Hola a todos. Hoy os traigo una novela
que me cautivó hace ya unos meses. Se trata de Diástole, de Emilio Bueso y publicada por Salto de página.
Jérôme
es un pintor caído en desgracia que recibe el encargo de retratar a Iván, un
misterioso extranjero cuyo pasado irá revelándose a medida que nos relate su
historia durante las sesiones de posado. Jérôme conocerá así la historia de un
hombre perseguido por Moscú durante décadas; un forajido que tuvo que recorrer
a la fuga los escenarios más duros de la extinta Unión Soviética, sobrevivir al
asedio nazi de Leningrado, desaparecer en las noches de San Petersburgo durante
los días más crudos de la dictadura, esconderse en las zonas más contaminadas
de Chernóbil... La auténtica naturaleza de Iván se nos revelará cuando
conozcamos el antiguo y terrible mal que porta consigo, hecho a partes iguales
de radiactividad y de una espantosa maldición que habita en el corazón del arte
pictórico. Diástole es un viaje febril que bombea terror y novela negra,
dentelladas a la yugular y chutes de heroína, plutonio y poesía.
Diástole es una novela difícil de
clasificar por los temas que trata y por cómo está contada, aunque en esta obra
predominan muchos elementos de terror. Tiene un cierto halo de romanticismo, en
la más pura acepción de la palabra y un toque de poesía en cada línea que el
autor escribe. El autor juega con las emociones y con las sensaciones de sus
personajes desde un principio. Se nota ese pulso, ese bombeo que hace
referencia al título de la novela.
Jérôme es un pintor que se enganchó a la
heroína muchos años atrás, un pintor expresionista que tuvo cierto éxito en
París. Todos a cuantos amó se han ido de su vida o han muerto. Ahora solo busca
sobrevivir a un chute más. El autor hace una correspondencia entre el coche que
está en las últimas y la decadencia de este personaje.
Sin embargo parece que su suerte está a
punto de cambiar cuando contacta con un misterioso hombre acaudalado que le
propone hacerle un retrato durante cuatro noches. Es así como conoce a Ivan,
quien le va relatando durante estas noches inquietas cómo ha sido su vida y
cómo la ha vivido. A quién amó en su juventud, cómo aquella mujer fue su “perdición”,
pero también le supuso una puerta hacia lo desconocido.
También sabemos que vivió en la URSS y
cómo fue a parar a Prípiat, una ciudad fantasma y maldita por los efectos de la
catástrofe de Chernobyl. Por extraño que parezca Ivan no sufre los efectos de
la radiación y puede vivir su historia de amor.
Durante estas cuatro noches el autor
plasma como si de un cuadro se tratara la angustia de estos personajes por
sentirse vivos. Una belleza que se apaga cuando amanece. Y es aquí cuando el
lector siente el verdadero terror de estas dos historias que se entremezclan.
Una trama contada garra, pero también vemos que utiliza lo soez para mostrarnos
que también hay poesía en lo chabacano.
En fin, Diástole es una novela diferente,
aunque el tema central ha sido mil veces contado. Y precisamente por esto mismo
Diástole es una gran obra, así como la manera de abordarla.
Próxima reseña: El circo de la noche
Parece una obra curiosa... ^^
ResponderEliminarNo la conocía para nada, pero me ha gustado tu reseña. Apuntado queda.
ResponderEliminarUN saludo!
Tampoco la conocía, y por lo que cuentas, tiene muy buena pinta. La tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mi me encanto cuando la leí. Muy buenos puntos destacas de la novela. Un saludo,
ResponderEliminarParece bueno... muy buena reseña!! :D
ResponderEliminarSaludos, Anya.
Tiene muy buena pinta lo buscaré. Un saludo
ResponderEliminarNo conocía esta novela pero se ve que la has disfrutado, así que tomo nota.
ResponderEliminarUn abrazo.