Pisón,
una novela publicada por Seix Barral en la que narra la llegada de este
impostor a España, sus tretas para llamar la atención de la cúpula del poder y
su posterior caída en desgracia.
Filek
no es ficción o, al menos, no como la entendemos nosotros. Me refiero a que lo
que se narra forma parte de la Historia de nuestro país –hicieron falta tres
años de investigación para armar este libro- y además, el autor se encarga de
escribirlo como un reportaje periodístico (largo), trufado de datos, nombres y
documentos, como una especie de experimento metaliterario donde va compartiendo
con los lectores no sólo sus descubrimientos sino también su fascinación por
este hombre que consiguió engañar a todo un país con una historia que no tenía
ni pies ni cabeza. Martínez de Pisón se ciñe a la información que tiene y
cuando conjetura o imagina, lo deja claro. Y además, no imagina diálogo ni
introduce digresiones imaginarias. El susodicho se llamaba Albert von Filek. Detrás,
como imaginaréis, del protagonista había un seductor, un embaucador, un estafador
profesional que había dejado un reguero de damnificados, incluidas un montón de
noches de hotel sin pagar y hasta a una mujer casi en el altar. Él no tenía vergüenza
ni remordimientos. Era un buscavidas, un pícaro, un hombre predestinado siempre
al engaño. Además, fíjense, todas las mentiras se desarrollan en una época
especialmente complicada donde señalarse, en uno y otro bando, podría
significar la vida o la muerte.
Ignacio
Martínez Pisón apuesta en Filek por
la naturalidad. Se nota en el estilo y en el tono de la narración, que da la
sensación de ser una confesión donde se limitan al mínimo las florituras
narrativas. Todo es claro, directo, conciso. Todo es serio. La historia, es curioso,
empieza casi como una comedia de enredos con uno de esos personajes que sólo
sabe meterse en líos y termina convertida casi en una tragedia cuando lo
encarcelan en una de esas prisiones republicanas durante la Guerra Civil.
Sobrevive, primero, por el caos burocrático y después porque Franco tampoco
quería airear que había sido engañado.
Filek se lee con agrado, con curiosidad y hasta con
cierta sorpresa. En esta novela de no ficción –ojo a este género al que muchos
se están sumando- confluyen dos grandes aciertos: un protagonista que es un
estafador de medio pelo, pero al que le suerte parecía acompañar, y un narrador
solvente –solventísimo- que sabe subrayar lo mejor, que contagia el entusiasmo
por este personaje. Sí, esta es la Historia del hombre que engañó a Franco,
porque las pequeñas anécdotas también retratan una época.
Tengo curiosidad por esta novela para conocer detalles del estafador y ver como consiguió que Franco apostase por su invento.
ResponderEliminarBesos
Me atrae eso de que esté basada en personajes reales. Me lo apunto. Gracias por sugerirlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues me dejas con mucha curiosidad. Quiero saber más de este hombre que engañó a Franco.
ResponderEliminarBesotes!!!