martes, 29 de septiembre de 2015

¿Es posible una cultura sin miedo?


Este libro es una reflexión sobre el miedo y sus significados con una perspectiva que corre a lo largo de ese puente que une humanidades y neurociencia. Un libro en el que se pretende contestar a preguntas como estas: ¿Sabemos propiamente qué es el miedo? ¿Qué son las emociones y los sentimientos de miedo? ¿Tienen sentimientos de miedo los animales? ¿Por qué el más genuino de los miedos humanos, después del miedo a la muerte, es el miedo a los “otros”? ¿Qué es el miedo propiamente humano, el miedo social? ¿Cambia el miedo quiénes somos? ¿Qué conocemos de cómo se elabora el miedo y sus memorias en los intrincados circuitos del cerebro?
 A la muerte. A sufrir. A los ascensores –ése es mío-. A volar o a las alturas. A los que vienen de fuera. A perderlo todo o a no conseguir nada. A hacer el ridículo, a hablar en público. A las arañas y a las serpientes. Y también están los raros: al número 13, a las opiniones de los demás, a los espejos o a los genitales. Hay miedos de todos los tamaños y colores, muchos están personalizados, pero otros los tenemos bajo la piel, en el ADN, y nos democratizan porque son la herencia de cientos y cientos de años de evolución. Cada uno de nosotros convivimos con el miedo, pero ¿nos hemos parado a pensar cuál es nuestra relación con ellos, y si realmente nos son útiles? Francisco Mora, catedrático de Fisiología Humana en la Complutense de Madrid –entre otras muchas cosas-, firma un sesudo y lúcido estudio sobre los miedos, sobre su origen y sobre cuál es su papel en la sociedad actual, que se titula ¿Es posible vivir en una cultura sin miedo?, publicado por Alianza Editorial. Tomando como soporte la ciencia y los estudios neurológicos, desmiga los procesos del miedo para que podamos entender mejor cómo nos relacionamos con esta emoción. Porque partimos de una base clara: el miedo nos hace sufrir todos los días, y a todos los humanos.
            Apuesto a que eres capaz de decir al menos tres de tus miedos en cinco segundos. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. ¿Ves? Pero, ¿te has preguntado alguna vez si esos miedos son tuyos o los has adquirido de tus padres o de la sociedad en la que te has criado? Francisco Mora ahonda en este asunto y hace una distinción desde el principio: algunos miedos nos acompañan desde siempre porque nos han permitido sobrevivir. Por ejemplo, ¿por qué no hemos perdido el miedo a los leones? Pues muy fácil, porque nos permite ponernos en guardia ante un perro rabioso o un gato erizado, o cualquier otro animal que pueda atacarnos. También hay otros genéticos: que se transmiten de padres a hijos. Y otros, los que nos impone la sociedad, dependiendo de la cultura en la que vivamos. El miedo es un gran cohesionador social, uno de los unificadores más potentes.
            Este ensayo trabaja a un doble nivel; por una parte es de una especialización asombrosa y profundísima que satisfará el ansia de conocimiento de los expertos y/ profesionales, y por otro, es una lectura medianamente asequible para los no instruidos en el tema. A pesar de todo, se nos presenta como un documento muy valioso que nos habla de esos conceptos contrapuestos que son el miedo y el placer, y cómo se unen en determinados momentos, como cuando vemos una película de terror desde el sofá. Nos da miedo, pero sabemos que estamos a salvo. Y aquí radica una de las grandezas de este análisis: comprobar todas las reacciones que el miedo provoca en el hombre a nivel interno, intentar aclarar cómo gestionamos esa emoción universal y cómo nos influye a la hora de relacionarnos con los demás y con el entorno.
             ¿Es posible vivir en una cultura sin miedo? es una curiosa y contundente reflexión sobre esa emoción con la que nos hemos acostumbrado a convivir y que nos apaga y nos desgasta, pero que, en ocasiones, garantiza nuestra supervivencia. Este ensayo, fuertemente enraizado en la ciencia, nos habla de los mecanismos de los miedos y nos ayuda a entender mejor sus procesos y cómo influyen en el hombre. Y además, aprenderás cosas curiosísimas: ¿el miedo es igual para los animales que para el hombre? ¿Cuáles son los miedos más frecuentes? ¿Y si sólo hubiera tres miedos fundamentales: al dolor, a los animales y a los otros? Y sobre todo, ¿es posible vivir sin miedo, o verlo desde otra perspectiva? Pasen y lean.
            Ah, ¿y podríamos decir que somos libres si estamos encadenados a nuestros miedos?

lunes, 28 de septiembre de 2015

Conociendo a nuevos autores


SINOPSIS: Año 2059. Después de dos años de búsqueda, la tripulación de la cosmonave "Porvenir" encuentra una luna aparentemente habitable en otro sistema solar. El descubrimiento puede suponer la solución a las penurias de la vida en la desbordada Tierra. Pero lo que parecía el mayor hallazgo de la historia de la humanidad pronto mostrará una siniestra cara oculta.

BIOGRAFÍA:


P. A. García nació en Pontevedra en 1982. Tras licenciarse en psicología en 2005 trabajó como psicólogo forense, principalmente en el ámbito de la evaluación de guardia y custodia en procesos de separación y divorcio. Durante ese periodo se inició en el mundo de la escritura con sendos relatos de terror: Ecce Homo y El Vigilante.
Fue en 2011 cuando P. A. García se volcó en la escritura de Porvenir, su primera novela de ciencia ficción, autopublicada finalmente en 2013. 
También en 2011 verá la luz el blog Milkómeda, dedicado a una marabunta de temas tales como divulgación científica, recomendaciones literarias, cine y sobre todo mucho humor.
Ahora mismo se encuentra inmerso en nuevos proyectos literarios.

PREGUNTAS:


―¿Qué podemos encontrarnos en tu novela y a qué público va dirigida?
Acción trepidante, sentimientos a flor de piel, sexo salvaje... Bueno, lo del sexo no es cierto. La acción de la novela sucede en un futuro cercano y reúne distintos elementos: viaje espacial, aventura en un mundo desconocido, acción, ciudades futuristas, distopía, misterio con tintes apocalípticos, una pequeña reflexión sobre nuestro futuro y también algunas dosis de humor. 
Es una novela ideal para los aficionados al género, pero también muy asequible para aquellos que no lo son puesto que está narrada con un lenguaje sencillo y fácil de entender, sin demasiados tecnicismos. Los lectores más reacios a la ciencia ficción se sorprenderán siguiendo la historia con facilidad.

―¿Cómo se te ocurrió la idea de la trama?
Se me ocurrió en la Universidad (estudié Psicología) leyendo El porvenir de la ilusión, un ensayo de Freud en el que el autor advierte de que mediante la Cultura la humanidad ha subyugado a la naturaleza, y con tanto éxito que incluso tiene medios para destruir el planeta… Sumé estas reflexiones apocalípticas con el futuro de los viajes espaciales, y así fue cómo surgió la idea de la novela.

―¿Uno o dos adjetivos que definan a tus protagonistas?
Cercanos y espero que carismáticos. Raven, el piloto de la nave, es desenfadado y heroico; Uldin, comandante de la misión, es un líder reflexivo y accesible; Relow, médico de a bordo, es optimista y soñador; Janis, astrofísica, es inteligente e inspiradora. Lev, el geólogo, es excéntrico e inestable; Brown (ingeniero) es generoso y divertido; y Jenkins es un biólogo tímido y apasionado.

