La puerta oscura

La puerta oscura, el viajero

La reseña de este libro (La puerta oscura, El viajero) la tenía pendiente desde hace mucho tiempo, pero antes de que me lea la tercera entrega os traigo la primera parte de esta fantástica trilogía escrita por David Lozano y publicada por SM.

Sinopsis:

En la noche de Hallowen los jóvenes parisinos se divierten creando sus fiestas particulares. Pascal es un joven de dieciséis años, tímido, que está enamorado de Michelle, una chica deslumbrada por ese mundo siniestro y oscuro de ambiente gótico. Pascal acude a una de las tantas fiestas que se celebran en esa noche en París. Sin embargo algo extraño ocurre en el desván de la casa de Jules, un muchacho de aspecto gótico y amigo de Michelle.

Tras caer en un baúl de grandes dimensiones Pascal abre una puerta a una realidad extraña y oscura. Pero al igual que Pascal cruza esa puerta hacia un mundo siniestro, también hay alguien que traspasa este umbral de este mundo que conocemos. Un espíritu maligno traerá el caos a París y sembrará de muerte allá donde sus pasos lo lleven.

Pero, ¿qué le llevará a Pascal a cruzar de nuevo esa Puerta oscura?

Una puerta que se abre cada cien años al viajero.

¿Es su amor por Michelle tan profundo como para vivir una aventura espeluznante, que no hubiera imaginado ni en sus peores pesadillas?

Opinión:

La historia de David Lozano es una historia de fantasía gótica que transcurre en el París actual. Es una novela de misterio, pero es mucho más que eso. El autor nos muestra su visión de lo que podría ser el infierno, tanto en el viaje que emprende Pascal para rescatar a Michelle, como en el caos que siembra esa criatura que campa por París.

David Lozano nos muestra varios cementerios de París, pero nos los enseña desde el otro lado, una realidad mucho más tenebrosa. Y en este sentido La puerta oscura no se anda por las ramas ni resulta ambigua. El autor sabe perfectamente hacia dónde va la acción, pues a cada paso que da Pascal en ese mundo siniestro, más y más oscuro resulta su viaje.

El transcurso de las horas parece que se toma su tiempo tras esta puerta oscura, pues el paso de los minutos es mucho más lento en este mundo. En ese espacio de Espera, donde los fantasmas cobran vida, el autor nos enseña algunos elementos de la mitología griega (Can cerbero, el barquero Caronte o el canto de las sirenas). Pero también se sirve de Beatrice (la musa de Dhante Alighieri en La Divina comedia), un alma errante, para que acompañe al viajero en ese camino hacia el infierno.

Su amor por Michelle lo lleva a esa bajada a los infiernos, pero en medio de ese paraje desolador y siniestro, El viajero se encontrará con un obstáculo que no había previsto. Beatrice es un alma errante, aunque también será una prueba para que Pascal reafirme su amor por Michelle.

Aunque El viajero sienta que está solo en esta aventura, en otro lado de la Puerta Oscura se encuentran Jules, Dominique y Dafne, una médium con lo que se mantendrá “comunicado” con este mundo.

Una de las cosas que me ha parecido interesante en esta novela es la visión de ciertos hechos en la Edad media. Es una buena manera de saber qué se hacía en tiempos de la Inquisición o qué ocurría cuando La peste asolaba a Europa. Pero quizás en ese afán por mostrarnos la maldad en el transcurso de la Historia, puede parecer en otros lectores que la narración transcurra más despacio. A mí, particularmente, me gusta cuando un autor se toma su tiempo, siempre que sea justificado, para narrar unos hechos.

Pero al igual que se recrea en mostrar con meticulosidad ciertos momentos de la Historia, los momentos de acción llevan un buen ritmo.

Ese héroe por accidente hace un viaje, pero es el viaje que todos debemos hacer en esta vida, un camino que no está exento de peligros, miedos e inseguridades. Por eso nos identificamos con Pascal.

El Viajero ya ha emprendido su viaje, pero, ¿tú estás dispuesto a emprender esta aventura…?