martes, 24 de mayo de 2016

El tiempo de la luz


SINOPSIS: Desde su inauguración en 1940 como las primeras galerías subterráneas en Europa, la lujosa Avenida de la Luz es un espejo de los cambios de la Barcelona de posguerra. Julia, una joven criada recién llegada a la ciudad, iniciará un romance con un revisor del tren de Sarriá y, años después, una pasión prohibida que le traerá terribles consecuencias. Ella será testigo de la evolución a lo largo del tiempo de la galería y de algunos de sus comerciantes como Rosita, hija de los dueños de la pastelería, que vivirá su primer amor con el acomodador del cine Avenida de la Luz, mientras sueña con el aprendiz de barbero, implicado en actividades políticas. Una dama de misteriosa fortuna que abre una tienda de máquinas de escribir. Una perfumera que se relaciona con hombres poderosos del régimen. Un ferroviario que escribe poemas mientras pasea entre las columnas. Estos son los personajes que configuran un mundo que va cambiando, década a década, siguiendo el emocionante latido de Barcelona desde la posguerra hasta el final de los ochenta.

Uno, antes de lector, es pre-lector, es decir, elige sus próximos libros en función de diversos factores como el tema, la estética, el título o simplemente un pálpito (lo mismo que ocurre con las personas). Uno, antes de leer, decide qué le apetece leer. Los ingredientes de esta novela, ya desde el principio, motivan: una portada llamativa y entrañable, la historia vital de tres mujeres durante más de cincuenta años, unas galerías comerciales y un recorrido por los años del Franquismo y por la Barcelona del siglo pasado. El tiempo de la luz, escrito por Silvia Tarragó y publicado por Umbriel, entra por los ojos. De eso no hay duda. Se podría enclavar –y no es nada negativo– en esa nueva narrativa 'de y para mujeres' tan de moda ahora, donde lo más importante es su evolución, sus amores y sus batallas. Sí, esta novela narra la historia de tres jovencitas, casi adolescentes, a las que unen esas primeras galerías subterráneas de Barcelona, desde su creación en los 40 hasta los 90, cuando cierra La Avenida de la Luz. Es, por tanto, una mirada a la trayectoria de tres personajes, pero también un paseo por esta ciudad durante los años de la Dictadura.
            Quitémonos los prejuicios y digamos las cosas sin miedos: sí, es una novela femenina, sí, puede recordar (levemente) a El tiempo entre costuras –lo que me parece un acierto- y sí, tira de eso tan actual como es la nostalgia. Nos hemos acostumbrado a mirar atrás, también en la literatura. El tiempo de la luz es como un perfume: su ambientación es tan certera, tan oportuna, que antes de darnos cuenta estamos metidos de lleno en esa Barcelona, siempre elegante, de la mano de las tres jóvenes, todas igual de inocentes, todas entusiasmadas ante las posibilidades del futuro. Es este paisaje que crea Tarragó uno de los pilares de esta novela, sin lugar a dudas. Los personajes, a los que conocemos a través de sus amores –algo entendible porque estamos ante mujeres de la posguerra, cuyo mayor interés, si no el único, era el matrimonio-, y donde caben las traiciones, las venganzas y hasta los arrepentimientos. El cóctel funciona.
            Silvia Tarragó acierta de pleno al dividir la historia en tres grandes bloques –la juventud, la madurez y la vejez- porque las elipsis funcionan muy bien y multiplican la intriga potenciando ese halo de misterio que recorre toda la historia. El estilo de la autora, a pesar de la sencillez, tiende siempre a lo barroco, y a veces los adjetivos y las conversaciones son un poco artificiales. ¿Por qué? Porque la autora sabe tanto, sus conocimientos de la Historia son tan amplios que se busca cualquiera excusa para exponerlos. Los personajes dan datos, fechas y nombres del escenario en el que se mueven. No es molesto, no se crean, pero en ocasiones chirría. Además, fíjense, uno termina la novela y se queda con las ganas de saber más y de forma más profunda. Tengo la sensación de que ésta es una historia para 500 páginas y no para 246, porque se me han quedado algunas preguntas en el tintero. Me hubiera gustado saber más de las protagonistas.
            El tiempo de la luz se lee con placidez porque es eso lo que transmite. Es una historia dulce sobre tres mujeres que sólo buscan ser felices, cada una a su manera. Y la novela, como la propia vida, nos sorprende, nos lleva por caminos inesperados, nos invita a seguir. Y ahí la autora ha sabido hacerlo muy bien: lo más importante son los sentimientos, porque es eso lo que nos gobierna. Y si es con un poco de glamour, pues muchísimo mejor. Nostálgicas, amantes y soñadoras, no se pierdan esta historia. Bienvenidos, señores y señoras, a las primeras galerías subterráneas de Barcelona.


7 comentarios:

  1. La tengo en la estantería y espero poder ponerme con ella muy pronto. A ver que me parece a mi. Precisamente estas pocas páginas que tiene las estaba celebrando como una bendición. Ya te contaré.
    Besos

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  2. Tengo muchas ganas de leer esta novela. Estupenda reseña. ;)

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  3. La portada desde luego es preciosa, ya sólo eso te invita a leer, además me gusta lo que cuentas sobre el argumento, probablemente le de una oportunidad más adelante :)

    ¡Un beso!

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  4. No me importaría leerlo, seguro que me gusta
    Besos

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  5. Tampoco me importaría leerla. Un abrazo

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  6. Pues pinta bastante bien. La tendré en cuenta.
    Besotes!!!

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