―¿Qué crees que le falta a la literatura actual?
Sobre todo, lectores. Con la irrupción de la auto-publicación y el libro electrónico es más factible publicar que nunca, y el precio de los libros se ha abaratado. El problema es que se lee muy poco en este país en comparación con la media europea. Eso no puede ser bueno, no solo para las ventas de los libros, sino para el avance de la sociedad.

―¿Cómo te ves dentro de unos años?
Con muchas canas en la barba. Desde que apareció la primera, esto es un no parar… Bromas aparte, espero seguir publicando, ciencia ficción pero también otros géneros, como fantasía heroica, novela histórica o incluso erótica (lo carnal vende) e ir sumando lectores. Ideas no me faltan, ganas tampoco, a ver si consigo mantener la disciplina, que es lo crucial para que los relatos salgan adelante. Y después, quién sabe. Parafraseando a Buzz Lightyear: “Hasta el infinito... ¡y más allá!”.


 Si queréis aparecer en esta sección seguid estos pasos:

Necesito una imagen de la portada, y en formato word una sinopsis de la novela y una biografía del autor. También podéis contestar a unas simples preguntas para que sepamos algo más de vosotros:

―¿Qué podemos encontrarnos en tu novela y a qué público va dirigida?
―¿Cómo se te ocurrió la idea de la trama?
―¿Uno o dos adjetivos que definan a tus protagonistas?
―¿Qué crees que le falta a la literatura actual?
―¿Cómo te ves dentro de unos años?

Cuando tengáis todo el material, me lo podéis enviar a laventanadeloslibros1@gmail.com (Os recomiendo que reviséis las faltas porque sólo copio y pego lo que me enviáis).
Por favor, no me enviéis enlaces con vuestro material porque esto dificulta mi trabajo ni tampoco me sirven novelas que están a medio terminar en un blog. Una cuestión importante, tienes que ser seguidor del blog.

domingo, 27 de septiembre de 2015

La reina roja, Victoria Aveyard


SINOPSIS: En una sociedad dividida por el color de la sangre, los Rojos luchan por sobrevivir bajo la sombra de los Plateados, «superhumanos» con poderes terribles que les permiten manejar el mundo a su antojo. Pero cuando se revela que Mare Barrow —una joven ladronzuela Roja— tiene también esas habilidades, es llevada al mundo de los Plateados. Allí descubrirá que el poder es un juego peligroso y que la única certeza es la traición.

 Siendo sincera, esta era una novela que no me seducía cuando se empezó a hablar que Gran Travesía la iba a traducir, y no encontraba nada en la sinopsis que fuera distinta a novelas de este género. Reconozco que tiene una portada sencilla, y a la vez efectiva y bonita. Sin embargo, recibí el libro por sorpresa y decidí darle una oportunidad. Sólo puedo decir una palabra: IMPRESIONANTE. Y podría quedarme aquí, pero entonces no sabríais por qué me ha gustado tanto.

El principal motivo para que una novela me guste mucho, mucho, es que me tiene que emocionar. Puede estar mejor o peor escrita, pero tiene que despertar en mí una emoción que me sacuda por dentro, y esta lo ha hecho. Posiblemente esta historia no tenga muchos elementos originales (puede recordar a los X-Men o La selección) pero sí que contiene todo lo necesario (emoción, escenas llenas de tensión, giros argumentales interesantes, amor prohibido o frases para recordar, por poner un ejemplo) para llegar a ser la gran historia que es.

Un mundo en el que cualquiera puede traicionarte.

La sociedad en La reina roja está dividida en dos, los Rojos: el color de la supervivencia, de la lucha y de los oprimidos,  y los Plateados: el color de los elegidos, el de los poderosos y el de los superpoderes. Los plateados gobiernan, tienen privilegios mientras que a los rojos solo les queda obedecer.  

Sin embargo, algo está cambiando en esta sociedad tan injusta y opresiva; Mare Barrow es una roja, tiene diecisiete años, es una ladronzuela que se dedica a robar a los plateados y que está a la espera de que se la envíe a una guerra que lleva años desangrando el país. No es una protagonista perfecta, y esto la hace más cercana, más humana, e incluso ella piensa que es una cobarde y que nunca estará a la altura de su hermana pequeña Gisa y de sus hermanos mayores que están en la guerra. Todo cambia cuando conoce a Cal, el chico que intercederá por ella para que trabaje en el palacio.

Su sangre plateada se paga con sangre roja.

 Mare no es una roja cualquiera, es una chica que descubre que tiene un superpoder, uno que la lleva a estar en lo más alto del estatus de la corte y a que la prometan con el príncipe Maven. Él es el príncipe perfecto, inteligente, estratega, el chico delicado y atento que ella necesita para sobrevivir en la corte. Aunque hay un problema con él, Maven no es Cal, el príncipe heredero, el chico guerrero que no tiene sentimientos, la mano firme que necesitan sus soldados para ir a la guerra… pero que de alguna manera se preocupa por ella. Hay un triángulo amoroso, aunque he tenido predilección por uno de los dos hermanos.

Estas desigualdades han llevado a que los Rojos se subleven en la Guardia Escarlata y que desestabilice la vida placentera que hay en palacio y en el reino.

Otro de los aspectos por los que me ha gustado esta novela es por la ambientación. Hay una mezcla entre una sociedad medieval y una sociedad muy avanzada. La magia está muy presente también. Las descripciones son largas, cosa que agradezco, y te introducen en este mundo fantástico.

Puede que el inicio de la novela sea un poco lento, aunque creo que es necesario para presentarnos a Mare y cómo es esta sociedad. Este es un detalle que a mí, personalmente, no me importa. Es más, hay un momento en la historia en la que serás Mare, y ya no podrás parar de leer. El giro argumental que se produce hacia el final era el que había sospechado desde un principio y el que hace que no quieras que la historia se acabe tan pronto.

Solo me queda recomendar esta novela sí o sí. Tengo ganas de que se publique ya la segunda entrega. Porque como dice La Guardia Escarlata: Y nos levantaremos Rojos como el amanecer.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Decirte adiós con un te quiero


Una historia urbana, actual y sugerente sobre todas las formas de amar. Sexo, amor y amistad. ¡Qué difícil es poner nombre a lo que sentimos y etiquetar lo que tenemos con otra persona! Las tres claves de las relaciones a través de las experiencias de tres (casi) treintañeras que no pueden ser más distintas entre ellas y que pronto se darán cuenta de que madurar es algo más que cumplir años. Aitana, Lucía y Delia fueron las mejores amigas en la universidad. Al acabar, cada una siguió con su vida. Sin embargo, un suceso inesperado las reúne de nuevo en el piso que compartían en Madrid, donde descubrirán muchas cosas, la más importante, que solo algunos amores nacen para durar siempre.
Versátil nos ha regalado una historia  diferente. Acostumbrados a historias de la vida diaria con gran componente romántico y con un final de infarto e incluso de película, ahora opta por una historia algo más real, casi podría decirse que estamos ante un guión previo de la vida de tres mujeres que por avatares del destino se vuelven a reunir tras varios años.

