viernes, 27 de febrero de 2015

Hijo rico, hijo pobre


En este libro encontraremos 31 claves y 50 ejercicios para que enseñes a tus hijos a ganar dinero como lo hacen los ricos. A lo largo de 50 capítulos breves, Francisca Serrano nos va mostrando las claves para alcanzar el éxito y la independencia financiera: abandonar a la masa, cuestionar las creencias, identificar los obstáculos para superarlos, controlar los miedos, luchar por lo que deseamos... La autora ilustra sus palabras con ejemplos de personas que han alcanzado sus metas, incluida ella.
 Con el dinero ocurre como con la muerte. Estamos obligados a convivir con él, pero nadie nos enseña a gestionarlo de una forma sana. Esto fue lo que debió pensar Francisca Serrano, que pasó de ser ama de casa y funcionaria aburrida (esto lo dice ella, ¿eh?) a trader de éxito, y que ahora se propone instruirnos en el maravilloso arte de ganar dinero. O más bien, intenta mostrarnos el camino para que seamos ricos en billetes, en tiempo y en satisfacción. Y con este enorme objetivo escribe Hijo rico, hijo pobre, publicado por Espasa, un libro a medio camino entre la guía financiera y el manual de autoayuda pensado para educar a los más pequeños de la casa, pero con el que, de paso, nos educa también a nosotros, a los mayores. Para ella, y a ver si esto os sirve de aliciente, todos podemos ser ricos, sólo tenemos que saber qué pasos dar para conseguirlo.
            Atrás quedaron esos tiempos en los que todos nos creíamos eso de El dinero no da la felicidad. Bien, posiblemente no dé la felicidad completa o absoluta, pero sí garantiza ciertas comodidades, mucha tranquilidad y grandes experiencias, como viajar, comer fuera, ir al teatro…. Además, no tener liquidez implica preocupaciones y carencias. Así que me enfrento a este libro deseoso de saber qué nos cuenta Francisca Serrano, qué nuevas claves ha descubierto para allanarnos el camino hacia la prosperidad. Hijo rico, hijo pobre es como un curso a distancia para atraer dinero a tu vida, no de forma mágica o espontánea, sino siguiendo los dictados de la lógica. Y no le falta razón: casi todas las conclusiones de las que nos habla son fruto de un pensamiento ordenado. Nos cuenta, y sólo voy a daros algunas conclusiones, que es necesario generar energía positiva, marcarse una meta realista y copiar a otros que ya hayan conseguido lo que nosotros queremos, y también nos invita a detectar nuestros talentos, a ser emprendedores, a ahorrar y a no contraer deudas. Ay, qué difícil. Y ahora viene la madre del cordero (o el cogollo del asunto), que es aprender a invertir en bolsa y a leer la prensa económica. Gran parte de la abundancia que nos promete Francisca Serrano pasa por la educación financiera, y por eso nos invita (e insiste a lo largo de todo el libro) a formarnos para saber mover nuestro dinero. ¿Estaríais dispuestos?
             Se nota que a la autora le apasiona hablar de dinero. Ella tiene, sin lugar a dudas, el gen de los emprendedores, y por eso, nos conmina a educar a nuestros hijos en esta dinámica desde muy pequeños: la de ahorrar, la de pensar en formas de ganar algunos euros dependiendo de la edad y la de aprender a invertir a partir de los 14 años. Para Francisca Serrano, todos podríamos tener más ceros en la cuenta corriente si prestáramos más atención a algunas tonterías como los impuestos (ella dice ‘eludir impuestos, no evadir), los planes de pensiones o el Ibex 35. Y en mí tiene a un lector resistente porque os confieso que nunca me ha interesado este mundo; es más: me da una pereza descomunal aprender a invertir en bolsa, pero me ha entrado en gusanillo: ¿sabría hacerlo? ¿Debería formarme?
            Pues bueno, si os preocupa u os fascina el dinero, aquí tenéis una guía práctica sobre el éxito financiero. Hijo rico, hijo pobre nos va dando pistas para convertirnos en uno de esos que dice: «Yo no trabajo por dinero, sino que hago que el dinero trabaje por mí». Ea. Y no os voy a engañar: gran parte de la abundancia, según Francisca Serrano, pasa por tener la actitud adecuada y después, por la formación financiera. Como decía Geena Davis: «Si no arriesgas nada, lo arriesgas todo». ¿Os animáis?
           
PS: No puedo resistirme a contaros esa fábula-historieta en la que llevo pensando varios días y que se llama La renovación del águila. Mirad, un águila suele vivir sesenta años, pero a mitad de su vida, sus garras se vuelven débiles, el pico se le dobla hacia dentro y el plumaje se le hace pesado, y ya no puede cazar. Sólo le quedan dos opciones: morir o retirarse a lo alto de una montaña, donde se arrancará el pico dándose golpes contra una roca. Después, con el pico nuevo, se quitará las uñas, una a una, lo que le provocará la caída del plumaje antiguo y el nacimiento de uno nuevo. Y así, tras pasar esta dolorosa renovación, vivirá tranquilamente treinta años más.

2 comentarios:

  1. Holaaa!
    No conocía ni el libro ni a la escritora.
    Aunque es un libro curioso, no me termina de llamarme...
    Un besito, nos leemos^^

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  2. Esta vez no me lo llevo, que no me atrae.
    Besotes!!!

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