martes, 10 de mayo de 2016

Koko. Una fantasía ecológica


La historia de la niña alegre y despistada que perdió su cola y viajó al mar a buscarla y de las aventuras que corrió junto a Miércoles, el niño más guay de Ciudad del Boom. Koko es una niña con cola que vive ajena a la transformación sufrida por el mundo después de la Gran-Gran Crisis. Cuando un día pierde su querida cola, Koko se lanza a buscarla y descubre que la naturaleza casi ya no existe, y que el hombre ha perdido la conexión con sus sueños. Pero Koko está resuelta a encontrar su cola y en su camino se topará con los más increíbles personajes y las más extraordinarias aventuras.Una historia que crea un universo de fantasía nuevo y original, destinado a convertirse en un clásico de la literatura juvenil.
Una niña con colita –atrás, como la de los animales- sirve de excusa para armar una fábula ecologista, un canto colorido en favor de la Madre Tierra, una tierna aventura sobre una niña que se empeña en salvar la Naturaleza. Es Koko, así se llama la novela y también la protagonista, que se presenta como la gran apuesta de la editorial Oceáno Gran Travesía para esta temporada, en un intento por ofrecer a los lectores más jóvenes una estimulante combinación de literatura y compromiso, de entretenimiento y enseñanza, de aventuras y Medio Ambiente. Esta novela verde –en el buen sentido- está escrita por Ana Belén Ramos y arranca con un hecho curiosísimo: una mañana Koko pierde su cola y empieza una aventura para encontrarla que la llevará por diferentes paisajes de un mundo que agoniza. La historia, que además viene aderezada con ilustraciones, está recomendada para lectores a partir de nueve-diez años.
             ¿Se imaginan un bosque con árboles de plástico que, por supuesto, dan frutas de plástico? ¿Se imaginan que los humanos han olvidado el sabor de las verduras porque llevan años sin probarlas? ¿Se imaginan que los paisajes han dejado de ser verdes? En esta novela ya pasa algo así: ése es el nivel de destrucción al que ha llegado la Humanidad. Y Koko, en ese viaje que emprende para encontrar su colita, se topa de frente con esta situación y decide hacer algo para remediarla junto con un secundario de lujo, su amigo Miércoles. A pesar de lo tremendo del planteamiento, es una novela perfectamente adaptada para los jóvenes y en la que la autora no se anda por las ramas: el cuidado de la Naturaleza exige el compromiso de los humanos. La protagonista, esa niña-con-colita que abandona su montaña en la que ha estado aislada toda su vida, combina de una manera equilibrada la inocencia y la valentía, la seriedad y el humor, y además, representa a esa nueva generación de jóvenes que lucha por sus valores y por el entorno en el que crecen.
            Koko se enmarca dentro de esas novelas que narran un camino iniciático (un viaje físico, pero también emocional y de maduración): durante el trayecto se topa con personajes curiosos, con momentos de peligro, con realidades desconocidas que la asombran. Aunque pueda parecer algo abrumador al principio, el lector se enganchará a las aventuras de este personaje tan original y será capaz de seguir el argumento, vertiginoso, con varios giros curiosos y con un ritmo muy bien conseguido. La autora es capaz, la mayoría de las veces, de levantar imágenes, y de conseguir que esos paisajes que ella imagina sean también los que imaginamos nosotros. El estilo no debería plantear ningún problema para su público objetivo y tampoco para los adultos, que también pueden acercarse a esta novela ecológica. Ah, y un aplauso, cómo no, a las ilustraciones de María González, que actúan de complemente perfecto.
        Los jóvenes están de enhorabuena gracias a historias con enjundia como éstas. Koko usa la literatura para hablar de los problemas actuales –es la palabra útil, poderosa- y para alertar de que nos estamos cargando el planeta, de que se muere sin que los humanos hagamos nada por evitarlo. Esta novela es entretenida porque no le faltan ni el humor ni las sorpresas, es un estimulante ejercicio de imaginación, es un zarandeo a las conciencias. Y además, nos regala un mensaje de esperanza que deberán recoger los niños del ahora, los adultos del futuro. 

2 comentarios:

  1. Me aputno este libro para leerlo con mi hija.
    Besotes!!!

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  2. El otro día lo tuve en mis manos en una librería, pero tras hojearlo me desencanté un poco.

    Un beso ;)

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