Tres voces, tres mujeres: Aitana Lucía y Delia serán las tres féminas que nos regalarán las distintas versiones de una situación en común: adaptarse a un cambio y empezar de nuevo. No voy a negar que me ha parecido curiosa la manera tan directa y real de presentar a los tres personajes, casi como si los conociéramos de toda la vida, y nos asomásemos a un rencuentro esperado después de tantos años pasados.

En este libro encontraremos infinidad de situaciones donde las tres protagonistas tendrán que poner a prueba su capacidad de adaptación. Casi podrá  tratarse del diario intimo de tres mujeres, un texto que encontramos sin pretenderlo y que nos desgrana su vida de una manera personal, carnal y primaria.

La autora en esta historia ha prescindido de los tabues;  quitándole a esas escenas de sexo su lado novelado y convirtiéndolas en lo que son: un acto que en ocasiones si se hace sin sentimiento y por instinto, resulta forzoso y casi mecánico, por decirlo de alguna manera: la autora no tendría ningún problema en describiros como se lubrica o pone el preservativo a su rollo de una noche.

Podría hasta parecer que hablamos de tres libros diferentes que confluyen en una misma historia, o que terminan  con una misma conclusión. Me ha parecido muy interesante el mimo con el que la autora trata las relaciones personales y sexuales de sus tres protagonistas haciendo que reaccionen de manera muy coherente y lógica ante los problemas que se les plantea.

El único problema que he visto en esta historia es que no se trata con la misma equidad a todas las protagonistas. A las claras uno se sentirá más identificado7 con dos de ellas  con respecto a una. Prefiero no decir nombres y enterarme de si habéis coincidido conmigo.

Decirte adiós con un te quiero no es una historia romántica al uso, es la vida de tres mujeres que solucionarán, o al menos lo intentarán, mediante su amistad y su sexualidad, la difícil tarea de decir adiós a un pasado cercano y aprender que un te quiero puede ser en ocasiones la despedida más especial y digna.


viernes, 25 de septiembre de 2015

La hora del dios rojo


La hora del Dios Rojo es el primer caso del detective masai Mollel. Nairobi, Kenia, 2007. En una de las megalópolis de mayor crecimiento de toda África, una pequeña élite goza del poder frente a una mayoría empobrecida. Con las elecciones presidenciales en el horizonte, las tensiones en la ciudad han alcanzado su punto álgido y una joven prostituta aparece muerta en un parque con el cuerpo mutilado. Con la amenaza del caos que se avecina, pocos se preocuparían en exceso. Sin embargo Mollel, el detective a quien se le asigna el caso, lo hace. La chica también era masai, aunque, más allá de eso, el instinto policial de Mollel hace que se sumerja en la investigación sin contemplaciones, como una especie de catarsis personal para empezar a sentirse vivo de nuevo. Rastreando pistas a medida que se aventuran por barriadas pobres y rascacielos, barrios residenciales y cloacas en busca del asesino, Mollel y su compañero kikuyu, Kiunga, se ven obligados a enfrentarse con la terrible certeza de que algunas de las personas más poderosas del país están implicadas en el crimen.
 Tal ha sido la inmersión que casi termino hablando un par de lenguas tribales africanas después de leer esta novela, que toma su título de Enkai Nanyonkie, el dios masai de la venganza y el odio, uno caprichoso y vengativo que sólo disfruta creando la confusión, el caos, y la desesperación. Y justo es esto lo que nos trae La hora del dios rojo, de Richard Crompton y publicada por la editorial Siruela dentro de su línea policiaca, con una portada que resume en colores el espíritu de esta historia y que nos mete –a empujones- en el crispado ambiente de Nairobi, justo antes de las elecciones. Y a una sospechosa muerte–porque está la muerte de una prostituta con sus genitales destrozados- se les unen los conflictos entre tribus, las sospechas de pucherazo y varios trauman que traen de cabeza al protagonista, Mollel, un policía masai con unos métodos de trabajo poco tradicionales. Ésta es una historia en negro y rojo
            La hora del dios rojo es la traducción libre de The honeyguide, un pájaro que aquí llamamos El pájaro indicador –qué nombre más horrible- y que se encarga de interactuar con los humanos y llevarlos hasta los panales de abeja para, una vez saqueados, alimentarse de las larvas y la cera. Y este pájaro, con cierto peso en el desarrollo de la trama, resume a la perfección el espíritu de esta historia en uno no termina de sentirse seguro en ninguna página, como si caminara a toda prisa por un campo lleno de minas, como andar por una calle oscura y no dejar de mirar hacia atrás. Y así ocurre a veces, que la historia explota y nos va ofreciendo escenarios nuevos, quiebros asombrosos, sospechosos inesperados. A pesar de que la ejecución es correcta y de que la trama no resulta predecible –al menos no la mayor parte de las veces-, lo mejor es sin duda la ambientación, ese retrato espeluznante de la sociedad de Nairobi, de la frágil convivencia de las tribus, de la aceptada corrupción y de la omnipresente inseguridad.
            Y en su fortaleza está también su debilidad: el grado de conocimiento del autor es tan profundo que a veces uno tiene que volver varias páginas para no perderse o recurrir continuamente al diccionario que hay en la parte de atrás para buscar la traducción de los vocablos tribales. En este thriller policiaco no hay ciudades del primer mundo ni malos con traje y corbata ni alta tecnología, aquí el entorno es otro, y ya sólo eso es suficientemente desestabilizador para el lector occidental: la corrupción indisimulada. Las avalanchas. Las armas y la pobreza. Las chabolas, el poco valor de la vida. Y la falta de justicia, porque como dice uno de los personajes: En este país importa más el orden que la justicia. Así que todo vale para mantener el orden. Y digo: TODO. Funciona muy bien, además, la pareja protagonista, una revisión de los clásicos poli bueno y poli malo, cada uno con sus propios límites morales.
            La hora del dios rojo, finalista del Angeles Times a la mejor novela policiaca, es un thriller estimulante, por lo nuevo y lo oscuro del escenario. Desasosiega. Con un ritmo pausado, nos adentra en la cara más afilada de África y nos ayuda a entender esa olla a presión que bulle en la ciudad. Como un paseo por un barrio peligroso, como estar rodeado de gatos rabiosos: así de espeluznante es. Y además, la construcción psicológica de los personajes protagonistas está trabajada con una delicadeza incuestionable. Pues eso, léanla, disfruten y Hakuna Matata.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Las guerras de Elena, Marta Querol


SINOPSIS: La nueva novela de la autora de El final del Ave Fénix. Dos mujeres, un hombre, una ambición común y el futuro de una niña se combinan en una historia de traiciones, negocios, y guerras personales en la España de los años sesenta. Verónica ha dinamitado el matrimonio entre Elena y Carlos. Las dos mujeres son conscientes de que es el primer paso en una escalada que Elena, en defensa del futuro de su hija, trata de impedir. La lucha contra una sociedad embalsamada, las circunstancias adversas, los valores tradicionales y lo inevitable del destino, constituyen la vida de Elena y condicionan la de su hija que crece en el centro de las hostilidades. Las guerras de Elena es una obra de intriga social que no defrauda, donde las pasiones permanentes del ser humano se desgranan permitiendo al lector convivir con personas en lugar de con personajes. Tras triunfar en internet con El final del Ave Fénix (finalista del Premio Planeta 2007), Marta Querol regresa con esta impactante novela.
Me declaro fan de esta autora, de su manera de narrar, de cómo sabe crear tensión y de cómo desarrolla sus tramas tan bien hilvanadas. Desde que leí El final del ave fénix estaba deseando que saliera esta novela, que si bien podría considerarse una segunda parte, se puede leer perfectamente sin haber leído la primera.

