«¿Cómo es posible?». Esta es la pregunta que se repite una y otra vez la autora del que iba a ser un libro-entrevista, resultado de un año de conversaciones en la cárcel con Michelle Martin, la ex esposa de Marc Dutroux. Bélgica, 1996: salen a la luz y dejan horrorizada y conmocionada a la opinión pública de todo el mundo los hechos tremendos del llamado «Asunto Dutroux», una macabra historia de pederastia, secuestros, violaciones y asesinatos. Diez años después, Michelle Martin, condenada a treinta años como cómplice de su entonces marido, sale de su silencio y encarga a Nicole Malinconi que escriba un libro sobre su situación en la cárcel. La escritora acepta, pero, al hilo de las entrevistas, la asaltan estas preguntas: ¿cómo es posible que una persona permita que se cometan semejantes horrores, arrastrada por la sumisión a alguien, y participe en ellos hasta convertirse en criminal ella misma? ¿Qué ocurrió en la vida de Michelle Martin para convertirla en ese «monstruo»?
Los
monstruos sí hablan, si no que se lo pregunten a Nicole Malinconi,
la periodista que accedió a reunirse con una madre de familia, acusada (y
condenada) de ser cómplice de asesinato, violación y tortura a varias menores
de edad. ¿Con qué propósito? Con el de escuchar su versión e intentar entender sus
motivaciones (criminales). Por darles sólo un dato terrible, esta mujer dejó morir de hambre en el
sótano de su casa a dos niñas de ocho años que su marido había secuestrado.
Usted se llama Michelle Martin es el
resultado periodístico-literario de esos encuentros entre la periodista y la
condenada que ahora publica la Editorial Funambulista y que se convierte en un
ensayo sobre la maldad, sobre el perdón y sobre la crueldad. Aquí a España, las
noticias del caso, que cumple casi veinte años, llegaron de refilón, pero en
Bélgica, esta condenada y su marido aterrorizaron a todo un país, que se echó a
la calle en la manifestación de repulsa más multitudinaria desde la Segunda
Guerra Mundial.
Sí,
los monstruos sí hablan. Michelle Martin, que hace llamar a esa periodista para
proponerle escribir un libro a medias que recoja su historia en la cárcel, toma
la palabra para reivindicar su versión, para defender su ‘inocencia’. Dice que
ella estaba anulada por su marido -ejecutor de los crímenes-, que no tenía juicio crítico, que no se
atrevía a denunciarlo, que sí conocía que él secuestraba, violaba y torturaba a
menores, pero que no tenía fuerzas para llevare la contraria. “¿Por qué?”, le pregunta la autora. “No lo
entiendo, nadie lo entiende”. Y ella insiste en que eso ya pasó, en que no
es la misma persona de entonces, en que eso no debería marcar su vida. La pregunta recae
también en el lector a raíz de un dato: Michelle Martin, acusada a treinta años
de cárcel, decide pedir la libertad condicional a los diez años de su encierro.
La consigue en 2012 y nadie, absolutamente nadie, quiere hacerse cargo de ella: nadie le da cobijo, ni trabajo.
Es un juez el que decide acogerla porque cree que esta sociedad debe reintegrar
a los que se han arrepentido.
Esta
lectura, anclada por supuesto en el terreno periodístico, más concretamente en
el género periodístico, tiene fuerza, se nos presenta desnuda, como un diálogo
de tú a tú: narrada en segunda persona, la autora no sólo reproduce las
palabras de la entrevistada sino que contextualiza, aporta datos, comparte su
desconcierto: “¿Cómo una mujer que es
madre puede dejar morir de hambre a dos niñas? ¿Cómo una mujer que dice que le
encanta acunar a los animales no tiene compasión por varias menores indefensas?”
El libro, que estuvo a punto de no ser publicado porque a la condenada no le
gustó, termina lleno de preguntas que ya corresponde al lector contestar. Y
ojo, no cae en el morbo ni en el maniqueísmo: todo está planteado desde la
dualidad, desde la postura de un ser humano que quiere entender qué lleva a
otro a ser tan cruel. Y quizás ése es su punto de partida: el de intentar
desarrollar una pizca de empatía para entender qué la llevó a hacer eso.
Se llama usted Michelle Martin (Editorial Funambulista) es un
ejercicio periodístico-literario de primer nivel que nos enfrenta con la parte
más oscura del ser humano. Su lectura tiene el poder suficiente para
conmovernos, para removernos, para hacernos apretar los puños y la mandíbula.
Nos pone los vellos de punta, nos hace menear la cabeza. Porque es real, porque
esa mujer existe, porque ella no termina de sentirse responsable: “estaba
anulada”, insiste. Y una vez más, la palabra tiene la capacidad de hacernos
entender la realidad, de mostrarnos también la parte más tenebrosa del ser
humano.
¡Hola!
ResponderEliminarMe llama mucho la atención, pero no se si seré capaz de leer algo tan oscuro.
Muchas gracias por la reseña!
Nos leemos, un abrazo^^
Una lectura dura... No la conocía y me dejas con ganas de leerla. Apuntadita me la llevo.
ResponderEliminarBesote!!!