Ahora hablaré de mí.
Después de casi un año –cómo pasa el tiempo– reseñando/comentando/amando los
libros de otros, vengo para presentaros mi nueva novela, Los pecados de verano, que publica Ediciones B y que sale a la
venta hoy. Justo hoy. No me extenderé demasiado porque esto de confesarse me da
un poco de pudor. Y sobre esto, precisamente, va esta historia: sobre el pudor
y el deseo, sobre la decencia y el escándalo, sobre eso que yo llamo los incendios invisibles, ésos que no se
ven, pero que prenden en el pecho y te calcinan entero. ¿No lo habéis sentido
nunca? Ese calor en las entrañas que, de repente, lo cambia todo. Además,
recreo uno de los episodios más curiosos y más desconocidos del siglo XX: la
celebración del Primer Congreso Nacional de Moralidad en Playas y Piscinas, en
el que se debatió qué hacer para proteger a los españoles de las relajadas
costumbres de los turistas.
Me
ocurre desde siempre. La generación de mis abuelos me parece fascinante, porque
son auténticos supervivientes; y no hablo sólo de la guerra y las persecuciones
sino de algo más profundo que tiene ver con la felicidad y el deseo. No dejo de
imaginármelos jóvenes: ¿cómo amaron? ¿Cómo gestionaron sus emociones? ¿Cuáles
eran sus recursos íntimos? Los pecados de
verano es un intento por entender un pasado cercano y poco conocido, y por retratar esa guerra silenciosa que se
libraba en las casas y en los corazones, y donde sólo importaban la moral,
la decencia y el honor. Esta historia cotidiana, que podría ser la de mis
abuelos o la de cualquier abuelo, ahonda en ese concepto tan caprichoso del
escándalo. Era la época de las playas separadas por sexos, de los albornoces
junto a la orilla y de las primeras extranjeras: los albores del turismo. Era la época en la que los hombres no
podían fumar con la mano derecha, usar paraguas o tener otro hobby que no
fueran los deportes. Para las mujeres quedaban reservados los bordados, los
bailes regionales, las flores y los espejos.
Bueno, no me tiréis de la
lengua con la novela, que
podría llevarme horas (y páginas) hablando de lo que supone para mí esta
historia, de cómo he disfrutado escribiéndola, de lo mucho que quiero a sus
protagonistas….
SINOPSIS
Primavera, 1951. Consuelo, a la que todos
llaman la Señora, vive en un permanente estado de hastío: la agotan sus dos
hijos pequeños, su madre y su criada, la asquea su matrimonio concertado y la
asfixia su pueblo. Todo cambia el día en el que el marido es invitado a
participar en el Primer Congreso Nacional de Moralidad en Playas y Piscinas,
donde un grupo de elegidos intentará poner coto a las relajadas costumbres de
los turistas. Este viaje de toda la familia a una ciudad mediterránea –el sol,
la luz, el mar– los abruma y los desarma, les muestra a todos un nuevo paisaje
de libertad, no siempre agradable. Los pecados de verano es una historia
decente sobre la rebelión íntima, sobre los arrebatos y el deseo, pero es
también un divertido paseo por esa España mojigata y aún dolorida que empezaba
a abrirse al turismo, a las suecas y también, a pesar del alboroto, a los
bikinis.
HAN DICHO DE MÍ (Y DE MI LIBRO)
Antonio Gala: “El
estilo de Daniel Blanco Parra es estremecedor”.
El blog Perdidas entre páginas: “Leer
esta novela es como que te encierren en una jaula. Están el mar y la arena,
pero no los puedes tocar. El autor ha retratado de forma maravillosa y agónica
la severidad de una época, con una protagonista –La Señora– que te dejará mudo,
y también herido. Y a pesar de todo, la historia es un hermoso canto a la
libertad”.
Amalia Bulnes, colaboradora de la revista
Mercurio: “Daniel Blanco Parra se sirve de una prosa luminosa para
pasearse por nuestros años más oscuros y volver la mirada hacia una España
«tapada hasta el cuello». Esta novela brilla por su sentido del humor, sus
bellísimas metáforas y una agilidad narrativa propia de un gran conocedor del
oficio. Los pecados de verano es, sin
duda, la apuesta editorial más refrescante de la temporada”.
Desde
hoy, los pecados de verano no son sólo míos, sino también de todos vosotros.
Gracias.
PS:
Estoy tan emocionado que sólo tengo ganas de abrazar a gente.
¡DANIEL! Hoy por fin es el día. Muchísimo me alegro por ti. Enhorabuena. Tengo que leerlo sí o sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro G.
A ver si nos vemos y lo celebramos. Muchas gracias por tu apoyo, por tus bonitas palabras. Un beso.
EliminarMuchas felicidades. Tiene muy buena pinta, ojalá te vaya bien con él :)
ResponderEliminarJorge, muchísimas gracias. Bueno, estoy muy contento con la portada y con el contenido. Un abrazo fuerte.
EliminarLo primero ¡enhorabuena por el libro!, y espero que te dé muchas alegrías.
ResponderEliminarA mí también me llama la atención los años pasados en nuestro país, del que seguro que aún hay datos que desconozco. ¿Ocurrió realmente lo que comentas en la sinopsis del Congreso Nacional de Moralidad en Playas y Piscinas? Me ha encantado, jeje. Y la portada me gusta mucho.
Lo dicho, ¡mucha suerte con ella!
bsos!
Sí, el Primer Congreso de Moralidad en Playas y Piscinas se celebró en Valencia del 11 al 13 de mayo de 1951. ES TODO REAL. Muchas gracias, Rossy, por tus palabras. Un beso fuerte.
EliminarPues enhorabuena, me acabas de dejar de piedra. No sabía que eras el autor!!! Me apetece mucho leerlo. Suerte con las ventas.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias por tus palabras, Mª Ángeles. Si te animas, ya me comentas qué te ha parecido. Un beso fuerte. Buen finde.
EliminarMuchas felicidades por el libro y mucha suerte ;-)
ResponderEliminarSaludos
Ay, muchas gracias... No sabes la semana de nervios que llevo...
EliminarEnhorabuena por la publicación y espero que tenga mucho éxito! :)
ResponderEliminarGracias mil. Aún no he dejado de dar saltos y de comerme las uñas. No veas la emoción. Muchas gracias por tus palabras. Un beso.
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