Uno de los motivos por los que adoro su manera de narrar es porque sabe cómo emocionar al lector desde la primera página y hacernos sentir como a los protagonistas de sus novelas. Hay quien tiene un don especial, y creo sinceramente que Marta lo posee.

Al igual que hiciera en la primera novela, El final del ave fénix, en Las guerras de Elena también empieza con un prólogo que nos traslada casi al desenlace de la historia. Y sin embargo, a pesar de conocer ciertos hechos, la novela no deja de ser apasionante y no deja de sorprender.

Los protagonistas siguen siendo creíbles, verosímiles, respiran en cada página de la novela. En Las guerras de Elena seguiremos conociendo a Elena, una mujer que se ha hecho a sí misma, y su lucha sin cuartel contra Carlos, el hombre que la engañó. Elena es una mujer que se siente sola, aunque este sentimiento no le es ajeno; la soledad la acompaña desde que era pequeña, es una vieja conocida que se resiste a marcharse de su vida. Está cansada de remar a contracorriente, y aun así saca fuerzas para criar a su hija. Sigue rebelándose contra una sociedad injusta hacia las mujeres. Era una adelantada a su época.

Aunque la historia empieza en 1968, los últimos años del franquismo, seguían siendo tiempos difíciles, donde la mujer aún no tenía nada que decir en una España que vivía de espaldas a lo que sucedía en Europa y el mundo. Se respiran ciertos aires de libertad, aunque no así para la mujer. Carlos sigue siendo su marido a todos los efectos de la ley, aunque ya no vivan juntos y él comparta techo con su amante, Vero, una antagonista en toda regla, perversa y sibilina como ella sola.

En esta guerra que Elena mantiene con Carlos hay una víctima silenciosa, Lucía, la hija de ambos, que sufre el odio que sus padres se tienen entre sí. Lucía le da el punto de ternura que necesita esta novela. Es un elemento clave en esta historia llena de traiciones y odio.

A lo largo de la novela, no solo conoceremos cómo se las tiene que apañar una mujer sola con una niña, cuestionada por ser una empresaria emprendedora y una luchadora nata, sino también asistiremos a esos últimos años del franquismo, a la guerra de Beirut y a los conflictos de oriente próximo.

Resumiendo, La guerras de Elena me ha mantenido pegada a sus hojas. He sufrido con Elena y Lucía, he odiado a Verónica, me ha fascinado el egipcio, Djamel, que saca de más de un apuro a Elena, he sentido lástima por Carlos (por ser tan pelele), y he conocido más de cerca las dificultades que tenían las mujeres que no querían ser amas de casa. Sin duda, la recomiendo. Espero con ganas la tercera entrega.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Strange Tales, Steve Mannion


SINOPSIS: Antes de centrarse en Fearless Dawn, el inclasificable Steve Mannion realizó StrangeTales Battles, Strange Fairy Tales yStrange Pirate Tales, tres títulos que anticiparon personajes, tramas y estilos de lo que vendría pocos años después con The Bomb y su personaje estrella, Fearless Dawn.
Este volumen recopila estos tres comic-books en los que Steve Mannion dio rienda suelta a su imaginación pasada de rosca para plasmar una serie de historias cortas sobre guerra, piratas y cuentos de hadas totalmente descacharrantes.
La lectura de este cómic me ha provocado reacciones encontradas. Me costó un poco entrar en él. Su narración, un tanto caótica y anárquica, y su dibujo, brillante y virtuoso, sí, pero también excesivo y apabullante, no facilitan un acercamiento desprevenido. Exige una lectura activa y una complicidad con los planteamientos del autor.

Pero superado este primer shock, la verdad es que me encontré con un cómic que es pura diversión, desenfreno y gozo. Haciendo un símil musical, viene a ser como un disco de punk. Piezas cortas, rápidas, que reparten estopa a diestro y siniestro. Acostumbrado como estaba a discos conceptuales o de adocenado pop (novelas gráficas o pensados productos de grandes editoriales multinacionales) esta propuesta supone un bofetón. Aunque también, cuanto menos, un estimulante soplo de aire fresco. Pero, como el punk, no es para todos los públicos.

Lo de punk es algo más que un símil. Steve Mannion tiene un pasado de skater y punk, además de dibujante de grandes editoriales (DC Comics) y series míticas (Batman y Capitán América). Por lo visto un día decidió que no quería seguir dibujando lo que le pedían otros y se dedicó a dibujar lo que le pedía el cuerpo, sin preocuparse demasiado por si había alguien interesado en leerle, haciendo los comics que a él le apetecía leer.

The Bomb y Fearless Dawn han sido sus creaciones más conocidas desde entonces. Y no le han faltado lectores.

Estos Strange Tales nacieron antes que los dos títulos anteriores y ya anticipaban lo que se avecinaba. Historias disparatadas, excesivas, socarronas, irreverentes y delirantes. Se estructuran en tres apartados temáticos: Bélicos, cuentos de hadas y piratas. Y todo servido con un dibujo muy sólido. Mannion es un dibujante superlativo, con un gran oficio, como demuestra un somero vistazo a cualquiera de sus páginas. Como ha expresado en varias ocasiones, él solo intenta dibujar los mejores comics posibles.

Su última aventura ha sido financiar un libro a través de Kickstarter, una plataforma de crowdfunding, y la jugada le ha salido mejor que bien. Tal vez lo que hace no sea para el gran público, pero abre una brecha en la industria editorial que otros creadores pueden ir agrandando y permitan que otro público acceda a propuestas que no tienen acomodo en las grandes editoriales, más preocupadas por la mercadotecnia y el “transmedia” que por ofrecer a los lectores de tebeos las obras que les pueden interesar.

Hace algunas décadas, cuando el mercado editorial era otro, era más fácil encontrar propuestas diferentes y arriesgadas. He recordado juveniles lecturas de la revista El Víbora, por citar una y no precisamente la más underground. Pero hoy no es fácil acceder a este tipo de tebeos. Así que, una vez más, hay que agradecer el riesgo que asume Tyrannosaurus Books, aunque seguro que encontrará suficientes paladares capaces de apreciar lo que ofrece. Ocupa un nicho que era necesario llenar.

Se avecinan tiempos interesantes.
Pd: Esta reseña la ha hecho Juanjo Grau, gran amante de los cómics.
  

martes, 22 de septiembre de 2015

La casa de las miniaturas


Un día de otoño de 1686, una joven de dieciocho años llama a la puerta de una casa señorial en el barrio más acomodado de Ámsterdam. Nella Oortman se ha trasladado del campo a la ciudad para convivir con su marido, Johannes Brandt, un hombre maduro y distinguido comerciante que habita en la mansión en compañía de su hermana soltera y rodeado de fieles servidores. Como regalo de boda, Johannes obsequia a su flamante esposa un objeto muy de moda entre la gente pudiente de la época: una réplica de su propia casa en miniatura, que Nella deberá poblar con las figuras creadas por una desconocida miniaturista que ha encontrado por azar. Sin embargo, poco a poco, el amable pasatiempo se irá transformando en la clave de una serie de inquietantes revelaciones que conducirán a Nella a desenmascarar los secretos más oscuros de los actuales moradores de la casa —incluido su marido—, arrojando luz sobre los peligros que amenazan la supervivencia de su nueva familia.
 Hablan de ella como la novela del verano –con permiso de La chica del tren- y dan cifras: más de 100.000 ejemplares despachados sólo en el reino Unido, ganadora del National Book Award, traducida a no sé cuántos idiomas y una de las habituales en la lista de los más vendidos en España. Como uno ya no sabe si eso es publicidad –que lo es– o si el boom responde a una moda o a una determinada corriente, me acerco a La casa de las miniaturas con las dudas de Santo Tomás –quiero tocar para creer- y con varias ideas preconcebidas: que es la historia de una mujer infeliz –ésas son las más ricas, literariamente hablando-, que tiene tintes históricos y que todo gira en torno a una mansión en miniatura (y muy cuqui). Los tres pilares me convencen, me interesan. Y lo cierto es que Jessie Burton, la autora, se estrena en esto de la narrativa con una novela consistente, en el que combina de forma sabia –y aquí puede residir parte del éxito- los ingredientes clásicos del best-seller y mucha documentación, con lo que queda un híbrido bien escrito, bien ambientado y bien contado. Esta apuesta de Salamandra entretiene.
            La casa de las miniaturas es una historia de iniciación al mundo adulto en un entorno hostil, es el tránsito de niña a mujer –escenificado en los debates sexuales, en una boda no consumada- y de introducción a las grandes preocupaciones del ser humano: el amor, la felicidad, el fracaso, el sentido de la existencia, y sobre todo, la capacidad de sobrevivir. Todo esto representado en Nella, la dulce y joven protagonista, que se ha casado con un empresario famoso y apuesto que, para compensar su indiferencia hacia ella, recibe como regalo de bodas una casa en miniatura igual que en la que vive. Y este juguete, que en principio sólo parece un escape a su soledad, empieza a tener ciertos tintes paranormales, y empiezan a salir a la superficie los terribles secretos de la familia. En esa casa, nada es lo que parece, nadie es lo que parece. Y ella –ingenua- sólo quiere ser feliz. La trama, que se asienta en los pilares básicos de la novela contemporánea, tiene ciertas concesiones a la originalidad: misterios paranormales, perversiones sexuales y quiebros inesperados en la historia.
            Los personajes están bien esbozados, sí, pero no hay que olvidar que representan a ciertos perfiles de la época y es inevitable estereotiparlos un poco. A pesar de todo, se sostienen, funcionan dentro de la historia, aunque lo más estimulante de La casa de muñecas es esa ambientación de Holanda en el siglo XVII, esa absoluta inmersión que experimenta el lector al ir sumando páginas. Jessie Burton, además, tiene muy claro lo que quiere contar y no hace concesiones a la mojigatería, ni intenta contentar al lector caprichoso. Es valiente en el desarrollo de la trama. El estilo, a veces innecesariamente barroco, tiene momentos de brillo, pero a veces chirría porque se nota artificial, se le ve el esfuerzo continuo por parecer elevada.
            La casa de las miniaturas es una magnífica primera novela, excepcionalmente documentada y correctamente contada. Entretiene, enseña y pone en tensión: ¿no es eso lo que queremos la mayoría de las veces cuando leemos? Y nos presenta a una gran mujer, sus espacios –físicos y privados- y sus responsabilidades en esos tiempos. Y habla de esa fortaleza que uno saca de no sé dónde cuando se encuentra en un terreno hostil: habla de la traición y la indiferencia, y nos deja un mensaje: que después de todo, lo único que importa es vivir, y seguir vivo.
 

lunes, 21 de septiembre de 2015

Conociendo a nuevos autores


SINOPSIS: An Adarathiel, el reino de las hadas, siempre fue gobernado por una balanza de poderes bajo el mandato de la diosa Lunalasathia. Un equilibrio de la naturaleza con los elegidos de la diosa, el Rey de la Luna y el Lord Guardián protector del bosque o conocido como la Libélula por sus extrañas alas. Ambos con los dones de la diosa jurando proteger a los habitantes del reino.
Con la llegada de la Era Oscura, acontecida por la caída de Merlín, los elegidos desaparecieron dejando a Adarathiel sumida en el caos y desesperación. Paso el tiempo hasta que la naturaleza siguió su curso y anunció el nacimiento de una nueva Libélula.
En consecuencia los morganianos actuaron rompiendo las leyes temidas y largamente olvidadas, cometiendo los peores crímenes inimaginables y jugando a ser dioses.
Abigail Griffiths se verá envuelta en una conspiración planeada desde hace tiempo, cambiando su vida radicalmente, temiendo tanto sus amigos como enemigos su poder, codiciando sus alas y su magia porque ella es el último rayo de esperanza para las hadas.
En ella recae todo el peso de la restauración del equilibrio y de Adarathiel.
BIOGRAFÍA: 

Sara Herreras Castel (Logroño, España, 1987) es estudiante de Licenciatura en Química, co-administradora de Simcontrol.es, famosa web del juego Los Sims y creaciones, y dirige la web de crítica literaria La utopía de Casiopea. Su trabajo como crítica literaria le ha llevado a aparecer en las contraportadas de Annabel de T.C.Ferri y La puerta dorada de Antonio Martín Morales. También ha sido embajadora en la presentación de firmas en 2011 en Logroño de Blue Jeans.

Su pasión por los libros le llevó a escribir sus primeros relatos pero hasta la universidad no escribió nada de forma seria. Compaginando su carrera con la escritura, escribió sus primeros libros pero sin llegar a publicarlos, guardándolos en un cajón acumulando polvo. Su género favorito es la fantasía.

En la actualidad compagina su trabajo como escritora junto con su trabajo de crítica literaria en La utopía de Casiopea. Toda la información sobre sus libros está disponible en su página web.
Su primer libro publicado es Destino de hada (2015).

PREGUNTAS:

―¿Qué podemos encontrarnos en tu novela y a qué público va dirigida?
Destino de hada es una novela del género fantasía juvenil, va dirigida principalmente a adolescentes aunque también lo pueden leer los adultos. La historia gira entorno a un mundo ficticio asolado por las consecuencias de la Era Oscura.
La historia se centra en el viaje de Abby por Cenystel, descubriendo sus habilidades y quién es ella, haciendo amigos, conociendo el amor…Un mundo nuevo lleno de magia y aventuras que por primera vez visita Abby, acompañando a la protagonista en sus viajes para la restauración del equilibrio.

―¿Cómo se te ocurrió la idea de la trama?
Tengo que reconocer que sentía añoranza de los libros de aventuras de fantasía, por aquel entonces era un poco difícil encontrar un libro de dicho género así que decidí escribir mi propia historia. Mi primer libro no fue Destino de hada sino otro que sigue sin publicarse, al terminar, empecé a escribir un relato dentro del mismo mundo, Cenystel, pero con hadas y me gustó tanto que les dediqué un libro a ellas. Así surgió este libro, sin previo aviso, una historia sobre una guerra entre luz y oscuridad que repercutió en todo el planeta.
También estuve pensando sobre un hada distinta al resto y pensé en las libélulas, en unas alas distintas al resto y mientras escribía sobre Abby, fue surgiendo por si solo el libro.

―¿Uno o dos adjetivos que definan a tus protagonistas?
Es un poco difícil decir definir a mis protagonistas. Abby es una chica normal y corriente, puede ser como tú o yo pero tiene algo distinto al resto que le hace especial, como todas las personas. Es valiente y decidida porque pese a las desgracias que ha tenido que vivir, sale adelante.

―¿Qué crees que le falta a la literatura actual?
Variedad. Lamentablemente la literatura siempre se centra en las últimas tendencias, olvidando el resto de géneros y es una auténtica pena porque de esta forma se elimina la variedad de géneros, obligándonos a leer lo que está de moda y no lo que nos apetece leer en ese momento, siguiendo el curso de lo que se publique.

―¿Cómo te ves dentro de unos años?
Siguiendo publicando mis libros en plataformas de autopublicación y quizás arriesgándome con alguna editorial. Tengo muchas historias en mente, quiero compartirlas y que todos puedan leerlas.


 Si queréis aparecer en esta sección seguid estos pasos:

Necesito una imagen de la portada, y en formato word una sinopsis de la novela y una biografía del autor. También podéis contestar a unas simples preguntas para que sepamos algo más de vosotros:

―¿Qué podemos encontrarnos en tu novela y a qué público va dirigida?
―¿Cómo se te ocurrió la idea de la trama?
―¿Uno o dos adjetivos que definan a tus protagonistas?
―¿Qué crees que le falta a la literatura actual?
―¿Cómo te ves dentro de unos años?

Cuando tengáis todo el material, me lo podéis enviar a laventanadeloslibros1@gmail.com (Os recomiendo que reviséis las faltas porque sólo copio y pego lo que me enviáis).
Por favor, no me enviéis enlaces con vuestro material porque esto dificulta mi trabajo ni tampoco me sirven novelas que están a medio terminar en un blog. Una cuestión importante, tienes que ser seguidor del blog.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Cuentos de Hoffman, Mike Hoffman


SINOPSIS: Cuentos de Hoffman es una recopilación de cuatro historietas realizadas por Mike Hoffman en diferentes momentos. Tyrannosaurus ha reunido estas viñetas dedicadas a tres carismáticos personajes de la cultura pop como son Frankenstein, Tura Satana y Zacherley en un único volumen.
Hoffman vuelve a la carga con cuatro historias que van desde el humor absurdo con un monstruo de Frankenstein cuya novia quiere quedarse embarazada a la comedia terrorífica de Zacherley, el presentador televisivo de programas de terror que se queda sin trabajo, pasando por la “Vixen” Tura Satana, en una historia independiente de perfecto aire Grindhouse supervisada por ella misma.
De un tiempo a esta parte tengo la impresión de que el calificativo de “friki” se usa con mucha ligereza. Quien más quien menos presume de “friki de algo”, se ha instaurado un “día del orgullo friki”, ser friki es cool, mola mucho. Pero, ¿qué es un friki? ¿Qué entendemos por ser friki?

A la mayoría le vendrá a la cabeza un fan devoto de cualquier producto audiovisual, bien sea cine, serie de TV, anime o videojuegos. Pero si atendemos al origen del término, un friki sería un “raro”, alguien con gustos marginales y rebuscados, apartados de la norma. Y estaremos de acuerdo en que La Guerra de las Galaxias, Star Trek, Juego de Tronos, los superhéroes de Marvel o DC, Naruto o Bola de Dragón (por poner sólo unos pocos de la ingente lista de títulos que podríamos citar) no son precisamente productos marginales. Más bien son todo lo contrario: productos mainstream producidos por grandes multinacionales del entretenimiento que no solo llegan sino que seducen a un público cada vez más extenso. Visto así, el auténtico friki es el que no conoce, no ha visto o no le gusta alguna de estas obras. Hoy por hoy ir de friki tiene mucho de postureo.

Toda esta digresión viene a cuento de la obra que traemos hoy al blog. En ella, Mike Hoffman se reivindica como un auténtico friki, rebuscando en los márgenes de la cultura popular, entre productos de serie Z, poco o nada conocidos para el gran público.

La primera historia tiene como protagonista a un monstruo de Frankenstein con aspecto punk-rock (género de la banda del mismo nombre que el episodio, Electric Frankenstein, para quien realizó la obra) y con constantes referencias al universo cinematográfico del personaje, siendo el más evidente la caracterización de la mujer del personaje tal y como la conocimos en la película clásica La novia de Frankenstein, aunque mucho más sexy. De hecho, se llama Elsa, como la actriz que la interpretó en dicho film, Elsa Lanchester. Es una historia desenfadada, con un humor absurdo y toques de slapstick.

La siguiente historia tiene como protagonista a Tura Satana, de quien no había oído hablar jamás antes de leer este cómic pero que ya es una de mis heroínas favoritas del celuloide, un auténtico icono camp, mito erótico y musa inspiradora de bandas como The Cramps, autores como Tarantino o personajes como Poison Ivy (Batman). El personaje, sacado directamente de la película que la convirtió en un icono, Faster, Pussycat! Kill! Kill! (Russ Meyer, 1965), protagoniza una historia que me ha recordado mucho a Raíces profundas, (Shane, George Stevens, 1953). Su tono es más serio y grave, con aires de western crepuscular. Una gozada.

Para el final, dos historias protagonizadas por Zacherley, un personaje muy popular a partir de su programa de televisión durante la década de los 60, dedicado al terror pero desde una perspectiva bastante inocente y juguetona. En él, sin duda, se inspira el personaje de Roddy McDowall en la mítica película Noche de Miedo (Fright Night, Tom Holland, 1985). También en este caso el tono se adapta a la necesidad que impone su protagonista. En este caso, se trata de una comedia que juguetea con los códigos del género de terror.

La edición se completa con unos textos introductorios que nos permiten conocer mejor al personaje y el contexto en el que se hicieron populares para poder disfrutar en toda su magnitud la obra que se nos brinda.
En definitiva, una curiosidad muy necesaria que hay que agradecer a Tyrannosaurus Books, una editorial valiente que arriesga y que ofrece obras alejadas de los gustos más mainstream pero que, sin duda, encontrarán su público entre los que quieran poder reivindicarse como genuinos frikis.

Pd: Esta reseña la ha hecho Juanjo Grau, colaborador ocasional del blog.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Instrucciones para una ola de calor


En Londres, en el verano de 1976, durante una ola de calor y una sequía legendarias, Robert Riordan, recientemente jubilado, sale de casa por la mañana, como todos los días, para comprar el periódico, pero esta vez no regresa. Asustada, su esposa Gretta llama a sus tres hijos, que regresarán a la casa familiar para emprender las pesquisas. El inusitado calor provoca extraños comportamientos entre los Riordan, y varios secretos guardados celosamente durante años afloran a la superficie. Cada uno de los hijos tiene sus propias ideas acerca de dónde puede estar su padre, pero lo que ninguno sospecha es que su madre sabe mucho más de lo que les ha contado. Instrucciones para una ola de calor es una novela sobre la familia, sobre lo que contamos y lo que decidimos no contar; sobre los compromisos y las concesiones que hacemos, y sobre lo que puede ocurrir si construimos nuestra vida sobre medias verdades. Escrita con una hermosa y evocadora prosa, la historia de los Riordan mantiene en vilo al lector hasta la última página.
 Creo en los flechazos, en los amores a primera vista y en el irresistible poder de la atracción. Y creo también que a veces no hacen falta más que un puñado de segundos para saber que alguien va a formar parte de tu vida. Por eso, me dejo llevar –y muy gustosamente- cuando esto ocurre con otra cosa, como un libro. Algo así es lo que sentí con Instrucciones para una ola de calor: el título me sugería algo misterioso, Salamandra es siempre una garantía y, en la lectura rápida de las primeras páginas, entendí que ese feeling inicial podría convertirse en una verdadera relación, fascinante. No me equivoqué: esta novela de Maggie O’Farrell se cuela, por méritos propios, en una de mis mejores lecturas del año, gracias a una prosa absolutamente hipnótica, a una historia que ahonda en el oscuro universo de una familia cualquiera y que, como una madeja, se va desenredando poco a poco, y, sobre todo, a unos personajes tan bien construidos que uno tiene la sensación de que acabarán llamando a la puerta de tu casa a pedirte sal o una llave inglesa.
            El motor –el empujón- que justifica esta novela es la desaparición del padre de familia, lo que provoca que los tres hijos, dispersos y con su cuota personal de infelicidad, vuelvan al núcleo familiar, a consolar a la madre, y todo esto durante una ola de calor especialmente severa que los deja atontados, raros, vulnerables. La trama se va abriendo poco a poco, como una concha, y vamos conociendo a los personajes: al hijo en plena crisis matrimonial y que no encuentra sentido a su vida, a la hija mediana, que aún no se ha perdonado por algo que hizo, y a la pequeña, que vive en Nueva York y que tiene como único objetivo protegerse (de algo) y rebelarse (por todo). Y son ellos, desde la cotidianidad de sus acciones, los que van atrapando al lector: aquí reside la grandeza de esta obra. La desaparición del padre pasa a un segundo plano porque estos protagonistas son tan poliédricos, tan carismáticos que queremos conocerlos mejor, queremos saber más, queremos suplicarles que nos cuenten sus secretos. El gran acierto de la autora es que los personajes quedan perfectamente dibujados gracias a los detalles domésticos, íntimos y en principio superfluos, pero que revelan la verdadera personalidad de cada uno de ellos.
            Qué buena es, señores, la traducción de Sonia Tapia: nos trae una prosa fresca, y contundente, que se alza como un protagonista más; sus palabras, con una exquisita tendencia a la poesía, tienen un carácter propio, desprenden una fuerza primitiva que arrastra al lector y que es uno de sus aciertos narrativos. Maggie O’Farrell tiene, además, una de las virtudes que más admiro en los escritores: una asombrosa capacidad de observación, una mirada única ante el mundo que le rodea y que le permite hacer original lo cotidiano. Porque, y aquí está el concepto que atraviesa la novela, toda infelicidad tiene su motivo.
            Instrucciones para una ola de calor se pega a la piel, como el sudor en una tarde de verano, como una camiseta a la espalda. Pero no tengan prisas, que es una lectura del paladeo, de la que hay que masticar varias veces antes de tragar, de la que exige calma y silencio, porque los detalles cuentan. Y disfruten, sufran, y hagan suposiciones, y piensen, y convénzanse de que en todas las familias hay telarañas, tensiones y rencillas. Y deslealtades, y venganzas, y perdones. Y también secretos. ¿Realmente que queréis saber la verdad?

PS: Porque a veces, los amores a primera vista –por los que uno apuesta- dejan huella, se quedan dentro, y se recuerdan con un leve cosquilleo en el estómago. Como este libro.

jueves, 17 de septiembre de 2015

El ermitaño, Thomas Rydahl


SINOPSIS: En una árida playa de la isla de Fuerteventura aparece, en el maletero de un coche, el cuerpo sin vida de un bebé. No hay restos del conductor, no hay huellas, no hay denuncia, no hay, pues, caso. La policía quiere cerrar la investigación para evitar otro escándalo Madeleine. Pero no cuentan con Erhard, al que todos conocen como «el ermitaño»: tiene setenta años, nueve dedos, lleva casi veinte años de taxista en Fuerteventura, es afinador de pianos en sus ratos libres, un loco del jazz, algo bebedor, vive con dos cabras y, en sus momentos de relax, se sienta en una sillita plegable que lleva en el maletero del taxi a devorar novelas. Es peculiar, solitario, muy observador y tiene un pasado oculto.
Como la policía quiere dar carpetazo al caso sin apenas indagar, Erhard decide tomarse la justicia por su mano y honrar al bebé descubriendo lo que ha sucedido en realidad. El hombre mayor, ya de vuelta de todo, desaparece: ahora Erhard sólo quiere justicia y no se doblegará ante nada ni ante nadie para llegar al fondo de la cuestión.

¿Por qué este género vuelve a resurgir y los thrillers ocupan los primeros puestos de venta en las listas de los más vendidos? Hay novelas que no podemos soltar hasta que acaban, y esta es una de ellas. Hay una necesidad por conocer qué pasa por la mente de un personaje tan fascinante como el de Erhard.

Posiblemente si este thriller psicológico tuviera otro protagonista, no funcionaría tan bien. Nos encontramos ante un personaje atípico en este tipo de novelas, un hombre de setenta años, al que le falta un dedo, taxista y con un sentido de la justicia muy particular. Lleva más de veinte años en la isla. Dejó atrás, en Dinamarca, a una mujer y a dos hijas. Es cierto que Erhard, quizá por su edad, está de vuelta de todo, se tiene así mismo por un defensor de las causas perdidas, y tiene ese espíritu quijotesco con el que empatizas enseguida, aun no siendo un personaje simpático.

Otro de los aciertos de la novela es el mismo paisaje, una isla pequeña, un lugar del que no puedes huir así como así, y a veces puede recordar a una cárcel. Así es como se siente el protagonista, aislado de todo lo que dejó atrás.

Erhard se sabe un perdedor y no esconde su condición ante nadie. Se muestra tal cual, desnudo, sin medias tintas, tan árido como el paisaje que lo rodea. La relación que tiene con los demás personajes de la novela es honesta, sin artificios. La isla de Fuerteventura, agreste, salvaje y solitaria, es un fiel reflejo de él. Como Erhard no tiene nada que perder, ha decidido investigar por su cuenta por qué un bebé de pocos meses aparece en la parte de atrás de un coche, en una playa desierta. Puede que solo le interese a él saber qué pasó en realidad, puede que busque una justicia en un mundo que es injusto, y por esto mismo no piensa abandonar a ese niño y pasar página como lo hace la policía.

El bebé como símbolo de la indefensión más absoluta es la misma que siente él ante una policía que no quiere hacer nada. La justicia es ciega y Erhard decide destapar esa venda que lleva en los ojos. En algunos momentos de la historia puede resultar descorazonadora. Podemos sentir la incertidumbre y la angustia del protagonista ante una policía pasiva, y que en muchos casos está al servicio de un poder corrupto.

A lo largo de la novela vamos a ir uniendo las piezas de un rompecabezas que parece no tener sentido. Es la misma luz cegadora de la isla la que no te deja ver qué hay detrás de todo lo que va descubriendo poco a poco Erhard. Entonces es cuando advertimos los secretos que esconde una isla tan pequeña como Fuerteventura. La oscuridad es tan potente como esa luz cegadora.

Resumiendo, Erhard es un personaje que deja con ganas de más, a pesar de que la novela tiene 650 páginas. Esta es una historia compleja y ágil, que cuenta la fragilidad de la naturaleza humana. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El cordero carnívoro


El cordero carnívoro narra, de un modo intenso y provocativo, la vida de un muchacho desde su nacimiento hasta que cumple 25 años. Partiendo de la extraña relación entre el protagonista y los seres que lo rodean, Gómez Arcos desvela, de manera descarnada, los traumas causados por la guerra civil en una familia de la burguesía andaluza. Profundas reflexiones sobre las relaciones humanas, la muerte, la homosexualidad, la libertad, la dictadura, la religión, conforman esta novela de amor y de odio, magistralmente escrita pero políticamente incorrecta. 
 Políticamente incorrecto, sórdido y bello. Así es como podría definir Cordero carnívoro de Agustín Gómez Arcos. Todavía, tras haber terminado esta obra, no encuentro palabras suficientemente fieles para explicar con exactitud lo que esta novela te remueve por dentro.

El retrato de la España de la posguerra  corre a cargo de una familia de la alta burguesía Andaluza.  Tenemos pocos personajes principales, pero sin duda uno de ellos es Carlos, hijo y trasunto del patriarca del la familia Carlos, y preferido de Matilde, su madre. Después tenemos a Ignacio, el hijo pequeño, despojo y desecho familiar que tras no poder permanecer en el vientre de su madre, es arrancado de él permaneciendo dieciséis días ciego en la más absoluta oscuridad.

La relación de los dos hermanos se irá haciendo con el paso del tiempo más estrecha, tan primaria y carnal que en ocasiones en el transcurso de la lectura me he hasta ruborizado. No voy a negaros que  esa carnalidad se torna durante toda la historia en sexo. Un tándem entre religión, familia, amor y obsesión que se va haciendo a cada página más y más complicado.

Esas comparaciones, esa dualidad entre la religión y el sexo ese cuerpo de Cristo en la primera comunión, unido a ese sexo me han turbado a la vez que excitado. Entiéndase bien la frase, imaginad que hacéis de algo tan puro y tan políticamente correcto, algo sórdido y bajo en una época donde España  tenía una moralidad muy acentuada.

Muchos de los personajes podría definirlos como claustrofóbicos, una madre que reniega de su hijo, un hermano que juega entre la delgada línea de lo moral e inmoral, una sociedad  doble donde lo que no está permitido para los homosexuales, bien está permitido de puertas para dentro entre un hombre y una mujer.

En definitiva una sociedad de rosarios y misas diarias donde todo lo que no se veía, era bien visto a ojos de Dios, menos la inmoralidad de amar o desear a alguien de tu mismo sexo.

Pues bien, el autor con esta obra nos quiere retar, quiere que abramos los ojos y nos ruboricemos, que veamos lo bajo y lo deseable que puede ser lo prohibido, que no debería ser tan prohibido.

El cordero carnívoro habla del deseo en una España donde todo pasaba por el altísimo, eso sí, si no se enteraba y si al día siguiente te confesabas, todo estaba permitido.

Una verdadera obra de arte señores, y desde luego una reivindicación en estado puro.



martes, 15 de septiembre de 2015

Nadando a casa


Nada más llegar con su familia a una casa en las colinas con vistas a Niza, Joe descubre el cuerpo de una chica en la piscina. Pero Kitty Finc está viva, sale del agua desnuda con las uñas pintadas de verde y se presenta como botánica... ¿Qué hace ahí? ¿Qué quiere de ellos? Y ¿por qué la esposa de Joe le permite quedarse? Nadando a casa es un libro subversivo y trepidante, una mirada implacable sobre el insidioso efecto de la depresión en personas aparentemente estables y distinguidas. Con una estructura muy ajustada, la historia se desarrolla en una casa de veraneo a lo largo de una semana en la que un grupo de atractivos e imperfectos turistas en la Riviera son llevados al límite. Con un humor mordaz, la novela capta la atención del lector de inmediato, sobrellevando su lado tenebroso con ligereza. «Una novela breve y fílmica, rebosante de secretos. La prosa es luminosa y, a pesar de tratar temas oscuros como la depresión y la pérdida, despliega una inmensa ternura». Daily Mail.
 A ver, ayudadme. Siempre tengo la misma duda: ¿Cuándo se debe leer un libro triste, cuando uno está alegre –y puede afrontar con energía la tragedia- o cuando uno ya está hecho polvo –y puede regodearse en lo terrible que es la vida-? Mientras sigo reflexionando sobre este asunto e intento encontrar una respuesta, os voy a hablar de Nadando a casa, de Deborah Levy y publicado por la editorial Siruela en la Colección Nuevos Tiempos, un libro nihilista poblado por personajes que han perdido el sentido de la vida, que siguen existiendo por inercia y que buscan desesperadamente razones para la alegría. El arranque de esta novela, finalista del prestigioso premio Man Booker Award en 2012, no puede ser más estimulante: una chica joven y desnuda aparece en la piscina de una casa en la que un grupo de amigos han ido a pasar las vacaciones. Una de ellas –una mujer casada y amargada- le dice que se quede, y esta visita ¿inesperada? trastocará la convivencia, hará evidente y palpable sus tristezas, y los enfrentará a todos a sus destinos.
            Llueve. Uno de los personajes dice que le encanta esa palabra. ¿Por qué?, le pregunta otro. «Porque siempre llueve cuando te sientes triste». Esta conversación podría resumir, de una forma más o menos poética, el ambiente que se transpira en toda la novela, porque Nadando a casa podría ser una historia lluviosa, otoñal –aunque se desarrolle en verano-, llena de nubarrones, de horizontes tapados por la niebla. No os voy a engañar: es un libro sobre el desgaste de la depresión, sobre el efecto que tiene la desesperación en las personas y, con un toque muy sutil, sobre las ganas de morir. Pero no os asustéis, que lo hace con una enorme sensibilidad, con la delicadeza de una buena narradora, que deja esbozados los conflictos para que sea el propio lector el que termine de construirlos. Kitty, la extraña protagonista de esta novela -¿realmente está loca? ¿Es tan libre que actúa como le da la gana?-, mantiene en vilo al lector porque es un personajes con tantas aristas, con tanto potencial, que uno no se atreve a pestañear en su presencia. Y encima ha escrito un poemario, tristísimo también, que se titula Nadando a casa.
            A pesar de sus 164 páginas no es una novela fácil. Y me explico: es una historia densa, llena de matices, en la que se mezclan el presente y el pasado, en la que aparentemente no pasa nada –porque lo importante ocurre bajo nuestros pies, en el entresuelo-. No esperéis una novela clásica con un conflicto narrativo claro: aquí está, pero diluido, hay que buscarlo en los pequeños detalles, en esas conversaciones en las que lo importante están en lo que decide callarse. Es potentísima, por ejemplo, esa imagen de una joven recogiendo piedras por si algún día quiere ahogarse. El estilo de Deborah Levy tiende al preciosismo, a acercarse (a veces sin necesidad) a la poesía, al gusto por la metáfora y la comparación. Uno tiene, además, la sensación de que, con la traducción, se está perdiendo algo esencial.
            Nadando a casa nos acerca a al universo turbio de la tristeza, aunque pueda parecer contradictorio en ese escenario veraniego y vacacional, y escenificada en unos turistas. Las vacaciones como tiempo para deprimirse, como momento en el que el sinsentido de la vida es insoportable. Deborah Levy arma una historia no demasiado concisa, pero igualmente estimulante. Deja flecos sueltos y da el mensaje de que la vida sigue. O debería seguir. Para todos.